De momento no es demasiado lo que puedo decir de Agatha All Along (USA) porque han sacado dos capítulos que casi ni cuentan como pilotos. En el primero directamente estamos en otra historia y no se nos presentan más que a un par de los personajes de la nueva serie. El segundo es de presentación de personajes y poco más. Sí, inicia varias tramas, hay partes de misterio, y deja caer desde el principio que vamos a tener un camino movido -y que parece que alguien ha puesto pasta- pero, a la vez, son dos capítulos que sirven poco más que para poner un tablero y a unos personajes en él. Bueno, y para que haya un número musical. No es tanto que sea tiempo perdido como que sigue esa idea de ‘serie como libro’ en la que no tenemos tanto un desarrollo como un conjunto de situaciones que nos ponen en camino. Pues bueno, habrá que esperar para ver por dónde tira esta mezcla de humor, fantástico y… ¿quizá algo de terror? En fin. Si hay más números musicales tampoco me parecerá mal, claro.

Bueno, pues aquí llega Ryan Murphy con otro American blablabla Story. Lamentablemente parece que se han quedado sin cosas que contar, o sin interés para hacerlo. Es una lástima porque supongo que había maneras de que este American Sports Story (USA), que en su primera temporada antológica se centra en Aaron Hernandez, fuera algo más que un melodrama deportivo al uso. De hecho, con tanta serie deportiva como hemos tenido estos últimos años se nota que está, de hecho, bastante más ‘a rebufo’ de todo lo que lleva años apareciendo, que con la intención de darle un giro o añadir algo. No sé si esperan que los mismos fanses ayuden con esto, o si creen que no tienen que molestarse porque para qué, pero es la serie menos Ryan Murphy de todas las series antológicas que Murphy ha ido sacando.

-De entre las cosas que no esperaba estar escribiendo hoy está la de una serie surafricana que adapta otra mexicana, pero aquí estamos, con Blood Legacy (O) (SA) que es adaptación de otra también de Netflix, Monarca, y que cuenta, como ella, la historia de una familia con un negocio. -Aquí caña de azúcar, allí tequila-. Cómo el patriarca decide romper lazos con ‘el crimen’ en su versión políticos corruptos y malhechores -en la mexicana eran narcos, aquí no han dicho aún el qué son, pero no debe de caer muy lejos- y para ello intenta que vuelva a su lado su hija. Vamos, la telenovela habitual con drama familiar, distintos hermanos más o menos enfrentados y muchos secretos y blablabla. Esta es quizá un poco más cruda -que no más violenta, eso lo son casi por igual- y un poco más de cartón piedra, pero no ofrece mucha más novedad salvo el pasar la historia de México a Sudáfrica y que los cambios que necesiten hacer no sean demasiados. En fin. La globalización y un día, supongo.

Estoy seguro de que hay una manera de escribir sobre Envidiosa (O) (AR) de una manera que parezca que hay algo en la serie que no está reciclado. Que no sale de otro lado. O que resulta interesante. Me temo que no soy la persona que pueda hacerlo porque la decisión de que la protagonista no sea nada soportable es lo único que le veo funcionar. Todo lo demás son versiones más o menos perezosas de lo de siempre: Mujer a la que la vida no se le va bien, ruptura, viaje de autodescubrimiento, secundarios más o menos estrambóticos y un interés romántico con neones. En fin, que no le veo mucho recorrido a la cosa esta. La verdad es que solo puedo suponer que la actriz principal es conocida en Argentina o algo y por eso le han dado la serie.

Pues supongo que de este Gokuaku Joou (O)(JP), o 極悪女王 o The Queen of Villains o…, podía haber salido algo interesante. Pero al final estamos en lo de siempre. Si lo que quieres es hacer un drama sobre la dura infancia, el duro trato, la dificultad de blablabla… no creo que llegue a pasar del piloto. Es una pena porque visto desde fuera parece que tanto la existencia de esta persona -o de este personaje- como en wrestling en Japón, no digamos ya el femenino, y el fenómeno fan a su alrededor parece que podrían haber dado para más. Y supongo que para los que busquen un drama en un entorno deportivo… les valdrá. Pero a mí me han quitado las ganas.

Ya sé que normalmente solo hablo de ficción aquí, pero Have I Got News for You (USA) era demasiado goloso de ver estrenar. Sobre todo por ver cómo adaptaban los tan clásicos ‘panel shows’ ingleses. Especialmente uno que, digamos, lleva muchos años pero no es… como otros. (No digamos ya en mi corazón). Y, por otro lado, lo que una adaptación estadounidense podía suponer significaba algo de interés visto su desastrosa manera de reinventar programas como Taskmaster o el Great British Bake Off. Más aún cuando el canal encargado es la CNN nada menos. El resultado… bueno… digamos que da más la sensación de ser un ensayo, una versión aún en pruebas, que otra cosa. Porque está claro que podrían hacer algo, y tiene un par de buenos momentos, pero les pueden dos problemas que son uno: El formato por encima de la gente. A veces porque el formato no acaba de funcionar pero le tienen que dedicar un tiempo y ahí que siguen. En otros, porque tienen a gente ahí pero no parece que sea para que hablen ni para dejarles decir cosas. Solo para que ‘estén’. El formato de puntos sin marcador, además, tampoco parece que sepan cómo hacerlo funcionar. Así que… El resultado parece más una previa de esas que se enseñan al público y diez años más tarde se dice ‘ah, fíjate, lo que ha mejorado en cuanto ha ido rodando y afinándose’ que un programa sobre el que poder decir algo. Porque si no empiezan a soltarse, y a dejar de fondo el formato, tampoco va a haber mucho de lo que hablar. La verdad.

