Empezar con una serie nueva del matrimonio King hace que el resto de la semana sea más complicada de valorar, y mira que The Bite (USA) no es precisamente un ejemplo de alta costura. Empezando porque se hizo para Spectrum y no para uno de los canales grandes, siguiendo porque muy obviamente es una de esas series de Zoom que hemos tenido este año. Y porque aprovecha los códigos del terror subsección zombies (una asociación obvia hasta lo ridículo este año) -un año de estos alguien tiene que ofrecerle hacer una película musical de terror a este par, porque entre BrainDead, Evil y esta de hoy se les notan las ganas- para utilizar su acceso a los mejores castings – ¡que la serie la coprotagoniza Audra McDonald nada menos!- logrando que lo que podría haber sido una pachanguita entre amigos (que lo es) tenga mucho mejor nivel del que uno podría esperar. Y sí, por su propias limitaciones no es tan buena como podría -casi me atrevería a decir debería– haber sido en otras condiciones. Pero sigue siendo un ejemplo de buen hacer.

Esta ha sido la semana en la que he caído en que seguía moviéndose Let’s Be Real (USA) no porque el especial de las elecciones de octubre diera mucho que hablar sino porque resulta que lo convirtieron en serie. Bueno, en programa regular. Así que al menos un par de palabras habrá que dedicarle. Sobre todo teniendo en cuenta que esto está adaptando a Los Guiñoles franceses, pero con Robert Smigel -de quien jamás se podría decir que no sabe qué hacer con marionetas- detrás. Así que el resultado es… bueno… decepcionante es poco. Las ideas de partida no son malas, o no siempre, pero pretender llenar todo el tiempo solo con media docena de sketches en lugar de con obras más cortas… Da igual que luego tengas acceso a toda una galería de cómicos en imagen real que mezclar con los guiñoles (y que puede servir para el UH Factor pero le hace más mal que bien al formato) que si el chiste se estira acabas aburrido pensando en otras cosas. Y eso, incluso, si los chistes no fueran a veces reflejo de la edad de sus guionistas. Es decir… ¿Chistes sobre OJ Simpson? ¿En 2021? En fin, no creo que los guiñoles duren mucho, ni que lleguen a entender en USA su popularidad europea.

No han subido trailer. Hay clips pero con control geográfico. Y, en general, ¿realmente querríais verlo? No, ¿verdad? Pues en esas estamos todos.
En 2005 el canal [adult swim] estrenó Robot Chicken. Un programa que salía de todo un pasado conjunto -que no os voy a contar aquí porque ya haré un posteo en ADLO! que poder enlazar aquí- y que continúa en emisión. No solo eso, además en 2012 emitiría el primer especial centrado en los héroes de DC aprovechando aquello que dicen de las sinergias. A estas alturas, tantos años después, se han emitido tres especiales de DC y está preparado para el domingo 23 uno de Archie. Lo que no había habido nunca -las sinergias y los abogados- era uno de Marvel. -Como programa propio especial, claro, como sketches ya es otro asunto-. Y sigue sin haberlo, pero podemos disfrutar de su versión de Hacendado en Marvel’s M.O.D.O.K. (USA) que usa tantos trucos de su repertorio que he tenido que ir a mirar que no fuera la misma gente con bigote y chistera haciendo un programa completamente diferente. Pero no. Es decir… no. Vamos, los creadores, guionistas y etc son gente nueva. Pero los encargados de ealizar las animaciones en stop motion son Stoopid Buddy Stoodios que son, *cof* los encargados de Robot Chicken. De hecho, los creadores del concepto. Pero, vamos, es todo normal. Tan normal como que dos de sus máximos responsables, Seth Green y Matthew Senreich, aparezcan acreditados como productores ejecutivos de la serie. Pero está claro que no tienen nada que ver porque su serie pertenece al conglomerado Warner. Nada que ver. Algo completamente diferente. Son los taquiones, que lo enturbian todo. ¿Que esta serie qué tal? Pues supongo que os gustará… si os gusta Robot Chicken. Si os parece que está ya algo pasado pues entonces… ahm… sospecho que os va a dejar igual. Porque el parecido es asombroso. *cof*

No es algo muy original lo que propone The Pact (UK) pero sí algo bien actuado. Cuatro compañeras de trabajo, su jefe, una muerte misteriosa -«misteriosa»-, una investigación criminal y las relaciones que se tensan, tanto entre ellas como con otras compañeras, familia, amigos… Lo más notable para mí ha sido cuánto me ha recordado a Out de Natsuo Kirino con un par de cambios. Pero bueno, supongo que si cuentas una historia de apoyo mutuo entre mujeres con un vínculo en el trabajo es algo casi inevitable. Porque los cambios, perdón, las diferencias se centran sobre todo en la britanicidad de muchas de sus propuestas tanto dentro del guion como en la manera de enfocar y producir el asunto. Supongo que sin tener tan presente la novela japonesa me habría gustado más, pero esta versión galesa tampoco está mal. Buen forraje.

Podríamos trazar toda una mitología de la sitcom de amigas afroamericanas que incluiría ejemplos de tanto éxito como Living Single (1993-1998) o Girlfriends (2000-2008) y su spin-off The Game (2006-2015), y explicar cómo lanzaron la carrera de un montón de actrices y cómicas por el camino – Queen Latifah o Tracee Ellis Ross por poner dos ejemplos-, que nos llevaría hasta este Run the World (USA) que vuelve a presentar grandes amistades, buenas actrices y unas tramas de éxito y conflicto. Es curioso que logre parecer menos contemporánea que una serie estrenada el año pasado como Twenties (2020-), pero quizá es que lo que querían era recuperar el aire de aquel momento de mediados de los ’90 a los ’00 en los que esto era casi lo esperable en la televisión y no una excepción. Quién sabe.

No sé si habréis visto, o si recordaréis, ese capítulo especial sobre la pandemia que hizo Mystic Quest que incluía una parodia de los vídeos inspiradores que los ricos y famosos hacían desde sus mansiones para el vulgo. Pero sospecho que en la empresa que hace mear a sus trabajadores en botellas sí que lo hicieron y de ahí se les ocurrió la idea de hacer Solos (USA). Una producción completamente en serio que solo se puede concebir desde la desconexión con la realidad, el privilegio y el dinero. No creo que sea la peor de las series de este año, pero desde luego es de las más estúpidas. Más aún coincidiendo en la misma semana en la que los Kings demostraban otra manera de hacer las cosas. Un poquito de vergüenza, por favor.

Hace un par de años Channel 4 presentó en uno de sus especiales este We Are Lady Parts (UK). Me refiero a dentro de esos ‘programas de pilotos’ antes de darle luz verde que aún se estilaban hacía unos años (2018 a ojo). En cualquier caso lo que tenemos ahora es una primera temporada entera, desarrollada y pensada, que sigue centrándose en la vida de un grupo punk (o postpunk, quién sabe) de jovencitas musulmanas, en las que ellas mismas de manera directa o como vehículo de su creadora Nida Manzoor pueden ser y estar y hacer y mostrarse. No como clichés sino desde una visión completa y compleja que les permite ser sexuales y tener dudas, ser ridículas y fuertes, hablar de religión, raza, sexo y mil cosas más no como objeto de la discusión sino como sujetos con voz y derechos. Y, además, es divertida. Está aún por pulir, pero casi que no esperaría otra cosa entre tanto punk. No sé hasta dónde llegarán, pero está claro que tienen ganas de montar un recitar y prender fuego a algunas convenciones.