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En la actualidad: «Ministerio del Tiempo» (2015 – )

Durante estos últimos meses hemos estado viendo como el Fantástico Español en TV se iba aproximando desde sus inicios en los seriales y en 1958 con Diego Valor (dos años después del comienzo de las emisiones), y por fin hemos llegado al año en el que aún estamos.

El 24 de febrero de 2015 se estrenó en TVE Ministerio del Tiempo, serie que -más allá de discusiones sobre si lleva artículo o no- fue acogida con enorme entusiasmo por los fanes. Quizá por la cualidad de reunir en una serie un estilo más cercano al británico de aproximación al fantástico tras lo visto estos últimos años. Al fin y al cabo tras los distintos ejemplos recientes que seguían unos repartos e historias que oscilaban entre el exceso de personajes y la explotación juvenil -sin que por ello debamos presuponer menoscabo alguno de su calidad- parecía que se iba consiguiendo llegar a un punto en el que fuera de nuevo posible crear series fantásticas de éxito. De momento un éxito que funciona a dos niveles, para los movimientos oficialistas y cuasi-burocráticos de comparar audiencias televisivas fuera de otra consideración es solo una serie más. Una que no tenía tan claro su renovación.

Quizá porque estaba en parte fuera de esas realidades actuales en las que el éxito en cifras se da más allá de los medidores habituales, con su cifra de espectadores en streaming superando en mucho a los que se ponían delante del televisor, una forma más de demostrar su popularidad en internet. Porque lo que realmente se notó fue un paso más en la recepción, no era solo una serie española fantástica de éxito, era también una que llegaba a un público aún más general del que habían tenido otros éxitos recientes en ese campo como El internado o El barco. Quizá por ser una creación que apuntaba a un público más general.

Quizá por la propia historia detrás de su creación. La historia de los hermanos Olivares, Pablo y Javier, que habían soñado desde hacía años con poder darle cuerpo y que cuando por fin lo lograban enfrentaban una tragedia mayor, la enfermedad y posterior muerte de Pablo. Por suerte nos quedaron las historias de cómo habían sido esta creación y la presencia de Javier, que se ha mostrado en todo momento accesible y dispuesto a hablar de la serie favoreciendo no solo la creación de un nutrido grupo de aficionados, también un flujo de información constante. Esta cercanía ha servido para dar lugar a multitud de entrevistas en variedad de medios y encuentros de todos tipo y se ha traducido en muchas muestras de interés de esa comunidad está la creación de un blog sobre las apariciones en prensa de la serie o un podcast comentando los capítulos y creadores detrás de la serie.

Pero, sobre todo, daría lugar a un impacto que servía para reforzar su mensaje, fuera para dejar claro el problema de las medidas de audiencias tradicionales o la renovación de la misma. Una larga historia esta última que demostró el interés por la serie, ahora traslada a la segunda temporada y ya con ojos en la tercera. Y para las que no han venido nada mal las candidaturas y premios que ha ido ganando, muestras del respeto de los críticos y creadores por la serie.

Así, la historia de una organización secreta gubernamental con viajes en el tiempo que permiten miradas a la historia de España -aunque limita, de momento, las posibilidades de viajar al futuro- pero no al de los integrantes de esta agencia, se ha convertido en todo un ejemplo. Discutido, por supuesto, pero al fin y al cabo capaz de llegar a los espectadores para que sean ellos los que decidan. Algo que no muchas series en este repaso al fantástico español han podido decir.

 

 

 


El fantástico reciente de Antena 3: «Los protegidos» (2010 – 2012), «El barco» (2011 – 2013), «Luna, el misterio de Calenda» (2012 – 2013)

Antena 3 parecía estar en racha con las series fantásticas tras el éxito de El Internado, así que resultaba lógico que intentaran seguir creando dentro del género.Y de un tema del momento a otro le tocó a los superhéroes.

Darío Madrona y Ruth García crearon para Boomerang TV y Antena 3 Los protegidos (2010 – 2012) que lograba llevar el gusto por las series de superhéroes a la televisión generalista española –en la web ya había habido intentos, alguno transplantado– ofreciendo una versión indudablemente propia. No es que en la larga historia de adaptaciones y creaciones superheróicas televisivas no haya creaciones cercanas pero aquí se funcionaba más desde un punto de salida de serie familiar que mezclaba comedia y drama y personajes de distintas edades y esas cosas de la televisión de aquí. Por supuesto había poderes especiales e identidades secretas aunque no una figura del superhéroe como tal sino, más bien, la de gente con poderes como podía suceder en las temporadas iniciales de Héroes.

En cualquier caso, la evolución fue dentro de lo esperable. Primero los artículos anunciando la próxima aparición de la serie dejando claro que estamos ante una nueva serie familia, y más entrevistas previas al estreno que logran generar un cierto interés. El estreno en sí llega por fin y resulta ser un éxito, lo que lleva a cosas como más entrevistas pero, sobre todo, a nuevas maneras de explotar la serie. Un acuerdo con Tuenti para presentar contenido especial a sus usuarios, la creación de cuentas de twitter y facebook -que siguen aún hoy en estado semi-activo porque no vas a desperdiciar algo con miles de seguidores- e incluso los intentos de adelantos técnicos para una serie. aunque la afirmación «la primera serie del mundo que se graba en tres dimensiones»  quizá no es la mejor forma de explicar que se grabó para emitirla en 3D, pero lo que estaba claro era que tenían una intención de innovación.

