¡Libros que Salen! «Perversas», Fūtarō, «Llamas rojas» y más

¡Que entre la pila!

Los asesinatos de la guillotina Meiji de Yamada Fūtarō, ed. Quaterni

Es curioso como Yamada Fūtarō, un autor del que habíamos leído en España hasta el momento La leyenda de los ocho guerreros perro y Los ninjas de Koga, más centrados en la historia -bueno, y la parte que le corresponde en el manga Basilisk– ve aquí publicada una novela de misterio. Histórica, por supuesto, pero de misterio. El Siglo XIX japonés, asesinatos aparentemente irresolubles y un par de inspectores con un cometido complicado en una época compleja. Supongo que así podemos decidir si pasar de los unos a los otros. Pero, sobre todo, hay que aprovechar para alegrarse porque seguimos viendo publicados clásicos del misterio japonés. (Vale, es de 1979, pero cuenta como clásico a estas alturas)

Perversas (Nuevas historias de Body Horror escritas por mujeres) de VV.AA., ed. Horror Vacui 

Esta antología -conocida en inglés como A darker shade of noir– a cargo de Joyce Carol Oates parte con el convencimiento de que ellas entienden mejor ese horror; no solo, pero también, por el embarazo o el periodo, permitiéndoles mostrarnos historias que demuestran la idea de que ha habido horror corporal femenino desde los tiempos clásicos -desde las gorgonas mínimo-. Lo hace mediante una notable selección que incluye entre otras a Tananarive Due, Lisa Tuttle, Megan Abbott, Elizabeth Hand o Cassandra Khaw. Una antología a descubrir.

Llamas rojas de VV.AA., ed. Hwarang

Una curiosa antología esta de la literatura coreana centrada en la las primeras décadas del Siglo XX y más concretamente en la de aspecto más social, tanto en temáticas como desigualdades, ocupación, represión o colonialista como en la lucha de obreros, campesinos, mujeres o migrantes. Así que esta selección de relatos de Kang Kyeongae, Jo Myeonghui, Choi Seohae, Kim Namcheon, Yun Gijeong o Baek Sinae, sirve tanto para conocer mejor ese contexto y esas problemáticas que los autores exponen en estos relatos.

Las mil vidas a medias de Sam Sylvester de Maya MacGregor, ed. Kakao Books

Los thrillers juveniles no han parado estos últimos años, especialmente cuando procuran ofrecer algún tipo de punto de vista distinto. Ese es el caso de este libro, con Sam, une adolescente autista que se muda junto a su padre para empezar una nueva vida… a una casa encantada. O, al menos eso es lo que se dice, que un chico falleció misteriosamente allí en los ochenta, así que elle se siente tan identificade que junto a su vecina Shep decide descubrir qué es lo que sucedió. Creo que todos sabemos lo que ocurre cuando empiezas a remover el pasado y los secretos de un pueblecito. En este caso se logra una novela que fue finalista a novela juvenil en los Nebula y que explora el trauma, la identidad y la lucha por lograr que te escuchen en un mundo que no se molesta en tratar de entenderte.

Cómo sobrevivir a tu propio asesinato de Kristen Perrin, ed. Salamandra

Parece que alguien ha vendido al peso un paquete de Cozy Crime a PRH y aquí seguimos viendo llegar títulos, esta vez con la historia de una joven que va a visitar a una anciana tía a la que predijeron que moriría asesinada. Cuando llega la anciana ha fallecido ya, y ahora le toca investigar si fue asesinada, por quién, y si la obsesión por su propio asesinato que tenía ha podido estar relacionado.

La reina del Islote de Tierra de Donal Ryan, ed. Sajalín

Un grupo de mujeres de la misma familia en un condado irlandés, sus discusiones, sus vida y sus casa. Por supuesto que también hay tres mujeres de una misma familia y distintas generaciones. A ver qué os creéis. Y, por supuesto, estas mujeres serán duras, marcadas por la tragedia y acostumbradas a luchar para lograr una mejor vida en una sociedad cerrada y anclada en el pasado. Pero si habéis leídos Flores extrañas o alguna de las otras novelas de Donal Ryan ya sabéis que esto es solo el principio.

Las aguas de Bonnie Jo Campbell, ed. Dirty Works

Un pueblo pequeño y unas mujeres grandes, así podríamos comenzar esta historia sobre una pequeña población en la zona pantanosa de Michigan, una zona de vegetación y fauna sorprendente y peligrosa en la que la gente tiene una cierta tendencia a desaparecer sin dejar rastro. Un lugar con casas de brujas y fantasmas de pantano en el que la joven de uno de los clanes decidirá romper con el silencio, sacar a la luz viejos secretos y revolucionar la vida de la comunidad. En una obra que a ratos parece realismo sucio y en otros una fábula gótica. A la que lo único que impide ser denominada gótico sureño es al hecho de que Michigan esté en el norte de Estados Unidos como bien sabéis.

Asturias. Revolución y Dinamita. Octubre Rojo 1934 de VV.AA., ed. Aventuras Literarias

La editorial asturiana Aventuras Literarias publica un mapa histórico sobre la revuelta de los mineros en la que van siguiendo los testimonios de los implicados -revolucionarios y periodistas- para que comprobemos y comprendamos tanto la importancia como el alcance de aquella revolución que incluyó una Comuna Asturiana y la toma de control de ayuntamientos y cuarteles de la Guardia Civil. Un fogonazo de apenas dos semanas reprimida con dureza por las fuerzas gubernamentales y presentado aquí como un recorrido cronológico y, por supuesto, topográfico. Con un mapa de Dinamita y Ruinas y un libreto con las mejores fotos de las mismas.

Cruces. Historia de dos almas de Alex Landragin, ed. Duomo

Parece que Duomo ha decidido continuar el éxito de S. El barco de Teseo con una obra singular… pero no tanto. Esta vez no tenemos una mezcla de publicaciones y extras sino tres libros y una historia exterior. La de la persona a la que se encargó conseguirlos, la muerte misteriosa a su alrededor y la manera en que las historias se entrecuzan. Por lo visto hasta el momento estaría más cerca de, digamos, La Apelación. Pero bueno, cada cual que aproveche los libros singulares como mejor le parezca, claro.

Mujeres, cultura y política de Angela Davis, ed. Altamarea

Aunque pueda parecerlo, no estamos ante una reedición del clásico Mujeres, raza y clase sino otro libro de Davis, publicado casi una década después de ese y que reúne una colección de discursos y ensayos que Davis dio durante los ochenta hablando de diversas facetas de la lucha por una igualdad racial, sexual y económica.

Los últimos héroes de acción de Nick De Semlyen, ed. Neo Person

Tras escribir Wild and Crazy Guys, un libro fundamental sobre los cómicos que marcaron el final de los ’70s y todos los años ’80s, De Semlyen se encarga ahora de otro fenómeno ochentero y noventero. La historia de sus estrellas de acción, las historias y leyendas que sobre ellos se contaban y las divergencias en sus carreras, las películas que las marcaron, el contexto sociopolítico que las alentó y todo lo que, para bien y para mal, hubo a su alrededor. A partir de textos pero también de entrevistas con las estrellas y el resto de personas implicadas, estamos ante una obra que retrata tanto como investiga una época de Hollywood cuyo legado aún se deja notar.

