Libros que llegan: Heaney, Hondonada, Ames y más

Estar fuera del trabajo una semana no significa necesariamente perder el rumbo de lo que va saliendo. Como mucho es hacer más llamadas telefónicas. Y reseñas más cortas, que no he podido hojearlos. Qué le vamos a hacer. Además de gritar:

¡Que entre la pila!

La reparación de la poesía de Seamus Heaney, ed. Vaso Roto

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La reunión de las conferencias que el poeta irlandés pronunció en Oxford sirven para comprender su visión sobre la poesía además de para encontrar interesantes reflexiones al respecto.

La hondonada de Jhumpa Lahiri, ed. Salamandra 

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La historia de unos emigrantes indios, de unos hermanos traído por una de las grandes autoras angloindias ofreciéndonos otra gran obra.

El acompañante de Jonathan Ames, ed. Principal de los Libros

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La divertida relación entre dos hombres en el negocio del acompañamiento de damas por parte del autor de ¡Despierte, señor! en una divertida historia de época.

La rubia de ojos negros de Benjamin Black, ed. Alfaguara

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Como siempre pasa hay que empezar recordando que Benjamin Black es John Banville, no vaya a ser que el pseudónimo sirva para algo. Y seguimos con que es otra de esas historias con estilo antiguo que ha construido no alrededor del forense Quirke sino nada menos que con Philip Marlowe como protagonista recuperando y homenajeando los viejos estilos.

– Consejos para niñas pequeñas de Mark Twain, ed. Sexto Piso

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Recuperación del libro de Twain, con todo su humor y su cariño para las más pequeñas, que cuenta además con el gran trabajo como ilustrador de Vladimir Radusky.

– El reportero Billie Wilder de Simón Peña Fernández, ed. Comunicación Social

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Una historia de los tiempos como reportero del gran director de cine en Viena y Berlín, reunida a partir de los rastros dejados y de las propias películas periodísticas de Wilder porque este libro no solo habla de la persona o del cine, también habla sobre todo, de cómo le afecto y afectó a su vez al periodismo.

– Obras completas de Sally Mara de Raymond Queneau, ed. Blackie Books

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Sally Mara existió, másomenos. Fue el pseudónimo que eligió Queneau para escribir un folletín paródico de los que salían en aquella época. Y como siempre que el francés se interesaba por algo lo exploraba a fondo, deformándolo y revolviendo los convencionalismos, incluso los más concupiscentes.

– La calavera del Sultán Makawa de Rudolf Frank, Ed. Del Viento

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Quizá no lo hayáis oído antes pero este es el año de la Primera Guerra Mundial. De su Centenario. Del inicio. Así que se están publicando y recuperando algunas obras, como esta novela antibelicista, incluso pacifista, lanzada para adultos pero también para los jóvenes y un poco desaparecida. Así que, ¿por qué no?

Habitaciones de Natsume Soseki, ed. Olañeta

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Esta semana… No, espera, mejor pasad a la siguiente obra.

– Diario de la bicicleta de Natsume Soseki, ed. Olañeta

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Ahora sí. Dos nuevas obras breves de Soseki aprovechando que la gente de Olañeta debe haber encontrado un libro grueso y lo está vendiendo por lonchas. Una vez más, historias reales de la estancia de Soseki fuera de Japón.

– Doctor Krupov de Aleksandr I. Herzen, ed. Ardicia

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Dos novelas cortas se encuentran aquí, novelas rusas como su autor, duras, reflexivas, complejas,  denunciando situaciones oscuras y una preocupación por las personas y por el mundo en que vivían. Muy rusas, vaya.

– Tres crímenes rituales de Marcel Jouhandeau, ed. Impedimenta.

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Tres casos reales ocurridos en Francia -en la postguerra mundial- usados al estilo de lo noir no para presentar un juego con sus lectores sino para explicar los abismos humanos mediante la situación en que se encontraban, cómo llegaron allí y qué les ocurrió. Para unos será un ejemplo de true crime negro, para el resto será un drama.

– Teoría y práctica del amor de Scott Hutchins, ed. Alba

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Una historia de sentimientos replicados en máquinas, de comunicación con los humanos, de replicar a gente a través de lo que ha dejado tras de ellos, incluso aunque eso signifique incluir las oscuridades propias de sus almas.  Por si no habíais tenido suficientes estos últimos años.

– La novela blanqueada (El doctor Zhivago de Pasternak entre el KGB y la CIA) de Iván Tolstói, ed. Galaxia Gutenberg

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La historia de cómo los distintos servicios secretos escrutaron e influyeron en una obra, dentro de sus posibilidades, y como eso pudo influir también en la vida de su autor. Una historia contada como un documental en el que la labor de ir recopilando testimonios y documentos sirve para tratar de esclarecer por qué era tan interesante para esas dos agencias la obra de un hombre.

 Lost in Music (Una odisea pop) de Giles Smith, ed. Contra.

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Por extraño que parezca aquí tenemos un mensaje de amor a la música y un torrente de recuerdos realizado por una persona que, por lo que parece, no llegó a nada en el mundo de la música. Es decir, no son unas memorias de una estrella o de un tipo que estuvo en la trastienda mientras todo sucedía. No salen grandes nombres -no de cerca al menos-. Porque lo que cuenta es que es la historia de una persona encantada con lo que estaba viviendo, con su relación con la música, aunque eso no significara nada para el resto del mundo. Una historia memorística y cómica de la clase baja del negocio musical.

Eso es todo por esta semana. La próxima, que estaré allí de nuevo, seguro que aparecen más novedades. O no. Uno nunca sabe lo que va a ocurrir con los libros.

 


Hablo mucho de libros. Qué le vamos a hacer. Pero hay una cosa que merece tener su propio One Shot y son todos esos que están fuera de circulación o, directamente, nunca han sido publicados en español. Es decir, los que se han quedado por el camino cuando merecían -opino yo- mejor suerte.

Si algún libro llevo tratando de que alguien publique en español las dos últimas décadas es The Illuminatus! Trilogy  (1975) de los enormes Robert Shea y Robert Anton WilsonTheIlluminatusTrilogyMitad libro de fantasía, mitad libro de acción, mitad conspiranoia, mitad reflexión filosófica y más mitades todavía porque es casi inabarcable este recorrido por las tramoyas del poder y los ambientes del underground de los sesenta y los setenta, contracultura de origen discordiano, realidades que entran, salen y cambian. Un libro imprescindible que jamás entenderé cómo aún no ha visto la luz en español, si es todo diversión y reflexión. El mejor libro posible para abrir esta sección.


De entre todos los OneShots sospecho que este va a ser el que más use. Pero cuando uno ve tantos pilotos -y viendo la columna del lunes solo puedo decir SIELOS- viene bien tener esto para ir sacándolos a la luz. Y voy a inaugurarlo con el que más me ha gustado en estos dos meses que llevamos.

Inside nº 9 es obra de Reece Shearsmith y  Steve Pemberton, la mitad de la League of Gentlemen y los creadores de Psychoville. Como en estas series nos proponen una mezcla de comedia negra negrísima y suspense, a veces más terror, en otras más inquietud, en cualquier caso siempre divertido.

Entre otras cosas porque es una serie antológica. No solo por la calidad, que también, sino porque cada capítulo cuenta una historia. Como hacían esos viejos y recordados seriales como los de Alfred Hitchcock o los Thriller y demás. Rebosante de esa maldad inglesa tan disfrutable, la de Roald Dahl o Saki, quizá no haya posibilidad de ver el crecimiento de los personajes pero estas obras, encerradas siempre en una casa para justificar el título, favorecer la teatralidad y aumentar la opresión, es la caja de bombones que nos ha traído lo que llevamos este año de televisón.

 


Los que llevéis tiempo siguiéndome en tuiter conoceréis mi gusto por las versiones. Sobre todo los viernes. He pensado que alguna podría acabar también aquí. -Sobre todo las que tengan vídeos-.

Cuando hablo de versiones me refiero no tanto a intentos de réplica de la original como a intentos de transformarla en algo distinto, de ahí mi preferencia por las versiones que mantienen la canción pero cambian su estilo. Pasarla a polca, ska, bluegrass, heavy, lounge y demás es un ejercicio no solo divertido, también permite observarlas de una manera diferente.

