No puedo creerme que Best Interests (UK), la nueva serie de Jack Thorne, protagonizada por Sharon Horgan y Michael Sheen, acabe siendo un drama familiar de sobremesa tirando a aburrido sobre un Very Important Tema. Así que tenemos un magnífico reparto delante y detrás de las cámaras para hacer… bueno… una versión -un poco mejor pero tampoco ninguna locura, lo suficiente como para que no sea un espanto- en cuatro capítulos. Yo qué sé.
Una mujer es diagnosticada con menopausia y eso le lleva a decidir hacer un viaje en moto que la lleva a un pueblecito con excéntricos lugareños. Podría ser una película navideña, podría ser una de terror, pero es-
The Change (UK) que se supone que es una comedia pero, en realidad, se parece más a las películas navideñas excepto porque tiene a una cómica británica que en realidad tampoco parece estar tan ocupada en la parte cómica como en la agradable. Que supongo que es lo que a alguno le puede valer, claro.
No esperaba encontrarme yo con una comedia-de-terror sobre un médico británico-pakistaní que, además, es un vampiro, pero aquí estamos con el
Count Abdulla (UK), la nueva apuesta de
ITVx que, sinceramente, podría haber sido
Dr. Acula. El asunto es que pone a los musulmanes en el centro, lo que tiene su interés al hablar desde su experiencia inglesa aunque alguna de las cosas demuestran que esa mirada eurocéntrica olvida u obvia que en los paises de mayoría musulmana también se hacen películas de terror. Sea como sea, es cierto que en los países europeos no tienen mucha representación en… nada. El piloto se centra sobre todo en ponernos en contexto con el personaje y mostrarnos su transformación aunque ambos temas -el terror, la religión musulmana- estén tan presentes o más que el hecho de que sea doctor durante todo el capítulo. En el segundo vemos que se va a jugar con las tres partes de su vida -su nueva vida- más un cierto intento de juntarlas en algo así como humor costumbrista, que para mí no acaba de funcionar pero, bueno, sospecho que tampoco es que yo vaya a ser el público concreto. En cualquier caso, felicitaciones por la parte de originalidad que le toca.
Me sorprende ver a
Madeleine Sami co-protagonizar una segunda serie mientras
Deadloch está aún en sus episodios iniciales -llamémoslo así- pero aquí estamos de nuevo, esta vez en una serie kiwi:
Double Parked (NZ), una obra modesta como una obra de teatro independiente. De hecho, no hay demasiados actores ni localizaciones, ni tampoco parece que lo necesite. Al fin y al cabo de lo que habla es de cómo una relación entre dos mujeres se ve alterada cuando se quedan embarazadas. Las dos. A la vez. Comedia independiente, ya digo. Bueno, de hecho eso es el desarrollo del primer capítulo, en el que se presenta a los cuatro personajes principales y se acaba con, precisamente, el asunto que da título a la serie. Supongo que empezar desde algún punto posterior y retroceder para que este piloto sonara menos a prólogo no era una opción. En fin, aquí estamos. Pequeña, agradable, no especialmente divertida. Así es la vida.
Creo que no hay mejor ejemplo de cómo funcionan las cosas ahora que este The Full Monty (UK) en el que un montón de actores se mueven arriba y abajo en una trama que no tiene sentido para dar continuación a lo que ni lo necesitaba ni tiene nada que aportar, solo porque mucha gente recuerda el nombre -y quizá alguna de las caras- del reparto original. Es como ver una serie de zombies, en la que los propios personajes no saben que están muertos en mitad de una resurrección vaga, que no llega a ser alucinatoria, solo inexplicablemente errónea. Para hacer esto -caja- podríamos habernos quedado todos descansando.
Supongo que hacer una serie sobre comprar seres humanos es el tipo de cosas que
Netflix no podía resistir, que esta
Madre de alquiler (O) (MX) sea un telenovelón con una persona haciéndolo para salvar a su padre de la cárcel, con una poderosa familia y la consabida Gran Empresa Familiar en la que todo el mundo tiene secretos y está dispuesta a acuchillar -o lo que surja- a otras personas, hasta el punto de que a veces se les nota más de lo debido que el punto de partida es poco menos que una excusa para que ‘lo de siempre’ parezca elevar sus apuestas… pues en fin. Quizá esté equivocado porque, al fin y al cabo, la serie te deja claro que la familia es la mala y que todo lo que soportó la protagonista durante el embarazo fue una serie de penurias y humillaciones que ni un microondas habría sufrido, además de otra serie de cosas que entran en la categoría ‘secretos y mentiras’. Y ese posicionamiento ayuda a que durante el piloto -y los 24 capítulos que parece que dura, no se andan con tonterías esta vez- usen esa estructura, personajes y temas propios y conocidos para soltar de cuando en cuanto una mirada de espanto ante lo sucedido, el proceso y todo lo que hay alrededor. Quizá no una desde el realismo o la ética, pero una mirada. Así que… ¿Quién utiliza a quien? En fin, esto es lo que hay.
Buena idea, mala ejecución. Eso es lo que nos trae este
Pretty Freekin Scary (USA) que tiene no solo alguna de las peores actuaciones que Disney ha ofrecido en años, también un ejemplo y estilo de serie que podría ser de los años noventa y que se basa en alargar la muy poca chica en todo el contenido posible. La idea de que la protagonista muera, vaya al Ultramundo, vuelva a su vida con dos compañeros y algo así como poderes especiales pero no muchos y vuelva al instituto podría ser interesante… si no fuera porque todo esto hace que cuando vuelva encuentre que ha sido reemplazada y a nadie le importa demasiado, o peor aún… la llamen ‘
weirdo‘. Que tenga que realizar una serie de tareas para La Parca y que en el pueblo estuvieran sucediendo cosas extrañas INCLUSO antes del suceso, también podría tener gracia, pero parece, de nuevo, un relleno para algo que no tienen muy claro. Que ninguno de los protagonistas esté especialmente bien interpretado -cuando no justo lo contrario- o que los personajes que interpretan sean poco menos que chistes unidimensionales acaban de hacer que esta serie… cave su propia tumba.
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