El problema de High Potential (USA) es que como versión de la francesa HPI – Haut Potentiel Intellectuel nos permite de nuevo echar un vistazo a cómo se americanizan las cosas. Y esta serie es un ‘murder mystery’ de excéntrico asesor y su compañero policía que se queda en un pase justito de todo. Sobre todo porque la excentricidad de la original se ha limitado, y aunque Kaitlin Olson sea una buena actriz cómica con muchas tablas resulta demasiado convencional para un papel que requeriría algo bastante menos convencional. La falta de impulsividad hace que el contraste con la brillantez sea menor, igual que lo es el que sus hijos sean más… ordenaditos y callados. O, como decía, toda esa estandarización de los actores estadounidenses. Esto requería de justo lo contrario que los americanos están dando, como pasaba con la adaptación de Los Misterios de Laura. Y, como aquella, veo sin problema a la serie durando un par o tres de temporada. Pero menos por medios propios que como relleno.

Una serie antigua con actores capaces, eso es lo que La Maison (O) (FR) ofrece. Una telenovela ochentera de ricos, aunque sin los riesgos que estas llegaban a tomar, que confía en que con el tema La Moda podrá tirar adelante. El problema es que The Bold and the Beautiful lleva desde finales de los ochenta en tira diaria con estas cosas, que en los últimos años hemos tenido una buena cantidad de series centradas en el mundo de la moda -más cercanas (Balenciaga, The New Look) o lejanas pero no tanto (Halston, The Collection)- y que por mucho que cambies el escenario a una mansión en lugar de las oficinas de Ecomoda o al presente en lugar del pasado de Velvet el resultado es muy similar. Demasiado similar. Lleno de personajes planos que dicen más o menos lo esperable y con los que sus intérpretes pueden intentar lo que sea -cuando lo hacen- pero, ¿de qué sirve que Carole Bouquet electrifique con su presencia si su personaje poco menos que se dedica a ‘estar’ en lugar de a ‘ser’? Y al final el problema es el de siempre, si haces una serie genérica va a ser difícil que los actores la salven. Pero va a ser más difícil aún que los espectadores la recuerden. Y si es difícil que esta serie sea notada no quiero ni contaros las posibilidades de que sea recordada.

Sorprendentemente interesante este Nightsleeper (UK) que decide mezclar el thriller con las películas de desastres, y lo hace con una premisa muy poco creíble. Alguien ha decidido hackear un tren. Con aviesas intenciones, por supuesto. Lo que pasa es que dentro del tren lo han descubierto antes de lo que se esperaba, y fuera del tren hay gente dispuesta a ayudarles. Por supuesto nada es lo que parece, hay varios giros, idas y venidas, y para el final del piloto se nos han presentado a una buena cantidad de personajes que van a funcionar en la parte de thriller de la trama, en la parte de catástrofes… y alguno en ambas. Quizá debería esperarme a verme más capítulos -que me los voy a ver, claro- para tener una idea más general de la serie, sus intenciones y destino. De momento puedo decir que me ha parecido lo mejor de la semana.

No se me ocurre ningún motivo razonable para que The Penguin (USA) en la película lo interpretara Colin Farrell con traje de gordo, de Jesús Gil, no se me ocurre ninguno para que lo haga en la serie. No sé si con menos caracterización hubiera sido algo más que un triunfo de los prostéticos sobre el hombre, pero dado que la serie tiene los peores vicios de las de Marvel y prácticamente ninguna virtud -si acaso Cristin Milioti, que está dispuesta a trabajar todo lo que los demás no, o quizá es que sea más capaz de sacar algo de lo poco que hay. Y han cambiado a Turturro por Mark Strong, para cosas que no me entran en la cabeza, de verdad que esto parece pensado por Zaslav– para acabar haciendo una de gangster que es más de lo mismo. No sé qué esperaba, la verdad. Quizá que intentaran hacer algo más El Largo Halloween -que es un desastre de cómic, pero podrían haberlo intentado arreglar o algo, yo qué sé- y menos Los Sopranos, o una versión de Los Sopranos hecha por un programa de esos de Arús que tenían que usar pegotes de goma para imitar a famosos. En fin.