Precisamente por eso he decidido comenzar por la versión que los australianos The Pigs hicieron en bluegrass de la más que conocida canción de Beyoncé. Adapta, se divierte, ofrece algo nuevo… ¡Echadle un ojo!


Este One Shot se llama Tan muertos como y será usado para hablar en breve de películas de asesinatos, terror y similares que son temas de los que hablan en más webs pero que dada mi pasión  algo podré añadir. Por ejemplo de Krimis, ese eslabón entre los mystery ingleses y el giallo italiano.

Podría poner alguno de mis favoritos como Los ojos muertos de Londres, El pañuelo asesino, La criatura de la mano azul o La marca del escorpión pero para esta primera entrada mejor un título a medio camino entre la sobriedad de los primeros y la locura de los últimos: El encapuchado (Der Unheimliche Mönch, 1965). Clásica historia de Wallace que incluye asesinatos, herencias, gente disfrazada, imperios criminales ocultos, localizaciones casi-aisladas. elencapuchado En esta ocasión con un Colegio para señoritas de fondo. Uno en el que ronda un monje embozado con un látigo que parte cuellos, hay un extraño artista en una torre de realquilado, el nuevo profesor de francés mira mal a todo el mundo y la policía logra ser a la vez útil e inoperante hasta extremos que merecen el aplauso. Un buen comienzo.


¡Esta semana no dejamos de hacer cosas nuevas! ¡Las ganas que tengo de descansar!

Como veis este fondo es diferente debido a que estamos en una de las nuevas categorías de El Receptor, los One Shots. Entradas cortas de un máximo de tres párrafos con las que pueda hacer post cortitos sin frecuencia regular.

Por ejemplo, estos naranjas son los ¡Mira Aquí! en los que entrarán todas las cosas que no entren en las demás categorías.


Canales y organización televisiva en España

Siendo esto lo nuestro uno podría pensar que estaríamos ante lo más fácil de explicar. En realidad estamos ante lo más fácil de mostrar, porque explicar lo que tenemos no es precisamente sencillo. Aunque ya hablamos del inicio de RTVE vamos a realizar un breve resumen: inaugurada oficialmente en octubre de 1956 tras un largo periodo de pruebas y por aquello de no dejar España sin televisor propia, la dictadura franquista impulsó un modelo de televisión centrado en programas documentales, noticieros y espectáculos de variedades con los humoristas de la época en el que la ficción tenía un peso discreto y funcionaba sobre todo el modelo de antología de pocos episodios. Seguiría esos pasos pese al buen hacer de creadores como Jaime de Armiñán o Chicho Ibáñez Serrador y la mayor parte de esas obras de ficción desaparecerían ne los archivos del Ente cuando no se destruyeron directamente.

Pese a la existencia de medios de comunicación privados tanto en los periódicos como en la radio el siguiente canal en aparecer en España sería lo que hoy conocemos como La 2 y que ha tenido muchos más nombres destacando siempre su lugar secundario. Impulsado por la tecnología UHF en 1966 se inauguraría para  aprovecharlo procurando usarlo como localización para una oferta alternativa, más aún, que se traducía en un número de horas incluso inferior.

En los años cincuenta la televisión ofrecía un telediario a medio día y no tenía más programación hasta las ocho en que empezaba la programación nocturna que llegaba hasta la media noche. Para los sesenta la televisión tenía ya algo más de programación en la franja de sobremesa, desde las 14:30 a las 16:30 y había ampliado algo la nocturna, empezando ahora a las 19. En noviembre de 1966, días antes del estreno de La 2, había logrado empezar un poco antes, a las 13:30 y que las sesiones de mañana y noche casi se unieran, cerrándose la primera a las 17:30 y abriéndose la segunda a las 18:45, siempre con las 00:00 como barrera infranqueable. En ese contexto llegó la entonces llamada Segunda Cadena con unas emisiones que se iniciaban a las 8 y finalizaban a las 12 de manera que entre ambas pareciéramos estar más cerca de contar con una cadena completa.

Como muestra ya desde el principio de que las cosas se podían hacer de cualquier manera y que el concepto de Lo Público era un cachondeo -pero, claro, estábamos aún en una dictadura- el sistema de financiación mezclaba aportaciones estatales y publicidad. Aunque, eso sí, los periodistas de la casa tuvieran prohibido realizar publicidad, estableciendo un tiempo desde que se dejara el cargo y hasta poder acceder a uno nuevo en el que tampoco se podría realizar.

Mientras tanto poco se sabía -o se decía- de las emisoras ilegales, que en radio había pero en televisión a nadie parecía interesarle. O quizá es puro desagrado. Siempre he sospechado que debió haberlas pero nunca he llegado a descubrirlas así que si alguien tiene información le animo a compartirla. En cualquier caso, Franco se murió.

Esto, que uno esperaría hubiera causado grande conmoción e indudables cambios en lo televisivo significó, en realidad, más bien poca cosa. Ya sea porque Suárez sabía lo que había como Director General de RTVE que había sido de 1969 a 1973, bien porque Calvo-Sotelo poco podía hacer en el año escaso que estuvo en su puesto, o por que realmente sí se lo plantearon pero las disensiones internas sobre quién merecía llevárselas condujeron las discusiones a un punto muerto, el asunto es que ninguno de los dos se molestó en realizar mayores cambios -incluso teniendo en cuenta que tuvieron cinco Directores Generales en seis años- que los que llevaron a la creación del Ente. Es decir, la creación en 1980 del Estatuto de la Radio y la Televisión Española que que unió radios y cadenas nacionales y les añadió los Institutos propios o la Orquesta y Coros de RTVE. Porque mientras tanto se había ido creando una serie de profesionales formados por RTVE que iban siendo aprovechados en diferentes lugares de la casa, ayudando así a crear la numerosa producción propia que tenía el canal.

La auténtica revolución no vino de la creación de ninguna generalista o nacional sino del aprovechamiento de las nuevas legislaciones externas, pues aunque ese Estatuto permitía la posibilidad de crear un Tercer Canal en el que contaría con gestión directo aunque su titularidad fuera estatal y, por tanto, en manos de TVE. El rechazo de las comunidades hizo que no fuera ese el Estatuto en que se fijaran sino el recién creado Estatuto de Autonomía -o Estatuto de Gernika-  que les permitía crear medios para la difusión del idioma y las circunstancias propias, siendo los primeros en mover ficha los miembros del Gobierno Vasco que para el 31 de Diciembre de 1982 tenían en marcha la ETB emitiendo en vasco, aunque no sería hasta febrero del ’83 que se estabilizaran las emisiones. Le siguió la TV3 de Cataluña que comenzó sus emisiones en septiembre del ’83 aunque no lograría estabilizarlas hasta enero de 1984. La tercera en discordia sería la gallega TVG en 1985. Todas ellas considerándose como Cuarto Canal para separarse de ese Tercer Canal con mando de TVE. Y amparándose en esa difusión del idioma, claro. Porque en Coria, Cáceres, se creó una pequeña televisión local en 1983, CoriaTV, que fue rápidamente clausurada ante su condición de pirata.

En cuanto a la posibilidad de ampliar los canales por otros lados, fundamentalmente con la posibilidad de meter cadenas privadas, el nuevo gobierno socialistas se tomó la tarea con notable calma.De hecho, en su primera legislatura, con Jose María Calviño como Director General  no parecía ni que hubiera algo que considerar. Al menos hasta que Calviño fue sustituido en 1986 por Pilar Miró. En ese momento algo pareció moverse porque el 25 de enero de 1988 comenzaban las emisiones de Canal 10.

Tratar de explicar lo que fue ese canal es difícil sin parecer algún tipo de loco. Un grupo de accionistas privados se reunieron para buscar la manera de lanzar una televisión privada en España. Lo formaban Enrique Talarewitz fundamentalmente, apoyado por la parte económico en la Caja Andorrana de Seguridad Social y la Caja de Ahorros de Vitoria más los canales extranjeros Canal Plus France y la luxemburguesa CTL-ahora parte del gigante alemán RTL– con el apoyo de la panameña Lake Wood Enterprises, una sociedad de inversores cuyo representante en el consejo era el jefe del bufete de abogados que había encontrado los resquicios para emitir dentro de la alegalidad. Quizá os suene su nombre, porque se trataba de Jose María Calviño.

