Creo que Atomic (UK) pretende ser una serie de acción. No tiene mucho sentido lo que cuentan, no tiene mucho sentido lo que pasa, y en general tampoco hay mucha acción. Pero a ellos les gustaría que se considerara así. Yo qué sé. Desde luego a mí lo que más me cuesta es decidir qué parte es la más floja.

Lo mejor del piloto de Capoeiras (O)(BR) es que no llega a la media hora. Eso sí, en esa media hora nos presentan a los personajes y la situación. No es que sea especialmente interesante porque aunque haya alguna escena de pelea son más momentos sueltos que algo con conexión o duración en la trama. Y, además, está más interesado en casi todo lo demás, en la parta de Organización Criminal sobre todo. En algo así como un Melodrama de Padres Muertos. Y un poco también en la relación entre los dos protagonistas, que crecieron juntos casi como hermanos pero a los que ‘un hecho luctuoso del pasado separó, y ahora se vuelven a reencontrar’. Sí, así de cliché es todo. De hecho, tenemos por medio a la hija de su difunto maestro de artes marciales, y una buena cantidad de otros personajes que, la verdad, es difícil saber si tienen algo que aportar más allá de lograr estirar un poco la trama. Y es que con seis episodios de esta duración está claro que se podía haber formulado de otra manera. En fin. Supongo que si a alguien le apetece ver una serie con luchas (clandestinas en su mayoría) de capoeira, secretos del pasado y mucho drama con menos o más sentido… lo mismo le hace gracia la serie esta.

A veces uno se pregunta hasta dónde pueden estirar los británicos su historia para que les quepa en series. Más o menos limitadas, supongo. Las series, digo. Esta semana les toca a Harold Godwinson (o Harold II) y Guillermo el Conquistador en la serie llamada, claro, King & Conqueror (UK). No parece que les haya importado mucho la fidelidad histórica tanto como salir en escenas con esa especie de color grisáceo polvoriento que les gusta ahora para que se vea que es el pasado, meter algunas batallas que en fin, y tener a gente con un notable déficit de fibra mirando a cámara con mucha intensidad. Puedo llegar a suponer que hay un tipo de fan de estas cosas, pero os diré que no soy yo. En absoluto.

Más curiosa que otra cosa es esta Pokguneui Syepeu (O)(CS), o 폭군의 셰프 o Bon Appetit, Your Majesty o Bon Appetit, Majestad o… , que asumo sin prueba alguna que se tratará de una adaptación de un cómic. Porque la historia de una cocinera ganadora del programa de turno -parece una mezcla de Top Chef y Masterchef– que durante un viaje en avión -aquí no hay camión-kun– acaba viajando en el tiempo al pasado de Corea del Sur y encontrándose con un monarca (a veces le llaman Tirano, tampoco hay tanta diferencia) para el que trabaja de cocinera… bueno… parece muy propio de un cómic, la verdad. El piloto se lo pasan estableciendo este punto de partida, y es de suponer que la historia vaya luego de la relación entre los dos personajes (romántica, asumo) mientras alrededor hay las clásicas ‘movidas palaciegas’ y ‘movidas de cosas del comer’. Una suposición a partir de lo que vemos en el piloto. Que, como ya digo, es más curiosa que otra cosa. Incluso sin entrar en que la ‘transición’ de lo que tenemos hoy en la cocina -materias primas y cacharrerío- con lo que se tenía entonces, y el paladar de cada momento, sospecho que se lo hubiera puesto más complicado a la protagonista. Pero lo cierto es que hay viajes en el tiempo así que, ¿vamos realmente a preocuparnos por eso?

Ah, mira que bien, una nueva serie en la que Facha McFachez nos habla de lo mal que está todo y que ya no hay hombres de verdad de la manera más aburrida posible. No sé qué les pasa últimamente a las series de acción, aunque en el caso de The Terminal List: Dark Wolf (USA) supongo que es la preocupación por ‘transmitir su mensaje’ una y otra y otra y otra vez. Comenzando por un piloto que muy claramente sirve para poner las excusitas más que para mostrarnos de qué va la vaina. Aunque supongo que en su cabeza que ‘comprendamos’ a los personajes es importante. En la mía es que el primer episodio podría haberse resumido en el los primeros minutos de un piloto en condiciones. Más aún, en algún momento posterior. Pero está claro que es lo que el creador de la serie quería contar, y eso es algo que debo de cir que bien por él… pero que no me espere.

Alguien pensó que no habíamos tenido suficiente con Los Caballeros del Zodíaco y decidió montar Teuwelbeu (O)(CS) o 트웰브 o Twelve o Doce o…, en la que un grupo de ¿demonios? amenaza a la humanidad, las puertas del infierno -o algo- se van a abrir y sólo las encarnaciones de los signos del zodíaco -del suyo- pueden pararlo. En fin, ojalá me hubiera gustado más la serie, pero entre que no acaba de definir ni hacia dónde quiere tirar, ni cómo, ni dónde, ni con quién, ni cuánta gente va a sacar, ni los malos qué quieren, ni nada… y eso con un capítulo piloto de larga duración, que ha resultado peor para contar la historia que si le hubieran ado menos tiempo y hubiera tenido que quitar cosas. ‘Los malos’ van dando tumbos, los buenos casi peor, porque se empeñan en ir presentándolos aquí y allá, sin mucha conexión, y sin un tono definido. (La escena de Cerdo y Serpiente, por ejemplo, puede estar más o menos bien pero parece metida con calzador en mitad de algo completamente distinto). Así que llegas al final del piloto sin muchas ganas de seguir, y eso que, como decía, a priori me interesaba. Otra vez será.

La mejor serie de la semana para quien esto escribe es una de esas que parece hecha con las vueltas del pan y lo que nos propone tampoco es muy novedoso, pero está hecha de manera entrañable y teniendo claro lo que quiere ser y contar. Warren’s Vortex (NZ) nos habla de un padre, de su hija, también nos muestra al resto de familia y amigos, y a partir de ahí se lanza en otra dirección. Porque este tipo tiene en la caseta de su jardín, desde hace ya tiempo, un vórtice interdimensional. Al que no le ha prestado más atención o importancia. Hasta que se ve obligado a cruzarlo. A partir de ahí se nos promete que iremos pasando de unos a otros mundos. Con la intención de que las diferencias sean las que marquen parte del recorrido del episodio. Como decía, no es muy original, probablemente la mayoría recuerde Sliders en la segunda mitad de los noventa, y espero que también la serie del año pasado Davey & Jonesie’s Locker. Aunque aquella parecía tener incluso menos dinero y una intención más humorística aún que esta, que tiene un importante centro en la parte familiar. Y, si tenemos que juzgar por el piloto, un ojo puesto en series con un parecido -como Doctor Who– dentro tanto de sus posibilidades como de un intento de equilibrar la historia paternofilial y un tono cómico. Agradezco, por cierto, que la relación familiar no sea la típica de ‘soy un perdedor divorciado al que su hija odia’ sino una más normal, más cotidiana, con sus diferencias de punto de vista pero sin nada extremo. En fin, que de esta sí que pienso verme más capítulos.

 

