A veces uno ve las novedades que salen en esta época y se pregunta si el problema está en la época o en las novedades. Pongamos por caso Brotherhood (UK), una sitcom familiar británica que es difícil decir si lleva meses -¿años quizá?- en la nevera o si realmente alguien la ha elegido a propósito para emitirlo considerándolo apropiado para esta época. Quizá incluso ambas, lo que demostraría que dos errores no hacen un acierto.
Peor aún es
Impastor (USA), por difícil que pueda parecer. A estas alturas comienzo a sospechar que en
TVLand no tendrán jamás una serie buena. Pero es que esta, sobre un delincuente de poca monta que acaba haciéndose pasar por un pastor -sección curas- gay de una pequeña comunidad conservadora… ¡Es un espanto! El pobre
Michael Rosenbaum debe estar deseando que hagan una tv movie especial veinte aniversario de
Smallville, o algo.
De paso aprovecho para ponerme al día con cosas que no reseñe en su momento porque me olvidé de ellas. Dentro de unos meses me pasará con
Future-Worm, de momento me pongo al día anotando por aquí
K.C. Undercover (USA) a la que le gustaría ser
Kim Possible si no estuviera tan ocupada siendo la misma serie
Disney de siempre. ¿Cómo de baratos serán los decorados de instituto?
La otra pendiente de anotación es
Resident Advisors (USA), en la que
Ryan Hansen demuestra de nuevo que es mejor secundario que principal y que su rango de papeles es limitado. Esta vez tocan consejeros de una
residencia unversitaria. Un desastre, claro.
Voy a hablar bien de
Sense8 (USA), porque incluso de estas… cosas… hay cosas buenas que se pueden sacar. Sí, sin duda es una serie que empieza floja y luego tampoco es que mejore mucho. Sí, se empeña en mostrarse como Global y sacar muchas partes del mundo distintas sin que deje de parecer que todo son falsos decorados y poner (aleatoriamente) el nombre del lugar como si estuviéramos en un
spionístico de los setenta. Sí, todo el mundo en todas partes hablan en inglés todo el rato, a veces metiendo palabras o expresiones en su lengua… Pero fuera de todos esos motivos para pensar que el tener a
J. Michael Straczynski y sus limitados clichés pesa demasiado en una serie también hay cosas buenas que destacar. Vale, quizá parezca un acercamiento a
Heroes con
Cloud Atlas como modelo vertebrador y
Dark Angel como meta. Pero aunque no llega nunca al nivel de esta última, por difícil que sea de creerlo, sí es un serie importante por lo que significa para el medio: Sus episodios no se aguantan por separado. Carecen de sentido o trama independiente como para poder verlos sin conocer lo anterior o lo siguiente e incluso su planificación parece pensada más por su posición en la temporada que para que las cosas se muevan. Es decir, estamos ante una espectáculo directamente pensado para el
binge-watching, con muy pocas posibilidades de que alguien aguante viéndola con mucho espacio entre capítulos. Además de eso, hay un personaje transgénero interpretado por una actriz transgénero, así que pese a lo lamentable de su situación, personaje, guión, planos asociados y el
male gaze con el que suelen filmarse sus escenas, también eso es un punto a su favor. Luego dirán que no sé verle el lado bueno a las producciones.
He aquí una de las mejores series del año.
UnREAL (USA). Una mirada a la producción de un
reality -sección
exploitation de
The Bachelor– con los personajes de dentro de la serie y del equipo técnico y artístico. Algo que, emitido como es en
Lifetime, parecía llamar a una comedieta amable. Nada más lejos de la realidad. Con una co-creadora como antigua guionista de uno de estos programas -inesperadamente,
The Bachelor– la capacidad de mostrar la miseria moral y la caña que se dan para hacer del programa un espectáculo lo aleja de estilos de creación como los de
30 Rock o la película
Escándalo en el plató para acercarlo a las aguas profundas de
Studio 60. Esperemos que esta no se hunda porque, visto el piloto, lo más difícil será lograr que aguante el tirón.
Aceptable
Westside (NZ), precuela que es de la serie neozelandesa sobre una familia de los bajos fondos
Outrageous Fortune. Bien, sin más. Recreación histórica y personajes más que razonables pero tampoco añade o gira nada, probablemente preocupada por enlazar lo uno con lo otro.
En cuanto a
The Whispers (USA)… No le veo mucha salvación. De nuevo es difícil saber si se trata de una decisión estacional o de que nadie quería hacer su trabajo y acumular tópicos les salía más barato pero partir de un relato de
Ray Bradbury para llegar a todo esto de niños con amigos invisibles y un tono ligeramente inquietante… Podrían haber adaptado a televisión
Sinister o similar y dejarse de bobadas. Ahora, si la finalidad es poder dormirse la siesta mientras tanto, han acertado de pleno.
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