¡Libros que Salen! Johnson, «La hija de la diosa de la luna», Zubieta y más.

¡Que entre la pila!

Hermanas de Daisy Johnson, ed. Periférica

Con la nueva obra de Daisy Johnson traída por Periférica podemos dar por concluida la publicación de todas las novelas finalistas al Shirley Jackson del año pasado. Algo que no pasaba desde… Sinceramente, no sé si alguna vez antes había pasado. ¿Y qué tiene esta novela para haber sido candidata al premio? Pues la relación entre dos hermanas, muy diferentes. Un acoso escolar que acaba en una mudanza a mitad de ninguna parte y, ya allí, una atmósfera opresiva en el mejor estilo del gótico inglés.

La hija de la diosa de la luna de Sue Lynn Tan, ed. Umbriel

Magia, series inmortales, luchas, amor y sacrificio, todo ello con la mitología china de fondo en una historia que logra tener lo mejor de siempre con un giro moderno para contarnos la historia de Chang’e.

Rayo, la de los mil nombres de H. M. Zubieta, ed. SM

La nueva obra de H.M. Zubieta viaja al pasado pero nos puede contar algo del presente, porque esta obra prehistórica de una persona que siente que no encaja en su pueblo y emprende un camino de descubrimiento es una lógica finalista del Gran Angular.

Vaquera invertida de McKenzie Wark, ed. Caja Negra

Parte narrativa de exploración, parte ensayo sobre la propia identidad, o como lo llama la propia editorial: autoetnografía de la opacidad del yo. Lo cierto es que Wark cuenta sus propios problemas con la aceptación y la muestra al exterior de lo que significaba ser su propia persona, tanto en identidad, como en expresión u orientación. Es una obra interesante probablemente porque la autora lo enfoca muchas veces más como un ensayo que como una vivencia. Y también es bueno ver que, lento pero seguro, esta edición argentina ha llegado a España.

Nuestra cocinita de Jillian Tamaki, ed. Astronave

El multipremiado álbum ilustrado -aunque ganador de un Eisner, así que quizá haya quien lo considere cómic- de Tamaki en solitario nos acerca a la experiencia de una cocina colaborativa y comunal, una experiencia de voluntariado en la que los vecinos cultivan, cocinan y comparten. Una historia basada en la propia experiencia de la atura, que muestra todo el bullicio pero también todo el cariño envuelto en este tipo de iniciativas.

La reina de la laguna (6, Cazapesadillas) de Pedro Mañas y David Fernández, ed. S.M.

Pues sí, marcamos el final de la temporada sin novedades con un nuevo título de una de las colecciones de Pedro Mañas y Luján Fernández. Así que algo es.

Nos leemos.


Supongo que no debería de sorprenderme pero Chad & JT Go Deep (USA) es el falsumental de bro-humor que parecía desde el principio. Con la idea de hacer humor a partir del activismo, dicen ellos, pero sospecho que o no entienden de lo que hablan o les parece que pueden hacer como South Park, meter un mensaje fundamentalmente regresivo con la excusa de que es humor hacia todos lados. No me pilláis en una de esta ni loco.

Pues aquí estamos con un plato de más de lo mismo, House of the Dragon (USA) vuelve a traer violencia contra las mujeres, mugre falsa y unos CGI dignos de película del SYFY por la tarde. Mucho blablabla pero para esta se podrían haber quedado en casa. Supongo que será un éxito, claro, porque lo que quiere la gente es que les vendan algo que ya les han vendido antes. En fin.

Sospecho que el problema principal de Little Demon (USA) es considerar que hay que buscar un punto común desde el que poder construir esa serie, y ese punto común tiene que ser la batalla por la custodia de una adolescente. Entre su madre y Satán. Sí, mucho chiste de Animación Adulta *suspiro* pero, sobre todo, un problema que se podía haber solucionado si hubieran buscado un giro interesante en lugar de recurrir a lo más sencillo: Que ella esté igual de enfadada con su madre por haberle mentido como con su padre por… bueno, ser Satán. Así que ese problema principal se podría resumir también en: demasiados hombres en el cuarto de guionistas, o no suficientes mujeres. Porque quiero creer que al menos ellas entenderían por qué no es demasiado razonable tratar a una madre soltera como si fuera Satán en persona.