Cantina japonesa de Clémence Leleu y Anna Shoji con ilustraciones de Adrien Martin , ed. Cinco Tintas

Este es un libro de cocina pero también de reportajes, porque vamos a asistir a un periplo por todo el archipiélago nipón de la mano de Leleu que nos presentará cocinero tradicionales, desde los que buscan mantener la llama clásica a los restaurante callejeros. Reportajes que se complementan con las recetas de la chef Anna Shoji que nos irán mostrando las distintas facetas de la gastronomías japonesa. Y en ambas facetas estará Adrien Martin mostrándonos con sus ilustraciones los platos y los contextos. Permitiéndonos ver no solo la riqueza de la gastronomía japonesa y los cambios de la cocina local y de temporada, también la manera en la que forman parte de su cultura.

Repostería japonesa de Ai Ventura, ed. Col and Col

Ya iba tocando que Col and Col volviera a esos primorosos libros de repostería suyos, así que es una alegría encontrarse con este repaso por las muchas y variadas opciones dulces de la cocina japonesa. Que, además, recorre los tres tipos de repostería japonesa: Wagashi (la tradicional), Yogashi (de inspiración occidental) y Kashi-pan (la bollería, vaya). Así que del dorayaki a los pasteles de matcha, de los mochi de flor de cerezo al melonpan, a través de más de 40 recetas y un apartado que nos habla de técnicas y utensilios, así como de los ingredientes habituales o las tradiciones asociadas.

La historia de las mil caras (Libro 1) de Carlos Sánchez, ed. HarperKids

Imaginación, humor, aventura… todo eso podemos encontrarlo en este cómic sobre dos amigos que acaban en un reino misterioso mientras buscaban ingredientes para una receta. Un reino en el que El Monstruo de las Mil Caras acecha y múltiples criaturas mágicas (brujas, bardos, ogros, magos…) se cruzarán en su camino mientras exploran en búsqueda del camino de regreso a casa y tratan de evitar el mal que parece haber despertado con su llegada. Todo con un estilo imaginativo y lleno de expresividad.

El pájaro que bebe lágrimas nº 01/04 El corazón del Naga de Lee Young-do, ed. Minotauro

Parece que Minotauro se atreve a publicar este libro, inicio de una tetralogía, que salió hace unos veinte años en Corea -espero que traducido directamente del coreano, y siendo Minotauro… espero que al castellano- publicada on-line antes de ser recopilada y que entra dentro de la Fantasía. Saga extensa, de diversas clases y razas reuniéndose para realizar una misión que comenzó años atrás. Supongo que esto tendrá sus fanses a los que no les sonará notablemente conocido. Pero al menos esta vez no tocan elfos, enanos, humanos y medianos sino nhaga, rekkon, tokebi y humanos. Es difícil librarse de los humanos, supongo. En fin, no es que tenga muchas esperanzas en este libro, pero había que mencionarlo. Imagino. Aunque el que hayan decidido sacar con cantos pintados este mes sea El Señor de los Anillos y no este.

Miss Cat: El enigma del gato reprogramado de Jean-Luc Fromental y Joëlle Jolivet, ed. Libros del Zorro Rojo

Cuarta aventura de la investigadora infantil en un nuevo cómic que incluye esta vez un gato desaparecido y un par de gemelos muy peculiares. Lo que uno pide a estas secuelas, vaya.

Melinda necesita espacio (2, Patas) de Michele Assarasakorn y Nathan Fairbairn, ed. Maeva

Las paseadoras de perros, perdón, de animales domésticos tienen una nueva historia. Esta vez con el clásico combo: Mi madre tiene pareja nueva y yo tengo miedo a perder todo lo que quiero. Pues para eso están estos cómics infantiles, claro.

Bridgette y la chispa de India Swift y Michael Doig, ed. Planeta Cómic

Una niña llega nueva a la escuela tras una mudanza. Ese es el principio de este cómic infantil en el que no saber o no conseguir encajar se encuentra con los problemas de la escuela como el que crean que eres rara, las abusonas o los enormes seres sobrenaturales. ¿Qué? ¿En tu escuela no había? Supongo que también tendría que haber una lección, pero lo cierto es que tenemos una aventura -o el principio de una aventura, en realidad, cada cuál decidirá cómo de contento está con un final que poco resuelve aunque algo arregle- en la que se habla de todo esto tanto como se ponen las bases para lo que puede ser más.

Dulcinea en el bosque embrujado de Ole Könnecke, ed. Galimatazo

Un encantador álbum ilustrado en el que una joven que siempre ha evitado entrar en el bosque tiene que entrar ahí para ayudar a su padre. Y lo que se encontrará será, sin duda, peculiar. Y, por supuesto, muy humorístico.

El Gruñón de Josephine Mark en adaptación de la obra de Annette Pehnt y Jutta Bauer, ed. Astiberri

Josephine Mark, la autora de A toda pastilla, vuelve a ser publicada por Astiberri, y esta vez es una adaptación. A partir de las novelas infantiles de Der Barbeiss, escritas por Annette Pehnt e ilustradas por Jutta Bauer, sobre una malhumorada criatura, El Gruñón, que se ha mudado a la siempre alegre y amable comunidad de Cascabel. Gracias a ello Mark puede desarrollar su estilo propio para mostrar un cómic tierno, con humor y sensibilidad, sobre ser uno mismo pero vivir en comunidad.

Nos leemos.


Como en una especie de House deprimente, Brillant Minds (USA) sigue a un neurólogo tratando de ¿resolver? casos sin hacer mucho caso -ninguno- a las autoridades de su hospital -en realidad le acaban de echar el anterior por… bueno, da igual pero incluye un número musical- con la diferencia de que aquí se intenta que el protagonista (que yo diría que está muy claramente inspirado por Oliver Sacks) sea todo lo empático posible, incluso aunque él mismo tenga consciente de sus fallos, problemas y limitaciones. No es precisamente el estilo de serie nueva y entiendo que los secundarios están desdibujados porque en este piloto lo importante es que entendiéramos al protagonista. Pero, la verdad, no sé yo si me apetece ver una serie tan rutinaria cuando todo, desde la iluminación a los decorados pero, sobre todo, los temas y casos, parecen haber decidido que si algo es realista tiene que ser dramático por el lado de la pena. En fin.

Dentro del… bueno… especie de maratón de Ryan Murphy… este Doctor Odyssey (USA) es algo así como la que está más cerca de estar bien. Porque combina ideas de 9-1-1 con otras ideas de series ajenas, de doctores y de cruceros, y mientras está moviéndose en esas zonas -sobre todo cuanto más se acerca a 9-1-1, se nota que la temporada pasada les dio muchas ideas- funciona. El clásico truco de Love Boat de cambiar los invitados tiene más sentido cuando se juega con el clásico truco de ir cambiando los pacientes en una serie de doctores. Y hay varios momentos notables como la forma de gestionar las expectativas del espectador con el primer caso que trata el equipo. ¿Entonces, cuál es el problema? Pues son dos pero muy unidos. Los personajes son pocos e insípidos. El Capitán interpretado por Don Johnson tiene la personalidad y el carisma de un muñeco de cartón, los tres miembros del equipo médico entran demasiado rápido en una dinámica de triángulo amoroso / pelea de patio de colegio que, la verdad, no puede ser más estúpida. Incluso la decisión de que solo haya tres personas para atender a todo el mundo parece más allá de lo increíble, sea cierto o no. Que creo capaz a los dueños del crucero a tener semejante recorte de responsabilidades a cambio de dinero. Ya está. Sí, están los actores invitados… que tampoco hacen gran cosa por mucho que lo intenten -fundamentalmente la pareja formada por Rachel Dratch y Tom McGowan– pero ya. Esta serie necesita secundarios como el respirar. Nos han dejado ver una enorme cantidad de personal, así que ya pueden empezar a meter más gente. Porque Joshua Jackson, Philippa Soo y Sean Tale hacen lo que pueden con lo que tienen… que no es mucho. Así que más allá del humor, las ideas o el anuncio de cruceros… incluyendo las referencias metas… más vale que metan a más gente y encuentre una manera de que la historia se vaya engrasando o van directos hacia el iceberg.