Lamentablemente también tenían los problemas habituales de las series españolas actuales, no solo en cuanto a duración sino a entradas y salidas de actores de la misma, así que el éxito de la primera que les fue permitiendo realizar el preestreno de la segunda en un cine y todos esos métodos de promoción que se utilizan ahora, el final de esa segunda temporada dejó las cosas más en el aire. Lo suficiente como para que la tercera decidiera fijarse en el origen de los poderes más que en una trama continua, y que pese a las afirmaciones de que la serie seguiría –aquí estaba– desde Antena 3 salieron a decir –aquí estaba–  que la tercera sería al última. Conste que cuando llegó el momento de emisión de ese último capítulo decidieron ir con dos finales por si sonaba la flauta. Que no sonó, claro.

Lo que sí acabaría teniendo es una adaptación china, por aquello de la generación de contenido exportable no solo la obra en sí, también la idea detrás que pueda ser vendida para adaptarse. En cualquier caso esta serie ya estaba superada porque mientras la cadena se había puesto en lo siguiente.

Que resultó ser El Barco (2011 – 2013), que como decía una crítica mezclaba Perdidos, la Ruta Quetzal y Battlestar Galactica dentro de un universo con las características propias de Mediaset: Jóvenes acostumbrados a la poca ropa y las decisiones cuestionables -algo útil para convertirse en viral pensando que vendían otra cosa- como estar encerrados y desnudarse además de, claro, cocineras joviales y distintas edades dentro del barco, niños incluidos.

También como de costumbre siguió el ciclo de aviso de rodaje, afirmación de apuesta y entrevistas, que llevan a un estreno exitoso. Especialmente exitoso en este caso, quién sabe si por que la fórmula de la productora es ya gusto adquirido para el gran público español o porque Mario Casas era plenamente popular y eso siempre tira. El caso es que les fue tan bien que aprovecharon para montar con la segunda temporada un reality alrededor de la serie, que incluso estrenaron, y para tratar de unirse a la innovación exterior sacando twittersodios de la serie.

Todo sea por aprovechar el éxito que, sin embargo, no llevó a los responsables a alargar la serie. O a no alargarla más de lo razonable. Sí, metieron a más personajes –como uno interpretado por Belén Rueda aprovechando que le estaban preparando una serie propia– y tuvieron varios de esos giros inexplicables. Pero eso no tiene por qué ser un menosprecio, sobre todo si la audiencia aguanta, como parecía al iniciarse la tercera temporada, tanto dio. La serie se despidió sabiendo que en cualquier momento podrían no solo venderla para hacer una versión rusa sino, incluso, crearse un telefilme de X años después.

Pero volvamos a las series porque, como decía, a Belén Rueda le estaban peinando una serie propia y nada mejor para la cadena que sacarla primero en su serie de éxito para que les interesara el siguiente paso de la actriz en una versión complejísima del concepto mismo de spin-off, una de esas ideas tan interesantes que tenemos por aquí.

La serie en cuestión era Luna, el misterio de Calenda (2012 – 2013) que tras el truco de promoción antes mencionado trataba de usar los rescoldos del paranormal romance y vendernos una serie policíaca a la vez. Es complicado saber si realmente estaba previsto desde el inicio que fuera una sola serie porque daba la sensación de que por un lado unía el final de ese éxito televisivo que unía al romance adolescente elementos fantásticos de criatura y monstruos pero por el otro quería aprovechar el auge de las series policíacas con asesinatos a resolver dentro de pueblos o poblaciones no urbanas, que aquí estamos para aprovecharlo todo. De modo que mientras Rueda interpreta a una jueza que intenta descubrir a los asesinos de su marido Guardia Civil y responsables de otros crímenes en la misma población le entremezclan una trama sobre leyendas de hombres lobo que sirve tanto para enredar en los crímenes echando la culpa a los lobisomes como para traer el otro componente con la hija de la jueza sintiéndose fuertemente atraída por un jovenzuelo que podría ser uno de estos licántropos.

Lamentablemente pese a un estreno con éxito de audiencia el público y las críticas no acompañaron demasiado. Sí, conseguirían una segunda temporada para aclarar y liar un poco más todas las tramas pero durante ella se supo que no habría tercera, y que el final de esa temporada iba a ser también el de la serie. Aunque luego la vendieran para adaptarla a los rusos.

Parecía que el interés iba más por los asesinatos que por los elementos fantásticos y en eso se centraría la cadena en siguientes estrenos, al menos mientras encontraban una forma de traer de nuevo algo que pudiera ser un éxito, al fin y al cabo es la cadena que más fantástico de producción propia había estrenado en las últimas décadas.


«Hay alguien ahí» (2009-2010)

Es curioso cómo funcionan las cosas en la televisión.

Cuando nació Cuatro a partir de una mutación extraña de Canal Plus parecían decididos a ir a por el público juvenil tal y como la FOX hiciera décadas antes en Estados Unidos. También La Sexta parecía dispuesta a hacerlo. Pero por medio se enredaron en la Segunda Guerra del Fútbol y la cosa acabó con ambos canales vendidos a otros dueños.