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La primera de toda una serie de interesantes series que han llegado esta semana, Aema (O)(CS), o 애마 o…, tiene… vamos a decir que un problema fundamental que es su punto de partida y contexto. Sin el conocimiento de ambos no sé hasta qué punto se puede apreciar una serie que tiene más a su favor que en su contra. Pero, presupongo, como muchas de estas series están creadas para ‘consumo interno’ por muy internacional que sean los lanzamientos entiendo que en Netflix pensaron que no hacía falta. Aún así yo sí hablaré un poco más del asunto para explicarlo. Aunque, para que sea más sencillo, vamos a hacerlo al revés. La serie habla de una actriz que estaba en un gran momento de la carrera, tanto que decide desafiar a su productor. Un tipo sórdido que ha decidido lanzar una película que pasa de lo ‘erótico’ a lo ‘pornográfico’. La actriz había aceptado mientras se creaba una carrera pero ahora, ya reconocida, decide que hasta ahí podíamos llegar. El enfrentamiento con el productor lleva, claro, a una venganza -una venganza patriarcal podríamos decir-  porque aún le quedaba una película en contrato. Así que, ante su negativa a protagonizarla, decide relegarla a un papel secundario en la misma y dejar que una recién llegada ocupe su papel y se convierta en una estrella en su lugar. En medio de todo esto -la actriz con carácter, la recién llegada dispuesta a todo, el productor turbio- se encuentra un director primerizo con ganas de hacer arte y toda una serie de secundarios tirando a cómics -fundamentalmente el ayudante de la actriz, pero no solo-. Visto así podría parecer una versión surcoreana de Eva al Desnudo en la que el centro estuviera en una industria salvaje y una película pornográfica. Que, por si no la habéis visto, os diré que no es algo que suceda. Una industria cínica, sin duda, pero no salvaje. ¿Cuáles son los problemas de los que hablaba antes, eso del punto de partida y el contexto? Bueno, en realidad es ‘casi’ lo mismo porque… La película de la que hablan existió. Vaya si existió. Se convirtió en todo un éxito en Corea del Sur porque, resumiendo, Aema o Madame Aema era su ‘versión’ de Emmanuelle. El problema es que esto no es una serie de época sobre aquel rodaje. Perdón, dejadme reformularlo. El problema es que se inventan todo lo demás, así que esto no es una serie de época sino una manera de mostrar, criticar y satirizar tanto el momento histórico de Corea del Sur como de su producción cinematográfica. Y lo hace de manera bastante inteligente porque deja claro que habrá un enfrentamiento entre las dos actrices -la establecida y la nueva- que ya veremos cómo progresa -es decir, teniendo en cuenta el tema lo lógico sería que hicieran piña pero ya veremos en qué termina la cosa- que ocupan lo que podríamos llamar los puestos dramáticos del asunto. Mientras que lo secundarios, masculinos en su mayoría, son más o menos humorísticos o caricaturescos, quizá el director un poco menos pero sigue siendo un tipo al que no sabe por dónde le llegan las hostias en una industria que lo que quiere es dinero fácil tirando de morbo y de sexo.  Lo cierto es que hay un componente casi de telenovela ochentera de ricos, ese duelo entre una mujer establecida y una recién llegada podría considerarse como alguna de las versiones de Arpía vs. Ingenua -o, incluso Arpía vs Ingenua que pasa a ser otra Arpía- a la que nos tienen acostumbrados en el audiovisual. Pero la forma de gestionarlo hace esperar un mejor tratamiento. El segundo problema es de contexto, claro. Aquí nos están presentado una situación sin hablarnos de dos problemas principales, el primero era -por supuesto- que a principios de los ochenta y durante casi toda la década hubo una dictadura en Corea del Sur que fue especialmente terrible. Ya sabéis, no hay dictaduras buenas, pero luego las hay peores. Y una de las cosas que hicieron en la dictadura fue aprovechar el momento para ‘relajar’ las normas del audiovisual. El 3S que dice el director en la serie (Screens, Sports & Sex) es algo de lo que se ha hablado con normalidad porque, efectivamente, es lo que promovió el gobierno para que los ciudadanos no se revelasen -o no demasiado- incluyendo movimientos como quitar el toque de queda para que la gente pudiera ir a ‘disfrutar del ocio nocturno’, que en su caso no se trataba de cañitas en la terracita sino de espectáculos más… picantes… incluyendo las ‘películas de medianoche’. Y, a la vez, como buena dictadura, puso un sistema de censura con decisiones arbitrarias y peticiones ridículas, que es lo habitual en estos casos. Así que nunca estaba muy claro qué iba a pasar y qué no. De manera que el lanzamiento de Aema fue punta de lanza de toda una… vamos a llamarlo ‘industria’, dentro de un contexto concreto. Esto, junto a la decisión de mostrar la época no en los clásicos ‘grises y azules de dictadura’ sino en una especie de ‘colores chillones, falsos y agresivos’, demuestran una intencionalidad que parece clara, pero que quizá debería haberse explicitado internamente. Igual que quizá hubiera tenido sentido que decidieran si se inventaban la película o si trataban de ser más fieles a lo ocurrido, porque este punto intermedio en el que se encuentran puede ser lo más discutible de una serie que, por lo demás, está claro que tiene unas idea muy clara de qué es lo que quiere contar y cómo contarlo. Habrá que ver cómo continúa esto porque, como digo, lo notable es superior a esos problemas.

He tenido que mirar si Hostage (UK) era una serie nueva de verdad y no una de esas veces que Netflix se trae contenido de otro país y silba. Pero no. Suranne Jones parece hacer el papel de siempre -y tan bien como de costumbre- en realidad es solo que todo suena a ya visto, aunque parte de ello puede ser culpa de Idris Elba y John Cena. Solo que aquí son UK y Francia y lo que tienen es al marido de la presidenta de UK secuestrado y a la presidenta de Francia chantajeada. Lo que casi entra en la cotidianidad viendo el estado de la política de ambos países, la verdad. La pena es esa, que teniendo a Jones y con los ingleses siempre capaces de montar este tipo de historias parezca que se hayan decidido plegar a ese ‘ruido de fondo’ de Netflix con muy poco que rascar realmente en el piloto y la amenaza de que van a usar 5 capítulos para contarnos. Que son uno menos de los ‘tradicionales’ seis capítulos británicos, pero que con Netflix por medio hacen sospechar que, como tantas otras veces, con hora y media habría valido.

Hablando de cosas tediosas, en Channel 4 decidieron estrenar lo que voy a meter en la categoría de Drama más que de Acción In Flight (UK), y lo meto en Drama no solo porque sea un tostón -que también- sino porque claramente es una serie ‘de sufrir y de sufrir’ con una de las premisas más insufribles y estúpidas de los últimos años. Un joven es encerrado en una cárcel de nosedónde del centro de Europa y su madre -azafata- lo pasa muy mal, pero recibe una oferta, un cartel le protegerá en la cárcel si, a cambio, ella se dedica a ayudarles a mover la droga en los aviones. Por supuesto para esto tenemos que entender que el pobre joven que está en la cárcel lo pasa muy mal porque, como sabemos, todo lo que no sea UK es territorio bárbaro. Y sí, eso significa que esta serie usa uno de los género favoritos de los ingleses: El racismo. Total, que entre eso y que suspense reguleras pero pasarlo mal porque ‘una madre, ¡UNA MADRE!’ todo el rato… pues mira, yo qué sé, será que no tenemos series para ver como para andarnos con estas cosas.

Para mi sorpresa Long Story Short (USA) me ha resultado una serie agradable, entrañable por encima de todo, con un cierto costumbrismo pero bien llevado, con humor pero como parte de algo mayor antes que como una manera de justificar los actos, una obra familiar en un sentido propio antes que en un ‘para todos los públicos’, y -más sorprendente aún- muy centrada en la ‘juididad’ de sus personajes (de una manera notable porque lo hacen desde lo espiritual y lo social dejando de lado a Israel. Que supongo que a estas alturas es algo comprensible pero también un punto en contra teniendo en cuenta lo central que es su religión en toda la historia) a la que le agradezco, además, su notable falta de pretensiones. Es decir, tiene la intención de ser lo que es, no de reinventar el género, hacer un estudio sobre dios sabe qué o pretender explicar de manera magistral lo que es una familia. Nada de eso. Y, probablemente por ello, más importante aún en cómo logra algo enmarañado y confuso, como la vida misma.

Volviendo a las series de sufrir mucho, en PSSICA (O)(BR) si no te están violando están intentando matarte. A veces las dos cosas a la vez, a veces alguien quiere cobrar por una, u otra, o ambas. A veces no lo están haciendo, pero hablan sobre ello. Así que la historia de tres personas en un pueblo Brasileño se encuentra todo el rato con distintos tipo de violencia -por supuesto también con misoginia y homofobia, por si acaso- y los muertos se acumulan cada vez que alguien piensa que la serie no es suficientemente dura -o ‘adulta’ si eres un adolescente- y, la verdad, para lo que tiene que ofrecer tampoco pasa nada si no la vemos. Salvo, claro, que sea justo esto de lo que somos público objetivo. Que todo puede ser.

Las series de ricos, herencias y sucesores cada día se parecen más, que Scheda (O)(PO) decida dejar para el final el giro con el que debería de haber empezado… bueno, es una decisión, sin duda. En realidad es cierto que algo del final hay al principio, pero claramente no mucho. Pero el problema es que el resto de episodio lo pasamos entre hermanos, tíos, primos, entierros, herencias y discusiones por quién se queda qué. Y entonces… pasamos a otra cosa… a la que en realidad no llegamos porque queda para el segundo capítulo y, la verdad, ¿no sería más fácil empezar a ver la serie por el segundo? Pues es probable pero, la verdad, esta versión de la historia de moda con secretos que van a explotar en breve… Meh.

Parece que los estadounidenses, a fuerza de true crime, han decidido imitar el gusto de los ingleses por los dramas adaptando esos momentos. Aunque está muy claro que este The Twisted Tale of Amanda Knox (USA) está hecho por y para la reivindicación de la mujer del título, contando o su historia o una versión de la misma. No es algo necesariamente malo -más aún con todas las versiones que hemos visto del otro lado- pero, desde luego, resulta muy poco de interés. Salvo, supongo, para los fanses. Si los hubiera. O, quizá, para la gente que busque una reivindicación al estilo de la que se hizo de Mónica Lewinsky, que para eso es una de las productoras del asunto -junto con la protagonista real, claro-. Ah, y volviendo a lo de la ‘imitación británica’, el ‘qué malos son los italianos’ ocupa tanto espacio que, la verdad, creo que podría haber ingleses implicados en su realización.

Es complicado hablar de Women Wearing Shoulder Pads (USA) sin caer en toda una serie de lugares comunes que está claro que la propia serie busca explotar. Probablemente el mayor de ellos sea unirlo al Universo Almodovariano, una inevitabilidad porque está claro que es una de las grandes referencias, pero no estoy yo muy seguro de si el resultado lo es fuera de lo estético o si realmente el Almodóvar que busca la serie es uno que existió en algún momento. Porque la otra parte principal de la que sale es la de esas grandes telenovelas de ricos de los años ochenta: Muchos personajes extremos, mucha gente de dinero haciendo cosas rastreras y una cierta opulencia que se mezclaba con los giros no tan esperables o sensatos. Lo cierto es que la decisión de añadir un surrealismo claro, aunque ni muy afilado ni muy sorprendente, es como la de rodar la casi totalidad del episodio en español (Maravilloso el acento español de España, por cierto) o de ubicarlo en los ’80s. Es más por buscar un tono y que la gente sepa a lo que va que porque sea algo que cambiándolo impacte en lo que se está contando. Y, con eso y todo, el High Camp y las ganas de divertirse logran una serie que es, al menos, memorable. Que no es un mal comienzo.


