¡Libros que Salen! Tamura, «Las Fugas», Iyohara y más

¡Que entre la pila!

Las fugas de Vir del Mar, ed. Glam Spunk Press

Una historia de fuga y de fugas, con una protagonista en huida que busca asilo en la casa de una pareja de lesbianas, y una estabilización que incluye rutinas que permiten ir construyendo y reconstruyéndose para encontrar una forma nueva de habitar y habitarse, una en la que cada ruptura con lo normativo se hace desde la resistencia y el amor, con lucha pero también con amistad y belleza. Una historia en la que, como en un amanecer, vemos la luz ir abriéndose paso entre las nubes y la oscuridad.

La vida de ellas de Toshihiko Tamura, ed. Satori

Nos llega un libro de relatos de Toshihiko Tamura, una de las pioneras del feminismo japonés en el S XX. Autora de relatos como estos que se recogen en los que las mujeres en todas sus posiciones tradicionales posibles (Hijas, madres, esposas… y también escritoras) se enfrentan a un mundo en el que salirse de la norma se castiga y su vida está limitada, y lo hacen de manera desafiante. Porque se nota que muchas de las historias que aquí aparecen partían de historias más que reales para ella.

El legado del mar índico de Shin Iyohara, ed. Quaterni

Entre la ciencia y las posibilidades de la literatura, una serie de historias en las que el autor usa distintas combinaciones de intriga, fantástico y ciencia para explorar, por supuesto, a las personas y sus reacciones.

Minnesota de Jo Nesbø, ed. Reservoir Books

Vuelve Nesbø, y lo hace con un nuevo investigador. Y en Estados Unidos. De hecho, suena un poco clásico. Un intento de asesinato a un traficante de armas, un policía que no para aunque le suspendan -como si fuera un vigilante tipo El Castigador-, y dos líneas temporales. En su presente (2022) un escritor escandinavo llega para investigar qué pasó en el pasad (2016) cuando una serie de asesinatos -en serie, parece- asolaron la ciudad investigador por el otro tipo. ¿Qué puedo deciros? Parece que los intentos del autor de aprovechar su éxito con los USA sigue adelante. Lo raro es que no tenga ya una serie en Prime.

Gloriosos Rivales de Jennifer Lynn Barnes, ed. Molino

Pues aquí estamos de nuevo, con un nuevo capítulo de la saga de los Hawthorne, esta vez continuando la segunda trilogía de libros. No creo que haya mucho más que contar.

The Bad Game (Juego Perverso) de Adam Millard, ed. Dimensiones Ocultas

Tanto ‘los videojuegos vuelven violentos a los jóvenes’ alguna vez tenía que acabar saliendo la idea para una novela. Un pequeño pueblecito costero en expansión, la aparición de un juego misterioso en el salón recreativo -bueno, lo  mismo hay que explicar lo que son las recreativas-, un juego que va fascinando a los jóvenes… y también cambiándoles. El resto, como se suele decir, es telediario.

Os escribiré de Andrea Camille, ed. Salamandra

Parece que aún se podía sacar un poco más de Camilleri, porque esta vez tocan las cartas que de 1949 a 1960 le mandaba a su familia cuando era aún un autor teatral primerizo. Una selección, claro. Pero ya sabemos que hay autores de los que se publica hasta los andares.

Pícnic extraterrestre de Arkadi y Borís Strugatski, ed. Sexto Piso

Se edita este libro que se ve que ya le tocaba recuperar el título de Emecé, y yo sé que se reedita con cierta frecuencia pero, claro, siempre que se haga hay que aprovechar para recordarlo. Que, además, lo mismo así los Strugatksi se animan a publicarles más cosas.

Aventuras en la animación de Richard Williams e Imogen Sutton, ed. Anaya Multimedia

Richard Williams es -era- un veterano animador, autor de uno de los libros fundamentales sobre su práctica y responsable de, por ejemplo, Roger Rabbit. O, sobre todo, de sus décadas creando The Thief and the Cobbler. Y aquí, en este libro y con la colaboración de la también de su productora y esposa Imogen Sutton, aprovecha para hacer un resumen de su vida, su obra, y todo lo intermedio. Una manera de acercarse a la persona y también de conocer más de su visión sobre la animación.

Bizcochos de Isabel Pérez, ed. Col and Col

Efectivamente, bizcochos. Eso es lo que la autora de Aliter Dulcia o Souvenir nos ofrece más de 100 recetas con distintos tipos de consistencias y densidades, clásicos y modernos, ideas, la parte técnica (proporciones, utensilios necesarios, tiempos, temperaturas), adaptaciones para hacerlos sin gluten, sin lácteos o veganas, pero manteniendo la textura y el sabor, coberturas, glaseados, complementos… En fin, un libro repleto de ideas y posibilidades para que puedas crear y dar buena cuentas de ellos… hasta mañana a las ocho.

Cookies & Crumbs de Kaja Hengstenberg, ed. Col & Col

Que ofrece una amplia variedad de recetas de distintos tipos de galletas y alrededores, incluyendo versiones sin gluten o veganas. Y también otras cosas que, supongo, son algún tipo de Pokèmon: gooey, chunky, chewy. En un libro que, además, trata de explicar las diferencias de resultado según su elaboración, cómo y por qué unas se expanden y otras no, utensilios y técnicas, la decisión de hacerlas ‘con relleno’, ideas para hacer con las que sobren -espera… ¿sobran?-, así como recetas -claro- desde las más populares a las de sabores menos habituales. Y todo con el diseño y estilo habitual de Col & Col.

Drácula de Bram Stoker, ed. Folioscopio

Pues ya hemos llegado a la edición Folioscopio de Drácula -que esta vez es la de Callidor– y que trae, como era de esperar, formato grande e ilustraciones. Lo que significa, imagino, que hemos comenzado la época de lanzamientos para regalos de Navidad.

Las crueles batallas de la Reina Chincheta de Quim Crusellas con ilustraciones de Aina Bonet, ed. La Galera

Una joven reina quiere pasear a caballo, pero su caballo no puede andar. A partir de ahí una sucesión de intentos de guerra con sus vecinos para llenar las arcas que, sin embargo, irán fallando porque en realidad, la guerra nunca es la solución.

Tristrás y la aventura en el Páramo Tenebroso de Iban Barrenetxea, ed. Nórdica

No sé si recordaréis al flautista Tristrás que Barrenetxea presentó en esta misma editorial, y de nuevo habrá aventuras, humor, ogros, lobos, dobles…

Las chicas Gilmore. Regreso a Stars Hollow de Cecilia Messina y Micol Ostow, ed. Magazzini Salani

No sé si será sencillo explicar esto, porque estamos ante un álbum ilustrado. Pero no uno como los que Kim Smith crea, libros infantiles basados en alguna bien conocida obra de la cultura popular. Esto es casi más un libro de recuerdos, contando la llegada de las protagonistas, presentando personajes, localizaciones y memorias y ofreciendo un libro con vocación de ser bonito y reconfortante. No sé si el cruce de públicos acabará de funcionarles, pero está claro que lo han intentado.

El trasero mágico de Beach, ed. Picarona


Comencemos diciendo que el nombre original es Poopicorn -sí, es como el tercer libro con este nombre, lo sabemos-, porque cuando una flor convierte a un pony en un Poopicorn le da la oportunidad de hacer salir lo que quiera de su culo. Pero eso acabará trayendo más problemas de lo que podría parecer. Porque una cosa es divertirse con el culo y otro que luego no tengas que lidiar con las repercusiones.

Tengo un secreto de Sonia Sanabria y Robert García, ed. Carambuco

Un libro pensado para hablar de los secretos con los niños, de los buenos y los malos, de lo que cuesta guardarlos y cuándo y cómo entender qué hacer con ellos. Todo ello acompañado por estas ilustraciones que explican con un poco de humor a lo que nos enfrentamos.

Nos leemos.


¡Libros que Salen! Smith, «Literatura o muerte», Galswothy y más

¡Que entre la pila!

Gliff de Ali Smith, ed. Nórdica

Lo nuevo de Ali Smith comienza con una joven que recibe la maleta de su fallecida abuena y una etiqueta, a partir de ahí la búsqueda de un sentido y una comprensión, en la que la mirada a las partes más oscuras lleva también a encontrar en ellas un rayo de luz. Algo necesario cuando la sombra del futuro se proyecta tan sombría sobre nosotros como la del pasado.

Literatura o muerte de Agustina Bazterrica, ed. Godot

A Bazterrica le han publicado un libro sobre escritura y ella lo ha convertido en una forma de explicar su propio proceso, al profunda simbiosis corporal que asegura que es casi como una evolución de la Nueva Carne antes que un conjunto de reglas y corazonadas, y como tal no habla de huesos, respiraciones, punzadas o latencias. Estáis prevenidos.

Una comedia moderna de John Galswothy, ed. Reino de Cordelia
Las crónicas de los Forsyte de John Galswothy, ed. Reino de Cordelia

Quizá recordéis que Reino de Cordelia publicó ya el recopilatorio de La saga de los Forsyte, sacando en un volumen único todos los libros de la misma. Después de eso publicaría sueltas las novelas las novelas del ciclo posterior: Una comedia moderna, y finalmente sacaría también en recopilatorio las del último ciclo de los personajes: Fin de Capítulo. Pues bien, ahora recupera las novelas sueltas de ese ciclo intermedio en un único volumen y, ya puestos, presenta un estuche, Las crónicas de los Forsyte, conteniendo los tres recopilatorios. Todas ellas, por supuesto, con un retrato de la sociedad inglesa, desde la época victoriana hasta casi-casi la llegada de la Segunda Guerra Mundial. Una familia de melodrama, aupada por los negocios pero sin pedigrí aristócrata, que irán dando tumbos por un mundo en el que el dinero va importando más que los títulos mientras, de fondo, el mundo cambia.

La mansión de Rayne de Harley Laroux, ed. Sombras

Una mujer destinada a casarse con su prometido que acaba en una isla junto a otra mujer que le parece fascinante. Secretos oscuros, misterios, asesinatos -lo típico- y las dosis de ‘queerdad‘ esperable (especialmente con une autore que ya había transitado el género).

Perdita Durango de Barry Gifford, ed. Dirty Works

Pues aquí estamos, con el segundo libro de la saga de Sailor y Lula, dispuestos a demostrar aquel viejo clásico de que ‘el libro es mejor que la película’. Que no es que sea difícil en este caso, pero nos permite seguir redescubriendo a los personajes de Gifford y sus historias.