En el caso de Cuatro fue al conglomerado Mediaset/TeleCinco que tantas tardes de… bueno… lo que sea ha dado a la televisión en España. De modo que lo que parecía iba a apostar por series y fantásticas estas acabaron yendo a TeleCinco con la suerte que ya conocemos. Pero antes de eso hubo tiempo de que el canal tuviera una serie fantástica propia. Si tenemos en cuenta que entre 2010 y 2013 las novedades de ficción de producción propia para el canal fueron poco menos que congeladas.

En el caso de esta serie, ¿Hay alguien ahí?,  con su loca duración de serie española moderna de 74 minutos casi lo de menos era lo que tenía de fantástico frente a cómo rellenar de tramas locas tanto tiempo. La excusa argumental de familia que se muda a una casa en la que pasan cosas, bien fuera por lo que quedara de resonancias del éxito de El Internado o porque la cadena había caído en que el género estaba poco explotado, resultaba novedosa. Las tramas complicadas de relaciones interpersonales con una urbanización de fondo parecían sacadas de Al salir de clase, eso también. Pero lo importante es que contaban con un investigador psíquico propio, el siempre agradecido y anguloso William Miller que hacía aquí las veces de Constantine de ocasión en subsección medium, y tenían claro que lo sobrenatural tenía que estar presenta aunque diera la sensación de que la historia se iba improvisando de cuando en cuando.

Por supuesto tuvo la habitual ronda de publicidad positiva antes de su lanzamiento y unos números razonables que favorecieron que lo que cada vez parecía más un drama familiar extremadamente complicado con algún fantasma de adorno pero más peligro entre los mortales que entre los espíritus tuviera una segunda temporada. Por supuesto eso supuso intentar enmarañarlo todo más, introducir personajes nuevos y  -también- resolver el cliffhanger en el que habían fiado que al gente les seguiría de una temporada a otra. Pero resulta que no, que la segunda no iba tan bien en audiencia y, además, la cadena decidió dedicarse a moverla por la parrilla a ver si acertaban o algo. El resultado fue, claro, o algo. Para la primavera de 2010 la suerte estaba comuniqueda y se pudo buscar un final… razonable, digamos, a la historia. Uno que podía haber sido revertido con la misma capacidad con la que se hicieron giros en la anterior. Salvo que esta vez sería todo más definitivo.

Lo que no significa que la cadena dejara de confiar en ellos. Los creadores del asunto, Daniel Cebrián, Joaquín Górriz Miguel Ángel Fernández, volverían a coincidir en otra serie ideada por los dos primeros: Ángel o Demonio, que tendría que haber sido para Cuatro pero que acabaría en TeleCinco.

De manera que Cuatro se encontró de nuevo sin series fantásticas. Bueno, sin series a secas y, además, sin series fantásticas. pero es que aquí la cosas parece que funcionan de esta manera. Y si no que le pregunten a La Sexta. El caso es que no volvería a haber una ficción de este tipo hasta este mismo año con Rabia, pero ya hablaremos de ello. De momento quedémonos con lo poco habitual que resultó para el canal esta serie y lo poco que supieron respetarla.

 


«Plutón BRB Nero» (2008-2009)

Qué historia para contar… Que lástima el que aún esté demasiado reciente. Entre 2008 y 2009 se emitió en La2 Plutón B.R.B. Nero., intento de comedia de ciencia ficción dirigida y organizada -un decir- por Álex de la Iglesia. Solo siete años, por lo tanto. Y eso que la cosa empezó con la alegría habitual de este tipo de proyectos. Que aquí mientras no se ha visto nada y la audiencia no ha cantado son todo parabienes.

En abril de 2008 se empezaba a contar y De la Iglesia abría un blog. Así podía dar su propio resumen de la serie:

PLUTON VERBENERO
Sitcom demencial sobre mecánica cuántica, Quarks y agujeros negros.

Un grupo de marines españoles, liderados por el capitán Valladares, cruzan el espacio en la Nave Plutón B.R.B. Nero, que, pronunciado rápido, da a lugar a confusiones. Misión: encontrar un planeta habitable, porque la Tierra está totalmente edificada y ya no cabe nadie. Hasta el Polo Norte está lleno de adosados. Las inundaciones asolan las costas: han desaparecido Nueva York, Londres y Torremolinos.

El presidente de los Estados Unidos del Mundo, Maculay Culkin III, está dispuesto a perder las elecciones con tal de que la misión sea un éxito, y apoya a Valladares llamándole prácticamente todos los días. Valladares también se siente acosado telefónicamente por su mujer. La pobre no entiende todavía que su marido está a años luz de la tierra, y le llama para que asista a la reunión de padres del colegio, o para que hable con el psicólogo del niño.

¿Qué otros peligros tiene que conseguir solventar este aguerrido capitán español en el espacio? Lorna, el androide científico, está buenísima, y eso le impide concentrarse. Además, ella parece dispuesta a satisfacer sus deseos más recónditos. Como es un androide no tiene sentimientos, aunque la verdad, tampoco tiene sexo, y eso lo dificulta mucho todo.