Una de las cosas que más me gustan de que ahora tengamos tantas series de tantos países al alcance de la mano es cuando una de ellas demuestra la manera de hacer a su propio estilo lo que no deja de ser una historia clásica. En el caso de Thalaivettiyaan Paalayam (O) (IN) se trata de la vida de pueblo -más o menos particular, más o menos estrafalaria, más o menos agradable- en la que cae un joven de ciudad. No, esta vez no es un Doctor, esta vez es… un Panchayat Secretary, un puesto entre lo administrativo y lo político porque sus tareas en teoría son administrativas pero dependen de lo que el Presidente -y el Vice- del Gram Panchayat decida que hay que hacer. Digamos que estamos más cerca de unas Crónicas de un Pueblo. Aunque con algo más de mala baba, porque el costumbrismo que en teoría lo vertebra sirve también para mostrar no solo el sentido de comunidad del pueblo, también sus desventajas. Además de proponer un trato entre el protagonista y su ‘jefe’ que parece más veces enfrentar a los dos personajes -o, más bien, al jefe jugando con el subordinado- de lo que la apariencia afable del superior parecería indicar. Igual que vemos la desesperación del joven administrativo por haber sido relegado a un pueblecito. Que puedo decir, hay cosas que son distintas, y otras no tanto. Supongo que el espectador del país es el que más lo disfrutará, pero desde fuera la serie -que no pasa de agradable- puede servir para acercanos un poco también.

Zack Snyder haciendo una serie sobre mitología nórdica parece algo que no necesitaría banda sonora de tantos silbatos de perros. Que lo haga en Netflix significa que, además, la animación de esta Twilight of the Gods (USA) va a ser… bueno, lo que os podéis esperar. Hay veces que sospecho que en realidad es una demo de alguna otra cosa. Una parodia, de hecho. Es como si alguien se hubiera visto Valhalla (1986) y hubiera pensado que se podía empeorar. Todas las decisiones perezosas, todas las ideas de cómo poner sangre para que el rojo destaque haciendo que todo sea GRISÁCEO. ¡GRISÁCEO! ¡¡¡HASTA LA ANIMACIÓN ES GRISÁCEA CON SNYDER!!! Así que como idea de ‘adulto’ han decidido METERLE SEXO Y VIOLENCIA Y ALCOHOL. ¡PERO ES QUE ESTO! ¡¿PERO POR QUÉ?! Treinta minutos dura Y DEBERÍA DE HABER SIDO UNA ANIMACIÓN FLASH DE CINCO! ¡Y LAS ESCENAS DE SEXO! ¡LAS ESCENAS DE SEXO! ¿Pero es que ha decidido hacer como si The Boys fuera en serio? ¿Pero qué años mentales tiene este hombre? Si es que de esta serie no se puede decir nada bueno. Lo único que se puede decir es… ¡Por qué! ¡¿POR QUÉ?!

El gusto de los ingleses por el docudrama menos docu y más drama, esto es la recreación de hechos históricos intentando a la vez parecer razonablemente cierta, algo de cartón piedra y lo más dramática posible, vuelve a demostrarse con A Very Royal Scandal (UK), sobre la entrevista el Príncipe Andrew. Que aquí es Michael Sheen. Y Ruth Wilson como Emily Maitlis, la periodista que le entrevistó. Lo cierto es que ambos han demostrado de sobra su capacidad interpretativa, pero, como decía, menos que un Frost / Nixon lo que nos encontramos es una suerte de Teatrillo Televisivo en el que el personaje de Wilson es lo más parecido a una persona real mientras que Sheen… Bueno, podría estar interpretando a cualquier imbécil regio. Especialmente porque logra dejar de lado alguno de los aspectos más… por ponerme con terminología técnica: Grimosos, del príncipe Andrew. Sin contar la peluca espantosa que me lleva. De verdad que el nivel del reparto -está Joanna Scanlan, por ejemplo- no logra tapar ni los problemas al tratar la historia ni muchas de las decisiones de cómo retratan a Andrew -hay un momento en el que poco menos que echan la culpa a Fergie de todo el asunto con Epstein– y es posiblemente eso lo que hace que sea mucho menos de lo que la misma serie cree ser. Por muy digna que se ponga a estas cosas se les acaba viendo el cartón piedra.

Una serie sencillita con un pequeño misterio y un reparto curtido en televisión: en telenovelas, en policíacos, en ambos. Eso es lo que trae The Wives (UK), una serie cuyo mayor problema es que decide contar en demasiado tiempo lo que claramente daba para lo que daba. Y que tiene una notable tendencia a irse no ya por las ramas sino, directamente, por los meandros telenovelescos que sirven para rellenar la tira diaria. Así que bueno, si alguien quiere una serie a la que no hacer demasiado caso sobre unos ingleses, miembros de una familia más o menos extensa, que todos los veranos viajan al mismo sitio de la Isla de Malta a pasar unas vacaciones, con el asunto de que en este caso regresan tras un año marcado por la desaparición de una de las mujeres el año anterior y con todos los protagonistas habiendo visto transformada sus vidas menos por este asunto, la verdad, que por otros similares. Pues aquí está. Con la parte buena de que da igual si dejas de prestarle atención un rato porque ya volverán una y otra vez al tema y te recalcarán lo que haga falta saber. Qué le vamos a hacer, a veces lo que da para un episodio de Muerte en el Paraíso hay que estirarlo hasta que de para miniserie.