Pues parecía que no, pero con veranidad y premeditación han acabado estrenando Primos (USA) , ese estreno del Disney Channel que tantas críticas tuvo entre las *ehem* semejanzas con Los Casagrandes y los distintos problemas de representación. El resultado es… bueno… supongo que una representación. Si Los Casagrandes estaban claramente asociados a Loud House aquí tenemos lo mismo pero en lugar de ser hermanos son primos -algunos de los cuales son hermanos- y, sobre todo, para tener tantos hay varios que se distinguen poco o nada. Sí, sí, la autora ha tirado de su infancia y se ha visto inspirada por blabablabla… pero lo cierto es que esa sensación de falta de novedad en todos los niveles -la protagonista tiene un diario porque quiere apuntarlo todo para saber quién es, o algo así, que puede ser el segundo recurso más manido para una serie después de lo de la familia numerosa- explica tanto como justifica que lo hayan estrenado así. Que lo mismo luego es un éxito, pero no contendría yo la respiración.

Empiezo a sospechar que hay una competición para ver cuántos países asiáticos pueden rodar series que comiencen su premisa con «cuando Japón invadió mi país», en este caso toca Filipinas en Pulang Araw (O)(FI), desde un punto de vista tanto histórico -con el gasto en producción para que quede claro- como una cierta idea heroica . Me temo que ni en el dinero gastado ni en las ideas de lo que mostrar hay demasiado que podamos decir Ahora, si a alguien le apetece saber qué encuentran los filipinos cuando compran una novela… como solo he visto el piloto no sé si de una mujer de espaldas mirando a un paisaje o una estampa de batalla de aspecto antiguo.

Es curioso cómo muchas de estas historias se parecen… una y otra vez. En el caso de Las Azules (O) (MX) hay una intención de hacer una obra de misterio… sepultada en mitad de un montón de otras cosas. Fundamentalmente una histórica de esas que se notan en los trajes de las mujeres y los platos de duralex… o algo así. Pero también algo sobre la policía que parece más centrada en analizar… no sé ni si ellos lo sabrán. A ratos parece que quieren hablar de sexo, otras de política y la tercera parece que es solo una historia de superación. La verdad es que no sé si alguien estará muy interesada en seguirla, quizá de fondo mientras se plancha pero poco más. Y es una lástima, porque probablemente si hubieran trabajado sobre el tema -o se hubieran puesto de acuerdo- podría haber dado para algo más.

Podemos decir que Batman: Caped Crusader (USA) es una nueva serie pero lo cierto es que es, ante todo, un conjunto de decisiones. Algunas con más sentido, otras con apariencia de haberse tomado ‘porque tocaba’ o de manera casi aleatoria. Más que Caped Crusader esta serie es Decisiones Fueron Tomadas. La pena, más allá de la aleatoriedad y de lo poco sensato de la mayoría de ideas, o lo lejos que acaba llegando queriendo fingir estar muy cerca, es que intenta aprovecharse -y beber- de la nostalgia que provoca. De la de Batman: TAS -de la que es una triste sombra- pero también de los dibujos de Fleischer -pese a que nunca llegaran a hacer un Batman– o de la simple idea de aquellos cómics originales. Es curioso cómo se podría hacer un estudio sobre la diferencia entre el piloto de TAS y este. Y cómo todo lo que aquella acertaba aquí marran. Y eso solo hablando de la historia, porque la animación es otra cosa sobre la que prefiero no hablar. Parece mentira lo que 30 años han hecho del oficio. En fin, al final lo único bueno que puedo decir de ella es que hay alguna idea interesante y un trabajo de diseño de personajes y entornos que… en fin… no se ve favorecida por todo el resto de trabajo. Y que no llega ni a acertar siempre. En fin, otra decepción para esta semana. Con las ganas que tenía yo de que esto estuviera bien.