A veces las series son retos. En el caso de Bad Thoughts (USA) el reto parece ser hacer la peor ‘comedia’ de Netflix. Un teórico programa de ‘sketches’ de humor que no sólo no funciona en ninguno de ellos sino que si tuviera que considerar que está haciendo ‘humor ofensivo’ para alguien sería para la gente que tenga que firmar chistes que ni a un tuitero se le ocurrirían, con un James Bond que se caga encima o una película en la que el protagonista tiene sexo con una vieja. Cosas que no tenían gracia hace veinte años en los foros interneteros y que ahora no se puede ver con más que vergüenza ajena. Está claro que Netflix no tiene dinero para producir series porque está muy ocupado gastándoselo en bolsas de excrementos en llamas como esta.
Las decisiones de la adaptación de
Bet (USA) son peculiares. Como veremos esta semana es una adaptación que tira por la USAquización del original. Y mira que el original, un manga, ha tenido anime, películas y adaptación a serie de acción real. Un poco de todo. Pero, claro, llegan los americanos y esta historia improbable -un instituto para los poderosos en los que las apuestas son lo que más importa- acaba convertida en un más de lo mismo de institutos de eso que en
Netflix parece gustar tanto, pero lo hacen buscando un genérico que incluye intereses románticos, padres muertos y alumnos de instituto con veinte para cuarentaitantos. En fin, qué puedo decir. Supongo que si alguien se quiere acercar a
Kakegurui de algo servirá O yo qué sé. La verdad es que todo esto sirve menos para hablar de la serie en sí y más para hablar del estado de la cosa audiovisual estadounidense. Que no es buena.
Se puede ser genérico y agradable, como este
Dangsineui Mat (O)(CS), o
당신의 맛 o
Tastefully Yours o
El Sabor de los Nuestro o…, que parece adaptado de algún webtoon y logra ser moderadamente agradable pero sin ningún borde o estridencia. Lo mejor que tiene son los títulos de crédito. Fuera de eso, la típica historia de romance coreano. En este caso el millonario de turno es el ¿hijo? ¿posible heredero? de un imperio de restauración, la madre dice que le dará la dirección de la empresa a quien logre Tres Estrellas en la Guía Legalmente-No-Podemos-Llamarnos-Michelín y comienza una serie de competiciones y jugarretas entre los candidatos. En mitad de esto el tipo -que tiene todos los problemas básicos de los millonarios- se encuentra con una joven cocinera que tiene los de la heroínas de estas cosas: Tiene un negocio de restauración propio pero es obstinada y no quiere hacerse publicidad y es muy tiquismiquis y blablabla. Total, que para el final del capítulo él parece fuera de juego, ella parece que tendrá que cerrar, y su encuentro ha sido un completo desastre para ambas partes. Lo que significa que tenemos por delante un romance
cozy cozynillas. No hay mucho más. No hay mucho menos. Pero hay gente que prefiere tener esto a música cuando le toca planchar.
Genérico de serie de acción de fondo setentero, este
Duster (USA) lo hemos visto tantas veces que la duda es si se trata de un reciclaje. Bueno, eso y si el piloto realmente tenía que ser tan aburrido. Teniendo en cuenta que lo mejor del mismo son los títulos de crédito que prometen algo bien distinto. Pero supongo que si quieres hacer una serie sobre la primera mujer afroamericana en ser agente del FBI y lo que se te ocurre es que sea poco menos que una secundaria en su propia serie con El Tipo Blanco Encantador y Canallita como protagonista otra vez y siempre, metiendo desnudos para que quede claro que son cosas adultas y en la que lo más destacable es el pelucón del protagonista… Pues bueno. Tendrá su público, no soy yo.
No tengo muy claro si este
Franklin (O)(LB) es un drama romántico disfrazado de serie criminal o viceversa. Lo cierto es que la trama central de la falsificación de billetes no parece tener demasiado recorrido. Pero la trama romántica aún tiene menos. Así que yo qué sé. Sea la que sea no es para mí, para mí solo había desesperación por la forma de extender en el tiempo y la narración de las cosas.