Hay veces que uno se encuentra ante un remake que buscar dar una vuelta a una fórmula conocida, en el caso de Everybody Still Hates Chris (USA) se trata más de un recalentado. El paso a dibujo animado es más porque no puede seguir adelante en imagen real que porque el formato vaya a aportar año, lamentablemente con el humor no pueden hacer nada. Así que ahí es donde más pesa la distancia temporal. En fin, esto de revivirlo todo llega hasta donde llega.

Parece que estamos abocados a las mismas series una y otra vez hasta que llega una que demuestra que no es necesario. Bien es cierto que en Familia de Medianoche (O) (MX) tenemos muchas de esas cosas que salen recurrentemente en las series de médicos, incluyendo los amores y las disputas; no es menos cierto que aquí se mezclan también elementos telenovelescos con la parte familiar de los protagonistas; pero, sobre todo, tenemos un ejemplo de -una vez más- los problemas del capitalismo. Porque aquí hay una familia que circula por las noches en una ambulancia para poder conseguir dinero. Llevando pacientes al hospital y dándoles los mejores cuidados de uno a otro lado. Es decir, a medio camino entre Urgencias y 9-1-1 si en alguno de los dos casos hubieran decidido que un drama familiar podía tener lugar dentro de una ambulancia. Tiene sus propios problemas, claro, sobre todo esa tendencia a lo telenovelesco sin soltarse el pelo, pero bueno, supongo que la intención es lo que cuenta.

Ryan Murphy ha estrenado tantas series este mes que si la de American Sport Story parecía falta de su toque esta Grotesquerie (USA) parece una parodia de sus series, todos sus tics descontrolados, la elección de actores, las rarezas. Y, sin embargo, logra que parezca que están intentando mezclarlo con elementos de Fuller en Hannibal o de los King en Evil. Esto hubiera sido en general un comentario positivo si no fuera porque, de hecho, también ahí parece que han elegido las partes más ‘parodiables’ de ambas y se han olvidado del sustento. Digamos que la diferencia de lo que va entre American Horror Story y Channel Zero. Con, además, toda esa sensación de que todas las posibles referencias anteriores al año 2000 han sido desdeñadas. Supongo que para obviar que es más parecida al Resurrection de Christopher Lambert que a Seven. Es como si hubiera perdido el humor, la gracia, el toque… y se hubiera quedado con lo superficial.

Ciertamente no esperaba yo gran cosa de Jiokeseo On Pansa (O) (CS), o 지옥에서 온 판사 o The Judge From Hell o…, y ha acabado siendo una grata sorpresa. El punto de partida parece ‘lo de siempre’. Una ‘jueza’ del infierno demuestra que le da lo mismo lo que hace -o cómo lo hace- así que es ‘castigada’ a venir a la tierra durante un año, durante ese tiempo tendrá que acabar con diez asesinos -con una serie de reglas- o perderá su puesto y etcétera. Pero, a partir de esto, que podría haber dado lugar a la clásica serie fantástico/romántica, pasamos a toda una serie de movimientos y maniobras en las que el humor, el cinismo, el drama social y hasta el terror van teniendo sus pequeños momentos. Y en el que siempre parece que hay un nuevo giro. Algo que se nota especialmente en el segundo capítulo, cuando parecía que ya estaba claro por dónde iba a ir al serie y vuelve a hacer lo que le da la gana. Así que pese a los capítulos largos y a que no sé por dónde tirará -de manera literal, quizá el tercer capítulo lo establezca pero a saber- debo decir que es una de esas novedades inesperadas que me alegran los visionados. Y que tengo intención de seguir la serie, por supuesto.

Más una comedia con policías que un policíaco con toques cómicos, este Ludwig (UK) que muy claramente bebe de Monk todo lo que puede y más es capaz de presentar, también, sus propias vueltas a un clásico. Porque, sí, el personaje central es un Excéntrico Asesor… que también es el policía. Porque dentro de su situación como pez fuera del agua el giro es interesante: John Ludwig Taylor es un consumado creador de pasatiempos sección críptica, da igual que sean crucigramas, dameros malditos o lo que toque. Pero también es otra cosa. Es el hermano gemelo del Inspector Jefe de Policía Jack Taylor.  Ambos hermanos están marcados por la desaparición de su padre hace unos 35 años, una marcha que causó un fuerte impacto, especialmente en John. Así que cuando la mujer de este le llama porque ha desaparecido dejando un críptico mensaje detrás la solución más obvia es… investigar. Y si eso significa hacerse pasar por su hermano gemelo, ¿qué es lo peor que podría pasar? Como decía al principio, está muy bien llevada la parte de humor por mucho que gran parte de la misma sea la clásica de ‘el rarito’, en cuanto al misterio del día… queda bastante claro que no le importa gran cosa, más que como parte de un artefacto cómico. Supongo que porque prefiere usar el piloto para presentar los personajes -unos cuantos- y la situación. Así que habrá que ver por dónde tira con los siguientes pero, de momento, es una serie a tener en cuenta.

Parece que con tanta serie no nos íbamos a librar de otra de Organización Criminal, así que aquí estamos con Mamá Cake (O) (MX), sobre una mujer que debido a sus… circunstancias… comienza un negocio de pasteles ‘especiales’ -drogas, los pasteles llevan droga- que la ponen en conflicto con organizaciones criminales -distintas a la suya- tanto como meten más presión en su ya complicada vida familiar (viuda, a punto de perder su casa a manos de su cuñada, con un nieto desconocido apareciendo para vivir con ella). Supongo que la idea de que protagonizara la serie la gran Susana Alexander, y que María Antonieta de las Nieves sirviera como apoyo cómico, les hizo pensar que podrían tirar de ella. Por supuesto sirve para que la serie tire más hacia la comedia que el drama, y supongo que el tema de las segundas oportunidades tiene más sentido con ellas por medio. En fin, yo qué sé. Ojalá me hubiera gustado, pero me temo que ni ellas consiguen lograr que vaya algo por encima del promedio. Y es una pena, porque creo que dentro podría haber una serie interesante.

Lo que más me sorprende de este Matlock (USA) es lo poco que se parece a Matlock. En realidad se parece más a Harry’s Law, la anterior serie de abogados de Bates, pero con un giro hacia Suits -que para eso se ha convertido en una favorita del streaming– y si bien no esperaba yo realmente que esto fuera hacia esa versión más ‘clásica’ de Matlock -o de algunos de los mil dramas de suspense judicial, de Perry Mason a La Ley de Burke– lo cierto es que es un agradable genérico con un par de niveles de interpretación pero un guion en el que no parece haberse complicado nadie demasiado. Una de esas series que pueden durar cinco temporadas y luego encontrártelas todas las tardes durante una década, saltando de canal a canal. Hemos visto cosas peores. Pero está claro que tampoco se iban a complicar en algo mejor.

