No sé en qué momento pensaron que había que seguir juegodetroneando la historia para hacerla interesante, más aún teniendo en cuenta que si no me fallan los cálculos estamos en el lado del péndulo en el que la gente está más cerca del puesnoesparatantismo con GoT que de reivindicarla, pero el caso es que alguien ha pensado que la vida de Livia Drusilla merecía sufrir esto y aquí estamos, con Domina (UK). No sé si más allá del piloto -y no tengo intención alguna de descubrirlo, claro- decidirán meterse en mayores honduras pero viendo el piloto me temo que el único pasado al que va a transportarnos esta historia es 2015.

Pocas frases más estúpidas que «Me ha gustado pero no me ha entusiasmado» pero qué le voy a hacer. Quizá porque el buen runrun me llevó a esperar un algo más, quizá porque el mundo de la comedia estadounidense parece que siempre está ahí, a punto de tener una gran serie basada en ella, el caso es que Hacks (USA) es indudablemente una serie bien resuelta, magníficamente actuada -mucho me sorprendería que Jean Smart no se llevara de esta algún premio- y que logra a la vez iluminar los rincones oscuros del negocio del espectáculo y usar esa misma luz para darles calor y hacerlos acogedores. Y con eso y todo. ¿Cuántas veces hemos visto -en masculino, eso también- esta historia de arisco maestro de la comedia y joven protegido que tiene que ir domando su frío corazón y blablabla. Porque a mí lo que más me ha sorprendido es que esto no lo dirija Gus Van Sant. Pero bueno, que sí, que todo lo demás bien y que seguro que el desarrollo merece la pena. espero.

Ryan Murphy sigue ryanmurphyando en su acuerdo con Netflix, esta vez le ha tocado la chinca a Halston (USA) en lo que a rato parece una secuela espiritual menos de sus obras más históricas y más de, digamos, la mini aquella de Liberace. Con la diferencia de que aquí parece que se lo están tomando más en serio. Y que para meter giros en la trama tiene que buscarle las vueltas. Pero el resultado final es el tipo que creo que debería ponerse en su currículo la persona que manejaba a Murphy en FX. «Sin mí todo esto hubiera salido así», o algo similar.

Reconozco que esta adaptación de The Pursuit of Love (UK) de la gran Nancy Mitford no me la esperaba. Es decir, esperaba una cosa más BBC, más canónica, pero este giro a la actualidad en el aspecto y la música mientras se mantiene el fondo y sus temas. Pero si tenemos en cuenta aquello de Las Kardashian de su época, o la relación con Hitler y con las Brigadas Internacionales creo que podemos entender que no todo hace falta actualizarlo. Así que bien, claro. Y si además os hace tener ganas de leer los libros pues mejor todavía.

Hablando de adaptar libros. The Underground Railroad (USA) iene un plan más ambicioso que el sitio en el que se emite. Quizá porque incluso para la HBO hubiera sido una decisión ver cómo abordarla, pero es que sacarlo así parece una decisión complicada. Sobre todo porque el primer capítulo -el piloto, vaya, que aquí no cumple el papel de piloto tanto como el de primer capítulo-  es lo suficientemente denso y casi diría que desconectado como para parece su propia aproximación a Raices antes que aquello de lo que se nos va a hablar. No sé si Colson Whitehead y su obra -que, de nuevo, os recomiendo- tiene suficientes seguidores como para que esto no se convierta en un capricho caro y, sinceramente, tampoco me gusta la frase esa de «dadle tiempo y una oportunidad, porque merece la pena» incluso cuando como en este caso es cierto. Que necesidad de crear series como quien lanza spaghetti a la pared. En fin, eso que Dios, qué buen vassallo si oviesse buen señor. O quizá al revés, supongo que habría habido más maneras de adaptar esta novela a algo menos ambicioso. Yo qué sé ya.

Salidos directamente de cuando había una corriente de sitcoms afroamericanas que parecían de los años setenta pese a estar en los noventas nos llegan estos The Upshaws (USA) con estética noventera y guiones setenteros traídos al Siglo XXI por la decisión de Netflix de tener dos de cada especie a ver si deja de hacer aguas a su alrededor. Su interés es, por tanto, más para estudiosos de la psicología empresarial y de la cosa socio-histórica que para alguien que quiera reirse o que recuerde que estamos en el Siglo XXI ya.

Quizá la mayor sorpresa de esta que ya es la semana buena del año en lo que a tele se refiere es Ziwe (USA), salida de Instagram o algún sitio así, habiendo escrito para desu y Mero y enfrentada ahora a tener su propio programa, que ya sabemos que no siempre funciona. Pero resulta que aquí sí. Aunque sea sobre todo como ver moverse una navaja por una garganta sin saber cuándo habrá sangre, cuando apretará y cuando simplemente dará un apurado. Podía haber caído con facilidad en la provocación o en la inanidad e incluso cuando juega a eso lo logra hacer con un guiño en los ojos. Espero que sea capaz de mantenerse y aumentar porque, desde luego, no es el tipo de programa que esperaba ver y sí uno que me ha quedado con ganas de ver más.