En fin. Estaba claro que intentaba… no sé bien… ¿hacer humor diciendo Torremolinos y Maculay Culkin III en lugar de contratar a Cera? ¿Mostrar la frustración por la falta de sexo mencionándolo muchas veces? ¿Hacer un guiño al recién elegido Zapatero que «está dispuesto a perder las elecciones con tal de que la misión sea un éxito»? ¿O mandar un recado con eso de que su mujer «se siente acosado telefónicamente por su mujer. La pobre no entiende todavía que su marido está a años luz de la tierra, y le llama para que asista a la reunión de padres del colegio, o para que hable con el psicólogo del niño«? Que es que hay que ver «la pobre» qué pesada, pidiéndole apoyo y ayuda cuando él está con la cabeza a años luz entre las estrellas y los androides. La verdad es que no parecía estar muy clara la propuesta incluso aunque  el director hiciera lo que parecía que podía mientras llenaba el reparto de sus habituales y cercanos.

En cualquier caso, para finales de julio empezó la siempre agradecida ronda de promociones. Primero dentro de la propia web de la casa con galerías de imágenes, luego en El Mundo, en La 2 con una pieza para Cámara abierta 2.0 y ya en agosto pasando a El País con un reportaje o en una entrevista para ABC en la que el titular era En Plutón no se liga. Finalmente en septiembre se estrenó y, de nuevo, más publicidad en la prensa, desde el Tentaciones de El País a la contraportada del ABC.

Lamentablemente una vez estrenada la cosa cambió. Las críticas fueron de pasar por encima con cierto desdeño a darle un poco más duro hasta el momento en que el primero en hablar bien de ella tuviera que desdecirse para cargar con más dureza que los anteriores. Las clásicas risas de ver cómo funcionan las cosas en España. Mientras tanto consigue una extraña segunda temporada para una serie que El País mete en el saco de los patinazos en audiencia.  Su casi inadvertida desaparición fue apagando las diferentes ideas y promociones que se habían hecho, incluyendo una web propia. Al final lo único que quedaría sería la posibilidad de verla en la sección A la carta de la web de TVE.

Detrás quedaron algunas afirmaciones temerarias como el de ser la primera relación de De la Iglesia con la televisión -obviando su parte de participación en el desastre organizativo de Películas para no dormir– o el decir ser la de ser la primera comedia de situación de ciencia ficción que se hacía en España, intentando obviar El Inquilino (2004) o, quizá, confundiendo ciencia ficción con space opera. Como si este extraño intento de acercarse a El enano rojo (1988-) fuera más original, o el siempre útil comentario sobre el ajustado presupuesto -quizá para justificar la vergonzante publicidad nada-encubierta de la operadora Orange insertada en el episodio-. Todo esto mientras el drama dentro y fuera se quedaba para un futuro quizá no tan lejano en el que ya no importe la serie y puedan contarnos qué paso y cómo pudo suceder. De momento no toca, pero al menos podemos recordar que esto sucedió.


La historia con TeleCinco

Con TeleCinco de por medio uno nunca tiene claro cómo van a salir las cosas. Y con esto no iba a ser menos. Tras pasarse sus primeros años obviando el género hasta el punto de que los programas más importantes que se pueden señalar son la adaptación de Misterios sin resolver que trataron de realizar entre 1993-1994 con Alfredo Amestoy como presentador, y el programa infantil y contenedor con un mínimo de fantástico  El desván del Trasgo que en 1997 trataba de cambiar, con poco éxito, la imagen de la cadena y sus presentadoras por algo más infantil.

No tuvo suerte el género fantástico entonces, no encontró un lugar cuando se potenciaron las series españolas de diversos temas clásico y ni el éxito de Expediente X les animó a tratar de continuar con su propia versión, quizá por los problemas de audiencia de sus especiales. Quizá porque por medio se iban cruzando otras series con su propia problemática. Y es que la cadena de las Mamachichos quería pasar a ser la de Chicho.

Tras el desastre que supuso el intento de recuperar el programa en 1982 para TVE y tras anunciar esa misma cadena en 2000 que iba a regresar para quedar luego en nada el anuncio. En 2001 Chico explicaría que el problema había sido la falta de directores que quisieran dedicarse al proyecto, puesto que él no deseaba ocuparse de todos los capítulos. No sabemos las condiciones ofrecidas teniendo en cuenta que ese mismo año Filmax, Julio Fernández y Bryan Yuzna creaban la Fantastic Factory. Lo que sí sabemos es que un par de años después empezarían a moverse y para 2004 presentaron un grupo de seis directores: al propio Chicho se unían Álex de la Iglesia, Enrique Urbizu, Mateo Gil, Paco Plaza y Jaume Balagueró, siendo estos dos últimos directores de sendas películas para la Fantastic. Todo parecía seguir su rumbo con los rodajes, aunque se iban espaciando un poco más de lo que esperaban. Chicho se ocupó del suyo en febrero de 2005 y Balagueró cerró la que quedaba en septiembre de ese mismo año sin que  se hubiera estrenado ninguna de ellas. De hecho, con todo creado y en movimiento la cadena no parecía saber dónde colocarlos. Primero con la excusa de la postproducción los retrasaron a 2006, después siguieron dándole vueltas y finalmente lo fijaron en 2007 con el episodios de de la Iglesia emitiéndolo un viernes, concretamente el del 12 de enero, con un pobre resultado de audiencia. A la semana siguiente lo intentarían con el de Balagueró y ante un nuevo fracaso de audiencia decidirían eliminarlo de la programación. A partir de ahí saldría en DVD en alquiler primero y luego en venta durante la época de navidades. No hubo otra manera de ver las películas restantes hasta que en 2009 el canal FDF emitió, prácticamente sin publicitarlo, la serie completa como parte de su función como lugar en el que echar programación como si fuera forraje.