Poco puedo decir de Alien: Earth (USA). Poco bueno, quiero decir. Parece que el showrunner tenía aún sobras de sus series anteriores y decidió que lo mejor era reciclarlas en este batiburrillo de ideas y referencias en las que hay algo de la saga Alien de cuando en cuando. O quizá no tenía muy claro qué parte era Alien, cual Lifeforce, Blade Runner, Predator y todo el resto del indigesto revoltijo que acaba montando. Nada tiene demasiado sentido dentro o fuera del universo, las conversaciones parecen pactadas para dar información al espectador y no entre los personajes y prácticamente ninguna acción tiene sentido. Como si les hubieran obligado a hacer algo de Alien a una persona que preferiría estar contando cualquier otra historia. Aunque les reconozco un mérito, el lograr en 2025 recuperar las sensaciones de una serie de SyFy de los dosmiles.

Una historia de terror bastante al uso, esta Andhera (O)(IN) parece haber mirado las adaptaciones de Stephen King para sacar la mayor parte de tics posibles. Y ya sé que eso no es algo necesariamente malo, como el resto de la serie. Simplemente parte de su forma de ser. Tenemos a tres personajes principales, cuatro si contamos a la que fallece al principio del capítulo, y a un Mal que más-o-menos les persigue y que no está claro si es El Mal o solo Un Mal igual que a veces parece ser La Oscuridad y otras veces un Algo que Toma La Oscuridad, pero bueno, lo importante es que monta un entramado de serie con una policía investigando -pese a sus compañeros- una muerte sospechosa, un joven con visiones, una joven investigadora de lo paranormal, y el cadáver en cuestión de la primera persona. Hay investigación, hay sustos que parecen estar más porque tocan que porque el responsable quisiera contarlos -claramente está a otras cosas, incluyendo la investigación, que le interesan más- y nos muestra partes de la realidad de India pese a que muy claramente podría haberse buscado una adaptación anglosajona sin despeinarse. Así que espero que encuentre a su público, porque aunque tenga ese problema de ser cierto tipo de genérico está claro que es uno que se lo ha tomado a pecho.

Supongo que a nadie le sorprenderá si digo que En el barro (O) (AR) es el clásico drama carcelario en su versión pasada de vueltas y sórdida. Más sórdida que OitNB o Vis a Vis, sí. De hecho el nivel de sordidez solo rivaliza con el de Oz, pero de una manera distinta más cercana a la de los exploit setenteros de Women in Cages, en la que solo falta una Ilsa, porque esta prisión femenina tiene secciones no solo de trapicheos, también de robo de niños o de grabación de porno. Vamos, que esto no es un Wentworth / Prisoner  o un Inside, esto es sordidez de canal de pago sobre un esqueleto de telenovela que se toma a pecho las tremendas chorradas que van engarzando. No sé a qué público esperan llegar o qué es lo que pretendían, pero supongo que hay todo un colectivo fetichista a favor de lo que sea esto.

Alguien debería enseñarle a Prime a hacer series de acción, porque quitando la primera de Reacher parece que no acaban de acertar una, cómo será que pensaba que Butterfly (USA) era una versión desligada del desastre de Citadel y no la adaptación -igual de desastrosa- de un cómic. A su favor diré que tampoco parecen tomarse muy en serio. Bueno, y que la presencia de Piper Perabo como un operativo renegado de la CIA sirve como versión alternativa del final de Covert Affairs. Pero las ‘sorpresas’ se ven venir, la trama no tiene mucho sentido ni coherencia y, por supuesto, la acción no pasa del nivel ‘serie de la CW. A estas alturas alguien en Prime debería de haber aprendido cómo hacerlo mejor.

A veces creo que las cadenas usan generadores aleatorios de las mismas historias, luego me acuerdo de que muchas de ellas salen de adaptaciones de novelas, así que la respuesta funciona en ambas direcciones. Sea como sea esta  The Family Next Door (AU) nos trae a una extraña con particulares motivaciones llegando a un vecindario exclusivo y encontrándose con otras cuatro mujeres, madres de familia y etc, que tienen todas sus propios problemas y secretos. Sí, los años no pasan por estas ideas. No parece que haya ningún cadáver por medio y sí una fijación en los niños así que asumiré que o uno de ellos es robado o hay algún tipo de problema familiar de fondo. Y, mientras tanto, lo que pueda tirar esto tirará. En fin, supongo que habrá a quien le apetezca un genérico de Peyton Place. O de Mujeres desesperadas. Según la edad, supongo.

Hablando de genéricos, este Irish Blood (IR) solo tiene dos cosas para defenderse. Una de ellas es Alicia Silverstone, la actriz a cuya mayor gloria se hace esta serie de una abogada cuyo padre desapareció en la infancia y cuya vida se pone patas arriba cuando contacta con ella de nuevo llevándola a viajar a Irlanda. La otra es un cierto humor extraño que aparece aquí y allá, a veces en secuencias oníricas, en ocasiones en fijaciones concretas. A rato casi parece una parodia -llena de afecto- de todas estas series. Pero, al menos, la hacen un poco más sencillo de tragar y un poco -tampoco mucho- menos genérica.

Debe de ser que el verano es bueno para estrenar cosas de terror, no muy terrorífico quizá, este Playing Gracie Darling (AU) vuelve a tener ese estilo de ‘terror mainstream’ -digamos, estilo Stephen King aunque aquí no parezca una fusilada tanto como lo inevitable de algo popular- porque la trama de dos desapariciones con años de distancia pero también con una ouija por medio, con una mujer que vuelve al pueblo llamada por un amigo que estuvo como ella la noche en la que sucedieron extraños sucesos y una amiga acabó desapareciendo, y con un misterio en la actualidad. Así que eso, podríamos decir que un ‘thriller‘ con un fondo fantástico -más o menos ambiguo, pero fantástico al fin y al cabo-  agradable como para cubrir una tarde tonta de siesta y ventilador.

La historia que pretende contar Quebranto (O)(MX) empieza realmente al final del piloto, antes de eso hemos tenido idas y venidas que daban la sensación de matar-el-rato más que de componer un contexto o un interés. Pero, claro, una vez uno llega al final se da cuenta. No tienen trama, no una que merezca el nombre como tal. Así que hay que estirar, estirar, estirar. En lugar de darle un número de capítulos razonables tenemos relleno sobre el relleno. Convirtiéndola en otros de esos ‘thrillers‘ -siendo muy amables con el uso de la palabra, y aún más laxos- que pone ‘una mujer investiga su pasado decidida a hacer pagar a los responsables’ en la sección más clara de ‘esta serie debería de ser una película’. Curioso, tantos años de ‘esta película es un corto alargado’ y hemos llegado ya a ‘esta serie es una película alargada’. Supongo que dentro de no tanto encontrarán una manera de llenar aún más tiempo. Y la solución, como siempre, es que parece que hacen las series para que no estés prestándoles atención, para tenerlas de fondo mientras trabajas o estás en otra habitación, o estás durmiendo, o lo que sea. Y puedes prestar atención en muy pocas ocasiones. Que son las que deberían de haber sido las interesantes. Pero es que eso es toda una forma de hacer series hoy en día, no como series sino como Ruido de fondo.

Hablando de rellenos. Alguien -en USA Networks- pensó que lo que hacía falta era una versión en serie de The Rainmaker (USA). Y podría llegar a entenderlo porque, sinceramente, yo no pensé que fuera a tener mucho recorrido una adaptación nueva de The Lincoln Lawyer y aquí estamos. Lo que pasa es que no han aprendido nada de aquella de Netflix. En lugar de buscarse una novela distinta del mismo personaje -normal, teniendo en cuenta que en el caso de las de Grisham no hay una recuperación posterior, mucho menos una serie de las mismas- o de intercalar la trama general con ‘casos de la semana’ aquí nos están contando la versión extensa de la novela -y de la película- con muy pocos cambios notables. Un reparto más televisivo y poco más que añadir. Así que supongo que si alguien se quiere ver una adaptación estirada de un libro que tuvo éxito-pero-no-tanto hace como tres décadas parece que por fin ha encontrado lo suyo. O, de nuevo, si necesitas rellenar un hueco, no sé si en tu ocio, en tu vida o en tu esquema de plancha, platos o lo que sea.

Empezamos con la sección Propaganda Gubernamental India. Saare Jahan Se Accha (O)(IN) habla del sistema de espionaje en términos esperables. Todo el mundo es malo menos nosotros (y hablamos no solo de Pakistan, también lo de Francia, URSS, Estados Unidos, Israel…)  y las acciones propias son por protección y lógica mientras que el resto son poco menos que por pura maldad y tenerle manía a los indios. Eso sí, la producción es razonable -teniendo en cuenta que cada vez que hacen a un líder histórico parece aquello de comedia televisiva, especialmente un Zulfikar Ali Bhutto hecho con calva de pega- y supongo que si no te paras a pensar en lo que están contándote puedes aceptarlo como una recreación de hechos… no sé si decir bien conocidos porque lo cierto es que no cuentan nada nuevo pero también que supongo que no todo el mundo estará igual de familiarizado con estas cosas, por pesados que se puedan llegar a poner los indios. En fin, que eso, que la globalización también tiene que servir para esto. Supongo.

Si la anterior era propaganda clásica con Sena: Guardians of the Nation (O)(IN) nos metemos en territorio no del reaganismo sino, directamente, del post-11S. Y mira que parecía difícil, pero la falta de cualquier tipo de sutileza mas una duración excesiva y un interés inexistente fuera del adoctrinamiento convierte esta serie, que por no saber no sabe ni hacer correctamente las escenas de acción -pecado grave hablando de uno de los mercados que mejor lo trabaja en la actualidad-, en el equivalente a aquellos espantos sobre los valerosos bomberos del World Trade Center o, peor aún, su evolución ultraderechista para hablarnos de Bengasi. Así que sólo merece la pena que se acerquen a ella los estudiosos de la propaganda. Especialmente para que aprendan a hacerla MEJOR.