El misterio del Cisne Negro de Tetsuya Ayukawa, ed. Destino

Tetsuya Ayukawa es uno de los grandes autores clásicos de misterios de Japón. Bueno, clásico… de los cincuentas, que a estas alturas ya cuenta como clásicos. Y este misterio de tren, la primera historia del Inspector Onitsura, con sus tablas de horarios y demás, puede ser la más conocida. ¿La recomiendo? En cuanto descubra si se ha traducido del japonés o han hecho una chapuza os digo.

Una curiosidad descarada de Lynn Messina, ed. RBA 

Que ahora parezca que se venden los ‘cozy crimes’ facilita que vayan publicando obras como esta, la primera de una extensa (trece y pico llevan ya) serie de novelas de misterio en la regencia inglesa. Con una ‘solterona’ de veintiséis años, un duque guapo e insoportable y, por supuesto, un cadáver que lleva a algunas actividades detectivescas no muy bien vistas por la sociedad de la época.

Shady Hollow. Un misterioso asesinato de Juneau Black, ed. Alma

Un cozy mystery un poco distinto porque aquí los sospechosos, la víctima, la investigadora… son animales. Más o menos antropomorfizados. Sí, el asesinato sucede en Shady Hollow, pero ese pequeño pueblito podría ser sin problema parte de las Sylvanian Families. Por lo demás, todo lo esperable: La reportera Vera Vulpes investiga una muerte inesperada en lo que parece un pueblo tranquilo con una buena cantidad de sospechosos por medio. ¿Qué puedo decir? Leones y tigres y osos, oh my!

Pánico Victoriano: La leyenda de Spring-Heeled Jack de Karl Bell, ed. Reediciones Anómalas
Un estudio contextual y cultural de la figura histórica de Spring-Heeled Jack. Una leyenda urbana que parte de un momento de confusión en el que la posibilidad de una broma, una campaña publicitaria o una auténtica situación sobrenatural (?) se van mezclando en distintas capas hasta impactar tanto en la cultura popular como en el folclore popular.

FREAKS OUT! de Luke Haines, ed. Contra

Luke Haines es un músico británico que ha pasado por varias bandas como The Auteurs o Black Box Recorder y que aquí aprovecha para hablar de la historia musical de los ‘raros’ en un ensayo que es capaz de unir el ensayo, la memoria o el manifiesto hasta formar una historia alternativa del rock’n’roll desde el punto de vista de un autor que muy claramente no tiene intención de ser objetivo. Muchas opiniones, algunas anécdotas y un autor en su centro en un juego escritor en el que más vale acercarse antes para comprobar si vas a entrar.

Poesía reunida (Edición conmemorativa de la RAE y la ASALE) de César Vallejo, ed. Lengua Viva

Yo pensaba que lo de la obra poética completa de Vallejo ya había sido publicada como edición especial por la RAE. Claramente no, por que por lo que veo fueron Alianza primero y Lumen y Visor después los que sacaron títulos cercanos. Pero bueno, aquí llega la versión de la RAE -y ASALE (que esa la Asociación de Academias de la Lengua Española)- que suponemos que estará muy trabajada y todo eso. Bueno, quiero creer que todo lo que sea ayudar a que la gente lea a Vallejo será bueno. O algo.

Mi amigo Kim Jong-Un de Keum Suk Gendry-Kim, ed. Reservoir Gráfica

El éxito de la surcoreana Keum Suk Gendry-Kim ha servido para que le vayan publicando otras obras, así que toca hacer un repaso por su vida y circunstancias a partir de entrevistas de gente que le conoció, pero también de gente que ha huido de él. Y de lo que la prensa ha dicho. Hablando desde su papel como dictador (ponga aquí su equivalente favorito) de Corea del Norte hasta sus negociaciones con TRUMP! No sé si esto es lo que os apetecía leer de Keum Suk Gendry-Kim… pero es lo que tenemos.

Física para gatos de Tom Gauld, ed. Salamandra Graph

Pues aquí estamos de nuevo, con las tiras de ciencias de Gauld dispuestas a ser recopiladas. A estas alturas no creo que necesite añadir más, pero si no siempre podéis echar un ojo por internete.

Hachís… ¡Salud! (1, Ibáñez Mítico) de Francisco Ibáñez, ed. Bruguera

La muerte de Ibáñez ha afilado la búsqueda de material de Bruguera/ Penguin Random House. Así que aquí tenemos esta historia, que durante años se rumoreó que existía. Porque en 2014 estaba casi preparada para su lanzamiento… y nunca llegó a salir. Así que algo más de una década después lo que entonces no podía ser publicado ahora es la punta de lanza de una nueva colección de Ibáñez. Los tiempos cambian. Claro que también cambiaron cuando pasamos de que se publicara La ruta del yerbajo a que este Hachís… Salud -que originalmente se suponía que se llamaba Hachís… Jesús, pero se ve que el reutilizar el título para Maaastrich… Jesús haya hecho que le dieran una vuelta- fuera visto como poco adecuado. Está por ver qué nos encontramos dentro. La editorial promete que la colección incluirá no solo un prólogo -aquí a manos de Jordi Canyissà-, también recupera guiones escaneados, originales y otros materiales extra para contextualizar y poner en valor la obra que presenta. En fin, el coleccionismo es así, por lo menos ha servido para que este cómic no se quede en una caja. Luego ya veremos cómo de Christopher Tolkien es la jugada.

La receta de la magia de Paula Chesire, ed. Grafito
Una bruja novata, un pueblo en aprietos y un par de amigas brujas más, una joven y amante de la tecnología, y una mayor y más temible. Plagas, pociones, mundos y, sobre todo, amigas. Que es donde está siempre la magia.

Los misterios de Villamaraña de Steve Roberts y Joel Stewart, ed. Edelvives

Edelvives abre una línea de cómic infantil con un par de títulos, uno de ellos es este de Los Misterios de Villamaraña que va, claro, de un par de amigos (bueno, uno de ellos es una perra investigadora, pero también son amigos) en un pueblo extraño en el que suceden cosas raras que -por supuesto- investigan como mejor pueden. Con cierto humor y la idea de contar dos historias cortas por libro parece una buena forma de iniciarse en la lectura.

Aurora y el orco de Lewis Trondheim, ed. Edelvives

¡Nuevo cómic infantil de Lewis Trondheim! Aurora tiene un compañero nuevo… ¡y es un orco! O eso cree ella, porque para el resto le parece un niño más. Pero que quiera comer perros y machacar elfos debería de dar ideas. Así que ha decidido vigilarle de cerca, ¡y eso significa aventuras! Así nos presenta Edelvives la serie, de la que comienza editando sus tres primeros números, en los que no solo veremos qué pasa cuando pones un Orco en el colegio, también todo su mundo.

MalvHadas de Huw Aaron, ed. Beascoa

Las hadas existen. Lo que pasa es que no son muy buenas. Por no decir que son… lo que el propio título explica. Así, en este cómic, entre mezclas de aventuras y humor, tenemos una pequeña (de tamaño) historia de profecías, persecuciones, miel y un héroe al que todo le importa… un comino, claro.

Una tarde escalofriante de Giuditta Campello con ilustraciones de Emma Lidia Suillari, ed. Bindi Books

Tres amigas, dos van al río pero la tercera prefiere quedarse en casa leyendo novelas de miedo. Comienza a llover, alguien llama a la puerta… y a partir de ahí una historia que mezcla risas con miedos para que los primeros lectores puedan gozar de una historia sencilla y bien organizada con, por supuesto, magníficas ilustraciones.

Franky Frankenstein de José Carlos Andrés y Gómez, ed. NubeOcho

La pequeña Franky no es muy pequeña, es más bien una monstrua grande. Y lo que más quiere es ir a la escuela. No a la de casa, donde una calavera le da clases. A un colegio con niños. Pero, ¿los niños querrán? ¿Y conseguirá Franky convencer a su padre? Pues esa es la historia -monstruosa- de tormo que Gómez y José Carlos Andrés nos traen esta vez tras Un vampiro peligrozo, El fantasma de las bragas rotas y Una momia muy hambrienta.

Chanchito, el hada cerdito de Stéphane Servant y Laetitia Le Saux, ed. Éccomi

Hemos hablado en otras ocasiones de Stéphane Servant, autor de varios y variados textos infantiles, aquí repitiendo con Laetitia Le Saux, con quien hizo Ricitos de oso y Un oso de verdad, y que aquí no habla de Chanchito, un cerdito que quiere ser hada, conseguir una varita, purpurina y demostrar que con corazón, amor y humor hay cosas que se pueden acercar. Así que aquí estamos, con un álbum ilustrado encantador.

Yo soy Perro de Peter Bently y Chris Chatterton, ed. Edelvives
Yo soy Gato de Peter Bently y Chris Chatterton, ed. Edelvives

Parece algo obvio, pero nunca lo es tanto. Hacer un álbum de un perro y de un gato, mostrarlos con dibujos divertidos y con una mezcla de cotidianeidad y humor. y si no os queda claro siempre podéis echar un ojo dentro. Y esperar a los próximos protagonistas de la colección Patas.

Oveja va al mercado de Studio Imagebooks, ed. Librooks

Tras Minina va a la pastelería hoy toca Oveja va al mercado. Un nuevo libro de rasca y huele pensado para que el público más joven conozca un poco mejor lo que tienen -o debería de tener, a estas alturas fíate de que vayan al mercado- más cerca. Y así, levantando pestañas, tocando la superficie táctil y luego rascándolas, no sé si aprenderán pero al menos estarán entretenidos. Con eso y con los dibujos, claro.

¡Que viene el lobo! de Pintachán, ed. Combel

Pablo y Aida son Pintachán, un nombre -llamémoslo así- usado para crear libros ilustrados. Libros infantiles. Con un estilo retro que para mí resulta muy atractivo. Especialmente cuando intentan cosas distintas como este libro de baño que cambia con el agua, y así esta historia de un conejo blanco que va de puerta en puerta visitando a Ricitos de Oro, Caperucita o los tres cerditos, demuestra que se puede hacer algo más. Que ya es toda una declaración de intenciones por parte de Combel. Encomiable, por supuesto.

Nos leemos.


¡Pilotos Deathmatch!