Decir que a la oposición todo esto le sentó mal es quedarse bastante corto. Afirmaron a quien quisiera escucharles -es decir, a sus propios grupos amigables de radios y periódicos- que se trataba de un truco de Alfonso Guerra para controlar una posible futura televisión privada en España. Se basaban en que el gobierno no estaba haciendo nada para parar la alegalidad en que estos se movían y que habían permanecido de brazos cruzados incluso cuando compraron publicidad en TVE 1 y 2 -también en TV3, por cierto- para anunciarse.

No fue lo único que hicieron para promocionarse. Ofrecieron antenistas que instalaran lo necesario para la recepción. Algo especialmente necesario ya que la forma que tenían de sortear la justicia era emitir desde Inglaterra vía satélite y luego a través de los repetidores de los entonces aún populares Vídeos comunitarios. También podían ser individuales, claro, pero era en las colectivas en las que se ofrecía la posibilidad de, por ejemplo, escuchar los programas y películas emitidos en Versión Original por el segundo canal de audio que incluían.

Su apuesta fue, precisamente, cuidar más las películas -emitiéndolas sin cortes publicitarios-, ofrecer series de estreno junto a otras antiguas. conciertos, deportes de entre los que TVE no daba – cosas como Res Deportivo Gillette, Transworld, Top Sport Show, Wrestling…- e incluso programas más españoles como uno del inevitable Jose Luis Moreno. También documentales, dibujos animados y el resto de la pesca pero no, por ejemplo, informativos.

Comenzó sus emisiones en enero de 1988 y durante dos meses emitió de gratis pasando en marzo, ante los obvios problemas económicos que estaban causando inquietud entre los miembros de la CTL y la CASS a emitir en solo para abonados. El resultado fue tan español como de costumbre. Si mala era la situación en abierto una vez en cerrado contaba dos meses después apenas 300 abonados. La situación bordeaba el ridículo. Más aún cuando se conoce que habrá una nueva tanda de cadenas regionales por estar las comunidades de Andalucía, Valencia y Madrid preparando para el año siguiente el lanzamiento de sus propios canales. Aunque no fue esta la competencia que acabó de asustarles sino los persistentes rumores de que la aparición del canal habían convencido al gobierno socialista de iniciar los trámites para la creación de canales privados en España. Esta vez de manera legal.

Una vez publicado en el BOE del 5 de mayo de 1988 el inicio del proceso de adjudicación la CTL se salió del proyecto precipitando los sucesos, la falta de liquidez iba llevando a tomar decisiones como internalizar partes de la producción para seguir ofreciendo su producción a los poco más de 650 abonados que habían conseguido. La CASS sufre el rechazo de los diputados andorranos por su poco ojo para usar el dinero de las pensiones. Para septiembre el canal cerraba. Enrique Talarewitz era acechado por los acreedores, algunos de ellos sus propios accionistas que querían la devolución de parte de ese dinero puesto en el proyecto. La primera y única televisión privada de España, sin competencia posible alguna, se la acababa de pegar a lo grande en menos de un año. -Si algún día se cruzan con un Talarewitz ya saben de qué pueden hablarle.- En octubre se levanta la deuda pero ni al empresario, ni mucho menos a Canal +, le apetece volver a las andadas. Ni para concursar como canal privado legal. Aquí acababa su convulsa historia.

El más complacido con este final fue, sin embargo, El País. El diario del grupo PRISA había criticado con extrema dureza, generalmente a través de Jose Miguel Contreras, tanto la existencia como la calidad de la programación de este canal. Y cuando pasó a emitir en cerrado y para abonados se dedicaron a celebrar la falta de éxito consiguiéndolos que habían tenido.

Durante 1989 vieron su aparición los canales regionales antes citados: CanalSur (febrero), TeleMadrid (mayo), Canal 9 (octubre), aunque fue más importante aún que en abril se formara entre las cadenas entonces existentes la FORTAFederación de Organismos de Radio y Televisión Autonómicos, que les permitía intercambiar programación y afrontar la compra conjunta de derechos, tanto de series como de eventos, esto es: Comprar el Fútbol. En junio de 1989, antes de que se concedieran los canales privados, la Liga de Fútbol Profesional puso en venta los derechos de emisión, siendo comprados por la empresa Promoción del Deporte, S.A. que en un mes -antes del inicio de la liga, claro- se la vendió a la FORTA. Con este acto empezaron las nunca acabables Guerras del Fútbol.

En cuanto a las privadas, como decíamos, al no haber llegado UCD nunca a legislar sobre el asunto y pasar tanto el PSOE de hacerlo algunos medios decidieron recurrir a los tribunales. Así, Antena 3 recurrió al Constitucional para que apremiara al gobierno a legislar sobre la materia. La resolución judicial y el numerito con Canal 10 llevaron a convocar el concurso para tres nuevos canales privados. Copiemos parte de lo que decía el BOE que era lo que pedían:

El modelo de televisión privada que se establece en la Ley es, desde el punto de vista geográfico o territorial, de cobertura mixta. Es decir, de una parte, se establece que el objeto de las concesiones será la emisión de programas de televisión con una cobertura nacional; pero, de otra parte, se requiere que las concesiones prevean la emisión de programas, por las mismas sociedades concesionarias, con una cobertura limitada a zonas territoriales que se delimitarán en un Plan Técnico Nacional.

Se determinan, asimismo, los tiempos máximos de emisión que pueden ser destinados a publicidad y, en tanto no haya sido regulada la materia con carácter general, se limita de modo transitorio la publicidad que se refiera al consumo de alcohol, tabaco y cualquier otra sustancia nociva para la salud con los mismos criterios que rigen para la televisión estatal.

Pronto aparecieron los contendientes. En primer lugar Antena 3 que tenía más ganas que vergüenza y que ofrecía una apuesta compuesta por Manuel Martín Ferrand (Dueño de Antena 3 Radio), el Conde de Godó (La Vanguardia), el periódico ABC y al Grupo Correo, que eran los que llevaban de tribunales desde 1982 para tener su televisioncita. Detrás venía el proyecto Telecinco con Silvio Berlusconi junto con el Grupo Anaya -con Germán Sánchez Ruipérez en periodo expansionista- y la ONCE. La tercera era Canal Uno Univisión que estaba formado por Antonio Asensio (Dueño del Grupo Zeta) y apoyado por nada menos que Mario Conde (Presidente de Banesto aún) y Rupert Murdoch. Lo que no quita para que la oposición, entonces aún con el nombre de AP, se dedicara a presentar recursos de inconstitucionalidad, ilegalidad y gramolas, lo que fuera por retratarlo, incluso asegurando cosas locas como que sólo se iban a conceder dos y uno iba a ser al moribundo Canal 10.

Por supuesto hubo más proyectos. De entrada la excentricidad del Canal C presentado por 25 cineastas, profesionales y empresarios catalanes, de seguida -aunque eliminada por llegar fuera de plazo- Tele 16 de Juan Tomás de Salas (Presidente del Grupo 16) y redondeando a los candidatos Canal+ (España) presentado por un Jesús de Polanco pasándose por el arco que lo que solicitaban las bases del BOE era un canal que diera servicio público a los españoles agarrándose a la disposición del Artículo 14 según la cuál debería «emitir programas televisivos durante un mínimo de cuatro horas diarias y treinta y dos semanales.» Según ellos sí  canal + emitía esas horas en abierto el resto podía hacer lo que quisiera, incluso cobrar. recuperaban, además, a Canal Plus France para repetir la jugada de Canal 10 -uno de los motivos del pago de la deuda, claro- buscando fundamentalmente copiar el contenido de aquel. La Conferencia Episcopal tanteó pero no llegó a presentar ningún proyecto pese a contar con ya con las emisoras de la COPE.

Si bien había gente que pensaba que los tres primeros canales serían los elegidos por ser Canal + una oferta de pago, la sensación general en la prensa la época era que el gobierno socialista no iba a negarle nada a Polanco. De modo que los medios afines estaban ya afilando los cuchillos para cuando se conociera la decisión y se supiera a cuál de las tres ofertas dejaban en la estacada. de manera poco esperada el descarte fuera para Univisión de Zeta y compañía. Y los medios como el ABC sacaron las portadas que tenían preparadas, pese a que también ellos hubieran obtenido una licencia.

