¡Vamos con las recomendaciones!
– Linghun de Ai Jiang, ed. Dilatando Mentes
Aquí llega al fin la novela gótica de fantasmas sobre la inmigración por la que la autora Ai Jiang ea candidata al Stoker. La historia de una mudanza a un pueblo que permite contactar con los difuntos, en la que los lazos familiares y las emociones son casi tan importantes como los elementos góticos, y en los que el examen de el dolor, la muerte, la nostalgia o la inmigración hace que uno reciba un impacto distinto.
– En ese infinito, nuestro final de Gemma Files, ed. La Biblioteca de Carfax
¡Siempre grandes noticias ver que salen más libros de Gemma Files! Toca de nuevo relatos, ¡quince nada menos! Todo tipo de terrores con la soledad y lo inescrutable del universo en su centro. Clones, sueños, cine, casas encantadas, embarazos, terapeutas dudosos, posesiones, escritores, series de televisión, conspiraciones, metamorfosis, paternidades y mucho más con el sello de la autora y la alegría de ver un volumen ganador del Stoker en español.
– A la caza del hombre del saco de Richard Chizmar, ed. Dimensiones Ocultas
Es más que posible que Chizmar sea conocido en España solo por la trilogía de Gwendy realizada junto con Stephen King. Eso no siginifica, por supuesto, que no haya realizado más libros de terror, como este que nos ocupa, aunque sí puede servir para que los lectores conozcan por dónde pueden ir algunas de las cosas que esta historia sobre lo que parece un asesino en serie de niñas pero que quizá sea no solo algo más, también algo meta, porque lo cuenta desde su propia voz, como autoficción, convirtiéndola en su aproximación al true crime que es también la puerta por la que puede colarse… eso.
– La decadencia de las cosas delicadas de Beverley Lee, ed. Dilatando Mentes
Siempre es una alegría ver a Beverley Lee por aquí, ya sea con La creación de Gabriel Davenport, La casa de los huesecillos o esta novedad: La decadencia de las cosas delicadas. Una historia en la que el gótico y el fantástico se unen en el dolor por los que nos han dejado, los agujeros que quedan sin completar y las fantasmagorías que nos atraviesan.
– ¡Frendo Vive! Un payaso en el maizal 2 de Adam Cesare, ed. Dimensiones Ocultas
Pues aquí estamos de nuevo, con la continuación de ese slasher que Adam Cesare nos presento. Tenemos otra vez a nuestra Final Girl y, por supuesto, también a Frendo, el payaso asesino, y otra vez una serie de muertes de adolescentes. Qué podemos decir: Too Payaso, Too Furius.
– Fruta madura de Sarah Rose Etter, ed. Horror Vacui
Un libro que comienza con pesadillas empresariales, que sigue con el contexto y nos muestra un agujero imposible de rellenar. Una historia que podría ser costumbrista milenial, o podría ser una historia de terror, aunque en realidad ambas cosas -con los problemas, especialmente para las mujeres, y con todo lo increíble y absurdo que es la realidad- están mucho más entrelazadas de lo que querríamos reconocer.
– Todas y cada una de las chicas de la curva de Gwendolyn Kiste, ed. Dilatando Mentes
Aquí estamos de nuevo con Kiste, el cuarto que le publica Dilatando Mentes. Esta vez es una traducción de Pretty Marys All in a Row, sobre cinco leyendas urbanas (Resurrection Mary, Bloody Mary, Mistress Mary Quite Contrary, Mary Mack y Mari Lwyd) mientras que en España tendrán otros nombres: La Chica de la Curva, Verónica, La Ama, La Chica del Ataúd y Mari Lwyd. A saber. Pero creo que es importante porque así queda claro por qué hablan de esas cinco mujeres, que comparten casa tanto como una tradición de folklore y oralidad, y que están acostumbradas a vivir y revivir sus historias… hasta que descubren cómo moverse entre ellas, y cómo son más fuertes unidas.
– Perversas (Nuevas historias de Body Horror escritas por mujeres) de VV.AA., ed. Horror Vacui
Esta antología -conocida en inglés como A darker shade of noir– a cargo de Joyce Carol Oates parte con el convencimiento de que ellas entienden mejor ese horror; no solo, pero también, por el embarazo o el periodo, permitiéndoles mostrarnos historias que demuestran la idea de que ha habido horror corporal femenino desde los tiempos clásicos -desde las gorgonas mínimo-. Lo hace mediante una notable selección que incluye entre otras a Tananarive Due, Lisa Tuttle, Megan Abbott, Elizabeth Hand o Cassandra Khaw. Una antología a descubrir.