Pues bueno, no sé si no soy el público, no es mi tipo de obra o solo que Lost Ollie (USA) tiene más encanto que inventiva porque esta obra de un muñeco que se pierde y trata de recuperar a su ‘amigo’ lo hemos visto ya unas pocas de veces. Supongo que es la calidad técnica del CGI o algo así lo que habría que admirar aquí, con todos esos momentos a lo Toy Story que decide marcarse. Así que supongo que a su público objetivo, que estará menos baqueteado, le puede gustar.

No esperaba yo que Ludik (O) (SA) estuviera en afrikaans, pero aquí estamos. Por lo demás, sigue una ruta muy de principios de los ’00s. Y no lo digo solo porque lo protagonice Arnold Vosloo. De hecho, tuve que comprobar que fuera sudafricana porque el recuerdo de toda una serie de dramas ingleses y australianos de principios de siglo era realmente fuerte. Eso es, precisamente, su mayor fuerte y peor debilidad, es consitente pero en absoluto original precisamente porque su búsqueda de la original se basa en repetir cosas que ya hemos visto de obras que buscaban ser originales, a su vez eso facilita que esté bien actuada y organizada, contando una historia bien montada, a ratos hasta pedregosa, así que supongo que al final todo se resume en: ¿Cuántas ganas tienes de volver a ese tipo de serie/película de esa determinada época?

No diga Mike (USA), diga Meh. Como una de esas películas de Basadas en Hechos Reales pero intentando nadar y guardar la ropa, mostrando los aspectos peores de violencia y abuso a la vez que intenta que empaticemos, que veamos una histora de superación y del mundo de las peleas y… en fin, muchas ganas de ser muchas cosas acaban con no ser nada. Una nada construida alrededor de un persona tenebroso al que reír las gracias no parece la mejor de las ideas y al que tratar con guantes no de boxeo sino de seda tampoco parece la mejor de las ideas. Y eso es lo que tenemos aquí: No la mejor de las ideas.

Curiosa, aunque puede que me pille un poco lejos, esta Mo (USA) que sigue la vida más o menos cotidiana de un emigrante palestino crecido en Kuwait y que vive desde La Guerra del Golfo en USA: Concretamente en Texas. A partir de ahí, con partes autobiográficas del propio Mohammed Amer -al que pudimos ver en la también recomendable Rammy– vemos tanto partes de esa condición migratoria -llevan más de veinte años con las peticiones de asilo- como de la propia realidad irreal estadounidense -como los tiroteos y las armas, por ejemplo- mientras se nos muestra la realidad de los musulmanes-americanos con todos sus problemas propios y sus contradicciones. Una historia que, además, habla de precariedad, de la falta de horizontes reales hoy en día y de mil cosas más incluida la familia de sangre en toda su extensión -hay un momento en el que se habla de su padre y puedo asegurar que no esperaba ver eso en una comedia, sobre todo porque está muy lejos del clásico ‘mi padre era una persona espantosa’- pero también gracias a ‘la familia encontrada’ que son sus amigos y vecinos. Así que no todo me llega, o me llega igual, pero lo cierto es que se nota el talento tanto como el trabajo, y la intención de enseñarnos partes que no suelen tener su oportunidad.

Qué sufrimiento de serie esta Partner Track (USA). Aquí no es que no sea el público objetivo, es que diez minutos más de Abogados de Fusiones y Adquisiciones haciendo sus cosas de Somos Los Amos del Mundo y voy en persona a rajarles a NY. Se supone que también hay una parte de romántica pero es tan absurdamente inane que voy a esperar que en una hipotética segunda temporada la abogada vuelva a su pueblecito a debatirse entre el veterinario de buen corazón y el alfarero con un pasado misterioso. Y eso que aún no he contado la parte en la que lanza mensajes sobre ser mujer y no ser blanca que se resumen en ‘hay que trabajar más duro‘. Que serie más insufrible. He visto que por lo visto está basada en un libro que era de una abogada que trabajaba para Time Inc. cuando se fusionó con Warner, así que por lo menos entiendo de dónde sacó los contactos. Puede que sea solo cosa mía, al fin y al cabo siempre hay alguien a quien guste algo. Pero a mí no me pillan cerca ni del resto de episodios.