Comenzaré asumiendo que el posible espectador de Armorsaurs (USA) no habrá visto la serie original que ‘adapta’, la surcoreana Armored Saurus. Y he de decir que casi mejor, porque si la original no es gran cosa esta adaptación es directamente espantosa. La original presentaba -con cierta tranquilidad- una historia sobre dinosauros, armaduras, villanos que parecen alienígenas o algo así… y un intento de invasión. Algo barato -claramente barato- pero mínimamente efectivo para lo que querían, una especie de sentai en la que teníamos un batiburrillo de saurios, armaduras y dios sabe qué más. De Dino-Riders a los Powers Rangers pasando por los Transformers, para todo hay un hueco en el original. Y en la adaptación… UF. El problema es que lo que vemos en la serie original pasa a convertirse en un intento de ‘americanización’ y el interno de meterlo a presión en cajas bien conocidas hace que pierda encanto pero, además, tiene un problema: Parece rodado con aún menos dinero, como si todo lo que tuvieran fueran un escobero con las paredes verdes y el CGI más pedorro de la historia. No es que haya ido a peor, es que resulta casa insufrible, de un amateurismo más propio de un canal loca que de Disney XD. Hasta el punto de que cualquiera de los programas infantiles que se me pueden ocurrir que durante un tiempo se hicieron en España -de Pic-Nic al Cyberclub, por poner dos que podrían haber metido dinosaurios armados sin mucho problema- tenían una realización mejor. No tengo idea de en qué estaba pensando Disney con esto, la verdad. Supongo que en lo de siempre: vender muñequitos.

Mira que parecía difícil que Blue Blood pudiera empeorar, pero aquí estamos con su spin-off, Boston Blue (USA), que creo que en su cabeza debía de ser una espectacular manera de evitar las descripciones habituales del programa como una cosa derechista pro-policial llena de señores blancos. Ahora hay más variedad, y buenos actores. Lo que no tienen es nada que hacer. Porque desde la idea inicial de crear una familia de policías similar a la otra pero más… compleja -el ‘abuelo’ es un sacerdote presbiteriano pese a que parte de su familia es judía, he intentado repasarlo pero no soy capaz de entender exactamente cómo funciona- en parte porque hay divorcios y rematrimonios -que sirven para que la familia tenga miembros de distintos colores, pero sin exagerar. Presentarlos a todos en el piloto pero hacerlo desde fuera con el personaje de Wahlberg -que sigue sin saber actuar, claro, pero a estas alturas no creo que le importe a nadie- solo nos convence de que Boston es algún tipo de ciudad de endogamia y nepotismo peor incluso que su Nueva York. Lo único bueno que puedo decir es que como parodia de la otra serie resulta más convincente que como spin-off. Bueno, y que da para cenar a un montón de buenos actores que, si ahorran lo suficiente, podrán dedicarse en el futuro a cosas mejores.

Me temo que con cada nuevo programa de Tim Robinson menos gracia le veo. Es decir, toda la gracia de la primera temporada de I Think You Should Leave y algunos de los siguientes sketches funcionaban, sobre todo, por no extenderse. El problema es que tanto Friendship como este The Chair Company (USA) extiende, explica, sobrexplica y, sobre todo, reitera el chiste. La gracia es que tras un momento embarazoso un tipo claramente con problemas de gestión de los sentimientos se obsesiona con una empresa de sillas… que result ser parte de una conspiración. El problema es que no parece haber mucho más. Ni más que contar, ni más cosas que extender y expandir. Porque no dejan de ser versiones de lo que ya hemos visto. Y da la sensación de que podría haber funcionado mejor como un sketch, incluso como una corta serie de ellos. Pero no como una serie. Y menos teniendo aún reciente Paul T. Goldman, que hace mejor y de manera más innovadora mucho de lo que se nos presenta aquí.

No soy capaz de comprender esta espiral en la que se han metido los estadounidenses. Entiendo que los true-crimes funcionan, entiendo que han visto que los británicos tiran de esta especie de docudramas, y se acuerda de todos los ‘basados en hechos reales’ que durante tantos años han poblado la programación televisiva, pero sigue pareciéndome ridículo encontrarme un Devil in Disguise: John Wayne Gacy (USA) solo unos años después de una versión ‘documental’ llamada John Wayne Gacy: Devil in Disguise. ¿Aporta algo esto? No tiene pinta. ¿Está bien actuado? Tampoco. ¿Entonces? Pues supongo que con la ‘ficcionalización’ no tienen que preocuparse ni de que lo que cuentan sea real ni de que les pidan cuentas por sensacionalizarlo. Así que eso: sobras recalentadas.

Un prototipo con rueditas, DMV (USA) es la clásica comedia de oficina. Solo que la oficina es Tráfico. Sí, lo de los coches y los permisos y todo eso. Hay un reparto de papeles prototípicos, una excusa de argumento romántico central… en fin, lo de siempre. Hay un reparto que actúa todo lo bien que esto lo permite -y sin que nadie parezca querer excederse- y supongo que los guionistas tienen años de sobra con todo lo que se ha hecho y pueden copiar. En fin, que ni fu ni fa.

No tengo ni idea de qué pretendía Neil Cross con este The Iris Affair (UK), a ratos parece tirar por un lado, luego cambia, luego va a un tercero. Y lo peor es que se mueve entre lo previsible, lo estúpido y lo manido. Si malo es cuando va por uno de los lados peor es cuando se dan las tres a la vez. Al menos los momentos estúpidos hacen pensar que podría haber salido algo de aquí, de esta serie en la que nadie parece tener muchas ganas de trabajar… más que el que filma los paisajes. En fin.

Ojalá Koka Björn (O)(SU) me hubiera gustado. Pero entre el empeño en que toda la gente esté sucia todo el rato -por lo visto antes la gente era así, deben de haber hablado con algún historiador, Christopher Nolan o algo así. Y la mezcla de detective y cura que, en fin… hemos visto tantas veces ya que cuando le sacan disfrazado de Sherlock Holmes ya ni me sorprendo. Por supuesto todo esto lo tratan de envolver en lo inteligentes que son y lo listos que blablabla porque fíjate que hablamos también de racismos y blablabla. De verdad, ojalá me hubiera gustado en vez de ser lo que solo puedo definir desde un punto de vista técnico como «un peñazo insufrible».

Lo bueno de Leonard and Hungry Paul (UK) -que supongo que puede partir el libro del que sale- se enfrenta con lo que parece la decisión clara de ‘cómo había que adaptarla’ que es… en fin… siguiendo la estela -y, sobre todo, la estéticas- de todas esas comedias indies de finales de los noventa y principios de los dosmiles. Pero, claro, aquí no tenemos a Anderson, Hess o Dayton y Fariss. Ni tan siquiera Zwigoff. Aquí tenemos a alguien imitando eso. Bueno… es cierto que de varios de ellos es de suponer que estaban imitando a Anderson, pero quiero creer que no de manera deliberada. Sea como sea el problema es que esto se podría haber hecho mejor. Son muchas las series que podemos poner como ejemplo de este tipo de sensibilidad, de amabilidad que podría haber sido muchas cosas pero que, sobre too, en el libro resulta natural porque los conflictos son más internos y solucionables, necesitados de trabajar y hablar, que externos. Uno ve Big Boys, o, incluso, Please Like Me y aunque no ve esa estética sí que entiende lo que quieren contar. Aquí, me temo, han decidido que el estilo era más importante que la sustancia.


¿Os acordáis de lo que he dicho antes con la serie sobre Gacy? Pues dos tazas con Murdaugh: Death in the Family (USA). Peor historia, peores actuaciones, una historia mucho más cercana y, claramente, poco interés por parte de nadie por hacer algo medianamente interesante si no estás metido ya de antes en la historia. En fin.

Entiendo que usar un argumento tan manido como ‘el padre secuestra a los hijos’ sólo parezca dar para un par de posibilidades. Y es cierto que Nadie nos vio partir (O)(MX) claramente tira por el terreno del drama, pero lo cierto es que lo hace intentando montar a la vez una situación histórica -están en los años sesenta- y una serie de problemas e historias, de fondo hay una lucha entre dos de las familias judías más importantes e influyentes de México, el matrimonio no había sido por amor sino por ‘negocios’, el marido hubiera preferido dedicarse a otra cosa, la mujer claramente acabó teniendo una aventura por esto mismo, y son los padres de uno y otra los que realmente manejan buena parte del tinglado. El de él poco menos que le obliga a raptar a los hijos, el de ella le pone un ex-mossad para ayudarles a recuperarlos, todo mientras la primera familia trata de destrozar la reputación de ella para justificar que los niños estén mejor raptados. Supongo que por lo menos no están justificando matar niños. En fin, que yo no soy el público para esta historia, pero quiero creer que los que sí lo sean podrán disfrutar sin mucho problemas el que por lo menos se encuentre como algo más complejo e incómodo para todos que las clásicas películas de después de comer.

Es una lástima que esta Riot Women (UK) no me haya gustado. No solo porque está Sally Wainwright detrás, sino porque gran parte del reparto es magnífico, especialmente Joanna Scanlan, pero también Lorraine Ashbourne y Tamsin Greig. Incluso Rosalie Craig tiene algún buen momento. El problema no es ese. El problema es que el guión va más allá de lo flojo al crear situaciones excesivas y acartonadas, poner a sus personajes más allá de cualquier borde, y abusar de las casualidades fortuitas. Porque las actrices hacen mucho por que creamos y empaticemos con ellas, incluso logran vender momentos tan baratos como esa primera escena de Scanlan al teléfono que parece un monólogo para un teatro de aficionados. Pero hay un límite para eso, para que todos los personajes a su alredor sean odiosos, para explicar algo que EN REALIDAD no necesita explicación. ¿Por qué una serie de mujeres de una cierta edad -más sexagenarias que en la cincuentena- no podrían reunirse para montar una banda? ¿Por qué hace falta toda una serie de complicadas motivaciones para ponerlo en marcha? En fin, un pequeño desastre inexplicable en la creadora de Scott & Bailey, Last Tango in Halifax, Happy Valley o Gentleman Jack, que aquí parece que no tenía muchas ganas de trabajar. De verdad que es una lástima, con lo que podría haber sido esto.

Las series románticas surcoreanas y sus particularidades, por lo menos Tokumei no Koibitotachi (O)(JP), o 匿名の恋人たち o Romantics Anonymous o Románticos anónimos o…, demuestra tener bastante corazón. La historia de una joven que no tolera el contacto visual y un ejecutivo que no tolera el contacto físico, readaptación de una película francesa y centrada -en fin- en una tienda de chocolates para la que la primera trabajaba en casa como ‘repostera estrella secreta’ o algo así, mientras el segundo quería que la empresa en la que trabajaba -que era suya en tanto que de su padre con el que claramente hay problemas- elevara la calidad de sus productos. Luego ya tenemos peripecias, personajes secundarios más o menos interesantes y, en fin, alguna de esas escenas de serie romántica. Es una lástima porque no soy su público y creo que podría haberlo llegado a ser, pero una cierta serie de rutinas la convierte más en una obra para su público concreto que para un público, digamos, más general.

