Lo más difícil de escribir sobre tropos es decidir por dónde va a comenzar el despiece. Lo lógico sería hacerlo por el principio pero, ¿a qué podemos considerar el principio en una obra?
Pensemos en todos los diferentes tropos que vamos a poder encontrarnos a distintos niveles. Obviamente están los de dentro de una obra que pueden centrarse en la caracterización de personajes y también en su desarrollo. De igual manera los habrá para la trama, tanto en su puesta en marcha como en su final y, sin duda, en su transcurrir.
Demos ahora un paso atrás. Consideremos que la obra en sí puede separarse además en otros niveles. De entrada tenemos algo tan inevitable como el punto de vista. Incluso teniendo en cuenta que la televisión no precisa de un narrador de manera tan inevitable como la literatura eso no significa que no existan, bien de manera separada, bien mediante el personaje sobre el que recae la acción principal . Pero, por encima aún de eso, están las consideraciones propias por el género en que se van a encuadrar -y si son varios géneros tampoco se van a quedar fuera- para llegar finalmente a lo relacionado por fuera como el efecto sobre los actores, el público o, incluso, los fanfics.
Pero hablar de los fanfics aquí será lo último que haga. Así que vamos a lo primero. Y entre tanta posibilidad de elección posiblemente lo más útil sea comenzar por los protagonistas como personajes, también para narradores y PdV habrá que esperar un poco.
Comencemos con El Protagonismo. Lo ideal sería tratarlo así, pero vamos a separar un poco más para hacerlo más sencillo. Porque en teoría el protagonista puede ser cualquiera, Y aquí vamos a establecer de entrada lo que puede ser alguien en una narración. Lo más sencillo es decir que Protagonista, Antagonista, Aliados, Observadores. Si alguien echa en falta, digamos, Interés romántico me permito hacerle notar que debería estar dentro de una de las otras cuatro categorías. Del mismo modo intentar llamar Héroe al Protagonista limitaría con mucho el número de Protagonistas y, peor aún, podría llevar a hablar de los Antihéroes y su importancia en el medio, como suele pasarle a esos pobres escritores que han decidido no hacer los deberes y fijarse en los Angry White Men de siempre, como si en 1971 la serie más vista no la hubiera protagonizado Archie Bunker. Y hablar de Protagonista en singular tampoco hace mucho bien a nadie, sobre todo teniendo en cuenta que lo que vamos a ver hoy es el famoso efecto Uno, Dos, Tres, Muchos.
Un único protagonista. Puede que porque estemos ante un Lobo Solitario. Alguien que no necesita a nadie más. Como Batman o Lobezno. Luego resulta que lo mismo se meten en equipos sin parar. Pero así como en plan solitario en una multitud. Mientras tanto, el Lobo Solitario no deja de ser uno de los arquetipos preferidos de las películas de acción. Un solo tipo que marca la diferencia y el resto por ahí en puestos secundarios, tanto da que fuera el pobre Steve James haciendo la mayoría del trabajo o el Interés Romántico de turno que para lo que hace e importa podrían haberse limitado a colgar un poster en un perchero. Como los tiempos cambian ahora tenemos más El Elegido. que no lo es porque quiera sino porque le tocó en la lotería sideral. Como es el elegido la elegibilidad le dio toda una serie de cosas en el pack. Si tienes suerte te da también gente que va facilitándote el camino para autocumplir la profecía. Por supuesto, también puede ser simplemente que sea el protagonista por ser El Mejor en lo que Hace. Da igual que sea jugar al fútbol, resolver crímenes, construir robots o darse de bofetadas. Con eso y con todo, más allá de lo seguros que estén ellos de ser el protagonista único -aunque sea solo para cuando toque presentar las candidaturas- lo normal es que haya más gente.
Pueden ser Dos y entonces será la clásica pareja de mamporristas, a veces definidas como Cerebro y Músculos. –Asterix y Obelix, Mister Miracle y Big Barda– que no significa que el que tiene el cerebro no reparta, ahí están Terence Hill para Bud Spencer o Puño de Hierro para Luke Cage. Otra de las situaciones habituales es hacer que choquen los temperamentos – tranquilidad y exaltación-, las sexualidades (sí, no hay forma de que esto suene bien) – castidad y lingoncidad– el aspecto -Belleza y Bestialidad- y, por supuesto, la moralidad – legalidad y sin-normas- de manera que podéis hacer vuestra propia lista, ya sea de películas de compañeros como Buddie Movies. Y los hermanos, o el viejo truco del maestro y el alumno. Luego ya están las parejas sentimentales. Que alguna habrá de Protagonista y Comparsa pero vamos a darle el beneficio de la duda.
