Me parece muy meritorio que exista Aktris (O) (TU) porque no pensé yo que una especie de mezcla entre Hanna Montana y Killing Eve en la que una actriz de gran renombre -en su país, Turquía- lleva una doble vida con asesina, y mantiene una extraña relación con el policía que la persigue sin saber realmente quién es -o algo-, que además se realiza en precariedad de medios actorales  y usando el humor para… no sé bien para qué, supongo que porque las originales lo hacían; fuera a ser una serie que pudiera llegar a realizarse. Pero aquí estamos. No sé si esto es un proyecto de su actriz principal, Pinar Deniz (Secretos de familia) o algo con lo que se ha encontrado. Pero la falta de sensatez de todo acaba siendo su mayor baza. Aunque sea por incomparecencia de rivales.

Parece bastante claro que esta The Days (O) (JP) querría ser la versión japonesa de Fukushima de aquella no tan lejana Chernobyl. Pero tiene el problema de que no puede acusar al comunismo de cosas, de hecho no parece querer mojarse -con perdón- y acaba pareciendo una obra de desastres en la que la se culpa al Fatum, así que acaba lejos de parecer una ficción competente y más algún tipo de Documentos TV basada en hechos reales de media tarde. Y es que a veces la indecisión entre el documental y la ficción lleva a obras como esta.

Muchas buenas intenciones en Deadloch (AU), pero demasiado verdes, esta serie de pequeño pueblecito con secretos, asesinatos y gente más o menos… peculiar. A la que llega una inspectora excéntrica para investigar. Solo que intentan subvertir varias cosas -el cadáver en la playa es de un hombre, algo que se comenta explícitamente en el piloto- y unas funcionan mejor que otras. Por ejemplo, el ‘héroe’ aquí es la policía que sigue las reglas y es más o menos estirada mientras que la inspectora excéntrica es, fundamentalmente, un incordio abrasivo e insufrible. La idea puede ser más o menos buena, la ejecución hace el asunto difícil de tragar. Algunos personajes son casi caricaturas, otros parecen estar solo para un chiste. Y es una pena porque se notan las buenas ideas e intenciones, Las Kates (Kate McCartney y Kate McLennan) que crearon la serie se nota que han hecho programas de sketches y similares antes, pero no una ficción más completa. Y ese ‘verdor’, se nota. Pero, en el lado bueno, lo mismo para la próxima (serie, temporada, veremos) ya están más rodadas.

No creo que haya una manera sencilla de definir Drag Me To Dinner (USA) por mucho que uno quiera. Pero precisamente por eso es tan bueno de experimentar, y da ganas de contárselo a la gente. Digamos que alguien pensara que la mejor manera de montar un Improv Drag es con su propia versión de Nailed It! centrado en fiestas temáticas, con un magnífico trabajo del drag king Murray Hill como presentador, con una serie de secciones internar entre los sketches y la ¿realidad? que parece más parte de ese improv que algo guionizado, y en el que el precio es tan ridículo e inútil , tan carente de sentido, como el resto de cosas. Incluir a Bianca del Rio en el jurado es la dinamita que faltaba en esto, que parece una manera de que Neil Patrick Harris y David Burtka pasen más tiempo juntos. Y en la que a Haneefah Wood le toca lidiar con el más desagradecido de los papeles, el de la persona que se encuentra en mitad de esta locura y se mueve entre intentar comprender lo inteligible y el decidir pasárselo en grande. Un magnífico ejercicio de caos.

No tengo muy claro esta necesidad de ir retrasando en el tiempo las series de Empresa Criminal, pero con The Gallows Pole (UK) hemos llegado hasta el S XVIII. Tampoco entiendo la necesidad de comprar un libro para adaptarlo y decir que funcione como precuela del mismo. En fin, falsificadores de monedas, mucha suciedad y violencia, una buena cantidad de actores británicos -más o menos interesantes, indudablemente británicos, aunque está claro que Michael Socha no es Stephen Graham– y cierta sensación de que querrían montarse un Peaky Blinders antes que un Tom Jones, al menos si les dejaran. Hay bastante demostración de una cierta pretensión autoral, no sé si por parte de A24 como productora o de Shane Meadows como adaptador del libro. Que una cosa es que sea más conocido por This is England y otra que no haya hecho sus cosas con la distorsión mental y la tensión, incursiones casi en el ¿terror? de Dead Man’s Shoes y lo que quiera que fuera The Virtues, que supongo que es por lógica a lo que más se acerca. Televisión hecha para ganar premios y que te dediquen columnas diciendo que eres fascinante. Me temo que yo no estoy en ello ni por tema, ni por trama, ni por estilo. Y que el piloto dure una hora y diez minutos tampoco ayuda, me temo. Pero bueno, sospecho que a su público -sea quien sea- le va a entusiasmar.

El primer capítulo de este Perfil Falso (O) (CO) alarga de manera tan innecesaria la trama que me he tenido que ver también el segundo. Es el problema de hacer una serie que podría ser una película de sobremesa e intentar que el piloto sirva más de prólogo que de inicio. Aunque supongo que si tenemos en cuenta que se supone que esto es un sexy thriller pierdan todo un capítulo centrándose en el sexy. Lástima que no les quedara tiempo para thriller. Pero bueno, lo esperable: Una joven bailarina de Las Vegas conoce a un hombre en una app, su relación va progresando hasta que decide hacer un viaje para conocerlo y descubre que lo que él le contó es falso. Al menos en lo tocante a su nombre, lugar de residencia y el estar soltero. Pero ese es el final del episodio uno, así que para ver si él la mintió, era un juego y nada más, era sólo un juego cruel de su vanidad. De todo el amor que juraba jamás hubo nada, fue simplemente otra más que lo amaba. Hay que verse el segundo y ver cómo están jugando a la telenovela clásica disfrazada de sexy ¿thriller?. Porque al margen de que ella pueda quejarse de que él la enamorase a base de mentiras, él la alimentase siempre de mentiras, la explicación -o lo que parece la explicación- tampoco da mucho de si. Y aunque sean mentiras, que se clavan en su pecho, mentiras, que se matan, que se ríen, mentiras. Tampoco es que las ‘verdades’ parezcan justificar nada. Total, que una obra a medio camino entre la telenovela sin mucho recorrido y el telefilme de después de comer que se ha disfrazado de sexy thriller para ofrecer solo sexy. Una definición que quizá habría podido funcionar si hubieran llevado la propuesta al once, o se hubieran recreado menos en el sexy y más en cualquier otra cosa que hubiera permitido avanzar la trama. Pero no. Tedioso es poco.

Siempre me resulta interesante las series de periodistas, y el caso de Scoop (O) (IN) acaba resultando curioso porque parece tirar entre este tipo de series -casi diría que a la que más se parece es, precisamente, a la española Periodistas para bien y para mal- pero también mezclarlo con una historia entre la política, el terrorismo y el thriller. Quizá porque es más fácil mostrar la violencia contra los periodistas allí, quizá porque allí aún no son todo voceros y aún quedan periodistas. Sea como sea, y aunque tenga esos problemas antes dichos tanto como drama de personajes y como extensión de capítulos, bienvenido sea que se intenten estas series.