¿Por qué? Esa es mi pregunta. ¿De dónde ha salido la idea de que el remake para Nickelodeon de ALVINNN and The Chipmunks (USA) sea… esto? No se me ocurre forma de entenderlo ni teniendo en cuenta las distintas espantosas nuevas versiones 3D que hemos estado sufriendo.

Igual pero al revés. Puedo entender a quién se le ocurrió Descendants (USA), y casi sorprenderme de que Disney no hubiera pensado en ello antes, me parece perfecto que Kristin Chenoweth sea el gran nombre del proyecto. Todo lo demás es un desastre. Entendámonos, se nota que Chenoweth se lo pasa en grande y está claro que Disney ha puesto dinero para este telefilme. Pero no tanto como para que los chavales sepan cantar sin autotune o actuar ni el mínimo que debería saber uno de los chavales criados en su cuadra. No solo eso, las tramas son un desastre y la elección de quién actúa dónde lleva a desperdiciar a gente como Kathy Najimy que parece que está haciendo más un cameo, mientras otros actores ocupan sin gracia los espacios de relleno. Como eso no era suficiente la historia en sí es espantosa, no llega al nivel mínimo de desarrollo que se presupone en una empresa que hace como churros todas las semanas este tipo de tramas, y, de rebote, el subtexto es espantoso. Vale que a estas alturas estemos acostumbrados a que la parte de Token Ethnic es más Token en estos proyectos, pero llega hasta niveles ridículos. La idea de que tras el final del cuento se concentró a los villanos en una isla mitad poblado chabolista, mitad Guantánamo en el que tienen libertad pero todos los que están -que parecen bastante majos en su mayoría- sufren condiciones de privación material. Por supuesto los buenos que son buenos-buenos-superbuenos deciden que van a darse la transición y reagruparse con esos desharrapados para enseñarles que se puede ser como Disney manda. Por supuesto los malos también tienen cualidades como su forma física o su conocimiento de peluquería y belleza, por suerte no les toca ni ocuparse de las piscinas ni limpiar wcs. No contentos con tanto majicismo y con reseñar una y otra vez los muchos motivos que tienen los buenos para no confiar en los malos -por lo visto ganaron sin causar problemas a nadie- además dan algunas lecciones románticas muy interesantes como Está bien traer de manera casi ilegal a alguien si te interesa, No hay ningún problema en que rompas con tu novia proclamando tu amor por una tercera persona en mitad de un estadio lleno de gente que os conoce a los tres y, por supuesto, El amor verdadero no se preocupa por que le eches cosas en la comida o en la bebida para lograr lo que quieras de él porque ¡es una muestra de amor! Todo ello comentarios encantadores que, sin duda, deberían adornar las paredes de los jóvenes dormitorios. Así que si no hay buenas canciones -¡esa versión de ¡Qué festín! !- ni actuaciones ni guión solo te tienes que preguntar, ¿merece la pena dedicarte dos horas a ver un telefilme cuando podrías saltarte las partes sin Chenoweth y cumplir? Y si no en esta en la ya anunciada continuación.

Lo primero que he pensado viendo Difficult People (USA) es que es una comedia sobre tuiter. Los dos protagonistas, Julie Klausner y Billy Eichner, están definidos por ser gente que se queja. Mucho, todo el rato, con más o menos motivo. Pero quizás no os suenen sus nombres. Klausner es una cómica que hace críticas televisivas con cierta maldad –*cof*– y que escribe guiones, Eichner es protagonista de la inexplicablemente -para mí- exitosa Bill on the Street para Funny or Die. En cuanto a sus personajes, son Julie KesslerBilly Epstein. Ella es bastante lo mismo, él es también judío y gay pero en lugar de para internete trabaja como camarero. El tema central es, por supuesto, su relación de amistad centrada en… resumiendo… criticarlo todo. Todo el rato, todo tipo de cosas, sin parar. Con un par de buenos secundarios y escenarios curiosos, como una evolución de esa comedia incómoda de Seinfeld o Larry David en los tiempos del -omnipresente en su piloto- tuiter. Lo que no sé es lo que puede durar el asunto porque en cualquier momento tendrá que hacer frente a esas críticas.

Encontrarte con Kevin from work (USA) es sumergirse en el pasado. No creo que haya una versión posible, ni más antigua, ni casi sin usar de esta serie con solo un par de puntos a su favor (fundamentalmente, que es ligera y lo sabe y que el reparto sale casi a estrenar) que no compensan ni de lejos. Otro verano será.

Cuando uno se pone el piloto de Mr. Robinson (USA) lo primero que sospecha es que le han colado un remake de Mr. Cooper. Pero pensado para Jack Black y luego cambiaron de opinión y metieron a gente conocida pero les dio pereza y por eso el protagonista tiene el mismo nombre que el actor. Que alguien rescate a Brandon T. Jackson y me explique qué hace la pobre Peri Gilpin ahí. Definitivamente esto tenía que haber salido mejor.

