No entiendo cómo puede tener tanto movimiento esta semana de agosto, pero aquí estamos. Comenzando, además, por una de las ideas que más repercusión ha tenido en medios y redes: BH90210 (USA). La nueva idea de las BFFs Tori Spelling y Jennie Garth es hacer un regreso a Sensación de Vivir pero más centrado en los actores que en los personajes. Es lógico que con alguien como Spelling, que se ha pasado décadas como protagonista de distintos realities, (de hecho, posiblemente sea una de las actrices más trabajadoras de Hollywood, creo que no ha parado en años entre realities, trabajos de voz, papelitos y cualquier película que se anime a contratarla, no hay más que verla en Cthulhu) la idea que se les ocurriera fuera esa. De hecho, la serie pretende ser bastante honesta al contarlo. En eso en otras cosas como las parejas de los protagonistas está bastante claro que no lo es. O sus carreras actuales. O… Sí, es otro ejemplo de autoficción. Con todas las licencias que eso puede significar. El resultado final es desigual, al menos esta vez Garth y Spelling tienen más medios que la última vez. Y dos co-creadores con ellas dos. Pero sospecho que no era esto lo que los fanes (que supongo siguen existiendo) de la serie esperaban ver. Así que lo más entretenido puede ser la evolución de las audiencias.
Intentar explicar
Dollar (O) (LB) puede ser más entretenido que verla. No es algo difícil, pero es una realidad. Como si fuera una vieja película, la trama principal junta a dos personas en apariencia diferentes persiguiendo un McGuffin, un dolar que ha sacado un banco y que le dará a su poseedor derecho a reclamar un millón de dólares. A partir de ahí, y por diferentes capítulos, historias de la pareja persiguiendo el dolar en distintas ambientaciones. Tiene el encanto de lo antiguo y la extrañeza de hacer algo así a estas alturas, así que supongo que era lo que tenía que acabar pasando. Ah, sí, es una de esas cosas de dineros extranjeros en
Netflix, claro.
Me ha encantado
The InBESTigators (AU), posiblemente porque tiene todo lo que el género de los Niños Detectives necesita. En una mirada desde, por supuesto, la ingenuidad y la bondad. No hay nada oscuro o cínico en estas historias, igual que tampoco hay mucha sorpresa ni giro inesperado pese a ser más Misterio Clásico del que muchas series actuales parecen querer reclamar. Como si fueran historias de
¡Resuelve el misterio! (ya sabéis,
Lince y
Amy) tenemos breves viñetas -cada caso dura unos 10 minutos y hay 2 por capítulo- que van pasando entre el caso y la narración (un hallazgo narrativo de la serie estos dos niveles de narración, y una forma de acercarlo a su pequeños público) que va desarrollándose a la vez que se nos muestra la importancia de los distintos personajes, un elenco variado que -más allá de comentarios inevitables sobre el uso de esterotipos en la elección y atributos de los personajes, o algunos sus comportamientos- llevan adelante con muy buena mano sus papeles. Así que es una producción más que satisfactoria..
Cuando me puse con
Les Norton (AU) había una cosa que sabía y otra que no esperaba. La que no esperaba era encontrarme a
Rebel Wilson en mitad de esta serie, la que sabía es que se trataba de un personaje similar al
Rockford de
Gardner, no exactamente un investigador privado como una persona siempre en líos, en unos años sesenta/setenta más o menos ficticios pese a que la serie de libros, que a estas alturas debe de llevar como dos docenas, comenzó a publicarse a mediados de los ochenta. Es un personaje bastante conocido en Australia y -por supuesto- referenciado como creación Pop, así que lo raro es que hayan tardado tanto en adaptarlo. (Más allá, por supuesto, de que se tratara de una creación ciertamente ‘macho’ comparable aquí con un despendolado
Mike Hammer y ‘
adaptada‘ a la realidad actual para la serie). Al hacerlo han decidido pasarlo a los ochenta. Coger alguna de las mejores ideas de este
bloke y tirar con algunos ‘casos’ -o ‘sucesos’, según- y mostrar un cierto interés y ambición en hacerlo. Lo que, supongo, explica la presencia de
Wilson. Sea como sea, es un estreno interesante. Mucho más
Magnum o Travis McGee que la serie actual, para lo que eso valga.
