Viendo Churchy (USA) me queda claro que las cosas de Iglesias es ya un género propio en USA, se nota que pasan mucho tiempo y ofrecen un grupo de espectadores. En este caso presupongo que más allá de elementos de drama están intentando ir por la comedia. Aquí estamos con una obra más cercana a Good News o Church Folks pero con las calidades de producción y desarrollo de Tyler Perry. Poco presupuesto, un grupo de personajes esquemáticos y un humor que… bueno… supongo que tiene gracia si has estado ahí. Porque si no… en fin.

Es curioso lo fuerte que esta serie tailandesa intenta parecer coreana y, sin embargo, que se note que es tailandesa. Me refiero a Game Chon Khon Sot (O) (TA) o เกมชนคนโสด o Ready, Set, Love, que usa un batiburrillo de premisas para -sin embargos- ofrecer una idea relativamente sencilla de comprender. La idea es algo así como Los Juegos del Hambre pero esta vez para casarse. La excusa es que es un mundo alternativo en el que una pandemia redujo en los años setenta la cantidad de hombres que nacían. Así que ahora están en una ‘granja’ de la que cada cuatro años salen unos pocos para buscar esposa… en un reallity. (Como están en la séptima temporada parece claro que antes tendrían alguna otra manera, pero bueno, entiendo que alguien al menos se ha pensado que antes de los ’00s no era TAN habitual ese tipo de programas. Sino, más bien, date shows como… Contacto con Tacto) A partir de esa premisa vamos al siguiente paso: Una mujer a la que no le interesa el asunto pero que acaba entre las participantes -por supuesto-, los cinco candidatos de este año -que son, además, una especie de idols que usan para vender cereales, cremas, leche o lo que sea- y el equipo técnico / artístico del programa en cuestión. Que, sinceramente, no sé qué retos tiene, un poco como en Los Juegos del Hambre. ¿Qué más dará lo bueno que sea el circo si no hay otro circo? Pero bueno, finjamos que realmente a alguien le interesan los ratings. Lo cierto es que es posible que lo mencionen, porque en el piloto se mencionan -a veces incluso desarrollan- incluso ideas que parecen más o menos lógicas con esta premisa como el que vendan que la única relación posible y buena es la de matrimonio entre un hombre y una mujer. El resultado de todo esto es la típica serie agradable, supongo que con algún giro dramático en el futuro porque, en fin. Pero al menos este largo piloto ha servido para algo.

Bueno, pues parece que las series de influencers van a quedarse. Así que aquí tenemos Hé bǎi mǎn ròu dìyù dú rì (O) (TW) o 何百滿肉 地獄毒日 o The Accidental Influencer, que es una parte de Mujer Desastre -un género que parece igual de en expansión- con otra de ‘romance’ o algo. ¿Comedia sobre el mundo de las citas? Ah, y además se reivindica como ‘basada en hechos reales’. Francamente, poco nos pasa. Pero bueno, que eso, el sentido del humor peculiar propio de las producciones asiáticas, y las reflexiones que os podéis imaginar. Pues bueno.

¿The New Look (USA)? More like The MEH Look. Perdón. Pero lo cierto es que esta serie nueva sobre el ascenso de Dior parece más un otro ejemplo de cómo Apple TV+ ha decidido que ya no quiere ser HBO, que quiere ser Netflix. Allá cada uno con sus decisiones, pero darle un aspecto lejos no ya de un cuidado estético sino de una intencionalidad que hemos podido ver en FX, incluso en FX en HULU. Es como volver a esas películas para televisión sobre ‘hechos notables’. Pero en peor, porque el tiempo ha pasado para todos y lo que en los noventas podíamos comprender contextualmente ahora… en fin. Le falta atrevimiento para ser un Grandes Relatos. Esto es otra cosa. Es tomar DECISIONES. Poner esos acentos… ¡En lo que se supone que es una serie sobre modistos! Pero ni modistos, ni modistas, ni modistes, aquí tenemos una creación mediocre en la que parece que lo más importante es enfrentar la figura de Dior y de Coco Chanel, usando a los Nazis de fondo y tratando de defender… sinceramente no tengo muy claro que. ¿Defender a Dior de que él también hizo tratos con los Nazis aunque menos o de otra manera que Chanel? ¿Que es que todo el mundo tenía buenos motivos para hacer tratos con los nazis? ¿No mencionar que el sastre de los nazis fue -como es normal, porque llevaba en el partido desde el 31- Hugo Boss? En fin, el resultado es tan genérico como esas novelas con una mujer de espaldas mirando hacia un infinito que aquí sería una ciudad francesa en la SGM. Que tarde menos de un cuarto de hora en mostrarnos un intento de violación creo que también habla mucho de lo que vienen a traernos. Así que el resumen es que es una obra mediocre, con un piloto que dura demasiado y cuya mayor virtud es hacer que vayas a otros lados. Aunque sea a la serie de Balenciaga que, total, solo vestía franquistas.

Bueno, pues [adult swim] ha estrenado el espantajo este de Ninja Kamui (O) (JP) que auna la falta de recorrido en la trama en su piloto con la deficiente animación que se va convirtiendo en la norma -aunque lo cierto es que hay días en las que creo que ‘animación deficiente’ define casi cada década a poco que las empresas (no siempre las creadoras) quieran ahorrar dinero-, y con un inicio de trama o algo. Parece mentira que a estas alturas los capítulos piloto se puedan hacer tan mal que te pases más rato tentado a darle al doble de velocidad o directamente a avanzar a ver si pasa algo, para que luego al final resulte que lo han usado como un prólogo que prácticamente no te ha contado nada. Y que, como tal, poco motivo ofrece para seguir viéndolo.