Sobre el papel Murder in a Small Town (USA) lo tenía todo para gustarme. Se supone que iba a ser un ‘cozy crime’ en un pequeño pueblecito en el que el nuevo jefe de policía, llegado de la gran ciudad, resolvía asesinatos mientras su vida amorosa ocupaba un hueco. Lo cierto es que según empieza la serie notas las ganas de hacer algo al estilo Hallmark. Pero no solo eso. De hecho, OJALÁ hubiera sido eso. Es difícil de explicar los problemas, no porque sea complicado sino porque son muchos. De entrada están los actores, en la que puede ser la peor interpretación de sus carreras. Que ya es decir. Luego está una producción que parece canadiense en el mejor de los casos. Detrás llega una trama que ni interesan en lo misterioso -es lo que tiene abrir con un crimen en el que pones solo un sospechoso- ni la parte ‘romántica’ es mínimamente soportable. Y el insufrible manejo de los tiempos que hace que todo sea plomizo, aburrido, innecesariamente alargado. A eso le podemos añadir, además, que la química entre sus protagonistas simplemente no está. No existe. No existe a niveles que la primera vez que aparecen juntos para una cita si uno les ve piensa que es algún tipo de incómoda entrevista de trabajo. Qué desastre, qué horror y qué espanto. Mira que cuando uno ve las películas de Hallmark Mystery piensa que son obras sencillas de hacer. Pero qué os puedo decir. Para todo hay que valer.

No esperaba estar yo diciendo esto pero Nobody Wants This (USA) es una gran serie pese a su falta de trama. Y lo es porque el magnífico reparto saca adelante una historia que parece pensada a partir de organizarles para que hablen entre ellos. Porque la química pero, sobre todo, el encanto de los protagonistas, especialmente de una Kirsten Bell que parece estar dando entrevistas sucesivas, es lo que logra que esta comedia romántica sencillita y ligera, sobre una mujer que tiene un podcast en la que habla de sus (malas) experiencias amorosas y… un rabino. El peor ejemplo de ‘timming’ posible, sin duda. Pero dado que -al menos en el piloto- no hay mención política alguna, y sí bastantes estereotipos judíos, porque funciona para ese ir a lo sencillo. Así que supongo que será eso lo que determine si el público la acepta mejor o peor. Yo, desde luego, estoy a favor, pese a todo.

Encontrarte una coproducción francesa apoyada por británicos y estadounidenses como Paris Has Fallen (O) (FR) en la que ha habido todo tipo de problemas -incluyendo el cambio del teórico protagonista, Mathieu Kassovitz, por otro, Tewfik Jallab, tras un accidente de moto del primero-tiene un cierto aire de sorpresa por mucho que luego se vaya a estrenar por todas partes. Sea como sea, podemos decir que el contacto con la serie de películas es limitado, como su eficacia. Porque aún teniendo un par de buenos momentos de acción y suficientes ‘giros y sorpresas’ lo cierto es que no parecen tener muy claro ni cómo hacer las transiciones entre ellas ni cómo ir gestionando la información y la acción para que ni el suspense ni la acción se resienta. Es una lástima porque se nota que tiene más presupuesto que la media, y uno solo puede pensar en lo que podrían haber hecho alguno de los especialistas ingleses en el asunto dado lo poco dados al actioner que son los especialistas en thrillers. Pero bueno. Es un intento, supongo.

No soy capaz de entender para quién es esta serie, este Penelope (USA) que parece por un lado una de esas de ‘adolescentes en la naturaleza’ y, por el otro, de algún tipo de autoayuda/sal-a-tocar-la-hierba que, en fin, precisamente si hacen eso no están viendo Netflix. A mí no me podría interesar menos, por supuesto, ni como serie ni como ideología, pero eso no significa que cada vez que me encuentre con una de estas no vea que hay un público -que no soy yo-, así que esa decisión puede que esté más meditada de lo que yo pienso, y que realmente a alguien le pueda interesar. Mientras no me la tenga que ver yo, todo bien.

A ratos llego a pensar que este Rescue: Hi-Surf (USA) surgió de un reto: ¿Cómo podríamos hacer un 9-1-1 centrado en un equipo similar a Los Vigilantes de la Playa de manera que sea LA SERIE MÁS ABURRIDA POSIBLE? Y lo logran. Despojándola de cualquier tensión, dando espacio a cualquier chorrada de drama de telenovela diaria, y poniendo a unos personajes que no podrían interesar menos. Sin tensión, humor, espectacularidad, sin unos personajes que llamen la atención… Es un pan sin sal en el que, por no haber, no hay ni toras.

Casi agradezco que Los Reyes de Oriente (O) (MX) sea una especie de drama en lugar de los dos tipos habituales de Organización Criminal. Porque algo hay por ahí perdido, pero el centro está en la relación entre un grupo de jóvenes y, sobre todo, entre uno de ellos y la madre de su amigo. Aquello del Amor Prohibido que normalmente se habría tratado como Telenovela pero aquí se hace desde el Drama. No es que sea gran cosa -aunque sí que está actuado de manera competente- pero… bueno… algo es. Imagino.

Con la ya clásica animación espantosa de 3D y una idea muy leve llega adelante Tea Town Teddy Bears (USA) en la que un grupo de.. supongo que animales antropomórficos sería mejor resumen que Un puñado de furries… se dedican a tomar el té y hacer fiestas. Supongo que por el grupo de esas al que van dedicados tampoco es que necesiten mucho más, pero no puedo dejar de pensar que se podría haber hecho claramente mejor. Bueno, y que me pregunto si alguna empresa de té habrá pagado esto.


¡Libros que Salen! Gass, «El caso de Margarita Landi», Lorac y Farmer y más

¡Que entre la pila!

Sonata cartesiana y otros relatos de William H. Gass, ed. La Navaja Suiza
Aquí estamos de nuevo con Gass, nueve relatos en los que el conocido escritor muestra con genio e ingenio, estilo y humor, la naturaleza humana. Lo cierto es que podría escribir mucho más, pero es William Gass, así que no debería de necesitarlo.

Muerte de un librero de Bernard J. Farmer, ed. Duomo
El caso del escritor desaparecido de E.C.R. Lorac, ed. Duomo

No sé qué es lo que Duomo quiere decirnos con estos títulos pero aquí estamos, con un nuevo para de novelas de la British Library.
En la primera de ella tenemos a mediados de los cincuenta la segunda historia del Sargento Wigan, un asesinato en el mundo del coleccionismo de libros, así que como es de segunda mano me siento menos amenazado.
En la segunda -de mediados de los treinta- es un escritor el que desaparece, esta vez es una obra de humor, y con puyas hacia los que piensen que una mujer no puede escribir novelas de misterio.
No es, quizá, mucho que decir de ellas. Pero es lo que hay.

El caso de Margarita Landi. La Rubia del Velo y la Pistola de Javier Velasco Oliaga y Maudy Ventosa, ed. Alianza

La figura de Margarita Landi es bien conocida, la persona detrás de sus icónicas maneras y sus rocambolescas historias periodísticas no lo es tanto. Eso es lo que pretenden acometer sus autores, ofreciéndolo casi como si fuera uno de esos ‘true crime’ que la autora cubría para El Caso. Una aproximación tanto a la biografía con sus luces y sombras como al icono rubio, con pipa y descapotable. Intentando explicar la aparenten incongruencia de una mujer como ella en un país como la España de la posguerra.