Por supuesto esto no fue el final, ni mucho menos. Antonio Asensio empezó a poner reclamaciones y trató de impugnar la decisión de la concesión a Canal +, más aún cuando se supo que el gobierno iba a conceder una prórroga de tres meses para que pudieran cumplir los plazos para comenzar a emitir.

Los primeros en emitir fuero, lógicamente, los de Antena 3. Desde el 25 de diciembre de 1989 estaban en pruebas y, finalmente, el 25 de enero de 1990 comenzaron sus emisiones. Detrás llegaron el 3 de marzo Telecinco y, finalmente, el 14 de septiembre Canal +.

Si os estáis preguntando cuánto tardó en montarse -litigios de Asensio a parte- quizá os sorprenda saber que al día siguiente ya estaban de líos. Lo que tardó la FORTA en pactar con Canal + la emisión de un partido en codificado -el del domingo- y luego con TVE para la emisión en diferido -pero poquito- del partido que ellos ofrecían mediante la segunda cadena. A cambio habría un intercambio de imágenes entre ellas. Algo que Telecinco protesto ya en el mismo 15 de septiembre. Como decía antes, las luchas por el fútbol ni han terminado ni terminarán.

El culebrón siguió, claro, con Canal + reclamando a la FORTA que rompiera con TVE y que no se acercara a Antena 3 (?) aunque esta cadena hubiera sido demandada por la FORTA por la emisión de imágenes de partidos sin pagar los derechos… Y sucesivas broncas. Aunque no sería esto lo más recordado de la época.

Cuando Asensio se aburrió de que los tribunales pasaran de él decidió cambiar de estrategia. Se fue para su compañero de proyecto Univisión, Mario Conde, y logró un crédito con el que comprar Antena 3 el 17 de junio. La historia es más larga, claro, e incluye versiones con más o menos conspiración sobre lo que el gobierno -que pasó de intervenir en todo el follón porque total para qué- había tenido que ver en un movimiento conocido como Antena3azo, Antena3ido o cualquier otro nombre divertido, debido a que ya puestos a repartir pasta Polanco aprovechó para comprar Antena 3 Radio. El hecho de que junto a Asensio entraran no solo Murdoch y Banesto sino también los Cisneros fue lo que les faltó a los profesionales que venían de la radio Antena 3 para poner el grito en el cielo. Por si alguien se lo pregunta, así dieron la noticia en El País, La Vanguardia y ABC.

El cambio más evidente fue dejar de emitir tertulias y programas que parecieran radio filmada y apostar por profesionales de TVE, fichados muchas veces a golpe de talonario. El capitalismo, que tiene estas cosas tontas.

Mientras tanto en Telecinco el inicio de etapa previsto dejó fuera a Sánchez Ruipérez como presidente, ocupado como estaba en otros proyectos expansionistas como la cercana salida del diario El Sol. En su lugar se colocaría el director de la ONCE, Miguel Durán -que queréis que os diga, estamos en España, estas cosas pasan- aunque el poder real lo traería de Italia Berlusconi al poner a un viejo conocido de la televisión español, Valerio Lazaroz, a dirigir los inicios del grupo. Sin embargo el cambio de accionariado en Antena 3 -y la compra de profesionales talonario mediante- desgastó su posición y para diciembre de 1993 se producía un relevo en los mandos.

Desde ese mes, aunque más notablemente a partir de 1994, sería Maurizio Carlotti el encargado de conseguir remontar los malos datos económicos, de imagen y de audiencia. ¿Lo primero que hizo? Despedir al 40% de la plantilla. Los directivos tienen esos tics.  Por suerte contrataron en 1995 a Mikel Lejarza para que se encargara primero de producción y luego de contenidos.

De esta manera decidió apostar por programas distintos –¡Qué me dices!, Caiga quien caiga o Esta noche cruzamos el Mississippi– y por las series, con el gran éxito de Médico de familia como principal exponente pero también con éxitos en la tira diaria juvenil Al salir de clase y para mayores El Súper, Así como las series de género y profesión –Periodistas, El comisario u Hospital Central– e incluso alguna comedia –7 vidas-.

Los cambios de accionariado seguían y así la ONCE y Durán se marcharon de Tele5 para que entrara Vocento (ABC y demás) en su accionariado. Por un lado salen por el otro entran, ya se sabe.

Mientras tanto alguien estaba tratando de crear el cable en España. El grupo PRISA a través de Sogecable y la empresa nacional Telefónica con Cablevisión comienzan a darle vueltas a una cooperación que acabaría dando lugar a un acuerdo para la creación en 1995 y gestión de servicios de pago por cable. Las quejas vinieron esta vez de Eugenio Galdón, presidente de Cableuropa, empresa que pretendía hacer eso mismo, y de Asensio, que pensó en sacar negocio por ahí moviendo la liga -sí, el fútbol, siempre el fútbol- por el digital aprovechando el vacío legal, y que decía que a ver qué era eso de una empresa pública pactando con una privada. Que pactar con telefónica no hombre y que eso era un monopolio. Total: Demandas en España y Europa contra Cablevisión. Por su parte los ayuntamientos -bueno, no todos, algunos, los importantes del ya llamado PP fundamentalmente- empezaron a cablear para evitar que se pudiera reclamar como propia esa red.

Como estas cosas pasan a la vez que la vida real resulta que en 1996 el PSOE pierde las elecciones, el PP las gana y deciden que ya que el PSOE había estado «privatizando» -vendiendo a empresas privadas- poquitos de participación Telefónica ellos lo pueden rematar. Colocan primero de jefe a Juan Villalonga, compañero de pupitre del Presidente Aznar, y a continuación dejan que actúe. A Villalonga le faltó tiempo para romper los pactos con Polanco, quedándose las emisoras locales y cediéndole el nombre y efectivo del grupo.

El segundo momento se produjo el 12 de abril de 1996 cuando la Asamblea de la Liga cedió a los intereses de Asensio y aceptó que se pudieran negociar los derechos de manera individual. Para el 28 de noviembre ya había una Plataforma Digital Española forma da por Antena 3 y Telefónica -aquí Asensio ya no decía nada-, El Mundo y prácticamente todas las televisiones que emitían en España salvo Tele5 y Canal +. El nombre que acabaría tomando esta plataforma sería Vía Digital.

En enero de 1997 llegaría la respuesta de PRISA. Aunque sus canales estaban de antes. En 1993 había creado dos canales para emitir por satélite, Cinemanía y Documanía, los dos primeros canales temáticos españoles de pago, así que el paso normal era crear un aglutinante y en 1994 crean Canal Satélite añadiendo a estos dos el infantil Minimax y Cineclassics, más una amplia oferta de otros canales externos. Una vez abierta la nueva guerra del fútbol añaden Sportmanía y preparan el lanzamiento de Canal Satélite Digital. Sí, esa fue la respuesta, añadir Digital al nombre. Bueno, no solo, pero vaya.

Y como somos españoles ni compartir satélite podían, Vía Digital operaba a través de Hispasat y Canal Satélite Digital a través de Astra.

Durante los siguientes años viviríamos un vergonzoso revoltillo de evoluciones en el que los bandos cambiaban cada cierto tiempo y que, fundamentalmente, tenía en un lado al Gobierno de Aznar y en el otro al de Polanco. Contar todo lo que pasó en esos años daría para un libro así que resumamos.

En la derecha Asensio había pasado de ser el cruel y mezquino incumplidor que había asesinado la libertad en el Antena3nato a un tipo supermajo, en la izquierda lo mismo pero al revés. Más aún cuando en uno de esos divertido giros argumentales en julio de 1997 vende sus acciones a Telefónica porque total para qué disimular y deja a Villalonga al mando del canal y de la plataforma digital.

Durante 1997 se suceden los escándalos tanto en lo tratado como en la forma de hacerlo. Y es difícil decidir quién se pasó más. El País vinculó a un negociador del fútbol con torturas policiales y el GAL –en serio-, Pedro Jota aseguró que el famoso vídeo que empieza a rondar en octubre de ese año es parte de un complot contra él -y, de paso, impide la entrada de Villalonga en el accionariado de El Mundo-, aunque lo quizá más grave sucediera cuando Javier Gómez de Liaño prohíbe la salida de Polanco del país para acudir junto a Cebrián a la investidura del segundo como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Brown. Posiblemente este fuera el punto culminante que acabó con Gómez de Liaño siendo denunciado por Polanco en 1998, condenado por Prevaricación y el Gobierno Aznar indultándole en 2000.