Si esta primera experiencia fue poco propicia la siguiente fue casi peor. Supercharly comenzó a moverse en septiembre de 2009 como un vehículo para Antonio Molero, para noviembre Molero estaba fuera, sustituido por Luis Callejo como una comedia familiar con un padre de familia trabajadora y en crisis que fue haciendo las rondas de presentación… hasta que dejó de hacerlo. En enero de 2010 y con solo seis de los trece episodios previstos grabados TeleCinco decidió darle cerrojazo y acabara estrenándolos en medio de agosto, y borrándose poco después de su existencia.

El siguiente intento fue otra serie de movimientos, porque parece que TeleCinco no podía hacerlo de otra manera. Y así Ángel o Demonio, ejemplo de paranormal romance juvenil, estaba inicialmente pensada para ser emitida por Cuatro, en donde se había emitido la anterior serie de sus creadores, Daniel C. Torallas y Joaquín Górriz, pero tras la compra de Cuatro pasó a TeleCinco en donde se emitiría en 2011 con éxito suficiente para que se produjera de inmediato una segunda temporada que, eso sí, vería recortada su duración de 13 a 9 episodios, dejándola al final en 22 emitidos todos ese año. Por suerte para la cadena acabaría siendo un éxito que se vendería fuera de España a cadenas de Francia o Rusia entre otras.

El siguiente intento fue La fuga en 2012, que contemplamos como de fantástico pese a que la cadena pareciera decidido –Señora de Cuenca por medio- a dejarla en lo mínimo, en unos cinco minutos en el futuro en los que el petróleo es un bien escaso y una serie de organizaciones y grupos se ocupan de juegos de poder. Pese a lo cuál el centro del asunto es una cárcel que con algunos rasgos futuristas estaría situada en alta mar., tanto quitaron que su título pasó de ser 2055 a La Fuga no fuera a sonar demasiado de género. Por supuesto estos cambios se notaron en la serie que, aunque menor que los de la serie Piratas, de aquella misma época, comenzaron a tener problemas y moverla por la parrilla, poniéndola y quitando, hasta acabar no renovándola por una segunda temporada.

Finalmente en 2013 con El Don de Alba intentaron una cosa distinta, a ver si así colaba: Adaptar una serie estadounidense, Entre fantasmas, a la española. Que intentaba además sacar algo del éxito de El Internado llevando a Martín Rivas entre los protagonistas. Pese a lo cual el intento de reconvertirlo a un paranormal romance con un triángulo amoroso volvería a no interesar a la audiencia lo suficiente como para darle una segunda temporada tras los 13 primeros capítulos.

Así que, como en tantas otras cosas, TeleCinco ha intentado algunas aproximaciones y al final su suerte ha sido, en el mejor de los casos, limitada.


Antena 3 entra en juego: «El Pantano» (2003), «El Inquilino» (2004), «El Internado» (2007-2010)…

Parecía que nada acababa de ayudar a recuperar las series fantásticas tras la llegada del gobierno Aznar y el final de cualquier intento en la televisión pública. Daba igual que Expediente X fuera un éxito en Telecinco, que Canal + emitiera en abierto Buffy o que en los cines arrasara Scream. Había, sí, muy tímidas intentonas en mitad del reinado de los programas de sucesos. Antena 3 había estrenado en 1999 Camino de Santiago, miniserie con guiones de Arturo Pérez Reverte que ponía una pequeña capa de ambigüedad en una trama de suspense. También la crónica negra de España había animado a acercamientos más cercano a ese slasher que animaba las producciones cinematográficas, y del que hubo como mayor coqueteo alguna alocada trama en Al salir de clase y cierto piloto reconvertido en telefilme (o puede que viceversa) de tibio recuerdo, para que en 2003 se estrenaran producciones en los canales privados, primero en Telecinco con Jugar a Matar sobre el Asesino del Rol y ese mismo año, por los pelos, en Antena 3 Carta mortal sobre el Asesino de la baraja.

Quién sabe por qué motivo ese fue el año en el que Antena 3 pareció entender la necesidad de introducir un mayor misterio en su programación y encargo El pantano para ocupar el hueco dejado por Un paso adelante. La decisión fue más interesante que lograda, con la extraña trama de un pueblo en el que ocurren cosas extrañas de manera aleatoria y sin que a nadie parezcan interesar demasiado, lastrada sobre todo con una pobreza de recursos que acababan impregnando de comicidad involuntaria lo que debería haber sido una trama lenta pero bien construida sobre los misteriosos sucesos del pueblo. Quizá por llegar primero, quizá por adelantarse en un año a Lost, el caso es que para el segundo capítulo ya había sido movida de horario y para el tercero cancelada. Un parón que llevó a la negociación inmediata para darle un cierre, lejano al ideal pero cierre al fin y al cabo, rodado meses después pero rodado al fin y al cabo para poder emitir los ocho episodios existentes más este último de desenlace, al menos si tenías el entonces canal de pago FdF en el que acabaron emitiendo los restos tras la cancelación. Un primero intento fallido…