Entre tanto estreno especial, muestra y ‘ahora sí que sí que es el estreno’ ha sido difícil decidir cuándo tocaba hablar de Rock Paper Scissors (USA) y si estábamos viendo una previa o lo que había es lo que era. Lo cierto es que no hay mucho que contar. Alguien debió de pensar que era buena idea hacer la clásica serie infantil con tres protagonistas en las que uno de ellos es simplón y fortachón (piedra), uno de ellos es el listo y cauto (papel) y uno de ellos es el lanzado y guay (tijera). A partir de ahí meterles en aventurillas más o menos absurdas con, por una  vez, una animación decente y un poco -pero poco, que esto no es Gumball– de juego con opciones más allá del 2D clásico. El resultado es, claro, un más de lo mismo que supongo que hará gracias a su público objetivo. A mí me suena un tanto ya visto pero, bueno, en estas cosas y para ese público quizá sea una virtud, quién sabe.

Debe de ser la Semana Ninja en El Corte Inglés o algo así, porque Netflix nos trae Shinobi no Ie: House of Ninjas (O) (JP) o 忍びの家 o lo que os dé la gana. Que tiene un punto de partida que parece interesante -una familia de ninjas retirados- y un desarrollo que no – está claro que van a volver a la acción por unos u otros motivos, porque te dejan claro que lo del retiro es algo que llevan regular- en el que las diferentes vidas de los miembros de la familia quedan demasiado distintas, externar, creando muchas historias y personajes que no han sido presentadas debidamente y que (me) interesan en muy distintos niveles. Es comprensible que con tanto follón dure 55 minutos, lo que no tiene perdón es el batiburrillo que desarrolla habiendo recibido tanto tiempo. En fin, lo mismo dentro de un par de episodios está todo más organizado e interesante, pero no me han quedado demasiadas ganas de averiguarlo.

Una cosa que no entiendo de esto de las series es cuando deciden hacer una película pero por episodios. Todo eso de ‘no es una serie, es como una película de seis horas’. ¿Pero quién querría ver seis horas de… bueno, no, tres horas de Too God to Be True (UK) ? Si como base para una película de Lifetime claramente necesitaría subir el locurón y bajar la duración para cualquier otra cosa está claro que no vale. Porque, a ver, una madre soltera que trabaja de limpiadora en distintos puestos que de improviso recibe una oportunidad por parte de un señor rico que le ofrece un gran trabajo, regalos caros y empieza a ponerle ojitos. Lo único destacable es que parece fijarse más en su hijo que en ella y, sinceramente, por muy ‘oscuros motivos’ estoy seguro de que en el canal no se van a atrever a ‘ir allí’. probablemente se limiten a una historia en la que el millonario quiere convertir al niño en alguien ‘como él’ o alguna estupidez similar que termine con un plano del niño haciéndole zoom al ojo para que quede en duda qué es lo que va a ser de él. Vamos, el clásico The Final Chapter. En fin, yo qué sé cómo hacen estas cosas. Supongo que podría valer para algo si… no sé… tienes mucho que planchar o algo.

Puf, Tracker (USA), puf. Supongo que la CBS tiene sus gustos propios, pero lo cierto es que si algo me recuerda esto es The Finder, aquel intento del creador de Bones de sacarse una serie nueva –spin off, spun off, según a quién preguntéis- que fracasó en menos de 13 capítulos. Pues esta es peor. Porque si el uno tenía una especial habilidad para encontrar cosas este la tiene para encontrar personas. Pero te venden desde el minuto uno una suerte de historia de fondo ridícula que hace que el protagonista no pueda descansar ni un momento, sin que realmente tenga mucho sentido con lo que se nos cuenta. También porque los primeros minutos son especialmente lentos y sin más objeto que hacernos entrar a la historia desde un punto de vista externo que ni nos importa ni nos interesa. No nos cuenta cómo ha llegado ahí, ni tiene más valor que ser el punto de vista de alguien rescatado. Que se centre a continuación en el dinero supongo que intenta explicar esta diferencia, peor lo cierto es que parece sobre todo mal escrito. Y esa mala escritura va a seguir durante todo un capítulo que nos muestra cosas que no solo no aportan sino que, en general, hacen que nos importa menos el protagonista, sus ayudantes o sus tareas por mucho que intenten gritarnos que es un grupo que refleja una diversidad. En fin, un espanto al que no sé yo si la Superbowl va a ayudar demasiado.

Terminamos la semana con una serie que tiene más ganas de ser de lo que ofrece, The Vince Staples Show (USA), que parece una de esas series que Comedy Central hacía hace unos años para intentar darle un giro a la comedia absurda. El problema es que no tiene mucho más que ofrecer en lo que parece un intento de explotar Atlanta con un rapero como protagonista. Un rapero real, quiero decir, pero en lo que parece intentar mantener ese tono y ese absurdo. El problema es que, por mucho que esto sea un giro en un formato creado originalmente para YouTube, no es lo mismo tener a un rapero reconvertido en actor y cómico que a un cómico y actor reconvertido en rapero. Y se nota. Vamos que si se nota.