 

Lo mejor del caso es que para entonces ya era todo agua pasada. Porque resulta que el fútbol no atraía a tanta gente. De modo que en octubre de 1997, tras quedar claro que no entraría telefónica en el accionariado de El Mundo, llegan a un acuerdo de no agresión. CSD se quedaba con la liga mientras Vía Digital tendría la Champions compartida con TVE y los toros.

Telecinco no participaba de estos divertimentos por estar inmerso en sus propios juegos florales, con el consejero delegado adjunto Paolo Vasile desde 1998 ocupando el cargo de Carlotti en 1999 mientras este último era reclamado para montar un holding europeo con Mediaset.

Para 2002 la llegada del Mundial de Fútbol supone un intento de Vía Digital de sumar suscriptores que termina con un saldo tan negativo que para finales de ese año, y con el habitual beneplácito del gobierno, las dos plataformas de satélite se unen en una sola. Vendido como un empate, en realidad una victoria pírrica de los de Polanco que logran ser los que absorban a los otros y dejar el nombre del invento en Digital + con el que continúa hasta la actualidad.

Quizá esteis echando en falta que hablemos de la Televisión Digital Terrestre o que aparezca el Grupo Planeta en todo este embolado. Pues no os preocupéis más, que aquí está Quiero TV.

La empresa de comunicaciones Retevisión, del grupo Auna, creó en mayoría (49%) esta plataforma en colaboración con otras empresas como Planeta (un 15%) y la proveedora de contenidos Mediapark (luego Teuve y luego absorbida por Chello) más la tradicional constelación de accionistas minoritarios mayor aún que lo habitual y muy dispuestos a no ponerse de acuerdo en nada. Más que una Junta de Accionsitas parecía una Reunión de Vecinos. La idea era procurar una oferta de pago que no necesitara de grandes instalaciones y al margen de las guerras del fútbol.

El gobierno convocó un concurso para adjudicar licencias de TDT y ganaron ellos debido a que… eran los únicos en presentarse. De manera que con el OK legislativo comenzron las emisiones en pruebas y la publicidad. Especialmente divertida la que prometía ver el desarrollo del experimento sociológico Gran Hermano las 24 horas pese a no estar dando altas aún.

En mayo de 2000 comenzó las emisiones, no las propias -claro- sino el envío de la señal de los diversos canales que componían sus paquetes. Aunque pronto comenzarían a aparecer canales abiertos digitales independientes del grupo como Quiero Madrid, Onda 6 o La Otra, que era además el segundo canal de TeleMadrid.

Los segundos canales de las televisiones regionales habían estado apareciendo durante los años noventa y, a su vez, en 1999 Canarias ponía en marcha su propia televisión regional tras llevar 15 años en ello, desde 1984, por diversos problemas con componentes y adjudicatarios. El 13 de diciembre de 2001 abre, por su parte, Castilla – La Mancha Televisión o CMT. No solo aparecen regionales públicas y nuevos canales para las preexistentes Durante esos años Melilla (1994), La Rioja (1998) y Ceuta (2000) crean distintos modelos diferentes. La de Melilla como extensión y validación de una emisora alegal que pasa a ser reconocida pero sin inferencia pública, la de La Rioja siendo directamente privada, propiedad de Vocento, aunque operara como regional, y la de Ceuta tiene un régimen propio mixto pues aunque podría parecer público en realidad no lo es.

La popularización de la tecnología supuso, eso sí, un aumento de los canales… llamémoslos alegales. Aquellos que aprovechan la no legislación al respecto. Siendo el caso más claro el de Localia, red de televisiones locales creado al amparo del grupo PRISA en 1999 que fue constituyéndose como un canal privado alternativo. No fue el único, ni mucho menos, pero sí el más representativo.

Desde los años noventa habían ido apareciendo diversos canales como TeleK en Vallecas, Madrid (1992), Barcelona Televisió (1994) o el Canal 7 (1996) de José Frade. Fueron cientos las que aparecieron durante estos años, casi todas con una oferta real de programas cercanos y el resto del tiempo relleno. Unas por motivos «económicos» -porque seguro que Frade pensó que en algún momento haría pasta-, otros por difundir sus ideas -como las evangélicas o naturistas- o para dar voz a su barrio y a visiones alternativas. Un movimiento este que merece de una mayor atención del que se le puede dedicar en esta columna y que dejo apuntada para el futuro.

Pero volvamos a la TDT porque quiero llevaba dos años en el aire en 2002 y las cosas no iban. Ni bien, ni mejor, ni mal. Casi sin abonados ni interés por parte de aparentemente nadie en junio de 2002 cesaba sus emisiones.

Pero el gobierno Aznar había otorgado otras dos licencias, además de las de los canales ya en abierto, a Veo TV -El Mundo- y Net TV – ABC/Vocento-. ¿Disimular? ¿El qué? Que se limitaban a emitir por ellos Expansión TV y Punto TV. Que en fin.

El cierre de QuieroTV podía haber significado muchas cosas pero en particular una, el tiburón había probado la sangre, así que ahora Planeta ofreció una bonita cifra a una Telefónica que estaba aún temblando por la temeridad de Vía Digital y el Mundial para hacerse con su paquete pasando en 2003 a convertirse en el accionista principal de Antena 3.

Una década llevamos con los mismos grupos detrás de las privadas y parece que estamos como siempre. O quizá se deba a que en realidad ha habido una segunda parte con el Apagón Analógico.

En 2004 llega al poder el gobierno Zapatero. una de sus primeras ideas para las televisiones fue tratar de convertir a RTVE en una nueva BBC. Un poco de cualquier manera, que tampoco nos vamos a poner a hacer las cosas bien ahora, faltaría más. La idea principal era que dejara de tener publicidad, aunque el coste no lo asumirían los poseedores de televisión como en el caso inglés sino un 50% los presupuestos y el otro la aportación de las empresas de telecomunicaciones y los canales de televisión. Además, se constituía un Ente independiente del anterior Ente que buscaba procurar una mayor independencia del gobierno. Al menos hasta que llegara un nuevo gobierno a cambiarlo (¡SPOILERS!)

No era la única idea que traían. El gobierno tiene intención de crear un Plan Técnico Nacional de la Televisión Digital Terrestre que llevaría a cambiar no ya las reglas del juego sino incluso el número de jugadores. Y como si se puede liar bien gorda siempre es más divertido deciden hacer algún cambio más. En febrero de 2005 PRISA solicita al gobierno que le dejen convertir Canal + en una televisión en abierto y el gobierno decide que total ya pues se ponen a tramitarlo. El 29 de julio, a la vez que saca la versión definitiva del Plan que adjudica a cada cadena existente un múltiplex de 4 canales para la TDT y, de paso, confirma que la cadena podrá cambiar su forma de emisión facilitando que el 7 de noviembre Canal + pase a ser una exclusiva de Digital + y se lance Cuatro. El 25 de noviembre de ese mismo año el gobierno aprovecha para conceder una nueva licencia en abierto, convocando un concurso al que no deja concurrir a Net TV ni a Veo TV por considerar que la licencia Digital es equivalente y rechazando al otro competidor, Blas Herrero, que había presentado el proyecto de KissTV, de modo que se lo lleva esta vez una mezcla de medios españoles y la mexicana Televisa liderada por el grupo Mediapro, grupo empresarial cercano al gobierno porque aquí no disimula nadie. De manera que el 22 de febrero de 2006 comienza sus emisiones. -Sí, estos también lo tenían preparadito-.

Como estos eran años de crear de todo entre 2005 y 2006 aparecieron nuevas regionales, IB3 en las Islas Baleares, Aragón Televisión en Aragón, TPA en Asturias, 7RM en la Región de Murcia y Canal Extremadura Televisión en Extremadura. Y asolo quedaría que en 2009 empezara a emitir la pseudoprivada Castilla y León Televisión, CYLTV, para completar el cuadro.

Mientras tanto había empezado otra guerra. Sí, claro, por el fútbol. ¿Esperabais que fuera por otra cosa a estas alturas? Tras no haber aprendido nada de la anterior que terminó con la irrelevancia del satélite la llegada de Mediapro y La Sexta significó un cambio en el relativamente estable tablero poniendo una cantidad de dinero que por muy real que fuera no dejaba de sonar a gazillones. Esto significó el final del fútbol para la FORTA y una serie de broncas entre La Sexta con, obviamente, PRISA.