– Arde Murcia de J.M. Sala Díaz, ed. Dilatando Mentes
Si os gustó Arde Torrevieja supongo que estaréis interesados en saber que ahora llega Arde Murcia, una novela que nos lleva a un recorrido tenebroso por la Murcia de antes de que estallara la burbuja de los dosmiles -la inmobiliaria, quiero decir- mostrándonos a un conjunto de personajes más que reales como un joven que sufre explotado por su empresa, su hija pequeña escucha fantasmas llamándola desde el río Segura, una joven va a ir a El Bando de la Huerta dispuesta a olvidarlo todo, incluido el calor, y los muertos en vida llegados de lejos trabajan los invernaderos. Entre el polvo de una tierra seca y la presión de quienes sacan beneficio de todo ello.
– Espacios salvajes de S.L. Coney, ed. La Biblioteca de Carfax
Un niño de once años pasa los días explorando la cosa con su perro. Hasta aquí todo bien. El problema es que, sin anuncio ni aviso, el extraño abuelo del chaval aparece por su casa. Y así, aunque él prefiriera que todo siguiese igual tanto la tensión entre los adultos como sus propios cambios van transformándole. Algo que horroriza a su madre, y alegra a su abuelo. Algo antiguo y abisal. Una pubertad difícil.
– Rawblood de Catriona Ward, ed. Alianza
No sé si los últimos serán los primeros, pero está claro que en ocasiones los primeros son los últimos. Por eso llega ahora la primera novela de Catriona Ward que tanto éxito parece estar teniendo en Alianza. Ganadora del British Fantasy a novela de Terror (el premio conocido también como el August Derleth, vamos), esta obra de una joven aislada en una mansión, una enfermedad que parece mortal y una relación familiar muy poco sana. Una obra de clara inspiración gótica pero que, incluso en aquel momento, demostraba las capacidades de Ward. Y por si alguien quiere organizar sus libros por orden de publicación original: Rawblood (2015), La pequeña Eve/ Little Eve (2018), La casa al final de Needless Street/ The Last House on Needless Street (2021), Sundial (2022), La Bahía del Espejo/ Looking Glass Sound (2023).
– Bocadáver y otras autobiografías de John Langan, ed. La Biblioteca de Carfax
Vuelve John Langan tras El Pescador, y lo hace con algo en apariencia distinto -esta vez se trata de una serie de relatos en lugar de una novela- pero que lleva -y guarda- el estilo propio de Langan para las historias. Así que a tope.
– Qué clase de Madre de Clay McLeod Chapman, ed Alianza
Una mujer con una hija adolescente, un regreso al hogar, un trabajo de lectura de manos y el pequeño inconveniente de descubrir que realmente tiene un don, y que eso le obliga a ayudarle a encontrar a su hijo perdido. Los temas de relaciones entre progenitores e hijos, de familia, entreverando un gótico folk que podría partir de los viejos cuentos infantiles.
– Remate final de Angela Sylvaine, ed. Dimensiones Ocultas
Dimensiones Ocultas nos trae un nuevo ‘slasher‘ en este año en el que está claro que se le ha dado tan bien. Esta vez es en un centro comercial inspirado en los años ochenta, un centro en el que están sucediendo demasiadas desapariciones misteriosas. Y es que parece que algo raro hay en el centro, algo a punto de explotar. O, al menos, de convertir aquello en un… Chopping Mall. Aunque para saber por dónde van los tiros… o las cuchilladas… de la estadounidense Angela Sylvaine en esta obra tendréis que leerla.