Es curioso cúanto puede quedar dentro y fuera de una serie, porque viendo Bad Sisters (UK) y sabiendo en lo que se basa está claro que aquí Sharon Horgan ha decidido tunearse al gusto la serie original. Aunque el problema es, probablemente, que no demasiado. Cinco hermanas ya son muchos personajes, sus respectivas familias, la familia del seguro privado que van a ejercer de antagonistas sin, sospecho, proponérselo, y espero que aparezca algún policía por allá y algún segundario inevitable e inesperado… Es mucho lo que tenemos por aquí, casi como en una telenovela, y precisamente por eso las idas y venidas temporales y las demostraciones de un humor demasiadas veces pueril… No diré que sobre, pero sí que quizá son mucho. No sé si logrará establecerse mejor después de esta locura de piloto lleno hasta arriba de gente y situaciones. Espero que encuentre un público objetivo interesado. Pero va a ser complicado que yo vuelva a por más, por mucho que me guste Horgan y que considere que hay muchos aciertos en el reparto. Hay veces que un piloto puede ser demasiado, no porque realmente lo sea sino porque llega a un punto en el que decides que no merece la pena hacerte una chuleta para ver la tele.

Supongo que Deepa & Anoop (USA) es una serie como se supone que tienen que ser las series infantiles. Diseños reonocibles y en apariencia sencillos, aventuras con un fondo cotidiano y trasfondo lo suficientemente distinto -una familia india con una casa-hotel y muchos animales- como para llamar la atención. No es que me haya parecido mucha cosa, pero teniendo en cuenta que esta vez sí que sí que no soy su público objetivo pues no diré mucho más tampoco.

¡¿Pero qué es esto?! Eso es lo que estuve repitiendo todo el rato con Donde hubo fuego (O) (MX), no porque no sea obvio que es una aproximación a la telenovela (39 capítulos tiene, nada menos) con bomberos de por medio y un par de misterios así de partirda. Lo que pasa es que la serie de Netflix tira con facilidad por una serie de decisiones que van de lo chocante -el inicio del piloto es una sesión de fotos de bomberos sin camiseta- a lo sencillamente chocarrero -toda la trama del hostal para señoritas- con toda la variedad de giros ridículos, chistes groseros e ideas disparadas. Es decir, que la trama en sí es una chufa, pero que la acumulación de barbaridades da para, al menos, no perder el interés en cuál será el siguiente locurón que se les ocurra. Lo que, a estas alturas, tampoco es algo malo. Lo cierto es que he tenido varias veces que no fuera adaptación de nada, porque la idea de que fuera adaptación de un producto GloboMedia estaba siempre pendiendo. Pero bueno, aunque no sé si seguiré con ella -39 capítulos son muchos capítulos- conseguir sorprenderme siempre demuestra que esta idea de ver pilotos por ver pilotos tiene sus extrañas recompensas.

Reconozco que en los primeros minutos -los quince, veinte primeros minutos- de Echoes (AU) pensaba que me encontraba ante alguna versión de Ringer.  Una hecha para Lifetime en lugar de para CW, más contenida por un lado aunque igual de despendolada por el otro. Y no. Claramente estamos en terreno Lifetime aquí, con esta historia de hermanas -sí, más hermanas- gemelas en la que la desaparición de una hace que la otra se ponga a buscar, y que por medio tiene secretos del pasado y decisiones muy cuestionables en este momento. El giro final del piloto es un buen ejemplo de hasta qué punto se pueden tomar decisiones estúpidas en esta serie. No sé si tienen intención de intentar que esto funcione pero, sinceramente, cualquier número de episodios que supere la marca de las dos horas de metraje total haría que todo este castillo de naipes rodara por los suelos. En fin, yo qué sé, supongo que lo mismo para echar el fin de semana vale.

No entiendo la necesidad de usar el Basado en hechos reales en Kleo (O) (AL), una historia de una espía de la Alemania del Este decidida a vengarse de… bueno, lo cierto es que no sé cómo tiene claro de quién vengarse. Por un lado está claro que los suyos la traicionaron, por el otro tampoco es que los de Alemania Occidental estuvieran para hacerle favores. Y la caída del comunismo simplemente la puso en una situación de pieza de ajedrez en mitad de múltiples intrigas. Supongo que si te interesa esta ambientación, o el trabajo que Jella Haase -estrella de la función- puede llegar a hacer, pues bien. Pero lo cierto es que para mí falta un algo, un desviarse algo de los raíles, algun ejemplo de mera historia rutinaria de espías tras la caída del telón de acero, no sé. Supongo que parte de la culpa es mía.