Una mujer de espaldas de Yamada Murasaki, ed. Salamandra Graphic

Mucho ha tardado Yamada Murasaki en llegar a nuestro país, uno de los grandes nombres del manga reivindicativo feminista, cuya mayor obra es precisamente esta que a principios de los ochenta sirvió para que hiciera una versión de la literatura confesional, hablando de los abusos domésticos dentro del matrimonio. Una obra que rompió moldes, y en la que aún hoy vemos la fuerza de esa denuncia, tantos años después.

Todos en este tren son sospechosos de Benjamin Stevenson, ed. Planeta

Tras Todos en mi familia han matado a alguien Stevenson recupera a su personaje principal para -otra espantosa portada y- un trayecto en tren en el que le enfrenta a algo incluso peor que un asesino en serie en un refugio aislado de las montañas: El mundillo literario. Y un tren. También un tren. Un tren en el que varios autores de novela criminal de distinto tipo – el superventas, el de forense, el de legal, el psicológico, el literario, el debutante- se encuentran en una especial celebración que, claro, rápidamente se convierte en una nueva investigación de asesinato. Una en la que cada uno tendrá sus métodos pero también sus motivos. Y es que al final el mundillo literario no está tan lejos del ‘true crime’.

La primera vez que murió de Ethel Lina White, ed. WHO


Ethel Lina White es -o debería de ser- bien conocida por los aficionados al mystery más clásico gracias a ese The Wheel Spins que conocemos más como La Dama Desaparece. Pero, claro, no es lo único que escribió, y muchas veces no fueron novelas de un sencillo estilo con cadáveres e investigadores. Por ejemplo, esta. En la que un tipo decide que la mejor manera de lograr dinero es buscarse un seguro y fingir la muerte. Pero, claro, las cosas no salen siempre como uno cuenta. Porque la compañía de seguros pondrá a alguien a investigar, y porque la mujer del tipo puede tener sus propias ideas, y para qué hablar de su amigo. Y quizá el truco necesite ser repetido y… Ciertamente Ethel Lina White tiene una reputación, y unos motivos para haberla conseguido. Como este libro.

Biblioteca pública de Ali Smith, ed. Nórdica

Una colección de historias reunidas para que Smith demuestre que los libros y sus autores son capaces de inspirar muchas historias, y lo hace explicando como nos cambian, nos retan, nos hacen viajar, cambian el tiempo a nuestro alrededor e, incluso, nos dan los conocimientos y energías para hacer cosas que no hubiéramos intentando de otro modo. Así que casi podríamos considerarlo como una colección que busca el activismo literario y la defensa de las bibliotecas.

Otro Manhattan de Donald Antrim, ed. Chai

Parece que está siendo un buen año -y un buen septiembre- para Antrim. Porque se supone que en algún momento La Fuga le sacará una novela y ahora es la argentina Chai -que ya había publicado La vida después- la que publica un conjunto de sus relatos. Teniendo en cuenta que su producción no es mucha significa que avanzamos a buen ritmo.

Muñeca de huesos de Holly Black, ed. Puck

Un grupo de amigas, una muñeca de porcelana, el final de una amistad… y el regreso de todo ello en una última aventura en la que es difícil saber si les acosa una niña fantasma o si es la muñeca la que está detrás de todo. Porque nunca se sabe qué es lo siniestro que puede estar ocurriendo detrás de esos sucesos tenebrosos.

¡Frendo Vive! Un payaso en el maizal 2 de Adam Cesare, ed. Dimensiones Ocultas

Pues aquí estamos de nuevo, con la continuación de ese slasher que Adam Cesare nos presento. Tenemos otra vez a nuestra Final Girl y, por supuesto, también a Frendo, el payaso asesino, y otra vez una serie de muertes de adolescentes. Qué podemos decir: Too Payaso, Too Furius.

África no es un país de Dipo Faloyin, ed. Capitán Swing

Hace lo que parece un siglo y es poco más de una década el escritor keniano Binyavanga Wainaina veía publicado en España, en Sexto Piso, su magnífico Algún día escribiré sobre África en el que escribía a partir de la publicación de un número de Granta sobre África que le parecía estúpido y hecho de postales. Ahora que Wainaina ya no está con nosotros, tras su fallecimiento en 2019 a los 48 años, parece que le toca realizar un acercamiento similar a Dipo Faloyin, nacido en Chicago pero criado en Lagos, y que también se ha cansado de que se vea el continente como un único país. Así, dispuesto a mostrar la variedad de vidas e historias, los momentos vibrantes y -por qué no- la complicada relación con una cultura blanca más empeñada en salvarlos que en comprenderlos.

Te la han jugado de Adrian Hon, ed. Alianza

Es posible que la discusión sobre la ‘gamificación’ parezca producto del pasado -al fin y al cabo este es un libro de 2022, ha transcurrido tanto desde entonces…- pero eso no significa ni que los modelos de ‘gamificación’ usados para ‘enganchar’ al público y para ‘alentar’ (je) a estudiantes, trabajadores y subalternos varios hayan desaparecido. Ni en las escuelas, ni en los gobiernos, ni por supuestísimo en las empresas. Porque, a veces, parece que estamos obligados en competir en juegos imaginarios que no tienen una finalidad más que los beneficios y el control. Lo cierto es que entre que no creo que nada de esto nos pille muy por sorpresa y que el autor parece empeñado en hablar de la ‘buena gamificación’ -de su empresa-… Pero bueno, supongo que habrá gente a la que esto interesará.

Quiero y no puedo de Raquel Peláez, ed. Blackie Books

Sinceramente, no sé si este libro estará bien o no. Pero estoy seguro de que se va a vender a patadas. Y que sea obra de alguien de Vanity Fair y S Moda me hace suponer que está escrito desde dentro.

Cereales para las seis estaciones de Joshua McFadden y Martina Holmberg, ed. Neo-Cook 

Parece que por fin vuelven los libros de Neo-Cook tras casi un año, y lo hacen con un dúo al que ya conocemos gracias a su magnífico libro sobre el uso de los vegetales en la cocina: Seis estaciones, y también con una propuesta particular. Darle a los cereales su oportunidad de brillar en los platos, mostrarnos su variedad y versatilidad. Hacer de ellos que sean algo más que una cena en un tazón con leche.

Ottolenghi Test Kitchen: Ese toque especial de Noor Murad y Yotam Ottolenghi, ed. Salamandra

¡Una nueva entrega de la Ottolenghi Test Kitchen! Esta vez centrados en los ingredientes ‘caseros’ para buscar ese ‘toque extra’ en distintos condimentos, aderezos y salsas con los que acompañar o realzar un plato. Y lo hacen, por supuesto, acompañándolo de recetas en los que usarlos. Siempre una alegría estos libros.

El miedo (El bosque tenebroso de mi mente) de María Hesse, ed. Lumen

Un nuevo libro ilustrado de Hesse, esta vez con el tema del miedo en su centro, a partir de sus propias experiencias. El originen del miedo, cómo plantarle cara, todas esas experiencias que son en buena parte compartidas -ansiedad, maltrato, precariedad, soledad…) trasladados de manera visual y alegórica entre el cómic y la autoficción.