– Ahí fuera gritando editado por Jordan Peele y John Joseph Adams, ed. Minotauro
¿Me fío lo más mínimo de las ediciones -traducción, corrección, pegamento…- de los libros de Minotauro? Claro que no. Pero si sirve para que la gente se entere de que hay publicada una antología de terror afrodescenciente -excepto John Joseph Adams, el coeditor del que se olvidan siempre, a saber por qué- con relatos de N.K. Jemisin, Rebecca Roanhorse, Cadwell Turnbull, Lesley Nneka Arimah, Violet Allen, Erin E. Adams, Tananarive Due, Justin C. Key, Ezra Claytan Daniels, Nnedi Okorafor, L.D. Lewis, Nalo Hopkinson, Maurice Broaddus, Rion Amilcar Scott, Nicole D. Sconiers, Chesya Burke, Terence Taylor, P. Djèlí Clark o Tochi Onyebuchi. Motivo creo que suficiente -incluso si no hubiera ganado el Bram Stoker y el Locus, que lo ha hecho- para recomendar su lectura. No necesariamente en castellano, por supuesto. Pero, claro, ¿estará realmente en castellano o como de costumbre en Minotauro?
– La maldición del Segador de Brian McAuley, ed. Dimensiones Ocultas
Un actor de cierta edad, conocido por interpretar al asesino de una serie de ‘slashers‘, se encuentra en su ocaso. La noticia de que van a relanzar la franquicia con un actor de cierta fama e incierta fortuna lleva a un inesperado enfrentamiento. Así que aunque la premisa suene a conocida -de Paul Toombes a Jim Starling-, no digamos ya la cantidad de ‘actores famosos por interpretar al personaje principal de un slasher‘ que se os puede ocurrir, siempre es bueno recibir alguna nueva actualización del ‘slasher‘ de mano de Dimensiones Ocultas.
– Aquí es donde aclaramos las cosas (Y otras desgracias) de Caitlin Marceau, ed. Dilatando Mentes
Por fin sale este libro que consta de una novela corta y varios relatos. La obra principal cuenta la historia de una madre y una hija, una relación complicada que tras la muerte del padre intenta hacer avanzar -quizá incluso arreglar- la hija yéndose a pasar un fin de semana con ella. El problema es que la madre parece tener la cabeza en otro lado. No parece tener ninguna intención de sentarse a hablar las cosas para intentar mejorar su relación. Y quizá aún puedan empeorar las cosas, porque nunca se sabe si en el armario de esta esta madre querida tendrá colgado algo incluso peor que unas perchas. Pero, además, incluye cinco relatos que van de la identidad a la sexualidad, la maternidad o el aislamiento social y emocional. Porque, a veces, nada da más miedo que una persona.
– Mister Magic de Kiersten White, ed. Umbriel
Siguiendo ideas propias del creepypasta pero también de los misterios más tradicionales, nos encontramos con un grupo de niños que participó en un programa infantil hace años que se preparan para una reunión. El único problema es que aunque la gente asegure que lo vio no hay ninguna prueba grabada del programa ni, por supuesto, de su misterioso presentador. Así que quizá esa magia de la infancia que intentar recuperar acabe siendo pura hechicería.
– Piñata de Leopoldo Gout, ed. Harper Collins Ibérica
Renovar un monasterio colonial para convertirlo en un exclusivo hotel puede parecer buena idea, al menos hasta descubres que podía haber una buena razón para que estuviera allí. Eso lo descubre -por las malas, claro- la protagonista, afincada en Nueva York pero que regresa a México para encargarse de la obra y, de paso, para que sus hijas adolescentes conecten con sus raíces. Pero esas raíces pueden ser más oscuras de lo que parecen y lo que en Tulancingo parecía ominoso en Nueva York parece una catástrofe inminente. Y es que a veces olvidamos que las piñatas no solo trata de disfrutar rompiendo algo en pedazos, también de lo que sale de esa destrucción… y sobre lo que los niños se abalanzan.
– Beulah de Christi Nogle, ed. Dilatando Mentes
Georgie ve fantasmas. También es una joven en una familia cuyo padre acaba de morir. Una familia que se ha mudado de pueblo. A Beulah. Lo han hecho por una amiga de la madre y, sin embargo, a Georgie le resulta muy familiar. A partir de ahí muertos persistentes, sospechas, problemas de identidad, encajar en el mundo y la familia y amigos. De ahí esta obra, finalista del Shirley Jackson, ganadora del Stoker, que nos ofrece un giro en el tejido de la realidad.
– Si te gusta la oscuridad de Stephen King, ed. Plaza & Janés
Pues aquí estamos, con el nuevo King de turno. Esta vez toca recopilatorio de relatos. Así que ya sabéis.
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