Tras emitir a un poco de cualquier manera el mundial de 2006 de manera  comenzaron los roces, la muerte de Jesús Polanco en julio de 2007, que desató una lucha interna entre sus familiares y Cebrián por el control del grupo, no hizo más que empeorar la situación. Una alusión de Felipe González en el funeral del magnate al «Fuego Amigo» -¡Y pensar que Los Sopranos o Juego de Tronos son series!- acabó de facilitar que entre septiembre y octubre de ese año se produjeran una serie de declaraciones, réplicas y contrarréplicas por quién tenía qué y cómo podía usarlo -o por dónde metérselo- peor aún, sobre todo porque tras pagar esa cantidad ridícula de dinero LA Sexta había decidido emitirlo en abierto. Fundamentalmente porque no tenía dónde o cómo emitirlo de pago. Y, de paso, para afianzar su cadena. Lamentablemente estalló una crisis de por medio y el dinero empezó a escasear poniendo en una situación más que complicada a ambos grupos. Tras pasarse a cuchilladas todo 2008 parar 2009 lograron un cierto acuerdo. Entre otras cosas porque parecía bastante claro que parte del marrón se lo iban a endosar al gobierno obligándoles a cambiar la ley, otra vez. Eso no significaba que ambos canales, Cautro y LaSexta, no hubieran quedado malheridos.

El gobierno Zapatero, intentando beneficiar a los suyos y a la vez agradar a todo el mundo una vez más, sancionó en 2009 unos cambios en la ley que permitían canales de pago por TDT, fuisionarse a las cadenas existentes y, ya puestos, aumentaban los múltiplex adjudicados. Una decisión contestada por aquellos que no tenían derechos que explotar -fundamentalmente Antena 3 y Telecinco- y que traería cola al ser esta adjudicación de múltiplex protestada por el propietario de uno de estos grupos de canales basura logrando que la justicia le diera la razón. Y metiéndonos en un lío del que aún no hemos salido. Y ya veremos cómo lo hacemos.

Para 2010 todas tenían que estar preparadas para el Apagón Analógico que significaba el final de la emisión tradicional y el comienzo de la digital. Algo que ha servido, a su vez, para que múltiples canales alegales aprovechen parar añadirse a la oferta, casi todas sin un contenido real más allá de teletiendas, espacios sexuales y consultas esotéricas. Un contenido de coste cercano a cero que asegura que por limitado que sea el rendimiento sea prácticamente entero de beneficios.

Estas apariciones podrían parecer una tontería de no ser porque la multiplicación de canales, que añade a los concedidos por el gobierno los que las comunidades dieron en su momento -si dudáis de que las adjudicaciones fueran motivo de polémica es que no habéis estado atentos- lleva a un exceso de oferta. Mediaset se encuentra con 6, como Antena 3. Varias de las concesionarias locales o regionales tampoco parecen tener muy claro que hacer llenando las cadenas de repeticiones o de versiones de estas cadenas basura.

Por contra las cadenas limítrofes que estaban acostumbradas a recibir emisiones regionales de los vecinos como las ciudades de Ceuta y Melilla con la cadena Andaluza o el intercambio entre Valencianos y Catalanes se ven interrumpidos en principio por el cambio de modelo.

Quizá porque si las cosas no se hacen de manera chapucera parece que no son tan españolas.

Pero volviendo a Cuatro y La Sexta, el placet gubernamental de 2009 abrió la puerta a una fusión. Y aunque en principio pareciera que se valorara una de La Sexta con Antena 3 y luego con Cuatro al final esta última se les adelantó pasando a formar parte de Mediaset tras más de un año de trámites en enero de 2011. En cuanto a La Sexta, en diciembre de 2011 llegarían a un acuerdo sus directivos con Antena 3 para una fusión que tendría fecha efectiva el 1 de octubre de 2012.

A su vez las cadenas regionales empezaron anotar los problemas de financiación, especialmente en las comunidades gobernadas por el PP que se encontraban en muchos casos con que tras una hipertrófia se sucedían los movimientos para privatizarlas de manera más o menos encubierta, encontrándonos con la ruina en la que se encuentra la en otros tiempos puntera TeleMadrid, la entrega de CMT a manos privadas para su gestión o, más dramático aún, el cierre de Canal 9 y sus satélites. Aún hoy hay muchas cadenas regionales que rondan o superan la media docena de canales.

De modo que ahora nos encontramos aquí. En mayo de 2013 el Grupo Planeta decidió seguir con su plan de domin… de renovación y pasó a denominarse Atresmedia. Junto con Mediaset controlan la mayor parte de las emisoras de televisión. Muchas de las cuales -sobre todo en Mediaset- viven de las repeticiones sin tener un público definido ni buscar especialización o nicho alguno. Varias empresas adjudicatarias se limitan a alquilar sus frecuencias para que grupos globales tengan una mayor audiencia. Y entre las pequeñas la programación enlatada es lo que prima. Incluso sin tener en cuenta el resto de problemas posibles por el lío de la última adjudicación.

En cuanto al cable, las empresas de telecomunicaciones –ONO, Telefónica, etc…- han puesto en marcha sus propios paquetes de contenidos de pago, aunque poco es lo que se ofrece en estos canales que sea creación propia. Cierto es que Canal Cocina o Calle 13 han creado programas y suelen tener producción propia pero son una minoría tanto en su programación como entre los canales que no han dado el salto aún a la TDT. Lo habitual es encontrar en estas plataformas versiones en español de canales internacionales que se limitan al doblaje y alguna autopromoción. Y del digital no creo que haga falta ni hablar.

De modo que tenemos los medios pero no el dinero -o la capacidad, quién sabe- para poner en marcha contenidos propios interesantes que no sean los ligados al fútbol. -¡No! ¡Otra Guerra del Fútbol NO!-. Canal + intentó introducirse en el mercado de las series mediante la producción o coproducción (Crematorio, ¿Qué fue de Jorge Sanz?, Falcón) pero al igual que lo sucedido con Neox (Atresmedia) da la sensación al observador exterior que solo hay dinero para que se haga una de estas series cada año, y eso mientras tengan ganas de emitirlas que otro de los signos de este tiempo son las series aburridas en la nevera.

¿Qué sentido tiene tener una oferta de alrededor de 30 canales en los centros urbanos pero no contenidos para rellenarlos?

No tengo ni la más remota idea, pero ese es otro tema. Este, de la organización de los canales y la televisión en España, creo que llega hasta aquí.

 


Falsumentales: Puede que no todo lo que emiten sea cierto

Tengo en proceso La Columna de hoy. Tranquilos, saldrá. Pero será esta tarde, porque parece que la actualidad manda y precisamente con El Receptor como web independiente me puedo permitir estas cosas. Así que vamos a ello.

Anoche se armó. No sé por qué, pero se armó. No lo sé porque no estaba viendo la tele. Y porque, probablemente, no hubiera estado viendo ese programa. Pero sí puedo contar lo que pasó después y lo que busqué y vi a continuación. En Salvados, el programa liderado por Jordi Évole, ofrecieron una pieza llamada Operación Palace. [EDITO: Me avisa Obdriftwood de que en realidad nunca se llegó a decir que el especial fuera parte de Salvados. Aunque medios y espectadores pensaran que sí. Una forma de cortafuegos para las respuestas posteriores.] En ella se explicaba que el 23F había sido un teatrillo puesto en práctica para reforzar la democracia.

Esto, que en realidad no está tan lejos de algunas voces que aseguran que se montó con el conocimiento del rey y quizá de algún partido, era emitido con un punto intermedio de cachondeo que hacía difícil creérselo. Pese a lo cuál hubo gente que se lo creyó, claro. Sobre todo -como ha pasado tantas veces antes- los que no vieron que al final se desmentía. Porque Évole faltó a una de las reglas principales. Decirlo también al principio. Total, hubiera sido lo mismo.

Así, mientras unos y otros discutían sobre si era el peor programa de la semana -que no- o si es lo que hace Évole todas las semanas -que tampoco- o si era un intento de apuntalar la versión oficial ridiculizando las falsas -que sería un ejercicio no ya de CT sino de uso de lo falso para apuntalar lo falso frente a lo real, demostrando que lo real es lo que nos emiten que sea, demasiado bonito como para poder creerlo, pero eh- otra gente se encontraba con un término nuevo: Mockumentary.