Chica desaparecida de Sophie McKenzie, ed. La Mar Salada

La Mar Salada, la editorial para juvenil hermana de El Pirata, recupera aquí un título que tiene ya casi veinte años pero que, pese a su éxito exterior, no había llegado aún a España. Uno de esos títulos que podemos rastrear en ese relanzamiento del thriller juvenil, aunque aquí tenemos más una mezcla de misterio, melodrama y alguna aventura sobre una joven que quiere saber más sobre sus padres biológicos y su proceso de adopción y cada paso que da parece más una película de Lifetime que la anterior.

El cementerio de Everden. La tumba de Walter Malone de Beatriz Oses, ed. Destino

De la madrileña autora de Erik Vogler llega un misterio sobrenatural con algo de humor, comenzando por su protagonista que se despierta intentando salir de una tumba. De su tumba. Ahora, perdida la memoria y acompañado de una tarotista y una joven -que han llegado siguiendo una pesadilla- tendrán que intentar descubrir qué es lo que está pasando en… El cementerio de Everden. ¿Veis? El título del libro. Si es que está todo pensado.

El lenguaje secreto de Jessi (12, El Club de las Canguro) de Ann N. Martin adaptado por Chan Chau, ed. Maeva
Pues aquí estamos, una docena ya de cómics de El Club de las Canguros, en esta tercera etapa en la que Epstein y Chau se reparten los números. Esta vez el tema es el aprendizaje y uso del lenguaje de signos después de que les toque cangurear a un joven sordo. Así que todo sigue bien aquí.

CLUEDLE: El caso del diamante perdido de Hartigan Browne, ed. HarperKids

Pues sí, un libro de pasatiempos con algo de historia alrededor, siendo esta vez los juegos de lógica y deducción. Y para un público juvenil. Personalmente creo que hubiera tenido más sentido sacarlo antes del verano, pero como llevan ya unos pocos en inglés supongo que si este les funciona podremos cambiarlo por el Logic Extra.

Montgomery Bonbon. Asesinato en el museo de Alasdair Beckett-King con ilustraciones de Claire Powell, ed. Bambú 

Una historia infantil, casi juvenil, de detectives. Con Montgomery Bonbon, un famoso detective francés reconocible por su boina y su gran bigote. Y una joven más que capaz. Tan capaz que se llama Bonnie Montgomery. Y si estás pensando que quizá el detective se parece mucho a una chica de diez años… ¿qué puedo yo decir? En este primer caso hay un museo, un asesinato y, por supuesto, mucha diversión.

Nuestros domingos de Véronique Kirchoff y Luciano Lozano, ed. SM

Una historia sobre la relación entre dos generaciones, con una abuela y su nieto que pasean los domingos y en la que ella va contándole los recuerdos de su pasado. Una forma de encontrar el punto común entre ambas vidas y, por supuesto, un magnífico trabajo en la ilustración.

Superninja Kururo de Marko Torres, ed. Bang

Como una mezcla de videojuegos e historia de ninjas llega este cómic infantil en el que el autor chileno nos muestra a un personaje poco heroico que acaba en mitad de una gran aventura. Y lo hace con humor y acción tanto en el texto como en los dibujos.

Gigante de Rob Biddulph, ed. Andana

Un libro rimado, una aventura marina, un pequeñito que quizá es más grande pero, sobre todo, la amistad, la perseverancia y cómo el tamaño no importa. Sino lo que haces.

Paula McPulgas de Anna Kemp y Adam Beer, ed. Andana 

Una gata villana, acogida por una bruja agradable, dispuesta a entremeterse en todas partes. Pero quizá eso acabe entristeciendo a la bruja, quizá Paula decida llegar a… algún tipo de acuerdo. Porque, al fin y al cabo, la maldad y la amabilidad pueden buscar el equilibro, entre humor y sorpresas.

Aquí no se rima de Leticia Jiménez y Susana Rosique, ed. Apila

No suelo decir esto, pero creo que merece la pena echarle un ojo a las páginas de muestra. Porque este álbum ilustrado debería de ser el nuevo Pollo Pepe. Un personaje central que quiere enseñarnos los animales mediante frases, que dan lugar a rimas, que salen mal, mientras el ratoncito va perdiendo la compostura. Con el autocompletar de la escatología que hace gracia a los más pequeños y con un dibujo expresivo y lleno de humor que lo realza. Una obra magnífica.

Nos leemos.


De momento no es demasiado lo que puedo decir de Agatha All Along (USA) porque han sacado dos capítulos que casi ni cuentan como pilotos. En el primero directamente estamos en otra historia y no se nos presentan más que a un par de los personajes de la nueva serie. El segundo es de presentación de personajes y poco más. Sí, inicia varias tramas, hay partes de misterio, y deja caer desde el principio que vamos a tener un camino movido -y que parece que alguien ha puesto pasta- pero, a la vez, son dos capítulos que sirven poco más que para poner un tablero y a unos personajes en él. Bueno, y para que haya un número musical. No es tanto que sea tiempo perdido como que sigue esa idea de ‘serie como libro’ en la que no tenemos tanto un desarrollo como un conjunto de situaciones que nos ponen en camino. Pues bueno, habrá que esperar para ver por dónde tira esta mezcla de humor, fantástico y… ¿quizá algo de terror? En fin. Si hay más números musicales tampoco me parecerá mal, claro.

Bueno, pues aquí llega Ryan Murphy con otro American blablabla Story. Lamentablemente parece que se han quedado sin cosas que contar, o sin interés para hacerlo. Es una lástima porque supongo que había maneras de que este American Sports Story (USA), que en su primera temporada antológica se centra en Aaron Hernandez, fuera algo más que un melodrama deportivo al uso. De hecho, con tanta serie deportiva como hemos tenido estos últimos años se nota que está, de hecho, bastante más ‘a rebufo’ de todo lo que lleva años apareciendo, que con la intención de darle un giro o añadir algo. No sé si esperan que los mismos fanses ayuden con esto, o si creen que no tienen que molestarse porque para qué, pero es la serie menos Ryan Murphy de todas las series antológicas que Murphy ha ido sacando.

-De entre las cosas que no esperaba estar escribiendo hoy está la de una serie surafricana que adapta otra mexicana, pero aquí estamos, con Blood Legacy (O) (SA) que es adaptación de otra también de Netflix, Monarca, y que cuenta, como ella, la historia de una familia con un negocio. -Aquí caña de azúcar, allí tequila-. Cómo el patriarca decide romper lazos con ‘el crimen’ en su versión políticos corruptos y malhechores -en la mexicana eran narcos, aquí no han dicho aún el qué son, pero no debe de caer muy lejos- y para ello intenta que vuelva a su lado su hija. Vamos, la telenovela habitual con drama familiar, distintos hermanos más o menos enfrentados y muchos secretos y blablabla. Esta es quizá un poco más cruda -que no más violenta, eso lo son casi por igual- y un poco más de cartón piedra, pero no ofrece mucha más novedad salvo el pasar la historia de México a Sudáfrica y que los cambios que necesiten hacer no sean demasiados. En fin. La globalización y un día, supongo.

