Bueno, pues parece que la reina ya está suficientemente muerta y se pueden volver a emitir las comedias inglesas que se han ido acumulando. La primera de las cuales es Am I Being Unreasonable? (UK), una nueva serie de Daisy May Cooper que tiene unos problemas muy parecidos a la anterior. Su parte está bien, ella es una gran actriz cómica, pero parece que no sabe o no quiere pasarse a la parte dramática cuando toca y, en realidad, toda esa parte no acaba de funcionar. Quizá por organizarlo como serie de seis episodios cuando podría haber valido como un único capítulo, quizá porque tampoco tiene mucho sentido en general, quizá porque la forma de presentarla es un revoltijo. Tanto da. Y es una pena porque sólo con la presencia de Lenny Rush, que tiene 13 años pero que le da perfecta réplica a Cooper y se come a prácticamente cualquier otro actor de la serie, debería merecer la pena echarle un ojo. Pero lo cierto es que acaba siendo casi el único motivo para verla, con Cooper naufragando y una serie que a fuerza de alucinada hace aguas.
No sé por dónde empezar con
Bali 2002 (AU), probablemente con que os alejéis de ella. Parece que es la temporada de hacer repaso a sitios en los que hayan matado a turistas o algo, pero lo cierto es que todo lo que consiguen aquí es una narrativa en la que los balineses importan bastante poco y todo parece centrarse en los turistas australianos y británico, eso cuando no están siendo aburridos y reiterativos, o cuando no están haciendo una especie de porno emocional sobre los atentados. En fin, que no, que un espanto, que cuanto más lejos mejor.
Tiene
The Empress (O) (AL) una de esas espectaculares direcciones artísticas en los que a ropas y peinados se refiere, también los decorados o como queramos llamarlo -que a ratos parecen un poco… ¿cuál es el equivalente
pixelero del cartón piedra?-, los actores son correctos y la historia es un enorme psé. Dentro de esa corriente tan inglesa de revisitar periodos históricos de una manera a la vez inventándose lo que les da la gana pero añadiendo una capa de roña aquí y allí para parecer realista. Casi me extraña estar viendo Netflix y no una coproducción con
Starz o
Showtime. En fin, supongo que esto tiene sus
fanses, pero me temo que no soy yo.
Al menos
Finding Happy (USA) es bienintencionada aunque se le note el problema de que
Bounce debe de haberles aceptado un presupuesto que les llega solo para ir a la esquina. Es cierto que no es que sea muy original con todo el
Grupo de amigas y sus cosas, pero se nota que quieren contarlo desde un cierto verismo antes que el tradicional -y notablemente aburrido- intento de telenovela o de intensidad. En fin, qué le vamos a hacer.
Que espanto y que horror
Inside Man (UK), una de esas series que tiene a dos actores de teórico prestigio como son
Tennant y
Tucci y les pone a hacer una cosa pretenciosa y poco amalgamada de guión, más ocupada en que las escenas queden bonitas que en que tengan sentido, y con una capacidad a la vez de sacar pecho y copiar cosas. Me ha parecido tan mala que he tenido que ir a ver quién había conseguido tanto dinero para masajearse el ego:
Steven Moffat. Debí de habérmelo imaginado.
Esto de que se haya levantado la prohibición de las comedias en UK ha acabado trayendo incluso a las que aún falta como un mes para que se estrenen en su emisión tradicional. Si alguien es capaz de explicarme por qué
Channel 4 ha decidido que
I Hate You (UK) esté ya a disposición del público en el digital
All4 pero no esté disponible hasta el 13 de octubre en su emisión tradicional… bueno. Por lo demás, es la típica serie de amistad entre dos mujeres jóvenes que une aquí historias de
extraña pareja y que intenta ser rompedora. Yo sospecho que estoy tan lejos de ser público de esto como de esa teórica
Animación Adulta, ideas como la de
‘salir con señores mayores’ resulta que ya las he visto y tampoco me parecen muy inteligentes para el piloto. Pero, en fin, allá cada uno con sus gustos.
¿Es
Jungle (UK) el resultado de una apuesta? Un taller de creación para
drilleros -es lo de después del
trap– que les hizo pensar que podían montar su propia historia mitad
neo-noir y mitad neo-musical. Y ha hecho falta que Prime la estrene para que quede claro que no, que no pueden. Que un conjunto de ideas tan vistas que si fueran fotocopias en papel no se leerían, con un reparto de músicos que claramente no habían intentado actuar antes… ni tampoco durante, y con unos productores que no parecían estar muy ocupados en… nada. Las partes técnicas pueden salvarse, incluso destacar en algún momento, pero si te falla el guion y la interpretación sólo funciona mientras estás cantando -y no decides que sea cantado TODO- ya me diréis de qué sirve.