Es curiosa esta
Mao Mao: Heroes of Pure Heart (USA), porque tira por el lado de la contraposición de un
cuquismo más o menos impostado y algunos toques de acidez, pero lo que logra es, sobre todo, un producto para los pequeños. Lo cierto es que tanto pro espíritu como -sobre todo- por diseño acaba consiguiendo ser una serie de lo más entretenida en esos distintos niveles.
Diría que no entiendo lo que
IFC quería conseguir con
Sherman’s Showcase (USA), pero sospecho que ellos tampoco. Hay una multitud de ideas mezcladas, desde el falso documental de
Documentary NOW! a una serie no muy conexa o interesante de
sketches y, desde luego, una serie de comentarios sobre cultura popular (afroamericana en este caso) que parecen realizados a partir de una tabla aleatoria. El interés acaba siendo tan limitado como su propia incapacidad para centrarse en algo y tirar para delante.
La última vez que dije que en
Netflix cuando no saben qué hacer intentan repetir sus éxitos con series de adolescentes o de drogas y que eso acababa creando series extranjeras que tenían AMBOS no esperaba que apareciera
Sintonia (O) (BR) A REPETIR EL ESQUEMA. Tres adolescentes, un negocio de drogas, se supone que hablan de alguna cosa más pero psé.
El buen camino de las creaciones de cómicas británicas continúa con
Aisling Bea y su
This Way Up (USA), amadrinado por
Sharon Horgan, que demuestra las posibilidades del salto de una carrera en el
stand-up hacia una comedia oscura que se nutre de una base real y que tiene un centro en los problemas mentales y cómo llevan a relacionarse con la gente. Así que quizá no sea una comedia británica, solo un drama de cualquier otra parte del mundo con acento y sarcasmo. Habrá que ver cómo continúa.
Creo que la forma más sencilla de hablar de
Twelve Forever (USA) será decir que no soy su público, estoy probablemente a varios planetas de distancia de serlo y, sinceramente, tampoco me importa demasiado. La deliberada ambigüedad en si el mundo fantástico en el que entra la protagonista existe o no, lo que nos está contando de su paso a la vida adulta o la doble narración entre lo que le pasa en el mundo real y en ese mundo no me podrían importar menos. Los personajes entiendo que tendrán una base de realidad y afecto, pero parecen sacados de un
focus group de ‘Qué esperan los jóvenes que se van viendo más cerca de los treinta que de los veinte en una historia animada teóricamente sobre la adolescencia y que en realidad les mete a ellos de subtexto porque si esperas algo
queer puedes dedicarte a ver otra cosa’ y, mira, me alegro porque quizá lo que a mí me parece falso no lo es, simplemente tengo que recordar -y no debería ser difícil- que no todas las series van a ser para mí. Quizá hasta tenga suerte y no la cancelen como
Tuca y Bertie. Aunque sospecho que para eso los animadores tendrían que sindicarse.
En cuanto a
Two Sentence Horror Stories (USA) supongo que es una forma distinta de buscar ¿mediometrajes? de tema terrorífico. La idea para la premisa es una chorrada, sobre todo por lo rápido que deciden saltársela, y el contenido es… bueno… como un concurso de cortos de final de carrera. O de mitad. Pero supongo que de alguna manera hay que haciendo cantera. Lo mismo incluso acaba saliendo algo bueno de aquí. Aunque será algo solo visible en retrospectiva, me temo.
Creo que puedo llegar a decir algo bueno de
Wu Assassins (USA). Las peleas están bien coreografiadas. Todo lo demás: La parte ‘dramática’ alrededor, el uso y abuso de CGI en momentos puntuales y la plana interpretación, no tiene solución posible. Lo que ganaría esta serie con mucho menos palabrería y muchas más peleas. O peleas más largas. Yo qué sé. Quizá un tubo con
Las mejores peleas de Wu Assassins.
En
Zenra Kantoku (O) (JP) hay un buen intento de contar la evolución de la pornografía en Japón, el resultado es… bueno… el esperable de alguien que quiere hacer más un drama histórico que uno contextual. Como drama histórico está bien, a ratos tiene buenas ideas, ahora bien, se centra más en explicar la situación y glorificar a su protagonista que en explicar todos los problemas a su alrededor. Incluso en aquellos que denuncia lo hacen más centrándose en su propia narrativa que mirando el problema global. Así que… Esto es lo que hay.
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