La premisa de Young Millionaires (O)(FR) es tan estúpida que supongo que Netflix la compró en bloque. Un grupo de adolescentes rellena un boleto de lotería y gana 17 millones. Cualquier se puede imaginar lo que pasa a continuación pero, si no, os lo digo yo: Son menores. No pueden cobrarlo porque NO DEBERÍAN DE HABER PODIDO JUGARLO. ¡PORQUE SON MENORES! Por lo visto la serie decide tratarlo como algo no tan obvio y centrarse en los cambios que quieren en sus vidas y los líos en los que se van a ver envueltos. Pero no parece ni que haya mucho más sentido, ni cabeza, ni… bueno, eso. Que supongo que buscan ver si hay algo que les interese a los jóvenes. Pero más valdría que se centraran en intentar entender qué funcionó en Outer Banks o Wednesday en lugar de dar luz verde indiscriminada a cosas a ver si algo se pega a la pared. En fin.

Cómo será que no se han molestado los de Netflix ni en sacarle oficialmente un trailer.


Ciertamente curiosa esta Demascus (USA) que parte de un hombre que va a terapia no por un hecho concreto sino, más bien, por un malestar general al no acaba de entenderse. Eso lleva a el ofrecimiento de una posibilidad: Un sistema de tratamiento que tiene el problema de que puede ‘alterar’ la realidad para el paciente. Y a partir de esta premisa de ciencia ficción pasamos a un capítulo que podría tranquilamente haber sido uno de Atlanta. Pero en el que la extrañeza se mantiene de fondo, igual que el tono mezcla lo humorístico con temas más serios, y lo ligero con lo reflexivo. Una rareza con una historia fuera de la pantalla propia -la serie iba a ser uno de los estrenos de AMC pero la cancelación de buena parte de sus series la dejó fuera de parrillas hasta que TUBI (el servicio de streaming FAST de los Murdoch) decidieron rescatar y emitir los seis capítulos de los que consta esta primera temporada. Que, sospecho, van a dejar suficiente sin contar como para que estas distintas versiones de una misma persona puedan agradecer algún capítulo más. En cualquier caso, puedo decir que tras haber visto los dos primeros me voy a ver el resto, no solo porque esas mezclas entre Atlanta y The Outer Limits resulten curiosas también porque quiero ver qué es lo que pretenden contar con los universos paralelos y la autoindagación del protagonista. Espero que sea interesante.

Particular también este Esquire: Byeonhosareul Ggumgguneun Byeonhosadeul (O)(CS) , o 에스콰이어: 변호사를 꿈꾸는 변호사들 o Beyond the Bar / Esquire o El sinuoso camino del derecho o…, porque uno esperaría una aproximación más cercana a la comedia amorosa y lo cierto es que no parece hacerla. Quizá en algún momento habrá algo de ello pero el centro está, claramente, en el derecho. En el derechos surcoreano, claro. Así que esto es una obra sobre una joven brillante aunque un tanto… desastre. Que comienza a trabajar en un bufete, así que llegan casos, hay algo de vida privada -en la que ves claramente que las cosas no van a durar mucho- y también varios secundarios fuera de ella y de su estricto pero razonable jefe. Habrá que ver por dónde tiran pero, de momento, es una interesante serie de abogados. Incluso aunque tenga las narices de comenzar el piloto con un ‘pobrecitas empresas gasísticas’. En fin.

Lo de Outlander: Blood of My Blood (USA) acaba siendo una vuelta al punto original no solo porque sea una precuela, también porque han decidido separarlo en dos. Aunque lo cierto es que aquí se centran en una de las dos parejas, la de los highlanders. También hay a principios y finales una durante los alrededores de la Primera Guerra Mundial. Porque se trata de hablar de los padres de los dos protagonistas de la serie original, buscando contrastar las parejas, una que se acaba de conocer y otra que está más establecida y -supongo- se ve forzada a una separación. En fin, que no es que sea lo más original -supongo que una precuela lo tiene difícil- pero es lo que ha tocado y, supongo, le valdrá a los fanses de la anterior.

Terminamos con una serie que de puro convoluta a fuerza de embrollos y tropezones apilados resulta interesante al menos conocerla. Providence Falls (USA) nos habla de una trama romántica en dos momentos históricos, empezamos con el final de la del pasado con la muerte de sus protagonistas tras una muerte sospechosa, y a partir de ahí el centro y los follones: Resulta que el hombre de la pareja aparece en una oficinal en la que le aseguran que estaba en el limbo por haber separado a una mujer de su alma gemela. Pero le ofrecen una oportunidad, le van a mandar al presente para que ayude a que ambas almas se reúnan. Sí, la de la mujer de la que estaba enamorado y el otro tío. ¿Podemos liarla más? Claro que sí. Resulta que le rodean de algunas otras almas que se han ido reencarnando durante los doscientos años y que vienen de ese pasado ‘casi aristocrático’, más una especie de ángel que le ayuda a acostumbrarse porque… bueno… han pasado 200 años y él no ha vivido nada de eso. Además de todo deciden que le van a convertir en un policía. Porque ella es poli también. ¿Y el otro alma? Ayudante del Distrito o algo así. Fiscal, vaya. Porque están investigando robos y asesinatos y lo que surja. Y, por supuesto, la trama en el presente no significa que no tengamos también una trama en el pasado en la que vemos cómo se conocen y más líos. Así que, resumamos: Tenemos dos momentos temporales, unas tramas ‘de corte’ en el pasado, unas tramas ‘policíacas’ en el presente, multitud de secundarios muchos de los cuales están en ambos momentos, una especie de ángeles dando vueltas -debo decir que probablemente el ángel becario interpretado por Amitai Marmorstein sea el personaje robaescenas de asunto- y dado que piensan contar la historia en tres capítulos de hora y media interconectados aunque autoconclusivos -dicen- más follón todavía. Mucho en el plato, aunque tiene la suerte de que en Hallmark les permiten hacer estas cosas. Porque queda la intriga de si el tipo va a intentar quedarse con la chica -e ir al infierno- o ayudar a que su alma se reúna con la del otro tipo -e ir al cielo-. No, ya sé que no tiene mucho sentido pero, como digo, es una serie… complicada.


De entre las muchas cosas que no esperaba de Chief of War (USA) está la decisión de que el idioma es el que es y para lo demás subtítulos. Está claro que este Grandes Relatos pretende servir también para ‘honrar’ al pueblo hawaiano, pero no tengo yo muy claro si así van a lograrlo. Por lo demás, lo de siempre: Peleas, muertes, más peleas, trajes tradicionales, y gente frunciendo el ceño. Supongo que para ellos será importante.

Estoy seguro de que a alguien le habrá gustado Eyes of Wakanda (USA). Probablemente a sus autores. La animación busca parecer novedosa, porque no lo es pero a estas alturas lo es menos que lo sea y no que lo parezca. La trama es la típica excusa de ‘queremos explorar este universo’ pero en realidad se limitan a mostrarte una idea peregrina -una especie de grupo de élite especializado en recuperar objetos con el unobtainium de turno para el applied phlebotinum que toca. Vamos, lo de siempre otra vez. ¿Ha llegado Marvel a un acuerdo para sacar genéricos todo el rato? Es más que probable. Por lo menos si hacemos caso a esta serie.

Aquí toca una de música, muy claramente basado en un manga, este Gurasu Haato (O)(JP) o グラスハート o Glass Heart o Corazón de Cristal o…, no es tanto una serie musical como una serie sobre la música. Porque no es tan importante las canciones -digamos- como la manera en la que los protagonistas sienten la música, buscan convertirla en su carrera, le dan vueltas a cómo crearla y, en general, se relacionan con ella. Fuera de ella parece que tendremos el clásico mogollón amoroso con tres jóvenes y una mujer. Voy a asumir que se montará un triángulo entre dos de ellos y el cuarto estará para las risas o algo. Pero bueno, más para los que sientan una conexión con la música que otra cosa.

Normalmente diría que el peor problema de las sitcoms de Chuck Lorre es Chuck Lorre, pero a veces se descuelga con cosas como Leanne (USA) y vemos que lo peor puede ser… TODO. No solo es una serie MUY vieja en cualquier sentido que se os ocurra -en todos los sentidos, es una de las series más llenas de blancos rubios que he visto en tiempos- sino que no tiene la capacidad de hacer algo con esa ranciedad. Ni los actores brillan ni saben para dónde o cómo tirar. Está claro que la forma habitual que tienen estas personas de gestionar sus series es tirar e ir probando una y otra cosa. Y eso con Netflix no funciona. Claramente no han hecho pilotos previos, no ha habido pruebas, no ha habido notas y nadie ha tratado de ver lo que funcionaba y lo que no. Así que lo que tenemos es un borrador de lo que la serie será -o podría ser-. No sé si os acordáis de otras cosas de Lorre como la diferencia entre el piloto original de The Big Bang Theory y lo que acabó saliendo. Pero aquí tenemos eso. Y no me extrañaría que tuviéramos eso con toda la serie. Así que mi sugerencia es que la evitéis todo lo posible, excepto si queréis estudiar cómo se hacen -más aún, cómo no habría que hacer- las sitcoms.

Acción y drama, un poco de cada. No es que esta Marked (O)(SA) sea especialmente original, especialmente en el clásico ‘si la sanidad pública funcionara esta serie no tendría razón de ser’, pero lo que hacen logran montarlo en condiciones, con actuaciones solventes -aunque no brillantes, pero de alguna manera esto las hace un poco más creíbles- y con intentos de que la acción sea algo un poco menos televisivo -sale regular-. En cualquier caso, es un intento. No tengo muy claro de qué -ni de si no hubiera sido mejor como película que como serie-, pero un intento.