Alguien ha pensado que el problema de Cougar Town no era el título y que se podía seguir por ahí con una especie de ambiente TVLand y que para abdominales los de The CW y que, total, ya que puede ser la basura de otras cosas aún se les puede meter goles como este Significant Mother (USA)


Presentación y Presentaciones (1, TV No-Ficción Fantástica Española)

Un agosto más llega a LaColumna y, como de costumbre, eso significa entradas temáticas y más ligeras. Espero.

Durante los cinco lunes de este mes aprovecharé para hablar de algo relacionado con el tema central al que estoy dedicando el año, de modo que en lugar de seguir con la representación en la ficción de la televisión española del fantástico voy a dar la oportunidad de hablar de todos esos otros acercamientos que tuvieron lugar más allá de la ficción puramente dicha. Hablaré de los acercamientos infantiles en todas sus variedades: programas, representaciones, dibujos, miniseries. Hablaré también de los acercamientos realizados en forma de concurso, de los que se creaban en formatos inesperados, de los programas de lo oculto y, por supuesto, de las presentaciones.

Porque, puestos a presentar cosas, pocas figuras tienen tanta solera en el terror como la del presentador más o menos monstruoso. Introductor de las historia de turno, herederos de una tradición que discutía su antigüedad entre los cómics y la radio, con la mayor parte de historiadores poniendo antes a la radio, la figura del presentador ha sido siempre una manera de ofrecer un punto de agarre al espectador así como una figura que permitiera recordar y valorar más la ficción ofrecida. Uno de los primeros, si no el primero de todos, fue La Sombra, que debutó como narrador del programa Detective Story Hour el 31 de Julio de 1930. Originalmente un personaje misterioso que funcionaba como narrador de historias que oscilaban entre el policíaco y el fantástico pero siempre con un fuerte toque pulp, su figura se iría desarrollando hasta convertirse en el protagonista y pasar a adquirir unos atributos diferentes a los del presentador y narrador del programa. Pero para entonces ya habrían aparecido otros programas de radio con presentadores terroríficos como La Vieja Bruja de Witch’s tales. Y es que ese personaje se convertiría en uno de los más populares, incluso en su versión de cómic en la que algunos de los primeros presentadores serían brujas: La Vieja Bruja para Quality en el Hit Comics de 1940 o La Bruja Negra que haría su aparición en el Blue ribbon comics #20 de enero de 1942 para la editorial Archie antecedieron los que probablemente serían los más famosos de todos los tiempos -al menos con el permiso de los de la Warren– los presentador que la EC trajo a principios de los años 50: El Guardian de la Cripta, La Vieja Bruja -claro- y El Guardián de la Cámara, que recibirían el nombre conjunto de los GhouLunatics y que irían variando de  una posición inicial de narrador a un desarrollo del humor que les llevaría a hacer chistes en el desenlace de las historias, y en ocasiones también durante su desarrollo. De modo que cuando a finales de los años ’50 comenzaron a moverse en sindicación paquetes de viejas películas de terror (y quien dice de terror dice de monstruos, alienígenas o lo que tuvieran a mano los de Screen Gems en aquel momento) animaron a las emisoras a buscarse su propia variación para hacer más llevadero el programa. De ahí la popularización de diferentes contenedores de películas -generalmente con nombres que eran variaciones de Shock!– y el inicio de estos Horror Host de televisión, como Vampira (Maila Nurmi) para la afiliada de la ABC de Los Angeles KABC-TV o la WBKB de Chicago en la que Terry Bennett interpretaba al peculiar Marvin y luego muchos, muchos, muchos más, incluyendo la Elvira de Cassandra Peterson o el Mr. Lobo de, bueno, Eric Lobo. La peculiar manera de distribuir la televisión en Estados Unidos ha permitido que sigan existiendo muchos de estos presentadores, incluso ahora algunos en versión Vlogger. Pero dejemos de hablar de los de fuera que lo que interesa aquí son los nuestros.

Una vez más, la diferencia a la hora de realizar la distribución ha traído otro tipo de televisión a España y así esos presentadores no existieron por aquí. O al menos no de la manera tradicional. En octubre de 1981 Chicho Ibáñez Serrador -él, siempre-  comenzaba un nuevo programa en el que, en lugar de sus Historias para no dormir, nos presentaba películas de género. Lo hacía acompañado de la actriz Luisa Armenteros, encargada de la parte más seria (datos técnicos y similares) frente a un Chicho que se había reservado el papel de macabro y humorístico maestro de ceremonias. Por allí pasaron -haciendo caso a hemerotecas y listados– una buena selección de las obras de género extranjeras y nacionales más importantes. Y, por supuesto, Agárrame ese fantasma, una broma de Chicho que logró cierta relevancia en prensa y que en realidad encajaba perfectamente con esa variedad del terror que se buscaba mostrar en el programa. Lamentablemente la llegada de la nueva dirección a TVE en 1982 fulminó el programa. Una lástima pero que al menos no caería del todo en el olvido.