No sé en qué momento pensaron los de
Channel 5 que rodar en Euskadi (y Cuenca) como si fuera UK era algo que no se iba a notar, pero bueno. Lo cierto es que este
The Game (UK) da la sensación de ser un tanto genérico, algo que hubiera funcionado mejor como telefilme -aunque, al menos, son solo 4 capítulos. Una de esas organizaciones de
‘un capítulo cada día durante cuatro días consecutivos de lunes a jueves’, que los ingleses hacen a ratos. No hay mucho más, un policía que se retira con un caso sin resolver, un vecino nuevo que se muda junto al poli y la duda de si se trata del asesino que está tocándole las narices o si es que está perdiendo el juicio (el poli, claro). Así que… no hay mucho más. pero supongo que a quien le pueda interesar esto -incluyendo el hecho de que pusieran este genérico
The Game, por lo visto el original era
Catch You Later– le parecerá bien.
Es una pena esto de que ahora las telenovelas de Ricos y Famosos tengan que ser como Sucesión, porque a este
Kull (O)(IN) – o
Kull: The Legacy of the Raisingghs – le hubiera ido mejor siendo una telenovela con asesinato de las de toda la vida (o, al menos, de las de los ochenta) con todo el despendole que hubiera entrado. En su lugar se empeñan en que todos sean lo peor posibles y busquen el poder pero como si estuvieran en la consulta del terapeuta. Así que buenas intenciones, malas realizaciones. Qué le vamos a hacer.
Supongo que parte de mi problema con
Murderbot (USA) es haberme leído los libros originales. Si no lo hubiera hecho pensaría que se trata de un más-de-lo-mismo con ribetes cifi, a mayor gloria de
Alexander Skarsgård, y con un cierto sentido del humor. Lo que en tiempos solía ser una producción de
Syfy… pero con más dinero. Quizá penséis
«Ah, sí, de cuando SyFy producía series propias o en coproducción». Y a eso os señalaré que ahora mismo tienen cuatro en emisión. Pero no nos perdamos. Decía, este más-de-lo-mismo que parece pensado para tener de fondo mientras planchas con un estilo y fondo nada lejano de lo que
SyFy hacía hará unas dos década es engañoso… porque los libros funcionan de otra manera. Pero se ha podado, limado y raspado cualquier cosa, se ha decidido ‘estandarizar’ todo lo que se saliera un mínimo -y digo mínimo porque son libros muy lejos de ser rompedores, lo cierto es que lo más sorprendente es que lo que se cuenta y cómo se cuenta habría sido poco menos que lo normal hace una década. Sin necesidad molerlo y simplificarlo. Y es precisamente eso lo que hace que sea un problema. Estamos acostumbrados a ese tipo de adaptaciones, aunque de entre las posibilidades esta no sea de las peores. No es el espanto de
The Watch. No llega a ser tan mala como
The Rook -aunque es el mismo tipo de adaptación-, y quizá esté en línea con
The Dresden Files. Que, al fin y al cabo, fue una serie de
SyFy hace dos décadas. En fin, qué le vamos a hacer si nos hemos acostumbrado a un tipo de mediocridad distinta. Supongo que planchar.
Lo primero que hice cuando terminé el piloto de
Overcompensating (USA) fue irme a buscar este Benito Skinner de donde salía. Escribir y protagonizar una serie de claros tintes autobiográficos no parecía el comportamiento habitual en la cosa estadounidense. Por supuesto es ese eufemismo del ‘creador de contenido’, más o menos cómico. De esa manera es más comprensible tanto las caras famosas que van haciendo cameos como que le hayan dejado hacer una de Universitarios descubren la vida en línea con lo que hemos podido ver en Grown-ish, La vida blablabla de las universitarias o Greek. Con un éxito similar, es una serie agradable, con protagonistas más o menos arquetípicos, un par de giros -el protagonista cuenta cómo estaba en el armario cuando comenzó la Universidad, intentando conciliar su realidad con esa imagen de Chico de Oro que había construido. Cómo si fueran incompatibles. Además de eso su ‘latinidad’ pasa a ser parte del otro gran personaje de la serie, su mejor amiga- y poco más. Nada que vayas a disuadir a alguien de ver, probablemente tampoco algo que vayas a recomendar. Pero al menos es agradable.