El sexythriller fue una de las manifestaciones noventeras de toda una tradición anterior que había ido mutando. No es que fuera especialmente interesante ni, en fin, sexy. Pero el éxito de Instinto Básico y vario de sus émulos llevaron a la popularización tanto del término como de la ‘idea central’. Todo esto es para decir que Pecados inconfesables (O)(MX) es una aproximación a ello, en formato Telenovelesco -digamos que sería como si una de las películas antes mencionadas se hubiera encontrado por medio con Motivos Personales para hibridarse- y bastante más lamentable.

Hablando de lo cual. Reconozco no ser especialmente fan de Smilla’s Sense of Snow (O)(AL) en su versión libro, ni película. Pero también que había cosas interesantes en ellas. Que es lo que han procedido a quitarle aquí. Eludiendo la crítica de la situación actual enviando la historia a un futuro con un país con drones y cámaras vigilando a sus ciudadanos. Como si fuera relevante o necesario para la trama. Y como si precisamente lo interesante que tenía no fuera esa demostración de que hay diferentes tipos de ciudadanos para el Estado. Pero no, aquí había que convertirlo en algo a futuros, no fuéramos a criticar algo que está pasando. ¡EN FIN!


¡Pilotos Deathmatch!

Es agradable ver cómo intentan a veces darle un giro a lo de siempre. En el caso de The Assassin (UK) lo de siempre es una historia de un antiguo asesino que se ve enfrentado por su pasado cuando una situación hace que salga de su retiro. Pero aquí las cosas son ‘un poco’ distintas. Un poco porque en realidad sigue siendo parecido y tampoco es tan novedoso, además de tirar de mucho actor de tele, pero es distinto porque aquí tenemos a una mujer de mediana edad que vive en Grecia, a la que su hijo va a visitar, y que se ve metido con ella en el follón. Como si alguien pensara que a este tipo habitual de película lo que le hacía falta era más Mamma Mía. Así que aunque haya humor y relaciones maternofiliales también hay acción, más en forma de justificación para la excusa argumental que otra cosa. Por suerte está llevado de manera aceptable y tiene actores competentes, Keeley Hawes claramente se lo está pasando en grande, Freddie Highmore está un poco fuera de papel como su abotargado hijo -y bastante insufrible- pero sabe lo que se hace, y hay más caras conocidas de la tele apareciendo. Así que para unas tardes de verano puede valer.

No tengo muy claro qué quería Netflix con Geleceğe Mektuplar (O)(TU), posiblemente tener otra serie turca en su fondo, pero el punto de partida -una mujer descubre que la persona que creía que era su madre biológica no lo era, lo hace gracias a la carta que le escribió su madre biológica hace años, cuando era una alumna de su madre no-biológica- acaba llevando a lo que parece una serie estudiantil de unos jóvenes que son amigos -pero cualquiera diría que no se soportan- y su profesora -que pese a ser el nexo en realidad sale poco- mientras en el presente la joven intenta investigar para descubrir quienes son sus padres. Al final hay muchos personajes poco interesantes, no tenemos claro qué nos quiere contar y muchas de las excusas van más allá de lo peregrino -la madre tenía hace ya veintitantos años problemas de memoria así que crea diarios, lo que significa no solo que resulta poco creíble toda la historia de que la madre lleve años disimulando, también que la protagonista no salte directamente a la parte de su nacimiento en lugar de tanta chorrada- pero supongo que habrá fanses de las series turcas a las que todo esto -incluyendo los ‘amigos’ llamando gorda a una del grupo a cada ocasión- les parecerá razonable. O algo.

Starz encarga The Hunting Wives (USA) a Lionsgate, cuando eran parte del mismo conglomerado. La separación de las empresas hace que la segunda saque la serie a la venta. Y acaba en Netflix. Así que ahora tienen una serie que es muy Starz (tetas teteantes y el resto del paquete adolescente ‘si tiene sexo es algo adulto’) para algo que, en lo que llevo visto, parece que quería ser Mujeres Desesperadas para la Era TRUMP! (es decir, en un contexto en el que aún no estamos 100% en El Cuento de la Criada pero sí en pleno Get Out Stepford) Supongo que el género es Telenovela Camp de Ricos, todo es exagerado, empezando por un Dylan McDermot Mulroney que hace una especie de Elon Musk Cowboy que es difícil saber si alguien le ha dicho que no es una parodia.Malin Åkerman se lo pasa en grande con la ‘sutileza cero’ de la serie, y hay una cierta cantidad de gente con talento (Chrissy Metz, por ejemplo) dando vueltas sin que sepamos bien por o para qué. Y, por algún motivo, una joven desaparecida. Que imagino que o será un tema de la historia o la previa para que desaparezca otra, tanto da. Así que realmente no sé si encajará mucho en Netflix… Pero supongo que lo más entretenido será ver cómo impacta en el ‘streaming’. Más que la serie que, ya os digo, es como todo lo que quiere ser reflejo de la ‘Era TRUMP!’. Versiones demasiado aparatosas y a medio cocer de éxitos conocidos.

Reconozco que puse Mandala Murders (O)(IN) asumiendo que se trataría de la típica serie de asesinatos en un pueblo pequeño. Lo último que esperaba era abrir con lo que parece una versión de Frankenstein con una joya mágica y maquinaria y la gente del pueblo alrededor del castillo con antorchas.  Seguir con un salto temporal y un cadáver que recuerda a Patricio Estrella, y pasarnos el capítulo con saltos temporales, intrigas políticas y líos familiares. No sé si la seguiré viendo porque, en fin, 50 minutos me siguen pareciendo muchos minutos -aunque por lo visto es el capítulo más largo- pero entre esta desvergüenza y tanto trasfondo ‘pulp’ -además de haberme sorprendido- ya se merece al menos una felicitación.

Encantadoramente animada -o algo- esta My Melody & Kuromi (O)(JP) no parece tener tanto de trama como de oportunidad de mostrar estas encantadoras bolas de…¿algodón? A saber. Pero creo que queda lo suficientemente mono, y está claro que el uso de las expresiones encima lo hace más ‘moldeable’. Dándoles más posibilidades expresivas. Como digo, no creo que la historia sorprenda en exceso, pero sí que confío en que sea todo lo suficientemente agradable como para dedicarle un rato.

Uf. Rangeen (O)(IN) es… bueno… una serie sobre un tipo que descubre que su mujer ha contratado a un gigoló y, en venganza, decide trabajar él también de gigoló. Si os parece que no tiene sentido imaginad esto durante una hora y pico. Ah, no, que dura 45 minutos pero logra parecer el doble de tiempo. Tiene mucho mérito que los gigolos no sean precisamente guapos, y que todo el drama de pareja, familiar, etc… Vamos a dejarlo en que no es gran cosa.

El empeño en lograr que Teurigeo (O)(CS) -o 트리거 o Trigger o Gatillo o…- sea lo más sórdido posible hace que todo el piloto centrado en mostrar a los policías -y dejar claro que estos son buenos aunque haya mucha corrupción, que es lo típico con los surcoreanos- y en asegurar que en Corea del Sur es casi imposible tener armas. Por supuesto lo siguiente es sacar balaceras, tras mostrar que la sociedad es sórdida. Muy sórdida. Y todos son los culpables, o algo. Tanto da. Sospecho que hace falta un ánimo muy concreto para vérsela.

Yo diría que este Try: Urineun Gijeokyi Dwenda (O)(CS), o 트라이 : 우리는 기적이 된다 o The Winning Try o La Jugada Ganadora o…, es uno de los ejemplos más claros de spokon que se me ocurre. Es decir, un drama deportivo de buen fondo y bastante encanto, no ofrece nada novedoso ni casi nada que no veamos venir. Pero supongo que a veces lo que necesitas es algo que tener de fondo mientras trabajas.

Aunque nunca se haya publicado en España, el libro de Esi Edugyan Washington Black (USA) tuvo suficiente peso como para que a Sterling K. Brown le apeteciera hacer una serie y quedarse con un papel secundario. El resultado es… peculiar. Dos espacios temporales, un interés por los ‘inventos’ y la esclavitud como elemento vertebrador. Lo que significa que incluso en los intentos de ‘aligerar’ la historia tenemos el recuerdo de que no es un asunto ligero, y tampoco es que los momentos dramáticos logren acabar de funcionar. Supongo que la tarea era más difícil de lo que parecía. Pero aún puede acabar bien, aún pueden publicar en España el libro.

 


¡Los Destacados de 2025! Infantil

¡Vamos con esos destacados!

– Pez Culo de Pauline Pinson y Magali Le Huche, ed. Litera Libros

Sí. Es un pez. Parece un culo. Y eso va a servir a sus autoras para hablar de autopercepción, aceptación personal, diversidad en la belleza y en la vida y, por supuesto, también de amistad. Porque un culo puede dar para mucho, y un pez culo ya ni os cuento.

 La novela de Ernesto y Celestina de Daniel Pennac con ilustraciones de Benjamin Renner, ed. Algar

Es curioso cómo dan vueltas las cosas. Por ejemplo, los álbumes ilustrados de Ernesto y Celestina, unas obras de la belga Gabrielle Vincent en los que se nos narra la relación de amistad entre un oso y una ratona, que viven en sociedades separadas. Pequeños relatos que tuvieron tanto éxito que se acabó sacando una película de animación. En la que colaboró Daniel Pennac. Lo que llevó no solo a la creación de un libro basado en la película, también en esta obra, este libro ilustrado por Benjamin Renner, que no ha acabado en Kalandraka como los álbumes sino que se ha ido a Algar. Una novela sobre su historia que logra mantener el encanto de los álbumes originales y aprovechar a Pennac.