Lo que puedo decir de
Karen Pirie (UK) en general es bueno pero tiene un gran PERO. Y es que es una serie policíaca de corte clásico que introduce un cierto humor y lo hace de manera agradable, puntos sin duda a su favor. Pero se pasa tres capítulos para un solo caso. Que es una serie inglesa, son sus tradiciones y hay que respetarlas. Vale. ¡Pero entonces que cada capítulo no dure DOS HORAS! Si ya me cuestan las series con capítulos de una hora, y tengo que hacerme a la idea con los de hora y media el encontrarme con un capítulo de dos horas me ha hecho replantear la posibilidad de organizar yo mismo los capítulos, que me gusta mucho
Val McDermid -cuya obra se adapta aquí- y puedo entender las ‘adaptaciones a los nuevos tiempos’ porque a fin y al cabo
Un eco lejano es una novela de hace casi veinte años. No comparto esta pasión actual por convertir todo lo que antes era ‘escribió un libro’ o ‘era periodista’ en ‘hizo un podcast’ pero la puedo entender. Pero… ¿dos horas cada capítulo? Alguien tenía que probar este formato, muy bien, ahora ya podemos no usarlo nunca más.
Es sorprendente cómo ser un
Spectrum Original puede parecerse a algo que la
TBS hubiera rechazado. Lo cierto es que
Panhandle (USA) parece la versión reconstruida de memoria por alguien que hubiera querido contar a la vez
The Glades y cualquiera de las mil serie de
Excéntrico Asesor de hace mínimo un lustro empezando por motivos obvios por
Monk,
Balthazar y
Endgame. La mayor parte de las cosas están más que usadas -peor aún, mejor usadas- en todo tipo de series similares: Desde la mujer muerta del investigador a sus problemas mentales agravados por esto a la idea de
Uh, Florida, a todos los giros. Hasta el punto de que cuando hace aparición uno de los tropos policíacos más de derechas me he ido a ver si es que había alguien de
Bones. Efectivamente, una de las co-creadoras ha estado en esa,
Juez Amy y similares. Creo que usa ese tropo mínimo un par de veces por serie. En fin. Una pena, es claramente una oportunidad perdida pero podría haber estado bien.
No sé en qué momento decidió
Netflix que lo que necesitaban para Halloween era un montón de cachorritos muertos, pero aquí estamos, con los
Phantom Pups (USA). Una de esas series de la gente de
AirBud que, como de costumbre, es una cosa sencilla, casi pre-escolar. Un tanto fuera del aquí y el ahora. Pero, claro, más lejos aún está la posibilidad de que algún peque pregunte que por qué son fantasmas los perritos. Eso sí puede ser divertido de ver.
De nuevo la sensación de que estoy ante la serie blanca de una serie anterior -o varias- llega con esta
Reasonable Doubt (USA) que parece decidida a usar las sobras de telenovelas y series de abogados para montar algo que con mucha dificultad aguanta. Sobre todo porque para cuando va a llegar el punto central del caso ya estás tan aburrido que te da igual. Como si quiere la protagonista ponerse en ropa interior otra vez. Lo único que ha logrado sorprenderme es que pensaba que era un señor blanco intentando imitar una serie de
BET y resulta que no, que es una creadora afroamericana. Qué le vamos a hacer, también ellas tienen derecho a ser mediocres y tener trabajo.
Está claro que en
The Rookie: Feds (USA) los de la
ABC se han pensado lo que ofrecer y cómo ofrecerlo. Y lo han hecho a partir del éxito que es
The Rookie. Salvo que aquí en lugar de una serie de lugar de trabajo ambientada en la policía -en fin- han decidido presentarnos un giro a las series de FBI que están en marcha, tanto
Mentes Criminales como
FBI. Y, en ambos casos, han cogido elementos de la serie original -incluyendo el inevitable cameo de
Nathan Fillion en el piloto- para montar este giro. De ahí que la grandísima
Niecy Nash sea ahora el centro. Su carisma arrollador y su capacidad para generar ‘buen rollo’ es similar al de
Fillion, y si bien en series como
Claws -con un contexto igual de festivo- o en la reciente
Dahmer -en versión más oscura- podíamos verlo aprovechado para mostrar también filos y pinchos, aquí tenemos a la versión agradable más cercana a su trabajo en
Reno 9-11. A su alrededor ponen versiones con un punto de excentricidad de los clásicos de toda la vida -el agente que sigue el reglamento, la que necesita una segunda oportunidad, la joven entusiasta- para intentar disimular que es la insufrible decisión de que todo sea un equipo. Pero se nos ofrecen suficientes explicaciones -ya se cuidan ellos- para contar por qué es diferente de lo que suele hacer el FBI y por qué es necesario. Igual que reconoce su propia existencia como
copaganda para introducir el drama familiar: Un padre que fue acusado erróneamente, que ha sufrido el racismo y la injusticia del sistema, que es uno de los principales promotores del movimiento para recortar el presupuesto de la policía, que trabaja para la comunidad y que señala lo que el FBI ha hecho tradicionalmente a los movimientos sociales. Por supuesto está ahí puesto para que esa voz sea oída pero se mande el mensaje de ‘pero al final todos nos queremos’. Porque una cosa es que sean conscientes de que son propaganda y otra que vayan a hacer algo efectivo. Así que, en resumen, una serie tan agradable y ligera como era de esperar que intenta repetir la fórmula en un cuerpo distinto en el que va a ser mucho más complicado que las comparaciones no se lo coman. Al fin y al cabo la diferencia entre la policía local y la federal está ahí desde el principio. Veremos si
Nash logra tirar de ella.