Pero que no desanimó a Antena 3 aunque sí le hizo cambiar de acercamiento. Al año siguiente volverían al fantástico pero esta vez desde la comedia, o así, con El Inquilino. Serie de televisión que podríamos intentar definir como «ALF pero con Jorge Sanz» puesto que la trama se centra en un alienígena tan incorpóreo como perdido que ocupa el cuerpo de un recién fallecido autor de éxito aunque realmente despreciable que acababa de alquilar una habitación a dos chicas muy diferentes. Aún hoy deben estar pensándose en la cadena qué pudo salir mal, al tener al aún joven actor y una tecnología 3D que no estaba claro para qué utilizaban (es decir, se supone que era para el diseño del alienígena en sí) pero que tampoco acabó de atraer al público. Se emitieron, eso sí, los 13 capítulos contratados y ni uno más.

Por suerte la persistencia parecía ser uno de los signos de la cadena y en 2007 intentaron no solo un nuevo acercamiento con un toque ambiguo y base de Pérez Reverte en el thriller teológico, o algo, Quart. Sobre todo el que acabaría siendo primer gran éxito de la televisión fantástica: El internado. Muestra de muchas cosas, incluida de la insólita gestión de las series de éxito en España que llevó a la producción a tener 7 temporadas en 3 años, 71 episodios en total que propiciaron el siempre agradecido despendole de las tramas, pasando de unas de misterio fantasmagórico en las primeras temporadas a otras de corte más fantástico científico en sucesivas con la inclusión de los siempre agradecidos nazis, científicos más o menos locos y montañas de asesinatos. Fue, además, un éxito fenomenal de esos que acaban teniendo libros propios y adaptación a videojuegos, premios y programas paralelos y, en resumen, todo lo que pueden sacarle además del consabido tour internacional tanto de la serie española como de la venta de derechos para adaptación.

Pero, sobre todo, facilitó que las cadenas volvieran a intentar darle una oportunidad a las series con componente fantástico en lo que pasaría a convertirse en una constante del canal y un método de contagio a los demás, como iremos viendo en esta parte contemporánea del Fantástico Televisivo Español.


Los programas de ‘divulgación paranormal’ (y 5, TV No-Ficción Fantástica Española)

Las creencias en temas paranormales, más o menos colindantes con el fantástico general, han servido para ofrecer a la televisión programas que se suponen de periodismo o de examen de estas creencias pero que solían servir más para esparcir rumores aprovechando la ambigüedad que para contar historias reales. Al fin y al cabo las historias reales suelen ser más aburridas. Pero en una España dentro de una dictadura que ya tenía sus propias creencias mágicas no había un hueco en la televisión público para las otras más que como condena u ocasional comentario. Por supuesto la actividad de ‘divulgación’ de lo paanormal continuaba por escrito en revistas como Karma.7 o en algún programa de radio y tenía nombres propios como los de Óscar Rey Brea o Antonio Ribera. Pero durante la mayoría de la dictadura no se permitía en la televisión monolítica del régimen.

Lo que sí se permitía, dentro de un orden, eran las ficciones fantásticas. Y eso significa hablar de nuevo de las Historias para no dormir de Chicho Ibáñez Serrador. Mejor dicho, significa explicar cómo Chicho dio una oportunidad para escribir guiones a un joven psiquiatra -discípulo de López Ibor– con un gusto por lo sobrenatural: Fernando Jiménez del Oso. El propio Chicho lo explicaba así:

«Fernando Jiménez del Oso es un médico muy joven, muy amigo y muy barbado. Fernando imagina cosas espeluznantes. Dibuja seres espeluznantes. Escribe cuentos espeluznantes y, claro, yo he intentado crear programas igualmente espeluznantes basándome en sus historias. El regreso fue uno de esos intentos».

En El regreso realizó su primer trabajo ante las cámaras como acompañamiento de los guiones que había escrito hasta entonces. Entre unas y otras eso significó que cuando en 1974 Televisión Española decidió lanzar el magazine Todo es posible en domingo contaran con él para hablar de enigmas y misterios como contaban con el Doctor Rosado para hablar de salud. El éxito de su sección facilitó que en 1976 se le diera su propio programa en La2 que bajo el título de Más allá presentaba de manera más extensa todos estos asuntos paranormales que iban de las pirámides a los OVNIS con tanta audiencia que permanecería en antena hasta 1981 para pasar a llamarse en 1982 La puerta del misterio en el que a lo mostrado en estudio añadió la emisión de documentales, propios como El otro Perú – de tema arqueológico precolombino- y Ellos – Fenómeno OVNI- o un programa de documentales centrado en lo que entonces se conocía como La España Mágica, que aprovecharía el éxito de libros como Gargoris y Habidis de Fernando Sánchez Dragó que se apostillaba Una historia mágica de España, o el propio La España Mágica de Juan G. Atienza, que tanto rastro estaban dejando en la imaginación española en todo tipo de gente. Pero su éxito no estaba exento de críticas como las que traería la emisión en 1983 de el falsumental Alternativa-3, una broma  de un programa de documentales ingleses que aquí se presentó como si hubiera posibilidades de que fuera real. Este y otros asuntos facilitaron que Jiménez del Oso comenzara a ser cuestionado en los medios y se viera rodeado de varias polémicas. Para 1984 perdió su programa propio y pasó a servir de nuevo como colaborador, esta vez en Punto de encuentro (1985-1987).