Ay, Sheriff Country (USA), ay. Es casi tan espantoso como lo de Boston Blood. En realidad da la sensación de que hubiera preferido ser otra serie porque a ratos parece que querría ser Picket Fences si la hubiera contratado un canal cristiano, porque si fuera el Picket Fences de Hallmark os puedo asegurar que habría sido mejor serie. Una trama criminal floja sirve para una especie de culebronismo de baja intensidad sobre una COMUNIDAD. Así, con la boca bien llena de la palabra. Porque hay mucho poli y mucho ‘esto es un pueblo’, pero luego resulta que tienen dinero para dios sabe cuántas cosas. Y presentan toda una serie de problemas y situaciones que no sé cómo no se les pone roja la cara de la vergüenza de tratar de tomárselo en serio. ¡EN FIN!

Mi teoría de que en Netflix hay una competición para ver quién es el que hace la serie peor animada sigue adelante con Splinter Cell: Deathwatch (USA), que tiene el añadido de que no sé si es peor el guión porque no conozco la saga de videojuegos, porque es un espanto o porque como está Tom Clancy por medio es mitad y mitad. (Tom Clancy es una persona cuyo nombre sirve para datar si la persona a la que se lo dices lo conoce o ha nacido de los noventa en adelante) Así que podríamos aprovechar esta serie para discutir si es peor la animación o el guión, pero tengo una idea mejor: No dedicarle ni un minuto más de nuestro tiempo.

Pues Sukuupu no Tamago (O)(JP) o スクープのたまご o The Golden Egg o Detrás de la primicia o…, es sin duda una serie peculiar. Una joven periodista intentando abrirse paso… pero en un tabloide. Una muestra tanto de cómo funcionan como de cosas que sí y que no hacen, y una serie de personajes secundarios un tanto bidimensionales que se supone que dan algo de juego… pero que necesitan de bastante por nuestro lado para trabajar. Aunque, sin duda, puedo decir algo bueno de esta serie: Sus capítulos son cortos.

Esta semana el dinero en trailers se lo ha ahorrado Netflix en esta.

Me temo que Taepungsangsa (O)(CS), o 태풍상사 o Typhoon Family o Familia Typhoon o…, es una de esas series que usan su piloto para que conozcas a los personajes y tengas las piezas puestas en orden para el segundo, que es cuando comienza DE VERAD la historia. En este caso presentan a un chaval que se lleva mal con su padre. También vemos la empresa del padre. Y cómo una serie de problemas generales financieros acaban impactando en ellos mientras el Fondo Monetario Internacional se cernían sobre Corea del Sur. Claramente va a acabar siendo una serie de época en la que el FMI son los malos -como es lógico-, y también una obra que supondremos entrañable porque los personajes en general demuestran más corazón que cabeza. Voy  asumir que también habrá una trama romántica y algún tipo de idea de ‘la empresa es la familia’ y ‘hay que esforzarse y remar’ o algo por el estilo. La verdad es que el problema de este tipo de series es que dejan mucho en el aire para ponerse con el siguiente. Tanto da, porque supongo que habrá una variedad de motivos para acercarse a ella. Mi duda es si se podrán encontrar algunos para seguir viéndola.


¡Libros que Salen! Tingle, «El corazón revolucionario del mundo», McDowell y más

¡Que entre la pila!

Camp Damascus de Chuck Tingle, ed. Obscura

Ya iba tocando que alguien se animada a publicar a Tingle en España. Quizá os suene su nombre por los particulares libros cercanos al romántico… o algo… que se fueron popularizando durante años en internete. Esto, sin embargo, es un poco distinto. Un poco distinto porque habla de una chica a la que mandan a un campamento de conversión, un Campamento Homofobia, o Camp Damascus aquí. Pero lo que le pasa a la protagonista es algo más complicado. Lo es porque es una joven temerosa de Dios, pero también porque tiene visiones, vomita moscas y sus pesadillas… Digamos que pueden no serlo tanto. Sobre todo una vez tenga que sobrevivir en ese campamento. Como veis, un poco distinta de Helicopter Man Pounds Dinosaur Billionaire Ass.

El corazón revolucionario del mundo de Francisco Serrano, ed. Tusquets

Supongo que quien haya leído En la costa desaparecida, Hajira o Perros del desierto no se sorprenderá demasiado de encontrarse una novela ambientada en una célula anticapitalista en los años 70, con una protagonista que duda sobre el camino a elegir para buscar su verdadera liberación. Y el resto tendrá la suerte de que aún tiene libros para seguir leyendo.

Hija de la venganza de Michael McDowell, ed. Blackie Books
El libro que McDowell escribió justo antes que Blackwater -y cuyo título original es Katie (que es con el que se publicó en La Bestia Equilátera), que no se diga que no son originales con las traducciones de títulos en España, casi tanto como con las portadas… – con el centro en el enfrentamiento de una joven, llamada por su abuelo, contra una familia liderada por una mujer con unas ciertas habilidades -incluyendo con el martillo-. Así que ya sabéis lo que toca, sobre todo con McDowell por medio y sabiendo que llega para la temporada navideña… aunque después de la ‘recuperación’ de Planeta.

La montaña hueca de Brian Catling, ed. Aristas Martínez
Conocido sobre todo por su trilogía de The Vorrh (del que aquí solo vimos el primer tomo, en edición de Siruela con el subtítulo El bosque infinito) nos llega ahora esta novela -la más reciente del autor- que mezcla un punto de partida propia de la fantasía épica (un grupo de mercenarios son contratados para traer a un ‘Oráculo’ al monasterio, enfrentándose a todo tipo de peligro y situaciones extrañas) para mezclarlo con imágenes alegóricas, surrealistas y -a ratos- temibles. como si hubieran encargado pintar estas gestas a El Bosco. Esperemos que en esta ocasión le vaya mejor en España al autor.

Hasta el límite del firmamento de Takako Takahashi, ed. Hermida

Cuando la editorial te dice que un libro es ‘Precursora en la creación japonesa de la denominada «novela del trauma»’ puedes hacerte a la idea de por dónde van a ir los tiros. Un drama dramón sobre una mujer marcada por la guerra y que aún no ha podido superar los traumas que la abocan a la autodestrucción. Una juerga, vaya. Así que en esta obra de perversión, ruptura y destrucción puede encontrarse, precisamente, un inicio de lo que nos espera.

Sherlock Holmes y las sombras de Shadwell de James Lovegrove, ed. Alma

Pues sí, en su paseo por los detectives literarios y el ‘cozy‘ y todo lo demás parece que en Alma han llegado al momento de publicar un misterio que mezcla a Holmes con Cthulhu. Lo que, supongo, es una decisión de marketing. Y quizá también de alguna persona en el lado editorial. Pero sobre todo de marketing.

El bosque en pleno invierno de Susanna Clarke con ilustraciones de Victoria Sawdon, ed. Salamandra

Para los aficionados a Susanna Clarke que sean MUY aficionados o la gente a la que le guste pagar 16 € por 64 páginas -en tapa dura y con ilustraciones, por supuesto. Que no hayan puesto a la ilustradora en la portada supongo que será por no dar pistas- tenéis este relato. Que también sirve como ‘detallito navideño’, supongo. Ah, sí, la historia. Un joven puede comunicarse con animales y plantas, le gusta el bosque, se interna en él, encuentra compañeros, aparece una figura, cambia su vida. Etc.

Ser o no ser de Ryan North, ed. Fandom Books

Ryan North es -posiblemente- más conocido por sus guiones de cómics. Pero también ha hecho libros, quizá recordéis el de Romeo y/o Julieta. Pues ahora estamos en las mismas pero le ha tocado el turno a Hamlet. Una versión con humor -y más cosas- en forma de juego de misterios, secretos y elecciones. Y si este funciona lo mismo tenemos un Macbeth.

En vela de Ana Penyas, ed. Salamandra Graph

Ana Penyas ha ido haciendo más cómics después de ganar el Nacional por Estamos todas bien. Esta vez le ha tocado como tema de turno al insomnio. A lo que nos lo causa sobre todo, de la precariedad, la incertidumbre, la desigualdad, la desconexión, la ansiedad. Habrá que ver cómo sale pero supongo que había que mencionarlo.

Homeboy de Theo Parish, ed. Tomodomo

Un cómic de reflexión y autodescubrimiento sobre el no-binarismo en el que las viñetas y lo momentos más propios de un diario se van mezclando para explicar lo que es -o, mejor dicho, lo que fue- el proceso que siguió su autore. Una obra entrañable, que busca no solo el conocerse mejor, también la afirmación y la esperanza.

Detectives y fantasmas (El primer misterio de los rescatadores mágicos) de Sabrina Catdoor, David Sierra Listón y Violeta Cano, ed. La Galera

Parece que la serie de Los rescatadores mágicos ha decidido unirse a la tendencia de los libros de misterios y detectives de hace un par de años con este especial de mayor tamaño y extensión. Bienvenido sea, supongo. Sobre todo si hay suerte y la serie regular o los especiales logran mantenerse.

El pirata de Masakatsu Shimoda, ed. Corimbo
Quizá os lo sorprenda, pero este álbum ilustrado no va de lo que parece. Bueno, sí, hay un pirata. Un pirata muerto que es arrojado al mar. Los seres marinos van despojándole de sus posesiones (es decir, joyas, ropas y también… ahm… partes del cuerpo) y de esta forma se nos va hablando y mostrando el cambio que supone, la reflexión sobre la vida y supongo que algunas metáforas. Pero, vaya, que más os vale echarle un ojo a algo más que la portada. Por si acaso. Aunque si queréis hablar de la muerte con peques es una forma de hacerlo.

El pequeño Niko de Svetlana Pavlova, ed. Apila Ediciones

El ganador este año del Premio Apila ha sido este álbum ilustrado con un extraño personaje que va probando a ver qué es. ¿Es un animal, es una planta? Iremos jugando junto con él, descubriendo y comprobando no solo la variedad que nos rodea sino, por supuesto, la importancia de buscarse. Incluso si no sabes si te encontrarás.

Nos leemos.


Generalmente enfrentarse a una serie de Ryan Murphy, especialmente a una de 9-1-1, significaba muchas ideas despendoladas y algo de drama tras las escenas. Además de una cantidad razonable de diversidad no siempre bien pensada. En 9-1-1: Nashville (USA) no tenemos nada de eso. Las ideas son tirando a cutres, como si no tuvieran dinero para hacer no solo las grandes escenas de rescate -o hacerlas de manera creíble: Un concierto al aire libre pese a la amenaza de huracanes no parece razonable- sino incluso antiguos trucos como el del bebé en el sumidero o el de la serpiente pitón. Aquí lo más parecido que tenemos es una niña siendo llevada por una cometa. No solo eso, la diversidad brilla tanto por la ausencia que podríamos estar hablando de 9-1-1: MAGA. Tampoco ayuda que el reparto en general ni tenga mucho que hacer ni mucho con lo que hacerlo. Pero es especialmente grave cuando el capitán es un Chris O’Donnell tan abotargado que llegué a pensar que su Gran Secreto es que estaba drogado. ¿Y con qué tratan de compensar todo este desastre? Pues con unas idas y venidas de telenovela de ricos noventera de lo más manoseado y aburrido. No solo por la unidimensionalidad de los personajes femeninos (los masculinos no son mucho mejores, pero por lo menos muestran un mínimo de variedad y agenda) como si hubieran decidido reciclar ideas de otra telenovela blanca como fue Nashville. La sobreproducción de Murphy ha ido haciendo progresivamente más descuidadas unas series que siempre han tendido al caos, pero no soy capaz de recordar una serie tan torpe, deslucida, e incluso lerda como esta. Creo que tiene suficiente dinero como para no haber hecho otro spin-off si no le apetecía. Y por la desgana que muestra cualquiera diría que le han puesto una pistola en la cabeza para desarrollarla.