Ya iba tocando una serie policíaca ligera y agradable, este
So Help Me Todd (USA) es indudablemente de la
CBS, blanca en casi todos los sentidos y más cercana a las series de películas policíacas de la semana que se hacen en
Hallmark que a
Puñales por la espalda. Pero tiene parte de esas vibraciones que ofrecía
Psych, aunque está claro que estamos aún muy lejos de aquel desmelene, y habrá que ver para dónde tiran. Porque a lo que juega, por encima de todo, es a la extraña pareja que, sin embargo, aquí son padres e hijos. Y que están en exactamente el rol que se espera de ellos, cero subversión aquí.
Skylar Astin es un investigador privado vocacional, mentiroso compulsivo, aficionado a todo tipo de cacharros y perpetuamente sin un duro.
Marcia Gay Harden es una abogada de éxito, meticulosa, estirada, controladora, criticona, pero sobre todo es una persona que sigue todas las reglas hasta el ridículo. Y su personaje es la madre del otro personaje, claro. Así que las dinámicas entre el hijo bala perdida y la madre estirada hacen una versión de los
buddy cops tradicionales. Una en la que, no puedo creer que pueda escribir esto, no hay un
Equipo de Apoyo, sino
Secundarios. Por un lado en lo familiar están los otros dos hermanos, sus parejas, algún descendiente… por el otro lado está lo profesional, con otra abogada del bufete de la madre que sirve también de interés romántico, y con un administrativo incluso más estirado que la madre para usarlo de alivio cómico. Ahora mismo la pelota está en el tejado, pero si deciden ir por una mezcla de humor y casos ‘como en los viejos tiempos’ -el ejemplo más claro que se me ocurre ahora mismo es
Crazy like a Fox, que era lo mismo pero al revés. En España se llamó
Loco de remate o algo que entendía casi tan poco el juego de palabras original.- e incluso hacen como
Psych y llevan más allá todo el humor y surrealismo, para mí será más que un éxito. Si deciden tirar hacia el lado contrario y montar algo como el espanto americano de Los misterios de Laura, saldré en dirección contraria. Puede que simplemente se quede en este tejado, en su versión
CBS de una de esas series de telefilmes del
Hallmark Channel (
Curious Caterer,
Aurora Teagarden,
Mystery 101,
Morning Show Mysteries,
Gourmet Detective, etc…) pues… bueno… al menos será buen forraje. En cualquier caso, pienso seguir viéndola.
Me cae razonablemente bien
Dylan Moran, además esta
Stuck (UK) se iba a haber estrenado en la
BBC Two el día que falleció la reina y hasta más de quince días más tarde no ha visto la luz. Tampoco es que importara demasiado porque es una obra sencilla, que tira mucho del buen hacer del susodicho y de su co-protangonista,
Morgana Robinson, no tiene mucho más que ofrecer. Pero al menos es corta.
No sé qué han hecho, pero la BBC no le ha dado ni un trailer. Tsch.Los problemas para estrenar una serie -o desarrollarla, o a saber- hacen que esta
This England (UK) se haya quedado enormemente anticuada pese a apostar a la carta de la cercanía. Porque ni
Johnson -el sujeto de la serie- está en el poder, ni hay una Reina, ni se habla ahora mismo en UK de cosa distinta que el espantoso trabajo de
Liz Truss como PM y las terribles repercusiones que está causando. Así que encontrarse con esta serie que pretende… bueno, ellos sabrán lo que pretenden, suena tan a historia antigua como hacer una sobre
Cameron,
May o lo que sea que tengan dirigiéndoles tras el desastre del Brexit. Que parece mentira que lleven 3 primeros ministros en seis años. En fin, supongo que tendrá un interés antropológico histórico. Quiero decir, cuando se estudie dentro de unos años dentro de la manera en la que los ingleses decidían representarse a si mismo y a su historia reciente.