El genérico de ¿thriller doméstico?, la verdad es que ya no sé ni cómo llamarlos, de esta semana de Netflix es
Reservatet (O)(DI), que presenta de nuevo un mundo con dos ‘alturas’ en el que una señora de buena posición y mejor casa se encuentra con que la asistenta filipina de unos vecinos desaparece de la noche a la mañana y a nadie parece importarle. Por supuesto entramos en Urbanización llena de secretos y todo aquello, pero lo más sorprendente es la capacidad para tener ahí poder diferenciar los dos mundos y quedarse en la puerta diciendo ‘que malos estos ricos que no se preocupan ‘ sin que la protagonista pase de ahí. Que lo mismo es porque estamos en el piloto pero, sinceramente, no tiene pinta. Pero bueno, al menos son capítulos de menos de 40 minutos y una trama visible, que parece pensada para ponerla de fondo durante la siesta. Incluso pese a los momentos de veleidades de
sexy-thriller que no sé de dónde les sale. Supongo que vale con ir avisado.
Pues aquí estamos,
Serpientes y Escaleras (O)(MX) tiene a su favor un diseño -sobre todo en cuanto a la ropa- que intenta algo. Que ya es más que el resto de la propuesta, una especie de versión de la manida ‘persona sin poder se encuentra intentando ascender mientras dos partes contrapuestas la cortejan por un motivo moderadamente estúpido’ que
Manolo Caro hace a mayor gloria de él mismo. Así que poco interesante pero muy petulante y copiando un poco de cada lado mientras finge ser original. La rutina de costumbre.
Cuando una serie animada adulta -mis enemigos jurados- toma la decisión de
Super Team Canada (CA) y se coloca en un momento indeterminado entre los ochenta y los dos miles sabes que si idea de humor va a ser más la de aquellos años de
[adult swim] y
TV Funhouse, una lástima porque desde
The Awesomes tenemos un hueco disponible para la comedia superheroica que no se arregla con chistes anticuados de
George Bush Hijo disparando al aire sus pistolas. Sí, ese es el nivel.
No sé lo que esperaba de esta
Tangeum (O)(CS), o
탄금 o
Dear Hongrang o
Querido Hongrang o…, pero claramente había alguien tomándose muy en serio el hacer una serie de época alta en drama, con toda una serie de elementos de intriga, algo de ambigüedad en lo fantástico, y más guaro por un acierta sordidez y un cierto gore que no parecía ajustarse al cuidado con los trajes y el resto de elementos. Pero bueno, es adaptación de una novela que luego fue adaptada al cómic y blablabla, así que parece que la intriga principal funciona. La intriga, por cierto, va de una familia poderosa de comerciantes. El padre es una figura clave del comercio, la madre está decidida a marcar su estatus y los hijos son hijos. Hasta el día en el que el pequeño desaparece, quizá raptado, y en parte se culpa a la hermana mayor de haberle escondido un amuleto protector (?), el chaval no aparece así que la familia ‘adopta’ a un niño para que sea su heredero varón. Y parece que algo surge entre él y la hija. Al menos hasta que uno de los incesantes ‘hijos’ que aparecen parece ser el de verdad. Pero también parece que algo le sucedió y que hay toda un aura oscura a su alrededor. Además, claro, su hermana y el otro no se fían. Pero también se implican muchas más cosas. En fin, que pese a la duración de los episodios -una pelea tan perdida con los surcoreanos como con los españoles – logra ofrecer un piloto competente con multitud de tramas que seguir y personajes por medio. Supongo que es fácil de recomendar, al menos a los fanses.
¿Tiene
Netflix una gestión de versiones? Porque esta serie de Países Bajos, esta
Voetbalouders (O) (PB) sobre un grupo de padres de los integrantes de un club de fútbol infantil parece el tipo de cosa que hemos visto mil veces, con distintos tipos de madres y de problemáticas. No tanto entre los pequeños como entre los mayores. ¿O quizá es que parte de las tramas parecen sacadas de
Amandaland? Que ya de por sí no era una gran extensión de
Motherland. Al final acabé buscando si era una adaptación. Se supone que no. Pero lo cierto es que no puedo quitarme de la cabeza esa idea de que todo se parece a todo todo el rato.