– El gran Iván de Marjorie Weinman Sharmat, ed. Blackie Books

Marjorie Weinman Sharmat es autora de Nate the Great, un niño detective del que estuvo publicando libros desde 1972 hasta después de su muerte. Más o menos. Los 20 primeros los escribió más o menos sola y con un ilustrador –Marc Simont– con el que dejó de trabajar en 1998. A partir de ahí los libros fueron co-escritos y un ilustrador ‘hacía un estilo parecido’ al de Simont, a partir de 2019 -con su muerte- su hijo (con el que había escrito el anterior libro, siendo muchos de los anteriores con su marido) pasó a tomar el control del personaje. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que es un personaje importante e influyente que es raro que no hubiera llegado antes a España -es decir, si no contamos las importaciones del colombiano Grupo Editorial Norma en su colección Torre de Papel bajo el nombre de Fercho– y que está bien que llegue ahora. Supongo.

– Monstruos de Stéphane Servant y Nicolas Zouliamis, ed. Siruela

Los libros de Servant son siempre variados, en sus temas, sus colaboradores y las editoriales que los publican, pero suelen tener en común que buscan una manera distinta de contar una historia original. En este caso sobre la llegada a un pueblo remoto del Circo Delosueños y de cómo cambia la vida de los aldeanos pero, sobre todo, cómo un niño solitario encuentra en la criatura más misteriosa del circo una conexión que le ayuda no solo con sus miedos, también a entender la diferencia entre acciones y apariencias.

– Billy Bestia tenía una maestra loba de Issy Emeney y Chris Mould, ed. Andana

Un álbum que opta por un humor oscuro para presentarnos a un joven insufrible y a la solución del director de su colegio. Una profesora… ¡que parece una loba! Así pronto comienza una extraña contienda entre ambos que acaba con un paseo por el bosque. Una historia divertida con unas grandes ilustraciones a juego.

 Las siete caperucitas terribles y el pobre lobo encarnado de Andrés Guerrero, ed. LoQueLeo

Efectivamente, una mezcla de clásicos con humor y curiosidad, acompañado por una ilustraciones -sencillas, pero no simples- en las que las subversiones y giros de los tropos y puntos habituales. Que es lo que hace falta.

– El Gran Lobo Feroz investiga los cuentos de hadas de Catherine Cawthorne y Sara Ogilvie, ed.Picarona

Un curioso álbum este, porque tenemos al Gran Lobo Feroz como protagonista. Primero contando algunos de los cuentos clásicos, a su manera, en un par de páginas. Y en el par de páginas siguientes ‘comprobando‘ los hechos científicos, dando datos y haciendo observaciones más o menos burlonas. De esta manera no solo responde a los porqués que puedan tener sus jóvenes lectores, también anima a reflexionar y muestra otro punto de vista. Además de unas divertidas ilustraciones de Sara Ogilvie como acompañamiento.

– Cómo pedir disculpas de David LaRochelle y Mike Wohnoutka, ed. Siruela
Saber disculparse, aprender a hacerlo o llegar a comprender qué es lo que funciona y qué no -y por qué- es todo lo que se nos ofrece aquí, en un libro que se supone que es para que les peques aprendan pero que realmente podemos usar (y repasar) también con más edad. Una serie de ilustraciones a rato simpáticas, otras disparatadas, pero siempre ayudándonos a mejorar… con humor.

– Dos robots (Rob & Ot) de Jaume Copons y Liliana Fortuny, ed. Combel


¡Nueva serie de cómics de Copons y Fortuny! Tras el éxito de BitMax & Co. pero para un poco más pequeños, y un poco más cortos. Estos cómics de 64 páginas y tapa blanda sirven para presentar pequeñas aventuras y servir de introducción a la lectura. De momento han salido cuatro títulos -el que aquí veis y ¿Jugamos?Un amigo especial y Misión Bañera– además de una aparición especial de los protagonistas protagonizando Más robots, el más reciente volumen de BitMax & Co. Desde luego está clara la apuesta por el cómic infantil. ¡Esperemos que esté a la altura y les vaya bien!

Hada del trueno, hada del relámpago de Han Kang y Jin Tae-Ram, ed. Reservoir Books
Lo bueno de ganar el Nobel es que te publican cosas que quizá antes se hubieran pensado. Por ejemplo, este álbum ilustrado sobre ds pequeñas hadas aburridas, que deciden romper con sus atribuciones y liarla. Por supuesto todo contando con amor por los personajes. No me atrevo a decir que con humor, pero supongo que lo intentan.

– La Tiburonilla de Kate Beaton, ed. Astronave
Lo nuevo de Kate Beaton es un álbum ilustrado en la que una joven chica tiburón decide vengarse de un capitán que la atrapó. Y lo hace al estilo clásico: Con ayuda de una bruja marina que le permita infiltrarse entre la tripulación. ¡Para provocar un motín! Pero, entre medias, pueden pasar tantas cosas.

– La Bella y la Bestia adaptada por Cécile Roumiguière con ilustraciones de Benjamin Lacombe, ed. Edelvives

Exactamente lo esperable tenemos aquí. La nueva obra ilustrada por Benjamin Lacombe que esta vez ha resultado ser La Bella y la Bestia. No hay mucho más, tampoco mucho menos. Simplemente el interés que pueda tener cada uno más en la edición que en el texto.

– El retorno de la momia de Jonna Björnstjerna, ed. Juventud

Repitiendo todo un movimiento clásico, en Juventud han decidido comenzar esta serie de Los misterios de la familia conejo por el octavo libro. Teniendo en cuenta cómo es supongo que se trata del más interesante -o algo- de esta peculiar saga capaz de unir a animales parlantes y seres fantásticos de cuento con unas historias un tanto oscuras, como de thriller y misterio -no tiene sentido considerarlas sobrenaturales porque, bueno, animales parlantes y seres de cuento de hadas… está implícito- pero esta historia del hotel que la Abuela Conejo ha abierto en el borde oscuro del bosque, con el Hermano Pequeño Conejo en medio del asunto, poco convencido, y una desaparición misteriosa en el centro… Desde luego parece que este álbum ilustrado no será muy largo, pero entusiasmará a sus jóvenes aficionados al misterio.

– El tren fantasma de Jonna Björnstjerna, ed. Juventud

Nuevo misterio para la Familia Conejo, a la que ya conocimos en El retorno de la momia -que, irónicamente, es dos álbumes posterior a esta. Aquella era la octava y esta es la sexta de la serie.- y que nos vuelve a presentar a Hermano Pequeño en mitad de otra historia particular. Un tren fantasma, con una maldición encima, cargado de desagradables pasajeros y obligado a mantener el recorrido. Por suerte Hermano Pequeño es observador y conoce muy bien los trenes, así que quizá sea capaz de encontrar una luz cuando entre en el túnel.

– El ojo que todo lo ve (1, Warren XIII) de Tania del Río y Will Staehle, ed. Edelvives
El joven heredero de un antiguo hotel -el Warren XIII del título- se encuentra a merced de sus tutores. Que han descuidado el negocio buscando un tesoro legendario. Así que él tendrá que ser más astuto para descifrar pistas, resolver acertijos y lograr resolverlo antes. Ese es el punto de partida de estas novelas para no-tan-jóvenes lectores que tiene mucha imaginación y un humor un tanto retorcido. (Además, claro, de muchos acertijos. Por si no ha quedado claro)

– Muerte en el faro (2, Montgomery Bonbón) de Alasdair Beckett-King con ilustraciones de Claire Powell, ed. Bambú

Pues aquí estamos de nuevo, con un nuevo caso para Bonnie Montgomery, perdón, queremos decir para el célebre detective con bigote Montgomery Bonbón. Un faro, unos cuantos sospechosos y suficientes giros de guion y momentos de humor -acompañadas por las ilustraciones- como para dejarte con ganas de seguir leyendo más sobre este particular detective que en ningún caso es una jovencita disfrazada. ¡Si hasta tiene una boina roja!

– Detectives y fantasmas (El primer misterio de los rescatadores mágicos) de Sabrina CatdoorDavid Sierra Listón y Violeta Cano, ed. La Galera

Parece que la serie de Los rescatadores mágicos ha decidido unirse a la tendencia de los libros de misterios y detectives de hace un par de años con este especial de mayor tamaño y extensión. Bienvenido sea, supongo. Sobre todo si hay suerte y la serie regular o los especiales logran mantenerse.

 Safira Sparks y los cazadores de monstruos de Scott Stuart, ed. Edelvives
Una joven cazadora de monstruos, su mejor amigo y el ponerse a trabajar para descubrir que quizá los monstruos no son tan malos. Eso es lo que ofrece este volumen, una mezcla de cómic y libro en el que de forma tan humorística como encantadora se nos va contando esta aventura que demuestra que no se trata solo de ser bueno en el trabajo encomendado. A veces hay que saber mirar más allá.

– Mitos fabulosos y cómo sobrevivir a ellos de Thiago de Moraes, ed. Harper Kids

De sobra conocemos a Thiago de Moraes por sus magníficos Atlas, especialmente el Mitos, pero también el de Historia y el de Descubrimientos. Así que ver cómo ahora se adapta en parte en este álbum más pequeño pero en el que se centra en esos mitos de todo el mundo para alegría de quienes le leen.

 Atlas de cocina de Lucas Riera y Marina Tena, ed. Mosquito Books

Uno de los curiosos álbumes ilustrados de Mosquito que aquí nos propone un viaje por el mundo para ir viendo cómo y qué comen por distintos puntos del planeta. Una actividad que sirve más allá de contemplar las páginas y el texto porque nos anima a preparar y probar alguno de esos platos. Y también a buscar un perro propio de cada región en sus páginas, por si la comida no es suficiente.