Estoy seguro de que hay una manera de escribir sobre Envidiosa (O) (AR) de una manera que parezca que hay algo en la serie que no está reciclado. Que no sale de otro lado. O que resulta interesante. Me temo que no soy la persona que pueda hacerlo porque la decisión de que la protagonista no sea nada soportable es lo único que le veo funcionar. Todo lo demás son versiones más o menos perezosas de lo de siempre: Mujer a la que la vida no se le va bien, ruptura, viaje de autodescubrimiento, secundarios más o menos estrambóticos y un interés romántico con neones. En fin, que no le veo mucho recorrido a la cosa esta. La verdad es que solo puedo suponer que la actriz principal es conocida en Argentina o algo y por eso le han dado la serie.

Pues supongo que de este Gokuaku Joou (O)(JP), o 極悪女王 o The Queen of Villains o…, podía haber salido algo interesante. Pero al final estamos en lo de siempre. Si lo que quieres es hacer un drama sobre la dura infancia, el duro trato, la dificultad de blablabla… no creo que llegue a pasar del piloto. Es una pena porque visto desde fuera parece que tanto la existencia de esta persona -o de este personaje- como en wrestling en Japón, no digamos ya el femenino, y el fenómeno fan a su alrededor parece que podrían haber dado para más. Y supongo que para los que busquen un drama en un entorno deportivo… les valdrá. Pero a mí me han quitado las ganas.

Ya sé que normalmente solo hablo de ficción aquí, pero Have I Got News for You (USA) era demasiado goloso de ver estrenar. Sobre todo por ver cómo adaptaban los tan clásicos ‘panel shows’ ingleses. Especialmente uno que, digamos, lleva muchos años pero no es… como otros. (No digamos ya en mi corazón). Y, por otro lado, lo que una adaptación estadounidense podía suponer significaba algo de interés visto su desastrosa manera de reinventar programas como Taskmaster o el Great British Bake Off. Más aún cuando el canal encargado es la CNN nada menos. El resultado… bueno… digamos que da más la sensación de ser un ensayo, una versión aún en pruebas, que otra cosa. Porque está claro que podrían hacer algo, y tiene un par de buenos momentos, pero les pueden dos problemas que son uno: El formato por encima de la gente. A veces porque el formato no acaba de funcionar pero le tienen que dedicar un tiempo y ahí que siguen. En otros, porque tienen a gente ahí pero no parece que sea para que hablen ni para dejarles decir cosas. Solo para que ‘estén’. El formato de puntos sin marcador, además, tampoco parece que sepan cómo hacerlo funcionar. Así que… El resultado parece más una previa de esas que se enseñan al público y diez años más tarde se dice ‘ah, fíjate, lo que ha mejorado en cuanto ha ido rodando y afinándose’ que un programa sobre el que poder decir algo. Porque si no empiezan a soltarse, y a dejar de fondo el formato, tampoco va a haber mucho de lo que hablar. La verdad.

El problema de High Potential (USA) es que como versión de la francesa HPI – Haut Potentiel Intellectuel nos permite de nuevo echar un vistazo a cómo se americanizan las cosas. Y esta serie es un ‘murder mystery’ de excéntrico asesor y su compañero policía que se queda en un pase justito de todo. Sobre todo porque la excentricidad de la original se ha limitado, y aunque Kaitlin Olson sea una buena actriz cómica con muchas tablas resulta demasiado convencional para un papel que requeriría algo bastante menos convencional. La falta de impulsividad hace que el contraste con la brillantez sea menor, igual que lo es el que sus hijos sean más… ordenaditos y callados. O, como decía, toda esa estandarización de los actores estadounidenses. Esto requería de justo lo contrario que los americanos están dando, como pasaba con la adaptación de Los Misterios de Laura. Y, como aquella, veo sin problema a la serie durando un par o tres de temporada. Pero menos por medios propios que como relleno.

Una serie antigua con actores capaces, eso es lo que La Maison (O) (FR) ofrece. Una telenovela ochentera de ricos, aunque sin los riesgos que estas llegaban a tomar, que confía en que con el tema La Moda podrá tirar adelante. El problema es que The Bold and the Beautiful lleva desde finales de los ochenta en tira diaria con estas cosas, que en los últimos años hemos tenido una buena cantidad de series centradas en el mundo de la moda -más cercanas (Balenciaga, The New Look) o lejanas pero no tanto (Halston, The Collection)- y que por mucho que cambies el escenario a una mansión en lugar de las oficinas de Ecomoda o al presente en lugar del pasado de Velvet el resultado es muy similar. Demasiado similar. Lleno de personajes planos que dicen más o menos lo esperable y con los que sus intérpretes pueden intentar lo que sea -cuando lo hacen- pero, ¿de qué sirve que Carole Bouquet electrifique con su presencia si su personaje poco menos que se dedica a ‘estar’ en lugar de a ‘ser’? Y al final el problema es el de siempre, si haces una serie genérica va a ser difícil que los actores la salven. Pero va a ser más difícil aún que los espectadores la recuerden. Y si es difícil que esta serie sea notada no quiero ni contaros las posibilidades de que sea recordada.

Sorprendentemente interesante este Nightsleeper (UK) que decide mezclar el thriller con las películas de desastres, y lo hace con una premisa muy poco creíble. Alguien ha decidido hackear un tren. Con aviesas intenciones, por supuesto. Lo que pasa es que dentro del tren lo han descubierto antes de lo que se esperaba, y fuera del tren hay gente dispuesta a ayudarles. Por supuesto nada es lo que parece, hay varios giros, idas y venidas, y para el final del piloto se nos han presentado a una buena cantidad de personajes que van a funcionar en la parte de thriller de la trama, en la parte de catástrofes… y alguno en ambas. Quizá debería esperarme a verme más capítulos -que me los voy a ver, claro- para tener una idea más general de la serie, sus intenciones y destino. De momento puedo decir que me ha parecido lo mejor de la semana.

No se me ocurre ningún motivo razonable para que The Penguin (USA) en la película lo interpretara Colin Farrell con traje de gordo, de Jesús Gil, no se me ocurre ninguno para que lo haga en la serie. No sé si con menos caracterización hubiera sido algo más que un triunfo de los prostéticos sobre el hombre, pero dado que la serie tiene los peores vicios de las de Marvel y prácticamente ninguna virtud -si acaso Cristin Milioti, que está dispuesta a trabajar todo lo que los demás no, o quizá es que sea más capaz de sacar algo de lo poco que hay. Y han cambiado a Turturro por Mark Strong, para cosas que no me entran en la cabeza, de verdad que esto parece pensado por Zaslav– para acabar haciendo una de gangster que es más de lo mismo. No sé qué esperaba, la verdad. Quizá que intentaran hacer algo más El Largo Halloween -que es un desastre de cómic, pero podrían haberlo intentado arreglar o algo, yo qué sé- y menos Los Sopranos, o una versión de Los Sopranos hecha por un programa de esos de Arús que tenían que usar pegotes de goma para imitar a famosos. En fin.