Esta caída de nivel no lo desanimó y para 1989 vendió dos documentales más, El imperio del sol, de nuevo en Perú, y El otro México, aunque esta vez a las regionales de la FORTA. También para ellas crearía ese mismo año el programa de misterio y viajes En busca del misterio, compartido con otro nombre propio de lo paranormal español: J. J. Benítez. Sin embargo ni esa unión de nombres logró recuperar el interés y su siguiente paso, un programa debate sobre estos asuntos llamado Misterios en la intimidad (1995-1996) quedaría relegado ya a las cadenas locales. Y es que parecía que ni el éxito de Expediente X que llevó a Tele5 a emitir en 1998 un especial con los sospechosos habitual sobre el Fenómeno OVNI en España con el título de Los Expedientes X españoles logró más que un leve repunte de fama que le sirvió para repetir la fórmula de sus debates una última vez para la FORTA en La otra realidad (1999-2000). Hasta el punto de que su última serie de documentales, Viaje a lo desconocido, acabaría saliendo directa a vídeo.

Pero, como decía al hablar del especial de Tele5, la presencia e influencia de Jiménez del Oso había favorecido la difusión de toda una serie de personalidades que solían acudir como expertos invitados a sus programa, no solo los mentados Sánchez Dragó y Atienza, también otros como Germán de Argumosa, siempre entretenido con el suceso de Las Caras de Bélmez o el antiguo presidente del Centro de Estudios Interplanetarios (CEI) Jose María Casas Huguet, entre otros. Pero si un nombre podría establecerse como alternativa a Jiménez del Oso es el de Sebastià-Daniel Arbonés Subirats conocido comúnmente como Profesor d’Arbó.

Al fin y al cabo el mismo Jiménez del Oso -psiquiatra, como ya hemos dicho- tenía cierta tendencia a colocar un Profesor o un Doctor ante su nombre así que, ¿por qué no iba d’Arbó a hacer lo mismo? Más aún teniendo en cuenta que comenzó en el programa de divulgación científica Misterios al descubierto (1966 – 1970) de Luis Miravitlles, gran divulgador y profesional de El Ente en su sección catalana que había conducido con éxito antes los también divulgativos Visado para el futuro (1963-1965) o Las fronteras de la ciencia (1966). Cómo un colaborador suyo pudo pasar de ahí a dedicarse a la divulgación paranormal es otro pequeño misterio, pero el caso es que D’Arbo iba haciéndose popular en otros medios como la radio en el que llegaría a ganar un Premio Ondas en 1975 por su programa La Otra Dimensión de -claro- la SER. De ahí a tener ese mismo año una pequeña sección de Misterios en el deporte en La2 y luego a ocuparse en todas sus facetas de Catalunya misteriosa, dentro de la programación territorial pero sentando las bases para pasar en 1979 a la primera cadena con el programa La España insólita. El éxito del programa le permitió tener una insólita carrera cinematográfica que de puro excéntrica destaca dentro del cine fantástico español, premio en Sitges incluido, y ya a finales de la década regresar a la televisión con una nueva tanda para la desconexión territorial con el mínimo cambio de título de Catalunya Misteriosa primero y luego El gran Sabat en el que trataría temas candentes, para 1990 realizaría un especial Terror entre nosaltres, y sendos especiales de misterios navideños para la desconexión y para emisión nacional.  De ahí su paso de nuevo a la televisión nacional con La España Mágica y Misteriosa en 1991 y, ya con la llegada de las privadas, a Antena 3 donde colaboraría durante 1993 en el espacio En los límites de la realidad. Las entrevistas que ha ido dando durante estos años para hablar de diversos temas han mostrado a una persona con un estilo distinto pero que acabó sufriendo el mismo problema que Jiménez del Oso, su desaparición durante el resto de los novena y reaparición en círculos más pequeños como Andorra TV en al que presentó en 2001 Pirineus Mágics o el canal local TeleMagik así como pequeñas colaboraciones en otros canales locales.

Quizá porque a los viejos nombres se les empezaba a ver el cartón. En 1993 el espacio de Andrés Aberasturi En los límites de la realidad del que hablamos antes duró poco pese a poder encontrarse entre sus participantes a

José Francisco Guijarro, fiscal del arzobispado de Madrid; Luis Sierra, oncólogo; José María Peridis, como arquitecto, y Jaume Bordás, profesor de Parapsicología e Hipnología.

duraría poco tiempo en pantalla. Una década más tarde sería el escritor J. J. Benítez el que se enfrentaría a críticas cuando en 2004 comenzara a emitirse en TVE Planeta encantado. La organización de internet comenzó a funcionar primero con quejas y, al final, en un gran follón, con pleitos de por medio. Algo que no ocurrió cuando se emitió en 1977 el documental basado en su libro Existió otra humanidad, quizá aprovechando su éxito entre la realeza.