La llegada de las privadas a España trajo también alguna cosa buena aunque fuera solo por la variedad que se abría y los programas que propiciaba. Por ejemplo que en 1990, las dos cadenas privadas se abrieran al terror. En el caso de TeleCinco fue con el estreno en enero de ese año de un contenedor sin presentador que con el título de Noche de Miedo ofrecía este tipo de cine entre semana, en cuanto a la FORTA, en TeleMadrid se comenzaría a emitir por solo unos meses el contenedor Luna Llena.

Mucho más relevante sin duda sería el estreno, en abril de ese mismo año, en Antena 3 de Noche de Lobos. Programa en el que Joan Lluis Goas, que llevaba desde 1983 siendo presidente del Festival de Cine de Sitges,  realizaba no solo la presentación sino -en teoría- la selección de manterial haciendo que convivieran los clásicos reconocidos por la crítica por otros menos apreciados y películas de culto más reducido. De nuevo, debemos fiarnos de hemerotecas y listados -con el problema añadido de que aquí nos encontrábamos en los años oscuros de la contraprogramación que unen a los clásicos problemas e incomunicaciones que se dan en el rastreo de lo emitido el añadido de que el canal hacía lo que le salía de la pirola- para obtener un listado razonablemente completo. De nuevo el cambio en la directiva del canal, en  este caso en 1993, supuso el final del espacio. Pero al menos parecía que esta vez había alguien imitándolo fuera.

Entre enero de 1991 y noviembre de 1992 se emitió en TVE el programa Alucine que funcionaba como contenedor con un clásico excepcional de presentador: Narciso Ibáñez Menta. En un papel entre el que había realizado su propio hijo y el que Goas desempeñaba, Ibáñez Menta comentaba brevemente la película que se iba a emitir. Lamentablemente estas presentaciones no durarían mucho pues el paso en enero de 1993 del contenedor a los sábados en La 2 vino acompañado por la desaparición del presentador. Solo se emitirían las películas que contarían, eso sí, con la audiencia residual que el partido de fútbol -en las comunidades sin televisión regional de la FORTA- dejaba, propulsando su audiencia y permitiendo que durara en antena hasta septiembre de 1998. Tan extensa duración permitió, además de las inevitables repeticiones, la existencia de pequeños ciclos internos en el canal como el dedicado a los acercamientos a Poe de Roger Corman o a las producciones de la Hammer. La coincidencia en el tiempo junto al de las antologías de las que hemos hablado los últimos meses sirvieron para que se hablara de un regreso del terror a la televisión.

No solo eso, la cadena pública también aprovecharía 1994 para recuperar Mis terrores favoritos en una nueva -aunque más corta, menos de cuatro meses- versión que ofrecería nuevas películas y también alguna repetición con -eso sí- nuevas introducciones.

También en 1994, aprovechando la puesta en marcha de los canales temáticos de TVE -en aquel momento solo por satélite- se crearía el Canal AluCine para la emisión continua de este tipo de cine. En principio parece que la duración del canal fue entre ese año de 1994 y el 2000, pero las pocas informaciones que sobre él se daban, en este caso de su integración en la Vía Digital de Telefónica, no permiten atinar mucho más.

Aún quedaría otro presentador en las cadenas de la FORTA, en 1996 se estrenaría en TV3 un ciclo de terror llamado Klaatu Barada Niktó a cargo de Àlex Gorina, que era el director del Festival de Cine de Sitges en aquel momento, tanto en la selección como en unas breves introducciones a las películas.

El problema es que a partir del año 2000 la figura del presentador despareció casi tanto como la emisión de cine en televisión y, por supuesto, los ciclos de cine temático y los programas contendores. De ahí que los que regresaran lo hicieran aprovechando el antiguo nombre por aquello del prestigio: Tanto Noche de Lobos como Alucine tuvieron sus polvorientos regresos.  El segundo solo unas pocas semanas en verano de 2006 antes de hundirse de nuevo en el olvido. En cuanto a Noche de Lobos, regresaría a Antena 3 durante unos meses para contener un curioso batiburrillo de películas con mayor o menor relación con el fantástico y, a modo de introducción, unas breves piezas que se suponían informativas o algo. No sería la última vez, en 2012 le tocó pasar a Nitro en la TDT con un, cito a la cadena, slot de cine de terror. Sin presentaciones ni nada y solo por unos meses porque si esto ocurría en marzo para octubre ya le habían pasado el contenedor a La Sexta 3 semanas antes de que la fusión de cadenas fuera aún un hecho tan legal como notorio era.

Inexplicablemente no hubo mucho más durante la multiplicación de canales de la TDT, ni parece que lo vaya a haber ahora. Si para los americanos fue  un hecho cotidiano -hasta el punto de ser parodiado en, por ejemplo, Gremlins 2– parece que las cadenas en España no entendían la utilidad de estos Horror Host, la posibilidad de fidelizar a una audiencia ofreciéndole además de películas baratas un poco más y un valioso sentimiento de comunidad. Solo veían la posibilidad de ahorrarse un sueldo, como siempre. Pero, en fin, bien estuvo lo que hubo mientras duró. Y, quién sabe, quizá algún día regresen.