– El Quijote (en verso) de Juan Muñoz Martín con ilustraciones de Javier Andrada, ed. SM

Pues sí, resulta que Juan Muñoz Martín, siempre incansable, estaba haciendo también una adaptación rimada de El Quijote, a su manera y estilo. He mirado por si se trataba de algún material publicado antes y no he sido capaz de encontrarlo así que supongo que esto es lo que es y lo que hay. Espero que a sus lectores les sea de provecho.

– El caso del robo del dinosaurio de Barry Timms y Josh Cleland, ed. Edelvives

Un esqueleto desaparecido del Gran Museo dos detectives teniendo que buscarlo levantando solapas y usando una lupa especial y un divertido misterio que espera a sus jóvenes lectores en este álbum ilustrado.

– De camino a la fiesta de Meritxell Martí y Anna Aparicio Catalá, ed. Flamboyant

La liebre ha montado una fiesta de cumpleaños para sus amigos, pero hay obstáculos por medio. Allí, con diversión y pistas escondidas, van usando la reiteración para construir una idea de grupo, gestión y diversidad.

– Ning y los espíritus de la noche de Adriena Fong, ed. SM

Un pequeño álbum encantador sobre las creencias, los espíritus y el enfrentarse a los miedos. Porque quizá esos espíritus nocturnos por los que Ning enciende cada noche luces para ahuyentarlos no sean tan malos, al menos no todos. Y es que el encontrarse una noche en medio de bosque, a oscuras, facilitará que entre en contacto con esos seres particulares, que cambie su opinión y, quizá, que con una pequeña acción consiga un cambio mayor.

– Investigación en curso de Àngels Navarro y Jori Sunyer, ed. Combel

Tanto tiempo después de Caso abierto llega un nuevo álbum policíaco de Navarro y Sunyer con nuevos enigmas a los que enfrentarse. Lo mejor es echarle un ojo, por supuesto, pero si conocéis el anterior seguro que este os interesa. Y si no lo conocéis… aún estáis a tiempo.

– Gerardo Gigante de Gilles Baum y Amandine Piu, ed. Maeva

Las siempre magníficas ilustraciones de Amandine Piu sirven esta vez para hablar de Gerardo. Que es un gigante muy grande, y también muy torpe. Así que cree que nunca tendrá una ocupación… hasta que algo cambia en la ciudad, y también para los niños que habitan en ella. Para una historia sobre la ternura y la diferencia.

– Picopaco de Mocculere – Mojca Novak, ed. SM

La eslovena Mojca Novak, también conocida como Mocculere, presenta en este álbum ilustrado sobre un pájaro carpintero, las casas que construía y cómo servían no solo para vivir, también para construir una comunidad tras una gran tormenta. Una historia encantadora con un dibujo a la par.

– Doris de Lo Cole, ed. Bruño

Doris es muy tímida. También es una elefanta roja. Así que por mucho que intente esconderse entre otros animales o plantas siempre acaba siendo el centro de atención… ¡y lo lleva fatal! Un álbum ilustrado encantador con unos dibujos estupendos que también permiten jugar con ellos.

– Lola Lecae de Oriol García Molsosa y Andreu Llinás, ed. Bind Books

Cinco cuentos cortos con una niña traviesa y un tanto desastrosa que con humor y unas magníficas ilustraciones logra armar un estupendo libro para primeros lectores.

– Trol de Frances Stickley y Stefano Martinuz, ed. Beascoa

Un grupo de jóvenes, un puente con su trol, retirado de todos y que prefiere rechazar cualquier contacto, seguro que veis hacia dónde estamos yendo. Sobre todo si os añado que también se habla de la diversidad y la discapacidad y que, bueno, muchas veces la gente lo que quiere es… no sé… ¿sentirse comprendida? ¿un abrazo? ¿comer niños? Algo de eso.

– ¿Puedes pasarme la pelota? de Chayada, ed. Petaletras
Una liebre que juega al fútbol pierde su pelota. Va pidiendo a diferentes personas que se la acerquen. Con distintos grados de fracaso. Y, mientras, una tortuga con andador parece no enterarse de nada. Un álbum ilustrado divertido, y con unas ilustraciones muy expresivas.

– La artista de Ed Vere, ed. Coco Books
Una joven está encantada creando su arte, así que se lanza a compartir su arte con el mundo y, por el camino, descubrirá que no hay reglas o normas más que los propios, que se cometen errores y que hay que buscar, soñar y encontrar la belleza que consideramos. Y lo hace con unos dibujos tan encantadores como el de la portada.

– La niña leona de Olivia Hope y Fiona Woodcock, ed. Maeva
Una joven entusiasta va con su madre a la gran ciudad, allí parecerá no tener miedo a nada porque para eso es una Niña Leona, lo que pasa es que incluso las niñas que parecen tener vitalidad sin fin y ser capaces de todo pueden acabar necesitando algo, como cuenta en esta historia con unos encantadores dibujos.

– El pequeño Niko de Svetlana Pavlova, ed. Apila Ediciones

El ganador este año del Premio Apila ha sido este álbum ilustrado con un extraño personaje que va probando a ver qué es. ¿Es un animal, es una planta? Iremos jugando junto con él, descubriendo y comprobando no solo la variedad que nos rodea sino, por supuesto, la importancia de buscarse. Incluso si no sabes si te encontrarás.

– El tejado de Benito de Anuska Allepuz, ed. NubeOcho

El tejado de Benito es el lugar favorito de… una buena cantidad de animales. Porque van llegando una buena cantidd de ellos, ¡y no les gusta compartirlo! Pero… ¿qué es ese crujido? Un divertido álbum ilustrado sobre discutir, compartir y evitar males mayores estupendamente ilustrado por Anuska Allepuz.

– Una caja misteriosa de Jordi Gastó y Christian Inaraja, ed. Kalandraka

Una caja misteriosa en el jardín. Una niña que la encuentra. Y la imaginación hace el resto, porque en lugar de abrirla decide penar en las posibilidades más fantásticas y lejanas.

– Caballito de Luciana Feito, ed. Pastel de Luna

Cada fin de semana una niña de ciudad tiene la posibilidad de visitar el campo. Y ahí da rienda suelta a su imaginación y a su capacidad de asombro para ver y descubrir las posibilidades que hay en el campo. Todo ello acompañado por unas encantadoras ilustraciones engañosamente infantiles.

– Ágata Crispy Detective de Paul Martin con ilustraciones de Camille Roy, ed. Blackie Books

El éxito de los investigadores para peques facilita la aparición de estos álbumes ilustrados en los que la pequeña Ágata va haciendo frente a pequeños misterios cotidianos que se pueden resolver, con ilustraciones como apoyo y una serie de tareas -encontrar pistas, elegir sospechosos, resolver el misterio propuesto- a su medida. Además, claro, de las ilustraciones de acompañamiento.

– Ranito de Paige Walshe, ed. Astronave

Un no-tan-pequeño (más de 120 páginas) pero sin duda encantador cómic infantil. Pensado así, con pocas viñetas, muy grandes, mucha expresividad y un humor que recrea elementos cotidianos dentro de este mundo de ranas.

– A la caza de los Monstruos de Robert García y Emma S. Varela, ed. Pijama

En Pijama sacaron A la caza de los Reyes Magos y, tras su éxito, decidieron que iba a ser una colección, así que con Emma S. Varela y Roberto García crearon esta historia con divertidas ilustraciones en las que un peque decide ‘cazar’ a todos los monstruos que se esconden en su habitación. Con ello una mezcla, no solo está la historia, también la posibilidad de ‘jugar’ buscando los objetos perdidos por las páginas.

– Hansel y Gretel en versión de Stephen King con ilustraciones de Maurice Sendak, ed. Beascoa

Supongo que a estas alturas todo el mundo conoce a: Hansel y GretelStephen KingMaurice Sendak. Probablemente por ese mismo orden. Así que reunir a los tres -bueno, o a los dos y darles la idea de darle una vuelta a la historia- parece una idea que quizá no tenga muchas fisuras pero, además, algo por lo que poder cobrar 20,95 € por 48 páginas.

– Nunca bailes con un dinosaurio de Pamela Butchart y Marc Boutavant, ed. Libros del Zorro Rojo

Peri no para. Siempre está bailando. Su profesora de danza clásica no es capaz de entenderla, y la aparición de un dinosaurio bailarín acabará de crear el caos en este álbum divertido en el que la música propia es más importante que seguir el ritmo de los demás.

– ¿Tu mono quiere un plátano? de Paula Sánchez Arévalo y José Fragoso, ed. Narval

El enfado visto por nuestro protagonista como un pequeño mono, uno que todo el mundo lleva encima, y que tiene que cuidar para que no se desmadre. Una forma de visualizarlo y entenderlo para los peques que tiene la fortuna de ir acompañado por las magníficas ilustraciones de José Fragoso.

– El mote de Gilles Baum y Mercedes Galli, ed. Jaguar

En la pandilla de Blas todo el mundo tiene mote… menos él. ¡Pero él no quiere sere menos! Así que… ¿qué puede hacer chulo para que le pongan un mote? Todo eso con las estupendas ilustraciones de Mercè Galí.

– Avelina, eres divina de Gracia Iglesias y Sara Sánchez, ed. Jaguar

La serie de libros que incluye Marcelina en la cocina nos ofrece esta vez a Avelina, una hipopótama aburrida a la que se le presentan un montón de cosas que hacer: ¿Dar un paseo, quedar con las amigas, leer un libro, salir en coche con Timoteo, quedarse tejiendo en casa? A partir de ahí iremos eligiendo por Avelina, siguiendo sus historia y viendo los distintos finales en los que puede desembocar. ¡Y todo con mucho humor y unas ilustraciones magníficas!