Si tuviera que explicar de qué va Boots (USA) posiblemente dijera que es de la idealización de una relación de maltrato. Por algún motivo la última serie en la que estuvo implicado Normal Lear es esta y da la sensación de que él tiraba para un lado y otra gente para el contrario. Seguimos a un joven que se acaba de meter en los Marines durante su periodo de formación, entrenamiento o como leches lo quieran llamar. Y lo que vemos es exactamente lo que podemos esperar: Muchos gritos, mucho hacerle la vida imposible, mucho maltrato. Y lo que se nos cuenta es que es un cuerpo donde hay camaradería, donde se da una estructura, donde hay una finalidad. Da igual las cosas que le hagan, el personaje central -y los de sus alrededores, que tampoco es que tengan mucho que hacer- se dedican a encontrar excusas ‘pero en el fondo me quiere y lo hacen por mi bien’ que serían suficientemente graves incluso si no fuera por la verdad en su centro. Que es un poco de lo que va este Boots. Porque una de las cosas que han hecho desde el principio es quitar el mucho más claro título del libro que adapta: The Pink Marine. Sí, el personaje central es, además, gay. Y estamos en el paso de los ’80s a los ’90s. Así que no es que estemos en la actualidad -bueno, la PRE actualidad-, o en la época del Don’t say, don’t tell. Estamos incluso antes, en un momento en el que si se descubría te echaban. Que viendo las declaraciones del Ministro de Guerra es exactamente donde andan ahora. Porque el problema del actual clima político en USA es que muchas de las series que se ambientan en el pasado con un ‘fíjate que espanto cómo eran antes las cosas’ ahora se han convertido en ‘estamos igual de mal que antes’. Salvo las de ‘alguien quiere matar al presidente’, que esas se han convertido en ‘apoyo completamente a los malos’. Como decía, este es parte del problema. Otra parte es que en realidad no saben qué quieren contar. Porque te cuentan esas dos cosas pero también tienen un montón de secundaros dando vuelta sin mucho interés, agencia o trasfondo. ¿se supone que se convertirán en personajes de verdad, que serán el fondo, que servirán para que encontremos potenciales intereses románticos? ¿Qué? Posiblemente el personaje más plano de todos sea el de la madre del protagonista, del que puedo llegar a pensar que lo han metido con calzador porque una serie de gays necesita a una actriz como Vera Farmiga por ahí. Y es que al final lo que tenemos es eso, un batiburrillo que no sabe qué quiere ser y una explicación de una relación de maltrato. Se ve que esa es la comedia hoy día.

Como esta ha parecido la semana de las series ridículas ahora nos toca The Chosen Adventures (USA) en la que Jesús se hace amigo de dos niños a los que ayuda con el día a día. Lo que solo sirve para pensar en hasta qué punto parece algún tipo de comedia de adult swim que se han tomado en serio. No solo por lo ridículo de la premisa y los chistes -si en algún momento Jesús hubiera dicho que él no va a restaurantes porque después de la cena te clavan casi ni hubiera movido una ceja- sino porque el potencial para el mal es mucho mayor que el de esta especie de Amigo Invisible que tratan de venderles. Pero bueno, la religión es un negocio y de alguna manera tienen que sacar merchandising, supongo.

Tras todo esto lo que puedo decir de Les Disparues de la gare (O)(FR) es que es rutinaria. Una serie ‘basada en hechos reales’ que sigue una investigación con sus mujeres muertas, sus policías atormentados, su mezcla de paisajitos y de paisajes grises, exactamente lo que te puedes esperar, nada estridente, nada estúpido, perfecto para tenerlo de fondo mientras te echas la siesta, planchas o cualquier otra cosa porque la historia va tan sobre railes que te puedes subir y bajar de ella sin que en realidad importe demasiado.

En Netflix siguen estirando el exploit con Dr. Seuss’s Horton! (USA) que es una serie sobre animalitos ayudando a otros animalitos que no tiene nada que ver con el libro ni, desde luego, con la imaginación de Seuss. Pero parece que este tipo de explotaciones de obras conocidas es lo que toca en la era de las Propiedades Intelectuales. Supongo que porque es lo que reclaman los pre-escolares. ¡No van a probar cosas nuevas! En fin.

A favor de Enfes Bir Aksam (O)(TU) diré que por lo menos tiene sentido. Quiero decir, esto es una de esas telenovelas turcas. Lo saben todos los implicados y, probablemente, también sus espectadores. Drama, lujo, lo que parece venganza o algo, con una familia que en realidad es gente reunida sin lazos de sangre, con una joven que vuelve para salvar el legado familiar de esta familia, y voy a asumir que con una historia de amor entre ellos. La verdad es que a mí no me ha dicho nada. De hecho, me ha parecido un exceso de escenas de personas hablando en trajes de noche y esas cosas -también te enseñan a la protagonista manchándose las manos arreglando no-se-qué para que quede claro que ella no es como los demás, por supuesto- pero supongo que también eso es lo que espera su público. Que, muy claramente, no soy yo.

A veces uno se encuentra con series tan insufribles que solo puede imaginar que acabarán siendo consideradas de culto, porque eso es lo que Film Club (UK) hace. Hasta el punto de que el personaje de Suranne Jones como una madre insufrible acaba siendo lo único de interés en una serie a mayor gloria de una actriz principal que se pasa poniendo la misma cara todo el capítulo, se supone que tenemos que empatizar con ella por algún motivo ignoto mientras la vemos redecorar una sala para una experiencia inmersiva de una película y vemos una relación romántica desarrollarse de manera muy poco interesante, creíble o razonable. Nabhaan Rizwan es claramente peor en comedia que su hermano, pero se supone que en drama es mejor, y que puede ser un interés romántico competente. Lo cierto es que aquí lo único que deja claro es que su hermano es más divertido. Pero el problema es que teniendo tan cerca la segunda temporada de Juice también sabemos que de este Rizwan se podían haber sacado mejores interpretaciones. De hecho, aún no es tarde, podéis olvidaros de sufrir este piloto y poneros la segunda de Juice. Aunque no salga Jones.

Uno -yo- esperaría que una serie como Frauds (UK) que podría resumirse como ‘Suranne Jones y Jodie Whittaker son unas ladronas que preparan un último golpe antes de que la segunda muera’ sería algo divertido de ver y bien actuado. Ninguna de las cuales se cumple. Jones parece estar perpetuamente en otro lugar -lo que tiene más mérito porque es co-creadora del asunto-, mientras que Whittaker va en automático. ¿Es posible que en algo de esto tenga la culpa España? Pues lo mismo, porque está grabado aquí y el centro de la historia parece que será un atraco a uno de los grandes museos. Pero, por supuesto, como están en España es lógico que haya una escena en una plaza de toros. En fin. El problema principal es que se pasan tanto tiempo estirando las escenas y la premisa que da la sensación de que en realidad iba a ser una película pero alguien las obligó a rellenar mínimo seis capítulos de esto. Y, claro, no da. Muchas vueltas sobre lo mismo, mucha incidencia en lo mal que está Whittaker, muchas ideas y venidas para nada. Y poco de todo lo demás. Que voy a asumir que la excusa era poder cerrar el capítulo con lo que pretenden robar, pero… yo qué sé… búscate otro cliffhanger porque para cuando llegas a él te da lo mismo. Te da lo mismo el golpe, te da lo mismo por qué lo dan, quién está por medio y absolutamente todo. Y al final lo único que puedes decir bueno es que no es la peor serie en la que Jones ha estado esta semana.

Volviendo a las series que no soporto y que probablemente hubieran sido mejores como películas, este Hui hun ji (O)(TW), o 回魂計 oThe Resurrected o Plan de resurrección o…, tiene un piloto desastroso con cambios temporales, mucho que contar y pocas ganas de hacerlo claramente y eso pese a tener un tema que es muy sencillo de exponer: El asesino y torturador de unas jóvenes (y más cosas) es ejecutado tras un proceso penal. Varias madres de sus víctimas se unen para resucitarle y torturarlo. Hale, ya está. Sí, la parte de resurrección había que explicarlo. Y por algún motivo parece que también el que la familia de él es rica -o algo- y logra que las víctimas y sus familias no reciban compensación, que imagino que es importante también por algo. Y entiendo que tenemos tres mujeres porque así están la madre de la hija muerta, la madre de la hija en coma y la madre de la hija que sobrevivió. Pero entre el batiburrillo de cosas que nos cuentan, cómo nos la cuentan y que, en realidad, llega un momento en el que dejas de querer enterarte porque, francamente, no puede dar más igual que hace cinco años las madres vieran cómo mataban un mono para luego resucitarlo en un CGI tan malo que podría ser de Gladiator II, y mucho menos aún que te lo junten con que entonces pensaron usarlo para una cosa y ahora se les ocurre hacerlo para otro. Simplemente no. No me sobran el tiempo de vida que requiere ver esto. No creo que me sobre ni el de mirarme un resumen en la wikipedia. Pasando.

¿Es un dibujo feo y una animación discutible o ya ha llegado al IA? Viendo Kurukshetra (O)(IN) lo único que sé es que no han sido capaces ni de explicar el follón -en parte porque hacen resúmenes pero los hacen partiendo de un cierto conocimiento, así que sirve para no enterarte de la historia porque no te la están contando y porque la interrumpen todo el rato- y, además, te ofrecen uno de los peores ejemplos de animación que se me ocurren. Es muy notable como algo que podría ser interesante acabe en este espantajo. Pero confío en que la próxima vez que lo intenten haya alguien poniendo orden y tomando mejores decisiones. Empezando por ‘que no parezca hecha con IA’.