A mí me cuesta considerarlo como nuevo. Aunque reconozco que siempre me ha gustado más la versión española del asunto: Falsumental, por la unión de Falso y Documental. Porque en Mockumentary tenemos Mock y Documentary, y Mock significa Burla, pero no siempre hay un componente de diversión cómica. Ni en lo que se emite ni en aquellos que lo emiten. Pero novedad, novedad… pues me temo que no es.

Podemos considerar la famosa edición de La guerra de los mundos de 1938 por Orson Welles como el primer ejemplo, pero en realidad eso solo era ficción bien hecha. Con su explicación al principio y su audiencia no especialmente alta -además de la posibilidad de cambiar de cadena y comprobar que el resto pasaba- no deja de ser más una magnificación a posteriori y un ejemplo de la influencia de la ficción.

¿Dónde pondría yo el principio de estos falsumentales? -Sí, voy a seguir usando la palabreja, mala suerte- Pues en la BBC. En 1957 dentro del programa Panorma del 1 de Abril, y siguiendo el espíritu del April’s Fool presentaron la pieza conocida como Swiss Spaghetti Harvest sobre unos obreros recolectores de spaghetti del árbol que los produce. Es decir, esto:

Como veis todo muy ligero con, aquí sí, una intención de broma propia de sus Inocentes.  Pero, aquí hablamos de otra cosa así que vamos a ir delimitando.

Dentro de lo que se puede considerar falsumental están películas cómicas de una credibilidad digamos que ligera, quizá las más celebradas sean las de El Muy Honorable Barón de Haden-Guest o, como le conocemos casi todos, Christopher Guest. Dentro de las muchas que ha montado y que han ido influyendo en la televisión -véase Modern Family o The Office– como Very Important Perros (Best in show, 2000), la que puede ser mejor o al menos más divertida es This is Spinal Tap, película del año 1984 en la que ejerció de guionista junto a Michael McKean, Harry Shearer y el propio director del invento: Rob Reiner.

Sin embargo pese a la sensación de verosimilitud que podría transmitir no hay realmente una intención de hacerlo pasar por algo cierto, digamos que se limita a aplicar un formato documental a la organización y el aspecto, algo que ya hiciera Woody Allen en Zelig (1983) pero que está tan cerca de intentar tener una credibilidad total como las películas de Found footage o los Papiros encontrados que se usaban desde hacía siglos en la literatura. es un mecanismo más de la ficción para buscar un aspecto de realidad. Pero no hay realmente intención de lograr que alguien se lo crea y, desde luego,mucho menos de realizar una emisión televisiva. Algo similar al corto al estilo de los de Ken Burns The old negro space program (2005) -firmada con el pseudónimo Spacenigs– que realmente no tiene un lugar en el que encajar.

o incluso de la pieza más cercana al arte conceptual que a un intento de engañar a nadie, me refiero a la película Death of a President (2006) de Gabriel Range, que jugaba a especular con un atentado que acabara con la vida de Bush hijo. Lamentablemente se emitió no en televisión primero sino como película, y el hecho de que situar la muerte del presidente en el pasado también hacía poco sencillo llegar a creerlo. sobre todo porque lo que intentaba era establecer un discurso sobre la Patriot act y las mentiras oficiales, el control de la prensa, etc, más que jugar a confundir. Lo único que lo separaba de una película de ficción al uso era, precisamente, el uso de figuras reales. Que es por donde atacaron diciendo que era de mal gusto. Posiblemente debido a una restrictiva idea de lo que es el gusto.

Del mismo modo el italiano Il mistero di Lovecraft (2005) -como veis unos años muy locos para tratar de distinguir lo real de lo televisado- de Federico Greco y Roberto Leggio jugaba con la posibilidad de que Lovecraft hubiera viajado a Italia y descubierto algo aterrador. Lo que pasa es que, además de ser otro film, es casi un thriller rodado con aspecto documental. Así que está tan cerca de ser un falsumental como lo estuvo en su día El misterio de la Bruja de Blair (The Blair Witch Project, 1999)

Dentro de todas estas creaciones que estarían en el borde de lo que podríamos considerar similares a lo ocurrido ayer vamos con la última que se puede dejar de lado sin problemas. Al menos en mi opinión. Me refiero a Paedogeddon!, el Especial Pedofilia (2001) del programa satírico inglés Brass Eye. Un programa y un especial del que ya hemos hablado antes, en el que sus responsables, Chris Morris fundamentalmente, aunque entre los guionistas estaba Charlie Brooker, querían llamar la atención sobre el problema del tratamiento sensacionalista de los medios y que tuvo problemas pero no por que nadie se confundiera, ni mucho menos, sino porque los medios se tomaron la crítica… como se toman siempre estas cosas. Era imposible, tras una temporada entera de Brass Eye ya emitida en 1997, que nadie pudiera realmente pensar que nada de lo allí ocurrido, con un tono extremo y disparatado, era cierto. Así que fuera también.

He explicado todo esto para dejar claro que no es tan sencillo. Que siempre ha habido creaciones falsas que buscaban el aspecto de realidad pero que no muchas veces conseguían ser emitidas en televisión de una manera medianamente razonable. Es decir, que espero que haya quedado claro que por cada Swiss spaghetti harvest hay tres Borat. ¿Y entonces?

Pues pese a todo esto aún puedo sacar unos cuantos ejemplos de falsumentales similares a lo vivido ayer. Y, sorprenderos si queréis, pero los ha habido durante décadas.

Si a algo le debe homenaje y respeto lo de ayer es al explícitamente aludido Operación Luna (Opération Lune, 2002) de William Karel que emitió el canal ARTE explicando que la llegada del hombre a la Luna no se había producido, siendo en realidad una costosa creación de Hollywood dirigida por Kubrick. Para darle más verosimilitud se buscó la forma de que aparecieran personas reales. Para ello se dirigieron a la viuda de Kubrick o a Buzz Aldrin con falsos pretextos de rodaje realizando preguntas vagas para poder insertalas, también buscaron ne los archivos de entrevistas algunas que poder sacar con políticos existentes –Rumsfeld y Kissinger entre ellos- para dotar de verosimilitud algo que no tenía nada que ver. También podemos considerarlo exitoso por ser la base de First on the moon (Первые на Луне, Pervye na Lune, 2005) de Aleksei Fedorchenko que explicaba cómo los rusos llegaron en los años treinta y que salió como película aunque durante su rodaje algunos periódicos rusos creyeron estar ante un auténtico documental. Pero volviendo al de Karel, cuando fue preguntado explicó que la finalidad de la pieza era demostrar que con un grado medio de manipulación se podía crear la sensación de realidad que aumentaba gracais al contexto proporcionado por, en este caso, el serio canal ARTE.

Lo que no significa que el contexto sea innecesariamente reprochable como demostró el especial del SyFy -entonces aún SciFi Channel– emitía en 2004 The Buried Secret of M. Night Shyamalan documental de Nathaniel Kahn sobre el director de la recién estrenada The Village en un intento de crear una pieza original y, a la vez, de crear una cierta publicidad en ambas direcciones. Incluyendo en su estrategia a Shyamalan diciendo días antes del estreno que estaba molesto por la emisión del documental y que tenía intención de evitarlo. La historia, que buscaba explicar la verdad tras el director -en fin- hizo que el canal tuviera que emitir una disculpa oficial días después. Y aún hoy hay gente quejándose, así que quizá el contexto no sea lo único.

Por ejemplo, ¿podría alguien realmente creerse The canadian conspirancy (1985)? Este falsumental emitido por la HBO narraba los intentos de los canadienses por hacerse con la industria del espectáculo estadounidense para, a través de ella, hacerse con el control del resto del país. Robert Boyd aprovechaba que Erik Nielsen, hermano de Leslie, era en ese momento vicepresidente para lanzar una serie de ideas bastante ridículas aprovechando la entrada de cómicos canadienses, con Lorne Michaels señalado como sucesor de Lorne Green al mando del asunto y la colaboración de nombres conocidos como Eugene Levy, John Candy, Martin Short y, por supuesto, William Shatner. Por algún extraño motivo la gente pareció creérselo menos que el de Shyamalan.