– Bob del revés de Brosmind, ed. Alba

El estudio de diseño barcelonés formado por los hermanos Juan y Alejandro Mingarro nos trae este álbum ilustrado, Bob está del revés, es el nuevo de la clase de un colegio nuevo y tiene nervios. Pero poco a poco irá descubriendo cómo lo que hace diferente a cada persona es también lo que les hace únicos.

– Ticnicks de Meritxell Martí y Xavier Salomó, ed. Combel

Una nueva serie de cómics de Martí y Salomó, con un punto de partido que seguro que nos suena: Un extraño anciano vende unos muñecos, pero sus dueños tienen que cumplir tres reglas. En teoría cada uno de de ellos permanecerá solo un día con vida antes de convertirse de nuevo en un peluche. Pero… a veces suceden cosas inesperadas. Sobre todo cuando no se siguen las reglas.

– ¡Odio el mundo! de Sophy Henn, ed. Timun Mas

Con unas estupendas ilustraciones acompañándolo, tenemos esta historia de un fantasma que odia TODO y un amigo que le ayuda a buscar algo bonito en el mundo. Un encanto.

– Lo que quiero es gritar de Simon Philip y Lucia Gaggiotti, ed. Cumio
La joven protagonista de este álbum ilustrado se encuentra sobrepasada, no aguanta más y lo único que quiere es ponerse a gritar… ¡pero tiene que aprender que hay que manejar la frustración! Así, a través de una historia acompañada por divertidas y muy expresivas ilustraciones iremos conociendo más de lo que la lleva al límite para ver cómo evitar que lo sobrepase.

– El pato que nunca parpadea de Alex Latime, ed. Miau

Un divertido álbum pensado para que su joven lector interactúe con él intentando lo más difícil posible, ¡lograr que el pato parpadee!

– Minina va a la pastelería de Studio Imagebooks, ed. Librooks

Un pequeño libro encantador menos para leer que para mirar… bueno, y para oler. Porque esta historia de una pequeña pastelería trae de esos rasca-y-huele que aquí buscan presentar a sus jovencísimos lectores el concepto de Lo Dulce acompañando las encantadoras ilustraciones.

– Bichos Divertidos 🙂 de Amandine Piu, ed. Petaletras

Un encantador libro en el que vemos a distintos animales en sus situaciones cotidianas… y al lado a pequeños imitándoles, acompañado de un texto sencillo pero que permite comprobar esa cercanía y ese humor, especialmente gracias a las magníficas ilustraciones de acompañamiento.

– ¡No es justo! de Shinsuke Yoshitake, ed. Pastel de Luna

Vuelve el gran Yoshitake en un álbum ilustrado que sigue la idea del de Mis Razones. Solo que si en aquel era un niño el que ponía excusa ante sus malos hábitos aquí es un adulto el que busca explicaciones disparatadas para justificar las pequeñas grandes injusticias a una niña. Que también es una manera de abordar con humor la diferencia entre la lógica de adultos y niños.

– Hay gatos en este libro de Viviane Schwarz, ed. NubeOcho

Hace unos años tuvimos en Milrazones un par de libros del Gato Chiqui y también un libro estupendo, ¿Hay un perro en este libro? Así que el que NubeOcho haya decidido sacar Hay gatos en este libro me alegra. Porque son libros juguetones y con los que jugar, y tienen unas ilustración y un humor estupendas. Así que espero que tras este libro rojo recuperen el amarillo y saquen el azul.

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¡Los Destacados de 2025! Juvenil

¡Vamos con esos destacados!

– El eterno retorno de Clara Hart de Louise Finch, ed. Kakao Books

Un trágico accidente… ¿o no lo fue? Spence empieza a revivir una y otra vez el día en el que Clara muere, y poco a poco se va dando cuenta de cómo las acciones ‘normales’ de todo el mundo, la forma diferente en la que se tratan a unos y otros, y especialmente la manera en la que su amigo Anthony se comportó causaron el fatal desenlace. Así que ahora parece atrapado, condenado a repetirlo, mientras intenta cambiar las cosas. Especialmente su propio comportamiento pasivo que ayudó al fatal desenlace. Porque hay muchos grados en la complicidad.

– Un trato con el diablo de Gabe Cole Novoa, ed. Puck

En el mismo mundo que una obra anterior, The Wicked Bargain, que no está publicada en español -el que sí que lo está es Tuyo, con pasión, un retelling de Orgullo y prejuicio en clave transmasculina- así que vamos a suponer que no es necesario para leer esta historia sobre un demonio determinado a volver a la Tierra como humano aunque eso signifique acabar con todos los tratos que ha hecho. Y la única persona que no acepta romper su trato. Un joven al que este trato protege de una maldición familiar que acabaría con él. Así que la única solución es que trabajen juntos para acabar con la maldición… si la maldición no acaba antes con ellos.

– Matar a una amiga de Lee kkoch-nim, ed. Océano Gran Travesía

A veces uno no cae que existen más posibilidades en algo -en este caso en el ‘thriller‘ juvenil- hasta que se encuentra con ello. En este caso con uno que es… también judicial. Y aunque el argumento y desarrollo parece más pensado para trabajarlo en una clase de instituto que para leer un misterio lo cierto es que esta historia sobre una joven que muere, su amiga que es culpada del asunto aunque dice no recordar nada, y los distintos puntos de vista de los implicados que permiten hablar de aquello de la fragilidad de la verdad y cómo aunque los hechos son unos cada cual cuenta su historia. Así que es una obra distinta de la autora surcoreana, pero sigue teniendo su aquel. Aunque haga falta saber quién es su público.

– Muerte en la isla de Holly Jackson, ed. Destino

Pues parece que volvemos a tener Holly Jackson… pero no lo que yo esperaba. Porque lo que van es a publicar este relato -bueno, venga, ‘novella‘- que servía de precuela de las historias de Pippa. A sus investigaciones. Con una reunión, una fiesta ‘murder mystery’ y un propósito por descubrir.

– La casa del árbol de Rui Díaz, ed. Edelvives

Unas amigas preparan un trabajo para el instituto sobre un lugar abandonado, misterioso y extraño. Al fin y al cabo el trabajo es sobre Halloween. Pero la desaparición de un compañero de instituto y los secretos de su pueblo pondrán en marcha toda una suerte de acontecimientos inesperados.

– El bosque de los mil ojos de Frances Hardinge con ilustraciones de Emily Gravett, ed. Bambú

Naturaleza salvaje, amenazas inesperadas, una misión con peligros y una joven acompañada por su hurón para tratar de salvar a los humanos. Una inversión de papeles en la que la naturaleza es la agresora y la humanidad debe defenderse, lo que le sirve perfectamente para dejar caer una reflexión. Eso es lo nuevo que nos propone Hardinge en esta obra acompañada por algunas ilustraciones de Gravett.

– Asalto Medici de Caitlin Schneiderhan, ed. Puck

Objetivo: Robar al Papa. Sí, esta es una novela -que podría haber sido una película, de hecho… se le notan las ganas- sobre un Golpe… en el renacimiento italiano. Más juvenil, con distintos personajes que quieren venganza pero, a la vez, cuyos motivos friccionan con los de los demás. Así que… bueno, supongo que es un buen juvenil.

 Luces, cámara y un crimen (4, Flavia de Luce) de Alan Bradley, ed. Alma

¡Por fin un libro nuevo de Flavia de Luce! Ha tardado un poco pero ya se han acabado las reediciones de Planeta y comenzamos con casos nuevos, comenzando por este en el que -claro- está presente el cine. Aunque no es lo único, porque también se acerca la Navidad, así que tenemos un rodaje una actriz muerta, una buena cantidad de misterio, problemas económicos y, en fin, la Navidad. Mucho con lo que lidiar a la vez, la verdad.

– Asesinato bajo el muérdago de Robin Stevens, ed. Alma

Pues aquí estamos, una nueva aventura, la quinta ya, de las aquí llamadas Club Secreto de Detectives y en inglés Murder Most Unladylike. En este caso nos encontramos con, por supuesto, navidades. Dos días antes de Navidad, de hecho, con un crimen que dicen que fue un accidente, adultos, otra agencia de detectives y, en fin, lo esperable en estos casos.

Una mentira peligrosa de Elia Barceló, ed. Alfaguara Infantil y Juvenil

Parece que en Alfaguara han tomado nota del éxito de los libros juveniles de Elia Barceló y han decidido que ellos también quieren los suyos que para eso la publican también en la casa. Así que aquí tenemos esta historia de un chico que llega nuevo a un instituto, un pasado misterioso, algo que salió mal, y cosas pero es que pueden suceder en el nuevo coco: las redes sociales. En fin. Pues eso, nuevo ‘thriller‘ juvenil de Barceló.

– The Sherlock Society de James Ponti, ed. Duomo

James Ponti, que hizo la serie de City Spies, se acerca ahora a una versión más… digamos que detectivesca. Porque en su centro están dos hermanos apellidados Sherlock, y sus amigos, y su abuelo. Van a dedicar a eso su verano, lo que acabará inevitablemente en búsquedas del tesoro, persecuciones y es posible, incluso, que algo de investigación detectivesca.

– El retorno de Rachel Price de Holly Jackson, ed. Cross Books

Les ha costado y al final han hecho una chapuza con el título, pero aquí tenemos lo último -por poco tiempo- de Holly Jackson. Una historia sobre una madre desaparecida, un documental de ‘true crime’ y los secretos de un pueblecito que tienen a una adolescente demasiado pequeña cuando pasó todo en el centro de los acontecimientos.

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