Imagino que si te gusta el costumbrismo te puede gustar Marriage (UK), porque lo que nos cuenta es eso. Un matrimonio de larga duración, cosas que no se dicen, cosas que para qué decir, y dos trayectoras vitales que en lo afectivo deberíamos suponer que están ahí pero en lo ¿trabajadoril? resulta que tienen rumbos distintos y eso hace que el que va hacia abajo (el marido) parezca resentido con el moderado éxito de su mujer. Lo cierto es que yo he tenido suficiente con sufrir este piloto porque el costumbrismo tiene que estar muy bien hecho para funcionar sin una guarnición, y aquí los pocos ‘giros’ que hay son… bueno… prácticamente costumbristas también. Me dan igual sus familiares, me dan igual sus carreras y, sinceramente, lo que le pase a los actores principales también me da igual bastante. Incluso aunque lograraran que Sean Bean se fuera a un logopeda a trabajar su vocalización, que parece que ha aprendido viendo a actores jóvenes (ya no tanto) españoles. No sé si merece la pena que tenga pinta de que esta serie la va a terminar vivo, la verdad.

Flojita esta Nada Suspeitos (O) (BR), y es una pena porque un Murder Mystery con estructura típica de Whodunit y tono cómic al menos de partida prometía. Pero resulta que lo que tenemos aquí es Una historia solo mediánamente humorística y, con solo 9 capítulos, demasiado estirada. El piloto se usa sólo para presentar a los personajes, algo es. Pero a partir de ahí parece que le sobren por lo menos uno de cada dos capítulos. Las patochadas se repiten y la información se da con cuentagotas, se estira más que se cambia y recicla. Se puede ver como rancho, pero poniendo de parte de uno. Una lástima.

No es gran cosa esta Red Rose (UK) y es una pena porque se nota que a ellos les gustaría serlo. De hecho, el giro que meten en los primeros episodios -y que me hace sospechar que en realidad lo que querían era haber hecho una película pero la idea se les fue de madre- indica que probablemente hubieran preferido hacer algo memorable. El problema es que no hay nada especialmente original, realmnete sorprendente o, por lo menos, que no hagan poner los ojos en blanco de cuando en cuando. Que sí, que es una serie muy inglesa y mucho inglesa, pero para rellenar ocho capítulos hace falta una trama o algo, y la de esta serie ni es mucha ni es muy original ni merece la pena, que son muchos minutos y que, sinceramente, pa’ qué tanto.

Flojo piloto de She-Hulk: Attorney at Law (USA). Una especie de orígenes secretos que vienen a ser dos personas hablando e intentando hacer humor. A su favor el gran reparto, aunque no sé qué más les dará tener a Maslany de actriz principal si luego su Hulka no es especialmente grande y Titania parece salida de Glow antes que de la WWF y es posiblemente el ejemplo más claro de que no tienen intención alguna de representar a las mujeres que hemos visto en los tebeos. Pues bueno, pues vale, pues que hagan lo que les de la gana. A veces me da la sensación de que como los críticos descerebrados van a poner el grito en el cielo por cualquier mierda inventada el resto tenemos que defender las cosas sin tener en cuenta todo lo demás, un poco como chavalines famélicos diciendo «Oh, gracias señor Poderosa Empresa por este plato de puta mierda de representación, ojalá me diera más pero es suficiente para defenderle a usted por hacer de manera cercana al mínimo exigible su trabajo, qué afortunados somos.» A ver si a fuerza de sacar capítulos sale alguno en condiciones, porque desde luego si tuviera que ser por este piloto no seguía yo viendo la serie.

Ver Sprung (USA) es ver claramente los puntos en común con otras series de Greg García como Raising Hope o My name is Earl, viven claramente en un mismo universo, tienen el mismo centro de clase trabajadora y un humor similar. El único problema que tiene es que al unirlo con el inicio de la pandemia -que supongo que por eso es el otro Basado en hechos reales que hemos sufrido esta semana- mucho de lo que vemos o no tiene demasiada gracia o no apetece demasiado revivirlo, a veces ambas. Pero bueno, como todas sus comedias seguro que lo que necesita es un poco de rodaje porque, por supuesto, los actores están estupendos y uno puede llegar incluso a perdonar que aquí Martha Plimpton, que además de estar superior está claro que es la que mejor se lo pasa de todos, parezca bastante mayor a todos los efectos que Garret Dillahunt, quien no solo es más mayor que ella sino que, ademas, en la anterior serie interpretaba a su pareja. Pero bueno, a ver.