Otra de más-de-lo-mismo en The Last Frontier (USA), una serie que hace lo que una película pero en más tiempo y estirándolo todo para justificar ese tiempo. Yo no sé qué manía tienen de capítulos largos si luego no saben qué hacer con ellos o en ellos más que dar vueltas una y otra vez a lo mismo. Esta en cuestión da tantas que en un momento determinado lo paré para mirar si es que era algún tipo de spin-off de una película que no hubiera visto y por eso había tantas referencias a ‘ya sabes, después de lo que pasó’. Pero no, es simplemente que no saben cómo crear suspense. Supongo que es parte de esa tendencia de crear series mascaditas que sirvan como ruido de fondo durante la siesta. En fin.

Es notable que esta Maigret (UK) sea británica, porque toma todas las decisiones americanas posibles. Desde convertir a Maigret en un tipo de metro ochenta, treinta años, atlético, etc… a coger Maigret y el ladrón perezoso, reducirlo al esqueleto y centrarte en los atracadores -y los atracos- antes que en los personajes y sus relaciones -claro, si el protagonista tiene 30 años es más complicada una relación extensa con un ladrón- así que acaban logrando la clásica serie policíaca al uso (incluyendo el dotar de un equipo de colaboradores más o menos especializados al protagonista). Y al final la idea que me queda es, ¿realmente querían ver una adaptación de Maigret? ¿O lo que querían era que Maigret se pareciera a lo que suelen ver?  Porque esta americanización del que puede ser uno de los más claros ejemplos de detective europeo… no tiene demasiado sentido.

Resulta curiosa esta Néro (O)(FR), no tengo muy claro que esperaba pero que sea una mezcla de aventuras, historia y francesidades con ciertas intrigas más o menos palaciegas, más o menos de organización criminal y toda una serie de añadidos (incluyendo algún toque ‘sobrenatural’ de profecías y brujas; pero también de relaciones familiares) para crear una serie que no es más de lo que pretende, ni parece buscar otra cosa. Que, a veces, es lo que más mérito tiene.

Si ya es malo hacer series que parezcan películas alargadas esta Sin Frenos (O)(CH) que parece una película de esas comedietas que estrenan ahora… peor aún. Sobre todo porque no solo el punto de partida es a la vez estúpido y manido -una mujer rica enviuda y descubre que solo tiene deudas, un tipo con aspiraciones se ve ‘relegado’ a un empleo de ‘rider’, ambos confluyen y parecen haber tenido algún tipo de idea genial, no muestra más- sino que, además, los temas tratados con superficialidad no parecen ir a desarrollarse por ningún lado. Y lo más triste aún es encontrarse que este básico mínimo de ‘los pobres, los extranjeros, son gente también’ parezca tan revolucionario que los comentarios del trailer estén llenos de auténticos malnacidos protestando por esto. Que espanto de mundo.


¡Libros que Salen! Ayatsuji, «Descarriada», Slatter y más

¡Que entre la pila!

Los asesinatos de la mansión del molino de Yukito Ayatsuji, ed. Quaterni

No sé si recordaréis Los asesinatos de la casa decagonal, pero su autor -el especialistas en misterios clásico que allí llaman ‘honkaku‘- vuelve aquí con una mezcla que nos puede sonar: Un hombre en silla de ruedas que lleva una máscara para ocultar su desfiguración invita, como cada año, a un pequeño grupo de conocidos a su casa. Pero este año un tifón desencadena una serie de acontecimientos que incluyen -por supuesto- robos y asesinatos. El investigador habitual de Ayatsuji, Kiyoshi Shimada, hace aparición para tratar de desentrañarlo… justo cuando se anuncia la llegada de otro tifón. Así que sí, misterio al estilo clásico con las particularidades japonesas. ¿Qué más hace falta saber?

Una senda de espinas de Angela Slatter, ed. Duermevela

Volvemos a Angela Slatter y lo hacemos con una novela de inspiración gótica, en el mismo universo que De conjuros y otras penas, con una institutriz que viaja a una remota finca. Así que pronto tendremos las clásicas escenas con caserones con secretos, remedios medicinales y extrañas criaturas en los bosques circundantes. Así que eso nos ofrece Slatter, su propia versión de una receta clásica.

Descarriada de Samantha Kolesnik, ed. La Biblioteca de Carfax

Una mujer que de puertas para fuera tiene todo lo que podría desearse pero de puertas para dentro lo que tiene es un marido abusador. Desde esa premisa la protagonista llegará al fetichismo y la cirugía plástica para hablarnos de la misoginia o la falta de autoaceptación a múltiples niveles al ‘body horror’ y, sobre todo, por sorprender también con lo que deja sin mostrar ni contar para que sea ahí, en lo que rellenamos por nuestra cuenta, donde el horror esté más presente.

Lo que viene después… y que te guste de Abigail Thomas, ed. Errata Naturae

La muerte y un día. Podríamos hablar de que ese es el punto de partida de este libro en el que las vivencias de la autora van desgranándose, de la muerte de su marido a un mal diagnóstico para su hija, pasando por reflexiones sobre el arte, la esperanza o las vicisitudes. A ratos puede parecer una persona de charla, pero eso es precisamente lo que estas viñetas van montando y organizando. Y ahí reside parte de su valor.

Querida Laura de Gemma Amor, ed. Dilatando Mentes
Tras Pinos Blancos nos trae Dilatando Mentes una nueva novela de Gemma Amor, esta vez con otra joven protagonista pero igual de complicada su vida. Empieza a recibir correos sobre un amigo de su infancia que desapareció cuando eran niños. Correos que le ofrecen contarle cosas a cambio de humillaciones. A partir de ahí cada cual que juzgue si es el tipo de cosa que le apetece leer. Si no siempre podemos recomendar su anterior libro, que mejor.

La vía dorada de William Dalrymple, ed. Desperta Ferro

Vuelve William Dalrymple, vuelve a hablar de India y lo hace para explicar cómo antes de los sultanatos fue una cultura influyente, irradiadora incluso, que reivindica sus contactos de China al Mediterráneo, y la influencia que su tecnología y su comercio, su ciencia y filosofía tuvieron.

Let’s do it de Bob Stanley, ed. Liburuak

Autor del conocido Yeah! Yeah! Yeah!, aquí Stanley nos lleva al inicio de la música pop… que él pone en el inicio también del siglo XX. Echando la vista atrás, a la invención del disco de 78 rpm a finales del S XIX, y hablándonos de las estrellas (Armstrong, Ellington, Bessie Smith, Sinatra) así como de los compositores y arreglistas, se trata de un repaso a esos inicios que quizá estén más olvidados pero que no dejan de ser los que configuraron en muchos aspectos nuestra relación con el pop.

Brooklyn, una novela criminal de Jonathan Lethem, ed. Literatura Random House

Vuelve Lethem con otra novela criminal en Brooklyn, en los años setenta, con viñetas interrelacionadas, con vidas cruzadas sobre todo de los jóvenes de uno de los vecindarios, con la variedad cultural de los vecinos y sus interconexiones como manera de tejer una imagen que tejido en el que la gente llega y va, y es que el crimen aquí es más la empresa criminal -casi una forma de vida- antes que un suceso concreto que investigar. Lo que sirve para formar una fotografía que deja una imagen más completa del tema a fuerza de hacerla también algo más superficial.

Mi refugio y mi tormenta de Arundhati Roy, ed. Alfaguara

Un nuevo libro de memorias de Roy en el que, esta vez, intenta entender el proceso de duelo por la muerte de su madre, tanto hacer las paces con ella como con el hecho de cómo le ha afectado. Porque su relación era complicada, había amor pero también una necesidad de separarse de ella para encontrar la libertad -una libertad- que le permitiera ser ella misma y no lo que su madre quería. Así que podéis imaginaros que estas van a ser unas memorias complicadas.

Un largo camino de Abdulrazak Gurnah, ed. Salamandra

La primera novela desde el Nobel, una historia de muchachos que están en crecimiento en -y cito- «el África oriental postcolonial». Que suena a espacio geo-temporal amplio. En fin, Zanzíbar años noventa, tres jóvenes de distintos orígenes, contextos e intenciones, pero se hacen amigos y eso lleva toda una serie de momentos, movimientos y blablabla. Ya sabéis cómo va esto.

A la deriva contigo de Beth O’Leary, ed. Suma

Aquí estamos, con Beth O’Leary de nuevo (Piso para dos, En tus zapatos, etc…) en una nueva obra romántica, con una joven que busca una noche y un joven que busca el amor, y el barco en el que deciden aprovechar… y se ve arrastrado mar adentro. Esto, que podría dar lugar a una de suspense o, incluso, de terror, logra reconducirse en una obra romántica. Porque es lo que tienen las tablas. Que flotan.

Ashes to Ashes Not de Mak Siu-Fung, ed. Planeta Cómic

Autor hongkonés centrado sobre todo en la animación, Mak Siu Fung lleva en esto de las artes desde los noventa, sea con cómics, ilustración, animación, esculturas o lo que toque. Así que es bueno que llegue este volumen que recupera dos historias de terror. Por un lado un joven estudiante arrastrado a un infierno personal de culpa por el recuero de una promesa rota. Por otro, una joven pareja que descubre una presencia tras el televisor. En ambos casos una ventana a otra manera, no tan lejana, de contar historias.

El bosque de los mil ojos de Frances Hardinge con ilustraciones de Emily Gravett, ed. Bambú

Naturaleza salvaje, amenazas inesperadas, una misión con peligros y una joven acompañada por su hurón para tratar de salvar a los humanos. Una inversión de papeles en la que la naturaleza es la agresora y la humanidad debe defenderse, lo que le sirve perfectamente para dejar caer una reflexión. Eso es lo nuevo que nos propone Hardinge en esta obra acompañada por algunas ilustraciones de Gravett.

Muerte en el faro (2, Montgomery Bonbón) de Alasdair Beckett-King con ilustraciones de Claire Powell, ed. Bambú

Pues aquí estamos de nuevo, con un nuevo caso para Bonnie Montgomery, perdón, queremos decir para el célebre detective con bigote Montgomery Bonbón. Un faro, unos cuantos sospechosos y suficientes giros de guion y momentos de humor -acompañadas por las ilustraciones- como para dejarte con ganas de seguir leyendo más sobre este particular detective que en ningún caso es una jovencita disfrazada. ¡Si hasta tiene una boina roja!

El libro fantasma de Remy Lai, ed. Astronave


Se nota que llega el mes que llega cuando las editoriales se animan a publicar cómics de temática fantasmal -e influencias más o menos obvias- como este de Remy Lai. Una joven ve fantasmas, pero tiene que negarlo porque su padre no cree en ellos. Algo complicado sobre todo en el mes de los fantasmas, sobre todo cuando aparecen los fantasmas hambrientos. Tampoco ayuda que se haga amigo de un fantasma infantil de alguien que parece debatirse entre la vida y la muerte. Y, mucho menos, encontrarse con que sus vidas están ligadas. Así que a ver si hay suerte y sirve para que publiquen más cosas de la autora como Pie in the Sky o Chickenpox.