Puede que se deba al responsable del invento. Quizá si eres Peter Jackson te resulte más sencillo, incluso cuando emites en una televisión neozelandesa en un horario dedicado habitualmente a miniseries y telefilmes te dejan que les casques un Forgotten Silver (1995) sobre un compatriota pionero olvidado del negocio del cine. Armarse se armó, claro, a la TV ONE de Nueva Zelanda le tocó salir a dar explicaciones de por qué no se había sido más claro -¡más aún!- sobre lo ficticio que era el producto.

Aunque eso no es nada comparado con la que puede ser mi pieza favorita de todo el recorrido. En 1992 la BBC decidió celebrar Halloween con un especial de fantasmas. Originalmente pensado como una serie que usara a personas reales y conocidas, problemas de presupuesto y tiempo obligaron al canal a convertirlo en un especial. Así nació Ghostwatch. Quizá uno de los más controvertidos de entre todas las creaciones que estamos viendo, pese a que se emitieron anuncios al principio y que las líneas habilitadas para que llamaran los espectadores explicaban que era una creación. Dio igual. Los presentadores -gente conocida de la televisión de aquella época- iban exponiendo casos a la vez que desde la misma realización se jugaba con la ambigüedad de lo que había sucedido en una casa en la que una mujer divorciada y sus dos hijas decían estar siendo sometidos al acoso de algo paranormal, así hasta llegar a una primera conclusión, que la hija mayor lo había montado todo. Pero aquello parecía solo el principio y pronto en la casa y el estudio se iban multiplicando los sucesos. Podéis echar un ojo a este texto de Santi Pagés, el Dr Zito, sobre el programa. La gente llamó primero para compartir sus experiencias con Lo Paranormal pese a que se les dijera que era falso. Luego para alarmarse, sin acabar de creer la explicación que se les ofrecía. Y es que la sugestión era mucho más poderosa que, en fin, la realidad. Lo que llevó, por cierto, a cambiar en el último minuto el final de la obra para no sugerir que ahora los fantasmas se habían trasladado a las de los espectadores mediante la televisión. Pero ya hablaremos más a fondo de este caso en otra ocasión.

Volvamos a lo de ayer. Si hemos visto que el contexto y el contenido muchas veces no influyen en el público tanto como el formato, ¿qué sucede cuando todo se junta? Es decir, ¿cuándo fue la última vez que se armó a lo grande? Posiblemente la respuesta a esa pregunta sea Bye, bye, Belgium (2006) en el que el periodista Philippe Dutilleul usó el canal público belga RTBF para ofrecer un boletín especial sobre Flandes declarándose independiente. Todo el proceso y reacciones posteriores es tratado con la seriedad propia del tema de modo que apenas media hora después de iniciado el programa, y a resultas de una llamada directa del Ministro del ramo, aparecen unos bloques de texto impresos indicando que es todo falso. La historia, preparada durante dos años, causó un revuelo internacional enorme entre sus vecinos y algunos otros países europeos y lo que podríamos calificar si buscáramos una definición técnica como Tormenta de mierda sobre el responsable dentro de Bélgica con prácticamente todos los políticos llevando antorchas a su puerta.

La gente, cómo es. ¿Eh? Porque en España… ¿Qué pasa con España? ¿Es que no tenemos inventiva? Ni mucho menos. Ya antes de que terminara el programa la gente estaba recordando otros sucesos. Sin salir de La Sexta se hablaba del famoso Os la hemos colado de Wyoming a Intereconomía en 2009, del documental ucrónico ¡Viva la república! de Jaume Grau, emitido también por La Sexta en 2008 que especulaba con un triunfo del otro bando en la Guerra Civil de manera similar al que en 2004 había hecho el falsumental C.S.A.: The Confederate States of America de Kevin Willmott con los Estados del Sur y su propia Guerra Civil. Pero ninguna de esas dos pueden ser consideradas como realmente equivalentes. Tenemos que remontarnos a Camaleó.

En 1991 dentro de TVE-Cataluña se emitía el espacio Camaleó que decidió jugar con la realidad y ficción televisiva y emitir un falso informativo sobre un golpe en la URSS.

Que La Vanguardia parara sus rotativas a la espera de saber si era o no cierto no es demasiado preocupante, que el resultado de este… experimento… fuera el cese del área de programas de la cadena, o esta maravillosa frase de Enric Sopena, en aquel entonces jefe de TVE-Cataluña, «es falso que L’¡nformaflu se haya emitido bajo amenazas. Lo único que hizo la dirección fue recordar al grupo de redactores que se oponía a su emisión que tendrían que atenerse a las consecuencias». ¡Que es una cosa completamente diferente! El asunto trajo cola y aún hoy los responsables, Miguel Ángel Martín y Manuel Delgado, se resienten como me recordaba ayer MeComíaUnFlan aportando este documento que, por cierto, tanto viene al caso. Y eso incluso sin saber que unos meses más tarde ocurriría de verdad.

Con eso y con todo, y por difícil que os resulte creerlo, aún se armó aún más gorda en otra ocasión en España. Aunque no por culpa de los españoles. Bueno, no exactamente culpa nuestra. Me recordaba ayer Fangar que, por si a mí se me pasara, había que hablar de Alternativa 3. No se me pasa, pero lo agradezco, claro que sí. Y es que Alternativa 3 fue…

Alternativa 3 fue un falsumental escrito por David Ambrose en 1977 -¿Recordáis cuando decía que tampoco era un asunto tan novedoso? ¡Ta-Da!- sobre desapariciones de científicos por todo el mundo que el aguerrido periodista de turno descubre que forma parte de un plan para crear una estación espacial ante la inminente destrucción de la Tierra por culpa de un fenómeno climático ante la cuál pocas alternativas quedaban siendo esta la preparación para establecerse en Marte. Inicialmente pensado para emitirse el April’s Fool, problemas de producción lo postpusieron hasta junio, dejando la fecha original como pista para los espectadores -que lo pillaran desde el principio, como siempre- que, como de costumbre, se quejaron por la falsedad. ¿Y qué pintan los españoles en esto? Si no aparecen ni en el final. Y eso que sí había otros países apareciendo como los rusos y estadounidenses que son mostrados cooperando para llegar a Marte. De neuvo la cadena explicó que era falso y al día siguiente sacó un comunicado. ¿Entonces? Pues porque nosotros somos así.

Esto es, ¿cómo creéis que se organizó? Pues porque en 1983, seis años después -Sí, seis. España, ¿recordáis?- Fernando Jiménez del Oso emitió en su programa La puerta del misterio el documental como si fuera verdadero. En serio.

Más aún, cuando llegaron las críticas porque se lo hubiera tragado y emitido se limitó a decir que estaba integrado dentro de una serie de documentales y que cómo iban a saber ellos que era falso. Repito: SEIS AÑOS DESPUÉS. Sobre algo desmentido al día siguiente y que se había avisado a los críticos televisivos de que era falso antes de emitir. [EDITO: No os perdáis lo del libro que cuenta Emilio Martín en los comentarios.] Por si os lo estáis preguntando, Jiménez del Oso tardó solo un año en volver a tener un programa en la televisión. Por aquel entonces la pública y única.

Cómo veis no es un asunto de si en España nos lo podemos tragar, de si lo que pasó con esta Alternativa 3, con Camaleó o con las diversas ideas alternativas de La Sexta funcionan con nosotros. Es un asunto del valor que le damos a la realidad televisada. ¿Necesitamos realmente que nos digan «Esto te lo crees», «Esto no»? ¿O podemos tener una conciencia crítica como espectadores para decidir lo que no nos cuadra de lo que vemos e intentar aprender más sobre ello?

Mucho se ha hablado del programa de ayer de Évole. De lo cercano que estaban los hechos para bromear sobre ellos (?), de su utilidad para combatir toda versión que se aparte de la oficial, del famoso giro a la derecha de los medios con esa teoría según la cuál Lara pretende meter en vereda a La Sexta aún a costa de destruir a sus caras reconocibles, ¡o quizá es algo que se buscan ellos solos? Tanto da. Porque quizá la pregunta importante que podemos sacar de esto. Del de ayer, pero también de todos los otros ejemplos que he estado poniendo es:

¿Está usted preparado para ver la televisión sin tutela?