Si creías que ya estaba exprimida toda la leche de zombie que The Walking Dead podía dar me temo que tengo noticias. Acaba de estrenarse Tales of the Walking Dead (USA) que tiene a su favor ser capítulos antológicos con un reparto variado y una mayor ligereza en los temas -que menos mal- pero por el otro lado… me temo que no hay mucho más. Más de lo mismo pero ahora en pildoras. Podría haber sido peor, supongo.

Os voy avanzando ya que Tekken: Bloodline (O) (JP) es Tekken 3. La trama -o su ausencia- es la que tenía aquel videojuego. El estilo de la animación es un poco más de cinemática de principio de los ’00s. Pero bueno, supongo que esto es café para cafeteros, un poco como aquellos VHS de Street Fighter, antes que algo que tengan intención de que se vea gente que no conoce el videojuego. Porque, desde luego, como serie de repartir tollinas se mueve entre lo incapaz y lo inútil.

Una agradable serie infantil, un tanto nickelodeon un tanto disney, eso es lo que nos trae Surfside Girls (USA) siguiendo la idea de Apple TV+ de adaptar cualquier cosa que pueda tener un cierto atractivo para un público infantil/ juvenil. Esta vez han tocado los cómics de IDW, aunque el adaptarlo a ‘acción real‘ debo decir que le quitan parte de la gracia, tenga o no que ver con lo cartopiedresco del asunto. Dos amigas surfistas, un misterio supernatural con piratas y fantasmas y piratas fantasmas y, bueno, cosas encantadoras. A ratos es imposible no pensar en esto como una versión del clásico Sigmund and the sea monsters. Pero bueno, series agradables para que las chavales la vean en verano, cómo mostrarse en contra.


Curiosa y, a la vez, clásica, la propuesta de After the Verdict (AU) puede parecer propia de una película para después de comer, que algo de eso hay, pero también tiene sus propios puntos de interés. Porque tenemos a cuatro miembros de un jurado que acaban de declarar no-culpable a una acusada de asesinato. Pero, claro, el asesinato no está resuelto… ¿Y realmente es inocente la persona a la que han dejado suelta? Así que hacen lo que cualquier persona razonble: Ponerse ellos mismos a investigar el caso, especialmente a esa acusada a la que dejaron libre. A partir de ahí vemos tanto el impacto en su vida privada como, claro, las vueltas y revueltas. Pues bueno, a ver por dónde tira pero por lo menos es forraje.

Si algo se puede decir de Darby & Joan (AU) es que es agradable. Una pareja de jubilados (un detective, una enfermera) se encuentrna en las carreteras australianas. Ella está movida por el ‘misterio’ de la muerte de su marido. Pronto esta reunión les lleva a viajar juntos resolviendo misterios mientras el arco de la muerte del marido sigue de fondo. No es muy original, no es en absoluto arriesgado, pero es agradable y los actores principales -aunque muchas veces se les note que están con el automático puesto- son lo suficientemente buenos como para ayudar a tirar del resto. Pues bien.

Decía yo no hace mucho que Apple TV+ está demostrando un cariño por sus proyectos que no es el habitual, decía Marina Such hace menos que parecen haber decidido seguir la senda de la HBO y tratar con cuidado y diferencia cada proyecto. En algo así es en lo primero que pensé viendo Five Days at Memorial (USA), probablemente porque es imposible verla y no recorda en parte Treme aunque ambas tengan más de punto de partida común que otra cosa. Porque lo que nos encontramos aquí surge también del Katrina, pero de una manera distinta. Comenzamos desde el post-Katrina, con una visita a las ‘ruinas’, la entrada en el Hospital, lo que allí encuentran y, a partir de ahí, la recuperación de lo que había antes. De lo que había pasado. Porque eso vamos a ver: Con sus figuras entre médicos y pacientes, con sus historias personales, con esa sensación de destino irreparable que suelen tener las películas de catástrofes, que es lo que es esta serie. Sí, tiene una parte de Serie de Médicos, tiene una parte de Misterio o Terror, pero lo tiene porque es una Serie de Catástrofes. Ya conocemos cómo va todo eso: Se nos presentan personajes, unos nos caerán mejor que otros, se enfrentarán a un Gran Mal, algunos perecerán -de manera estúpida, heróica, inevitable o kármica, da igual- otros sobrevivirán y terán que enfrentarse a las decisiones tomadas. Algo que refuerza, además, un magnífico reparto en el que, Vera Farmiga a parte, tenemos a más gente que lleva años trabajando en teatro y televisión que a grandes nombres. La única diferencia real con el género. Y quizá le falte un punto de algo, o como ocurre muchas veces con este tipo de obras a ratos se le note lo melodramático y en parte excesivo, sobre todo cuando estamos hablando de un hecho real como fue el Katrina. Sí, pero. A poco que te pueda interesar el punto de partida es una gran miniserie. Una de la que su servicio de streaming puede sentirse orgullosa.