Ágata Crispy Detective de Paul Martin con ilustraciones de Camille Roy, ed. Blackie Books

El éxito de los investigadores para peques facilita la aparición de estos álbumes ilustrados en los que la pequeña Ágata va haciendo frente a pequeños misterios cotidianos que se pueden resolver, con ilustraciones como apoyo y una serie de tareas -encontrar pistas, elegir sospechosos, resolver el misterio propuesto- a su medida. Además, claro, de las ilustraciones de acompañamiento.

A la caza de los Monstruos de Robert García y Emma S. Varela, ed. Pijama

En Pijama sacaron A la caza de los Reyes Magos y, tras su éxito, decidieron que iba a ser una colección, así que con Emma S. Varela y Roberto García crearon esta historia con divertidas ilustraciones en las que un peque decide ‘cazar’ a todos los monstruos que se esconden en su habitación. Con ello una mezcla, no solo está la historia, también la posibilidad de ‘jugar’ buscando los objetos perdidos por las páginas.

Hansel y Gretel en versión de Stephen King con ilustraciones de Maurice Sendak, ed. Beascoa

Supongo que a estas alturas todo el mundo conoce a: Hansel y Gretel, Stephen King, Maurice Sendak. Probablemente por ese mismo orden. Así que reunir a los tres -bueno, o a los dos y darles la idea de darle una vuelta a la historia- parece una idea que quizá no tenga muchas fisuras pero, además, algo por lo que poder cobrar 20,95 € por 48 páginas.

Nos leemos.


Tras la versión francesa, la italiana y la… ahm… paisbajeza… llega la versión italiana de Machos Alfa, llamada esta vez Alphamännchen (O)(AL) , lo que significa que ya he visto más veces este piloto no solo que lo que se merece sino de lo que cualquier persona sensata habría hecho. El mismo número de estupideces, de ‘soy demasiado Un Hombre para conseguir encontrar un empleo’, de ‘me asustan las relaciones abiertas y me trago el anillo que yo mismo escondí’ y de ‘chistes de juguetes sexuales’. Si ya eran malos la primera vez verlos ahora hace pensar en lo increíble que es que nadie haya decidido que tenía que haber una manera de mejorarlos. En lugar de eso parece que han decidido rodarlo más lento. Supongo que porque buscaban la manera de hacerla más insufrible. Los otros cambios (quitar un personaje de la cena final, intentar justificar a los personajes en sus machisteces, por ejemplo) funcionan igual de mal. Esto tiene ya cinco versiones, ¿podemos parar por favor? Como ‘running gag’ perdió la gracia hacia mucho.

Podría pasarme todo el día echando pestes de Chad Powers (USA) y no terminaría. El ridículo punto de partida, que intenta sacar cosas de Ted Lasso y de Mrs. Doubtfire -de manera poco menos que explícita- logra ser incluso peor que la cosa de golf de Owen Wilson de hace unos meses. La interpretación de Powell está más allá de lo plano, el intentar que nos creamos que el engaño se puede sostener es casi insultante, y lo claro de cada rol y cada arco que tenemos por delante es una muestra de pereza que hace pensar en cuánto dinero habrán gastado en este espantajo. En fin.

Seguimos con esa moda incomprensible de coger una historia, partirla en tres segmentos y llamarla serie, pese a que el total conjunto de las mismas supere por poco las dos horas, como es este caso. Bien es cierto que este Charlotte’s Web (USA) ha sido una adaptación con los productores de Barrio Sésamo detrás que ha tenido todo tipo de problemas para salir adelante. Lo que supongo que explica tanto el reparto de campanillas para las voces como que la serie en si no tenga interés alguno ni como adaptación del libro original ni como serie propiamente dicha, y no me hagáis hablar de la animación. En fin.


La decisión de hacer este Da Ilueojiljini (O)(CS), o 다 이루어질지니 ‧o Genie, Make a Wish o El Genio y Los Deseos o…,parecía salir tanto de recuperar a los dos actores principales para que trabajaran juntos como poner lo que parece una adaptación de un cómic o algo así. No lo he encontrado pero lo parece. Punto de partida: Un genio que decide corromper a una joven por cosas de hace muchos años, la joven no está por la labor -claro- y es especial (una psicópata) así que se dedica a algo así como jugar con él. Porque le prometió a su abuela no matar a nadie, pero… ¿los genios no cuentan como ‘alguien’, no? Es de suponer que en esta historia de ángeles y… ahm… genios en la que el componente religioso y mágico está muy presente pero un poco metido a presión entre muchas cosas, quiere presentar tantas cosas y tanto contexto que el piloto acaba siendo un ejemplo de ‘infodump‘, aunque al menos el recurso del humor tontorrón y la química en sus protagonistas hacen más sobrellevable esta historia que parece un revoltijo con djinns de por medio. Así que… bueno… seguro que su público lo disfruta. (Pero yo hubiera agradecido que durara bastante -bastante- menos).

Estaba convencido de que The Game: You Never Play Alone (O)(IN) iba a ser una serie sencilla de comentar al margen de que sea india, pero se ve que hasta en eso les he sobreestimado. Vamos con la historia en sí: Una mujer desarrolladora de videojuegos es candidata a un premio, eso lleva a una entrevista en la que se pone de relieve la misoginia habitual (preguntas sobre el influjo de su marido, hacer de menos su éxito, etc) y se pasa a los problemas típicos con jefes (que consideran más importante la imagen de la empresa que la misoginia recibida por su empleada), su contexto familiar y de trabajo y esas cosas. Para cuando empiecen las amenazas y agresiones (el principio del capítulo nos la muestra tendida en la playa, antes de volver al pasado para que este piloto nos lleve hasta ese punto inicial) podamos seguir dos líneas, por un lado que realmente sea cosa de ese colectivo de internete que la amenaza, por otro que sea parte de su ‘familia y compañeros’. Supongo que será una de esas historias en las que hay que verlo entero para juzgarlo al completo porque, de entrada, es solo un drama de suspense que tira del viejo ‘ripped from the headlines‘, pero el tema es lo suficientemente fácil de cagarla. Tanto en el tratamiento de estos grupos como decidiendo que al final el culpable sea alguien cercano -que es lo habitual en estos casos- con puntos extra si, además, acaba siendo otra mujer. No digo que no haya que hacerlo, al contrario, pero sí creo que requiere cuidado al trabajarlo como tantos otros temas en los que los guionistas muchas veces no se paran dos minutos a mirar. Igual que requiere que los comentaristas, los críticos, hagan su trabajo. No puede ser que haya echado un ojo y no haya encontrado casi ninguna mención al obvio paralelismo con el GamerGate -que es parte de lo que nos ha llevado a donde estamos-, y peor aún son los comentarios que deciden enmarcar esto dentro de las cosas que pasan en India. Como si en USA no ocurrieran porque, precisamente, GAMERGATE. De verdad que siempre hay hueco para que mi opinión de los periodistas empeore. Pero bueno, en fin, volvamos a la serie que, de momento, y fuera de este tema de partida, no es que ofrezca mucho más. Supongo que veré algún capítulo más a ver por dónde avanza, porque ojalá que sea algo más que la enésima serie de suspense a la que le ponen un maquillaje ‘de actualidad’ -once años hace del inicio del GamerGate- para venderla. Ya veremos.

Bueno… How Are You? It’s Alan (Partridge) (UK) demuestra que hay quien no para de intentar sacarle jugo a sus personajes. Lo cierto es que esto podría haber funcionado –Partridge trata de recuperar su status y meterse en ‘la conversación’ de los documentales sobre temas complejos, que él entiende como explotar los problemas mentales para su propia ganancia. (Así que por lo menos está al tanto de la actualidad)- pero me temo que la incapacidad de actualizar a Partridge hace que suene más viejo de lo que debería. Y más cansado. Quizá con otro tipo de humor… pero al menos tiene más sentido hacerlo con él que con Cunk. Supongo.

Algo de drama familiar, bastante spookon tirando a ridículo porque Miss King (O)(JP) se centra en el shōgi, el ajedrez japonés. Así que… bueno, es una cosa con la que obsesionarse. Supongo. Sobre todo porque intentan usarlo como ‘historia de venganza’, imagino que habrán visto Sin-ui hansu y habrán pensado que podían hacer una versión. De nuevo, claramente no soy el público de esta historia.

Hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien con una serie. Porque Murder Before Evensong (UK) es, al menos en su piloto, un gran ejemplo de ‘murder mystery’ británico, al más puro estilo de un Midsomer Murders convertido en serie. Quizá ese es el mayor problema de este piloto, el comenzar con un asesinato que vamos a ver llegando al final. Aunque espero que no estiren en exceso la investigación. Por lo demás, un gran reparto -mención especial a Amanda Redman, que está excelsa como Audrey Clement, la insufrible madre del vicario protagonista. Una mujer que haría parecer una vecina encantadora a Agatha Raisin.- que ayuda a encarrilar la serie (ambientada en 1988, por cierto) y que, esperemos, sea solo el principio de una gran serie que nos ofrezca distintos casos en sus temporadas. (De hecho, si este caso lo resuelven en el siguiente capítulo, estableciendo así una forma de investigación de como hora y media). Así que si queréis una serie en la que se nos presenta un pequeño pueblito inglés, un montón de sospechosos que tienen puntos en común con un tipo, la muerte del susodicho, y una buena cantidad de tramas paralelas más o menos humorísticas (en este caso, la posibilidad de construir un aseo en la iglesia), aprovechad. Que no se hacen muchas de estas.

No sé si recordaréis DI4RI, pero le han sacado una especie de spin-off, RIV4LI (O)(IT). Como aquella tiene a chavales con pinta de chavales, habla de sus cosas y problemas y deja una sensación general de que podría haber sido un libro juvenil. Italiano, por cierto. Pero los temas son más o menos universales y tiene menos de esas historias de veinteañeros en el instituto que de cosas un tanto inhabituales pero, decididamente, no improbables. Como leerse un libro de Gran Angular. Luego ya está el asunto de hasta qué punto podría interesarnos algo así, pero resulta al menos interesante -como en la otra serie- ver algo que va más allá de las cosas estadounidenses habituales.

Una serie sobre las primeras policías -mujeres policía, vaya- que hubo en Suecia en los años cincuenta. Eso es lo que nos ofrece Skiftet (O)(SU) y lo que, claramente, iba a ir como iba a ir: Que si el contexto, que si el drama, que si los problemas personales. Que decidieran colocarlas en los peores puestos y situaciones no debería de sorprendernos mucho. Que la serie se empeñe en vendernos el coraje y blablabla… menos todavía. ¿Os acordáis de la mexicana Las Azules del año pasado? Pues como esas pero en aburrido. Que acabe con un asesinato, de una prostituta, supongo que es para intentar que lo que el drama histórico no trae (que no lo hace) lo arregle esto otro, con la lucha contra la gente del departamento de policía para que las hagan caso y, de paso, para llevar justicia al caso. Que lo mismo lo resuelven en el próximo capítulo pero, sinceramente, nunca lo sabré porque no tengo interés alguno en verlo.

