La semana de transición ha salido… bueno, ha salido. Aunque como poco podemos alegrarnos por la variedad. Por ejemplo, los canadienses de Space estrenaron Aftermath (CA), una historia postapocalíptica que tiene un poco de todo -incluyendo su propia variedad de zombificados que aquí son algo así como poseídos, aunque no parezca claro si se trata de algún tipo de demonio o de extraterrestre- pero que va fundamentalmente de como afronta una familia todos estos imprevistos. No es que esté especialmente inspirada pero parece tener una idea de lo que está haciendo, así que supongo que gustará al menos a los fanes del postapocalíptico.

Un tipo de apocalipsis más cercano es el que trae Damned (UK), comedia -de puro negra un decir- británica sobre los trabajadores de un teléfono de servicios sociales para la infancia. Partiendo de un piloto de hace un par de años  y con un buen reparto que incluye a Jo Brand (que es, además, co-creadora junto con la también presente Morwenna Banks), Alan Davies o Kevin Eldon. Más la interpretación del ex-EastEnders Himesh Patel que aprovecha lo fuera de lugar que está rodeado de tantos actores cómicos para trasladarlo a su personaje. El resultado es similar al de la también creada por Brand -y, por tanto, inevitable en las comparaciones- Getting On. Se supone que las excentricidades y los problemas habituales -tratados con una mezcla de dramatismo y resignación – son puestos en algo de perspectiva mediante el uso del humor negro. El problema es que todo suena a rutinario, los personajes atienden todos los problemas como si fuera un calvario que pasan a diario. Y es posible que así sea pero entonces no hay mucho que hacer ni, me temo, que ofrecer para el futuro. Así queda el asunto, puede parecer muy negro pero está descafeinado.

Por suerte también hemos tenido espacio para buenas series. Como esta Insecure (USA) que sigue con esa tendencia actual de narrar vidas de los jóvenes de color -fundamentalmente negro- permitiéndonos en esta ocasión conocer a Issa Rae, que hace algo así como una adaptación de su webserie Awkward Black Girl pero con más presupuesto -y más contención, algo que sospecho debe venir por el lado del co-creador de esta versión para la HBO, Larry Wilmore– con lo que el resultado logra un aspecto más televisivo y, supongo, llegar no a más público pero sí a uno distinto. La veracidad que logran darle a los personajes, el acercamiento a un grupo en un momento de paso de la adolescencia a una adultez aún joven  y la sensación de que los guionistas han decidido alejarse de cualquier impostura logran convertirla en una serie meritoria. Queda ver ahora cómo se va desenvolviendo.

Tras tanto British Noir con The Level (UK) encontramos un policiaco más cláico -convencional incluso si entendemos como tal la fidelidad a los clásicos norteamericanos- pero, a al vez, un sitio con menos desesperación. Las cosas malas siguen sucediendo y donde menos te lo esperas una relación reaparece para modificar métodos y comportamientos, pero no hay esa sensación de imposibilidad del bien. Nuestra protagonista intenta en todo momento comportarse de la mejor de las maneras posibles y eso significa verse envuelta en lo que uno podría esperar por el tipo de obra: tiroteos, persecuciones y discusiones. Pero todo es soleado mientras se intenta arreglar lo que se pueda, porque parece que algunas cosas sí están aún a tiempo de ser salvadas. Y es que una cosa es vivir en un mundo cínico y otra muy distinta es que sea además desesperanzador, y The Level es solo de las primeras.

Ay, Luke Cage (USA). Ya estamos otra vez. Ya volvemos con las discusiones que parece que solo entienden el POM y el ARGH! Qué pereza. Qué pereza las discusiones, pero también qué pereza la serie. Marvel / Netflix debería intentar comprender que no necesitan 13 capítulos de 1 hora si no tienen guión para ellos. Crear series estiradas hasta el aburrimiento puede ser una marca personal, pero no necesariamente una buena. Y menos mal que esta vez el showrunner no es una pareja de blancos sino Cheo Hodari Coker, guionista de series masomenos policíacas y co-productor de Southland. Que no sé si eso deberíamos contarlo como algo bueno. El caso es que uno adivina o presupone algo interesante por ahí, entre toda esa recreación de barrio negro con todos los tópicos que puedas comer (incluyendo escenas que parecen sacadas menos de Spike Lee que de El príncipe de Zamunda) hasta el punto de que uno llegaría a pensar que lo que están haciendo es un remake de algún blaxploitation en lugar de adaptar un cómic. De nuevo, no es una decisión necesariamente mala, como no la es de por sí incluir un bar con actuaciones en directo por muy ridículo que pueda parecer todo. Al menos en este no actúa Vonda Shepard. Y tiene un punto decididamente bueno: Los personajes femeninos son bastante interesantes e importantes para la trama. Es una pena que en lugar de haber aprovechado para hacer una serie sobre ellas decidieran llamar a esto Luke Cage. Por lo menos he de concederle una cosa a la serie: Han logrado trasladar una situación clásica para los lectores de cómics. La de esa serie que te compras para mirar el bonito dibujo y los múltiples detalles mientras intentas que eso justifique que la historia esté de adorno.

Por suerte para el resto de series de esta semana se ha estrenado Morgana Robinson’s The Agency (UK) que sirve para demostrarnos como una de las peores imitadoras de UK puede seguir logrando no ya trabajo sino incluso una serie propia. Vale, es una serie que intenta encontrar un formato que justifique seguir con sketches de imitaciones mediante el uso de una agencia de talentos que trabaja para todos los imitados. Pero hace más por esa imitación el departamento de vestuario y efectos especiales -hasta donde pueden llegar, claro, que el recurso característico de abrir mucho los ojos hasta hacerlos casi saltones de Robinson no es tan fácil de corregir- que la recreación -mínima- o el humor – tan básico que parece centrarse en un único aspecto- sirviendo únicamente para demostrar que los imitadores de famosos que solo lo hacen medio bien pero que logran programas son una plaga mundial.

Imagino que este es el tipo de cosas que se hacen con un público muy concreto en la cabeza. Mezclar cuentos clásicos con una historia de universo paralelo con un poco de Magical Girl y un estilo de diseño occidental para que haya un poco para todos y así poder estrenar en Nickelodeon su nueva serie animada:  Regal Academy (USA). Yo no solo soy u público sino que le veo unas costuras frankensteinoides a esta serie así que mejor me alejo de ella.

Adaptación de una -por lo visto muy conocida en Australia- novela romántica cómica de Zoë Foster BlakeThe Wrong Girl (AU) se centra en una mujer que trabaja en un programa televisivo matutino como productora que se mete en ese embrollo catalizador cuando su opinión sobre -entre otras cosas- el nuevo chef para los segmentos de cocina de su programa sale a la luz. Por supuesto ese es solo el punto de salida y luego se van añadiendo compañeras, mejores amigas, antiguos amigos y muchas más cosas para crear lo que sin duda parece el espíritu de las comedias románticas que se han estado haciendo si no en el cine desde los noventa al menos si en canales como Hallmark o Lifetime. Por supuesto aquí no hablamos de un telefilme sino de una serie con lo que hay un intento de subir algo la apuesta. Me temo que no soy el público de este tipo de obras pero me alegra que al menos haya alguien intentando darle vueltas. Solo espero que sepan parar antes de tener que estirar demasiado la historia.