Pues aquí estamos con Hamster and Gretel (USA), una idea de Dan Povenmire que está -digamos- en el mismo universo de Phineas & Ferb pero a unos pueblos de distancia. De momento lo que está más claro es que necesita rodaje para encontrar su ambiente, pero el hecho de que sea una serie con dos nombres y tres protagonistas ya habla un poco de todo esto. Y el que sea una serie de superhéroes supongo que habla del momento actual en el que estamos. Y el que sea una serie con una familia birracial explica que por fin Povenmire ha decidido hacer un poco de autoficción. Necesita aún encontrar su mojo, pero está claro que la idea de tener a un niña muy motivada como superhéroina, acompañada de su flemático hamster y poner a los dos junto a un hermano mayor con el que se lleva varios años pero que en esta ocasión no quiere entorpecer sino ayudar pese a ser el ‘no especial’ del grupo; permite hacer un cambio de dinámicas que puede darles para mucho. Esperemos a ver.

Floja, muy floja esta I Am Groot (USA) de cuyo aspecto general entiendo que es responsable las malas condiciones de trabajo que sufren los que se encargan del CGI en Marvel. Y es que si la imagen no lo arregla y los guiones son de lo más insulso que he tenido que soportar en años pues… para qué queremos más.

Pues bueno, pues vale, pues tenemos A League of Their Own (USA) que parece haber decidido que iba a ir más allá de la película -casi que menos mal- y que iba a meter temas queer y de raza. Lo uno con más fortuna que lo otro, debo decir. De fondo sigue estando el tema del serial deportivo que los japoneses denominan spokon y que, sospecho, en realidad va a ser lo que uno de los dos grupos de espectadores vayan buscando. Yo he tenido suficiente de todo con este primer capítulo que nos cuenta cosas que ya sabíamos de una manera que ya hemos visto. Pero seguro que tiene su público.

Sobre el papel Mobeomgajog (O) (SC) tenía todo para interesarme. Por eso uno no se puede fiar de lo que ponen sobre el papel. Una familia al borde del colapso por los problemas económicos, una oportunidad inesperada que llevará a enfrentarse con un problema mayor: Una organización de narcotráfico que pasa a controlar y amenazar su vida, cómo se van modelando para seguir con una cara pública, trabajando con y contra la empresa y buscando una solución. Lamentablemente se toman no solo demasiado en serio, también demasiado dilatado. Todo parece que tarda la misma vida, todo parece que hay que explicarlo mil veces, todo acaba siendo aburrido, repetitivo y, en general, insufrible. Una lástima, esto podría haber estado bien.

Que mala es School Tales (O) (TA). Que mala es la pobre. Porque lo que tenemos aquí como una serie de historias antológicas centradas en el terror en el instituto es una notablemente poco pensada y peor planificada colección de historietillas que sirven más para gritarle a la pantalla que para cualquier otra posibilidad de entretenimiento. Que yo entiendo que gritar puede ser lo suficientemente divertido. Pero, vaya, puestos a hacer «Are you afraid of the dark?» o «Goosebumps» podrían haberse esmerado un algo.

Es curiosa esta Send Help (USA), que parece reclamar un lugar propio contando la vida entre cómica y trágica de su protagonsita, un actor con un éxito en televisión pero múltiples problemas familiares, sentimentales y etc… al que la cancelación de su serie empuja a ún avismo que solo el aparente éxito y fama estaba aguantando. Y con eso y todo estoy seguro de que la forma más sencilla de definirla no haría mucha gracia a sus creadores. Pero es que entre los momentos de reflexión sobre la fama, las historias de raza de fondo y las ensoñaciones parece inevitable considerarla como una versión de Atalanta para el público de BET. Tiene cosas más que interesantes y otras que parecen sacadas de los años setenta, y no está muy claro con qué te vas a encontrar ni hasta qué punto merece la pena o te va a interesar esta historia. Que como relleno no está mal pero a la que le falta, quizá, un algo más.