2004 es el año en el que podemos hablar de un relevo generacional pues pese al mal resultado y los problemas del programa de Benítez se iniciaban los tímidos pasos de Javier Sierra, escritor y  co-fundador de la revista  Año/Cero con Enrique de Vicente, que fue primero colaborador en Crónicas Marcianas en Tele5 y luego conseguir en TeleMadrid un programa  El otro lado de la realidad entre 2004 y 2005. Aunque más importante aún sería el inicio en 2005 de la hegemonía de Iker Jiménez con la emisión en Cuatro de Cuarto Milenio, versión televisiva de su exitoso programa radifónico Milenio 3, que pasó a emitirse durante una década como referente de este tipo de programas y aglutinador de muchos de los nombres mencionados como invitados. Algo que facilitaría el estreno en 2008 de El arca secreta en Antena 3. También en ese año se estrenó Canarias Mágica en la RTVC.

La llama de estos pequeños programas no duraría mucho, pero la extensión del de Iker Jiménez logró convertirle en una figura tan reconocible como la de Jiménez del Oso, incluso en sus problemas con los falsos documentales -sin que quede claro si son muy crédulos o muy malintencionados- ,hasta el punto de que la muerte de este último en 2005 le dio incluso una apariencia de relevo que solo podría definir como… inquietante.


Concursos y programas divulgativos (4, TV No-Ficción Fantástica Española)

Sigamos nuestro recorrido por esas entradas breves -todo lo breves de lo que soy capaz- con un vistazo a los concursos y programas divulgativos que aprovechan el fantástico y sus alrededores. Programas divulgativos o educativos en contraposición con los programas de, digamos, especulación con los que cerraremos el mes la semana próxima. Pero centrémonos en los de esta.

Pese a que el primer concurso, de preguntas y respuestas, se llamara Preguntas al espacio (1957) tardaría aún tiempo en presentarse esta unión. Sería en 1980, dentro del espacio infantil y juvenil Un globo, dos globos, tres globos y con una temática espacial, bajo el nombre de Destino Plutón en el que un grupo de chavales respondía a diversas preguntas de cultura general (parte de ellas de ciencias) para ir avanzando en su viaje.

El siguiente paso, también en los ochenta, sería con la adaptación del programa USA 3, 2, 1… contacto presentado por Sonia Martínez y que se emitiría en dos tandas, la primera entre 1982 y ’83 y la segunda, ya sin ella, entre 1990 y ’92. Emitiendo en ambas documentales científicos orientado a un público juvenil. Para 1984 aprovecharon para pasarlo a un acercamiento de concurso, con Los Sabios que de 1984 a 1986 que centraba sus preguntas en aspectos de la ciencia del que se hablaba en unos dibujos animados protagonizados por un muñeco que luego seguía apareciendo en el programa. En 1987 la divulgación pasa a ser cosa de Positrón, programa que trataba de ofrecer una excusa de serie de ciencia ficción con unos viajeros del futuro con su robot que intentaban comprender nuestro presente, con un componente más social y, sobre todo, ecologista.

Para los noventa el estilo de concurso cambiaría con otra adaptación, esta vez de un programa británico: Knightmare. Que aquí se llamaría El rescate del talismán que entre 1991 y 1994, en diversas ubicaciones y durante gran tiempo asociados a los productos SEGA, fue presentando un juego de fantasía que aprovechaba las famosas pantallas verdes. Algo de lo que debieron tomar nota en las otras cadenas porque para 1994 se presentaba en Antena 3 un heredero espiritual. Pero quizá el correlato más directo se daba en 1995 cuando TVE decidió emprenderla con La noche de los castillos, una suerte de gymkana con actores y breves momentos de despliegue tecnológico que teóricamente estaban a mayor gloria del Patrimonio Nacional pero que, en realidad, parecía el hijo bastardo del Talismán con El gran juego de la oca. El alto coste y la baja audiencia junto con problemas anteriores de producción, acabaron causando su cambio de horario y cancelación al terminar la temporada en 1996.

Pero no solo el éxito de El gran juego de la oca (1993 – 1995) influyó en ese programa, como decía antes, hubo en 1994 una gran producción de Antena 3 que llevó la ciencia ficción como concurso a un nuevo nivel de locura. Salvo que a alguien le parezca normal poner a Bertín Osborne disfrazado de a saber qué a presentar Scavengers.

Con elementos de los dos, e incluso de Gladiadores americanos, aunque un resultado final más cercano a un episodio crossover de El enano rojo y Contacto con tacto, el despliegue de medios hizo que la leche fuera más visible, a la tercera semana pasaron a colocarlo en horario infantil durante las mañanas de los fines de semana y luego nada más.

Poco es lo que se ha hecho después. En el nuevo milenio hubo un Concurso Espacial dentro de Club Disney (2001-2002), en 2009 Gestmusic vendió a Cuatro una adaptación de un viejo juego de internet con un intento de derrotara un robot antes de veinte preguntas, o 20p como se llamó. Y ahora, o desde 2014, según se vea, un nuevo intento de unir una idea fantástica, aunque sea como franquicia, que es lo que uno sale pensando de Doraemond Land en Boing.

No parece ya que la divulgación de los ochenta o el fantástico de los noventa esté tan presente en la actualidad pero al menos algunos pequeños restos -y otros que supongo estar olvidando-  han ido quedando.