-Por si lo dudabais: La pareja de cómicos queda para otra columna-
En cuanto a los Tríos tengo que decir que es una de la formación protagonista más habitual. En todas sus variantes de sexo, poder y estilo. Así por encima tenemos la versión ampliada de Músculo y Cerebro que incluye Belleza. Como siempre para ambos sexos. ¿A que vais viendo formarse poco a poco los grupos en vuestra cabeza? Pues los guionistas lo mismo. Aunque creo que el más interesante es el Trío Freudiano con tres personajes que podrían representar el Ego, el Superego y el Id. En general el Superego es el tipo calmado -habitualmente también inteligente-, el Id es el impulsivo y el Ego es el realista. Como los tríos funcionan como quieren esto no significa que el Líder del Grupo sea siempre el Ego aunque suela tener que decidir entre los otros dos, también puede ser el Superego haciendo planes o el Corazón Valiente del Id al que los otros dos siguen -con distinto nivel de implicación-. Más tríos famosos, el de la bruja: La Doncella, la Madre y la Arpía. Esta versión de los personajes se puede comparar con las que presentan Las Tres Caras de Eva -y su equivalente masculino: Las Tres Caras de Adán– que, a su vez, se organizan por edad en La Sensatez, La Seducción y La Inocencia. En el caso de los hombres suele ser La Sabiduría, La Autoridad y La Aventura. Lo que deja claro como muchas veces las narraciones clásicas se usan para realizar una caracterización según lo que interesa potenciar en unos y otras, pero tampoco creo que eso es pille muy de sorpresa. Ah, y sí, están ordenados por la edad que se supone que corresponde, los mayores primeros, los maduros en medio y al final los jóvenes. Como decía antes, luego llegan las ganas de subvertirlo y la pura necesidad de hacerlo más allá de por las risas -que siempre vienen bien- porque resulta aburrido tanto esquema repetido. Volviendo al tema de los sexos -o del sexismo, cada cual y según- se puede notar como muchas veces estos tríos más allá del esquema dos amigos de un sexo y un tercero del contrario por puro interés del Token, ofrecer una pretendida variedad que lleva también a que uno de ellos sea de una raza diferente, componiendo el Token Trío, es decir, aquel que por motivos meramente estéticos -por ejemplo, para reclamar una bandera de la integración o la progresividad– convierte a sus personajes en un trío en el que uno de ellos es mujer y otro es de raza diferente. Si queréis saber cómo de Token es este trío apostad por quién será El Líder del grupo.
Vamos por fin con el Muchos. Que si está lleno de los ejemplos que faltaban en el anterior Token Trío -variedad en las preferencias sexuales, una mayor representación aún de minorías, gente con problemas de movilidad, lo que sea que se os ocurra- lo que tenéis es… No, Glee no. Tenéis una Token Band. Por otro lado si tenemos un reparto fundamentalmente masculino probablemente estemos ante una… por favor… ante una Band of Brothers. Ya, se puede llamar de otra manera pero hablamos de un grupo de personas que suelen tener algún lazo generalmente militar que se apoyan pese a las diferencias de carácter y diversidad étnica. Por aquellas cosas de las que hablábamos antes parece que las versiones femeninas se centran en Internados, Cuerpos de Baile o Círculos de Cotilleo, según su edad. Y luego dicen que el imaginario no influye. Por supuesto, también hay oportunidades para las Dobles Parejas -que suelen llevar también a las Parejas Parejas, es decir, tramas de los hombres por un lado y las mujeres por otro como en Los Picapiedra– A partir de ahí ya empezamos a entrar en organizaciones que se suelen relacionar con el motivo que les lleva a estar juntos, de manera que está Compañeros de trabajo, incluso cuando es una La Banda o El Reparto; frente a los que estarían Los Amigos. Incluso aunque esos amigos estén ahí para tener su propio Grupo de Investigadores de lo paranormal o para salir a practicar algo juntos -incluso si es una liga fantástica- en contraposición de estos últimos podemos hablar de Los Parroquianos si nos estamos centrando en la gente no que Trabaja sino que acude a un mismo lugar. Y luego está La Familia, claro. Por supuesto todos estos tienen sus propios tropos y diferenciaciones pero me temo que no las veremos hoy.
De momento vamos a conformarnos con estos grupos de organizaciones de protagonistas, ya habrá tiempo de echarle un ojo a las características que suelen tener. Aunque para la próxima nos vamos a centrar en un tipo de protagonista único que he dejado por su complejidad y progresivo uso en las conversaciones. Seguro que ya sabéis a quién me refiero.