Una vez más, esto no es para mí. Supongo que habrá gente a la que este This Fool (USA) le haga gracia porque para todo tiene que haber gente, pero una historia sobre personajes patéticos que aunque trabajen en un sotop de reinserción siguen encontrándose con problemas -y casi que se hace escarnio y mofa de los mismos- pues… ¿qué necesidad? No sé si habrá un público para esto en algún lado, pero desde luego no soy yo.


Supongo que revivir franquicias es una idea por el reconocimientos y base fan de las mismas, el problema con Beavis and Butt-Head (USA) es que se ha quedado todo tan antiguo -supongo que porque envejecer a los personajes no era una opción- que lo que acabas es teniendo una serie que parece ir sobre cuarentones que no saben adaptarse a los tiempos. Ya la serie original dependía de una cierta suspensión de la incredulidad, ahora mismo lo único que hace esto creíble es la cantidad de incels que hay que soportar y de los que sus protagonistas parecen más avatares que crítica. Qué le vamos a hacer, no todo envejece igual ni se puede traer a la actualidad sin cambiarlo.

Tengo mis dudas de si detrás de Big Tree City (USA) se encuentra o no una maniobra para venta de muñecos y vehículos -que es lo que parece- o simplemente han decidido seguir las pautas más habituales de estas series. Pero al menos proponer unas historias sencillas pero con un mínimo de enjundia con un público que entiendo es preescolar y con bastante variedad de personajes. Es cierto que a los femeninos les ponen como dos rayitas en los ojos para diferenciarlos de los masculinos pero, en fin, podría haber sido peor. Un poco de plástico pero no necesariamente algo malo.

Cuando lo más interesante de una serie es lo que hay alrededor… en fin. El asunto con la belga Endless Night (O) (BE) es que se anunció como una serie original de Netflix. De hecho, en algunos territorios la emiten en Netflix. En España el enlace -el que tenéis arriba- hace un raro y te manda a la página principal, sin explicarte por qué. Y ninguna cuenta oficial de Netflix en ningún lado se ha molestado en subir un trailer. Por eso he tenido que tirar de la versión rusa. En fin. ¿Y la serie en si? Pues la serie en sí ni bien, ni mal, ni chicha, ni limoná, se deja ver porque tampoco cuesta tanto, un grupo de chavales -adolescentes, dicen ellos, jajajaconelraquelmeroñismo digo yo- a los que una droga para soñar -hay un centro de tratamientos de problema de sueño y blablala por medio- les lleva a tenerlos vívidos y no tanto al Pesadilla en Elm Street (que también algo hay, claro) como a diluir el mundo real del irreal y empezar a ver cosas raras, quizá incluso a llevarlas de una a otra frontera. Una historia muy como para rellenar una tarde o así -son seis capítulos que rondan los 35 minutos- que si la ves pues vale y si no tampoco pasa nada. Al final va a ser más interesante el misterio alrededor de su emisión en Netflix.

Como no-fan ni del autor ni de The Sandman (USA) debo decir que el mayor problema que tiene el piloto no son las decisiones tomadas para adaptarlo, ni su tratatamiento de los personajes queer. Que también. Pero la duración para lo que nos va a contar… es más que excesiva. Mucha cosa, mucho objeto al que mirar, mucho de todo… y la necesidad de que te sientas tan fascinado con todo como ellos. Es decir, más vale o que seas fan de antes o que vengas dispuesto a serlo. Porque, de lo contrario, lo más fácil es quedarse… dormido.

No tengo muy claro hacia quién va Super Giant Robots (USA), a priori hubiera dicho que para preeescolares, pero en cuanto te pones a ver la serie tanto el humor como los personajes o la violencia señalan más a los preadolescentes. Supongo que la idea de coger la premisa de Pacific Rim, meterle tramas de los animes ochenteros y luego intentar que la premisa ‘dúo imposible’ de payaso y serio es… bueno. Una decisión. Igual que la animación elegida, que no sé si intenta ser retro o solo cutre o qué y por qué. Supongo que lo más importante será ver si entras en el estilo de humor que pretenden utilizar. Y a partir de ahí lo que pueda suceder.