Es una lástima que esta serie no le interese ni a Netflix, que no se ha molestado en sacarle un trailer.
Creo que en lo que más he pensado viendo The Sisters Grimm (USA), más allá de ‘pero esto está basado en algo, ¿verdad?’ es en la cantidad de IA que habrían usado para lograr una animación que logra ser a la vez tan mediocre y tan desfasada, es como si alguien hubiera decidido hacer un estilo de los años ochenta pero en peor aún, y luego lo hubiera pasado por herramientas que muy claramente han empeorado el aspecto. El resto no es mucho mejor: Tras la desaparición de sus padres dos hermanas regresan al pueblo de estos en el que descubren que las criaturas de los cuentos de hadas son reales. Una premisa que solo hemos visto usar como una vez cada tres meses. Así que esto es lo que tenemos, quizá la peor de las series infantiles/ juveniles de Apple hasta el momento y una notable separación con lo que ha venido siendo su cuidado e interés en los más pequeños hasta la fecha. En fin.

Es una pena que este Tangata Pai (NZ) no acabe de gustarme, porque la premisa me parecía interesante: Distintas historias de contando la historia de cinco personas cuyas vidas se ven mezcladas en una ocupación de tierras. Porque, además, se hace como forma de ofrecer creaciones maories y como parte de esta forma de tratar de explicar las muchas formas en las que afecta a la vida (de ahí que tengan a un músico activista, o a un político, pero también a un policía que no tiene claro su papel, o a una enfermera y a un padre) porque la identidad es tan importante como al justicia y la familia. Sin embargo la mezcla no acaba de funcionar en parte porque varias de las historias -al menos en este piloto- parecen ajenas. Sabemos que viven en el mismo espacio, y que una serie de ataques terroristas sacuden su mundo, pero da la sensación más de ser una serie de cortos sucesivo que una serie en la que unos y otros se mezclen. Creo que era una buena idea pero no necesariamente -al menos no para mí- un buen resultado. Quizá debería dar más oportunidades a la serie, puede que la siguiente tanda de historias de ocho minutos me muestre algo que la primera no ha hecho, pero igual que confío en que muestren algo después de los ataques -aunque supongo que la idea de ‘en tiempo real’ significará que, en el mejor de los casos será para el final de esta temporada o una hipotética segunda- pero… no sé, no sé.

Supongo que esta The Walsh Sisters (O)(IR) espera adaptar las novelas de las hermanas Walsh. Por el título, vaya. Pero lo cierto es que el piloto da la sensación de que va a intentar mantener a todas las hermanas dando vueltas, aunque esté claro que van a empezar por Rachel. No le veo mucho interés, la verdad, pero es posible o que no sea su público o que estén contentos haciendo una adaptación típica llena de topicazos, quizá ambos. Supongo que al menos los fanses de Marian Keyes encontrarán algo de interés.

Doy por hecho de que había una forma de que Watching You (AU) fuera menos aburrida de lo que es. Quizá haciéndola algo más diferente a una versión Lifetime de Sliver (que tiene mucho mérito, teniendo en cuenta que Sliver no dejaba de ser la versión Lifetime de un sexy thriller), quizá haciéndola más parecida al libro en el que se basa -sí, estoy dando por hecho que no se parece al libro… porque nunca lo hace- o quizá con un personaje central que nos importara un algo. Lo único destacable que tiene es su pésimo gusto por los hombres. En cuanto a la historia en sí: No solo llevamos viendo desde el principio que los protagonistas tienen ‘cámaras camufladas’ en sus casas, también lo descubre la protagonista en un momento determinado. Que tarden hasta el final del capítulo en mandarle un mensaje de «te estoy observando» hace menos que pienses ‘oh, hay alguien observándola’ que «Vaya, se lo graba para verlo después, probablemente con el botón de FFW en el dedo, puedo entenderlo». Porque fuera del clásico ‘vaya, parece que todos se lían con todos, ya he perdido la cuenta de cuáles se supone que son las parejas oficiales’ no creo que encuentre mucho interés en lo que están viendo. Desde luego puedo decir que yo no lo he hecho.

 

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Parece que en USA el dinero de los fanáticos no se termina nunca, así que han podido estrenar A Week Away: The Series (USA) que es la idea de ‘serie familiar cristiana’ con un montón de chavales en un campamento cristiano comportándose menos como chavales -no te digo ya como ‘chavales de campamento’- sino como una especie de robots que se enfrentan a momentos en los que exclaman ¡Cáspita! porque han discutido con su mejor amiga. En serio, al lado de esto las series de Disney y Nickelodeon son HBO. Pero bueno, supongo que la idea es demostrar a los chavales que puedes tener la profundidad de una cucharilla y, que aún así puedas montar un drama con tu aburrida vida. Ah, y proporcionar algo que poder parodiar de forma inmisericorde durante siglos.


¡Libros que Salen! Oates, «Transmutada», McCarthy y más

¡Que entre la pila!

El señor Fox de Joyce Carol Oates, ed. Alfaguara

No hay que confundirlo con el libro del mismo título de Oyeyemi, porque aquí estamos ante una obra de… misterio literario, quizá. Y es que Joyce Carol Oates no para de crear de manera particular. Esta es una obra sobre crimen y complicidad, un juego de gatos y ratones en el que un profesor de inglés, dueño de un coche que aparece hundiéndose en un estanque, con un cuerpo cerca. Algo que hace que un policía tenga que empezar a hacer preguntas. Comenzando por, ¿hasta qué punto conocemos realmente a la gente?

Transmutada de Eve Harms, ed. Dimensiones Ocultas

La experiencia trans como parte del body horror, la mirada sobre una influencer que busca poder acceder a esa cirugía de feminización la lleva a ponerse en manos de un doctor de métodos discutibles. A partir de ahí en la frontera entre el weird, el splatterpunk y la vida real de las irrealidades; vamos viendo cómo la mirada del público, la mirada propia y las mutaciones son parte de un mundo que puede convertirse en pesadilla. Que no deja de ser otra forma de irrealidad, como las propias redes sociales, claro.

Musivo de Catherine McCarthy, ed. Dilatando Mentes

Reconozco que la idea central detrás de este Musivo -cuando una experta en restauración recibe el encargo de arreglar la vidriera de una iglesia en un pequeño pueblito tanto la imagen que se va formando como el ambiente del pueblo se va convirtiendo en algo inquietante- me ha llevado a lo mejor del gótico italiano y del folk británico, así que espero que la historia de esta autora galesa que quiere hablarnos de eso pero también de los traumas de crecimiento en un hogar abusivo y extremadamente religioso, en el que lo inquietante de la situación está por encima de violencia física o ‘gore’, esté tan a la altura como parece.

Término Malaussène (2, El caso Malaussène) de Daniel Pennac, ed. Literatura Random House

Pues aquí estamos. Quizá la gente ni recuerde cuándo salió la parte anterior a esta. Normal. Pero hay más Malaussène y, aunque sea solo por la nostalgia de los dos primeros títulos, creo que merece la pena comentarlo. Un secuestro falso acaba en algo serio cunado un escritor está determinado a desvelarlo en una obra de no-tan-no-ficción. Esperaremos.

Una película de terror de Paul Tremblay, ed. Nocturna

En los años noventa un grupo de jóvenes intentó hacer una película de terror. Sucedieron suficientes hechos extraños como para que solo sobreviviera uno de ellos, y solo tres escenas de toda la película. Escenas que se convirtieron en leyenda y culto. Lo que llevó, claro, a Hollywood a plantear en la actualidad un ‘remake’. Con el único superviviente. De ahí este libro que va y viene entre momentos temporales, que mezcla el guión de la película (¿o películas?) con la narración y que incluye otros giros y particularidades. Porque, sin duda, se trata de una obra mucho más particular -o quizá debería decir ‘polarizante’- de lo que suele ser habitual en él.

A la deriva en el Nilo de Naguib Mahfuz, ed. Gallo Nero

La editorial asegura que no se había publicado antes en España y, por esta vez, no he sido capaz de encontrar información que lo contradiga. Es curioso porque es un libro del ’66 en el que vemos una representación de las clases medias con un funcionario efipcio que fuma kif junto a unos amigos permitiendo que la reflexión y la nostalgia floten oníricamente en conversaciones que consideran profundas pero que no parecen pasar de ahí. Una vez más, parece antiguo pero resulta contemporáneo.

Corazón salvaje de Barry Gifford, ed. Dirty Works

Que alegría ver que en Dirty Works han decidido liarse la manta a la cabeza y sacar -de entrada- los ocho títulos de Sailor y Lula que escribió Barry Gifford, y que en España fuimos viendo publicadas aquí y allá, a golpe de película -esta que da título, o Perdita Durango-, y de manera ciertamente errática. Varias de ellas no se llegaron a publicar en España, así que es una oportunidad para comprobar cómo a lo largo de los años (de 1990 a 2015) fue contándonos las peculiares historias en las que se veían metidos sus protagonistas. Una saga criminal, sí, pero con un particular humor, excesiva y violenta. Como una buena telenovela.

Los retratistas pioneros de la corte (1859-1866) de Carlos Celles Anibarro, ed. Reino de Cordelia
Este libro ilustrado nos traslada a la segunda mitad del S XIX, con la novedad de los gabinetes de fotografía y las distintas personas que pasaron por ellos, de monarcas a toreros, figuras del espectáculo e, incluso, ciudadanos de a pie. Todo ello recogido por Carlos Celles Anibarro, de la Real Academia Hispánica de Filatelia e Historia Postal, comisario de la exposición La carte de visite, un retrato romántico.

La invasión de los hongos del espacio de Marina Shirakawa, ed. Diábolo

Uno de las más notables creadores del manga de terror japonés sententero, Shirakawa presenta aquí una mezcla de alienígenas y zombies, porque las setas del espacio exterior pueden soltar esporas y colonizar humanos, así que a la vez que aprendemos sobre ellos vamos viendo desarrollarse la historia -lo justo, porque aquí las páginas importantes son las que nos muestran esas monstruosas interacciones- y, de esa manera ir viendo

El pato que nunca parpadea de Alex Latime, ed. Miau

Un divertido álbum pensado para que su joven lector interactúe con él intentando lo más difícil posible, ¡lograr que el pato parpadee!

Nos leemos.