Una de las cosas que más me gustan de que ahora tengamos tantas series de tantos países al alcance de la mano es cuando una de ellas demuestra la manera de hacer a su propio estilo lo que no deja de ser una historia clásica. En el caso de Thalaivettiyaan Paalayam (O) (IN) se trata de la vida de pueblo -más o menos particular, más o menos estrafalaria, más o menos agradable- en la que cae un joven de ciudad. No, esta vez no es un Doctor, esta vez es… un Panchayat Secretary, un puesto entre lo administrativo y lo político porque sus tareas en teoría son administrativas pero dependen de lo que el Presidente -y el Vice- del Gram Panchayat decida que hay que hacer. Digamos que estamos más cerca de unas Crónicas de un Pueblo. Aunque con algo más de mala baba, porque el costumbrismo que en teoría lo vertebra sirve también para mostrar no solo el sentido de comunidad del pueblo, también sus desventajas. Además de proponer un trato entre el protagonista y su ‘jefe’ que parece más veces enfrentar a los dos personajes -o, más bien, al jefe jugando con el subordinado- de lo que la apariencia afable del superior parecería indicar. Igual que vemos la desesperación del joven administrativo por haber sido relegado a un pueblecito. Que puedo decir, hay cosas que son distintas, y otras no tanto. Supongo que el espectador del país es el que más lo disfrutará, pero desde fuera la serie -que no pasa de agradable- puede servir para acercanos un poco también.

Zack Snyder haciendo una serie sobre mitología nórdica parece algo que no necesitaría banda sonora de tantos silbatos de perros. Que lo haga en Netflix significa que, además, la animación de esta Twilight of the Gods (USA) va a ser… bueno, lo que os podéis esperar. Hay veces que sospecho que en realidad es una demo de alguna otra cosa. Una parodia, de hecho. Es como si alguien se hubiera visto Valhalla (1986) y hubiera pensado que se podía empeorar. Todas las decisiones perezosas, todas las ideas de cómo poner sangre para que el rojo destaque haciendo que todo sea GRISÁCEO. ¡GRISÁCEO! ¡¡¡HASTA LA ANIMACIÓN ES GRISÁCEA CON SNYDER!!! Así que como idea de ‘adulto’ han decidido METERLE SEXO Y VIOLENCIA Y ALCOHOL. ¡PERO ES QUE ESTO! ¡¿PERO POR QUÉ?! Treinta minutos dura Y DEBERÍA DE HABER SIDO UNA ANIMACIÓN FLASH DE CINCO! ¡Y LAS ESCENAS DE SEXO! ¡LAS ESCENAS DE SEXO! ¿Pero es que ha decidido hacer como si The Boys fuera en serio? ¿Pero qué años mentales tiene este hombre? Si es que de esta serie no se puede decir nada bueno. Lo único que se puede decir es… ¡Por qué! ¡¿POR QUÉ?!

El gusto de los ingleses por el docudrama menos docu y más drama, esto es la recreación de hechos históricos intentando a la vez parecer razonablemente cierta, algo de cartón piedra y lo más dramática posible, vuelve a demostrarse con A Very Royal Scandal (UK), sobre la entrevista el Príncipe Andrew. Que aquí es Michael Sheen. Y Ruth Wilson como Emily Maitlis, la periodista que le entrevistó. Lo cierto es que ambos han demostrado de sobra su capacidad interpretativa, pero, como decía, menos que un Frost / Nixon lo que nos encontramos es una suerte de Teatrillo Televisivo en el que el personaje de Wilson es lo más parecido a una persona real mientras que Sheen… Bueno, podría estar interpretando a cualquier imbécil regio. Especialmente porque logra dejar de lado alguno de los aspectos más… por ponerme con terminología técnica: Grimosos, del príncipe Andrew. Sin contar la peluca espantosa que me lleva. De verdad que el nivel del reparto -está Joanna Scanlan, por ejemplo- no logra tapar ni los problemas al tratar la historia ni muchas de las decisiones de cómo retratan a Andrew -hay un momento en el que poco menos que echan la culpa a Fergie de todo el asunto con Epstein– y es posiblemente eso lo que hace que sea mucho menos de lo que la misma serie cree ser. Por muy digna que se ponga a estas cosas se les acaba viendo el cartón piedra.

Una serie sencillita con un pequeño misterio y un reparto curtido en televisión: en telenovelas, en policíacos, en ambos. Eso es lo que trae The Wives (UK), una serie cuyo mayor problema es que decide contar en demasiado tiempo lo que claramente daba para lo que daba. Y que tiene una notable tendencia a irse no ya por las ramas sino, directamente, por los meandros telenovelescos que sirven para rellenar la tira diaria. Así que bueno, si alguien quiere una serie a la que no hacer demasiado caso sobre unos ingleses, miembros de una familia más o menos extensa, que todos los veranos viajan al mismo sitio de la Isla de Malta a pasar unas vacaciones, con el asunto de que en este caso regresan tras un año marcado por la desaparición de una de las mujeres el año anterior y con todos los protagonistas habiendo visto transformada sus vidas menos por este asunto, la verdad, que por otros similares. Pues aquí está. Con la parte buena de que da igual si dejas de prestarle atención un rato porque ya volverán una y otra vez al tema y te recalcarán lo que haga falta saber. Qué le vamos a hacer, a veces lo que da para un episodio de Muerte en el Paraíso hay que estirarlo hasta que de para miniserie.


¡Libros que Salen! Martine, «Seis mujeres criminales», Barnes y más

¡Que entre la pila!

Una memoria llamada imperio de Arkady Martine, ed. Nocturna

Un sistema espacial, la muerte sospechosa de un embajador, intrigas palaciegas, culturas alienas, y un imperio, el teixcalaanlí, con toques del bizantino y el maya, en el que caben también reflexiones sobre el lenguaje. Una de esas obras que ganó un buen puñado de premios -incluido el Hugo- tras su publicación en 2019 pero que permanecía inexplicablemente -al margen de que lo escribe una mujer, claro- inédito en España. Así que, como poco, podremos probar qué tal esta edición.

El Gran Juego (El Gran Juego 1) de Jennifer Lynn Barnes, ed. Molino

¡Ya está aquí la nueva serie que continúa con los Hawthorne! El Gran Juego ha comenzado, muchas caras conocidas de libros anteriores se juntan para vencerlo, pero también hay nuevas sorpresas, más revelaciones y -por supuesto- algo de romance. Teniendo en cuenta que salió tan a finales de julio que era casi agosto está claro que se han dado prisa en publicarlo. ¡Porque saben que el juego está en marcha!

Seis mujeres criminales de Elizabeth Jenkins, ed. Alba

Entre el ensayo de época y el ‘true crime’, estas seis semblanzas que Jenkins nos ofrece van del siglo XIV al XIX ofreciéndonos a unas protagonistas capaces de todo. Desde Jane Webb, que encabezó una banda de ladrones callejeros desde su adolescencia, a Alice Perrers, que se llegó a hacer con joyas de la corona inglesa, pasando por la condesa de Somerset y sus trucos para lograr cambiar su matrimonio por uno más ventajoso, la falsificadora lady Ivie, o las envenenadoras Florence Bravo y la señora Cox. Mujeres determinadas a ser más de lo que su contexto histórico les ofrecía.

Mesa para dos de Amor Towles, ed. Salamandra

Toca libro de relatos de Towles, incluyendo una novela corta con uno de sus personajes ya conocidos, Eve Ross de Normas de Cortesía, que remata así los seis relatos sobre los encuentros, compromisos y relaciones interpersonales.

La liga de los presos de Nana Kwame Adjei-Brenyah, ed. Nocturna

Supongo que una forma de reexaminar el mal estado del sistema penitenciario estadounidense es montar una especie de mezcla entre Los juegos del hambre y La carrera de la muerte del año 2000. Sin carreras, solo muerte. Una historia que supongo que pretende mostrar sus raíces con las peleas de gladiadores pero que, al final, gira en torno a una persona que parece que por fin podrá salir gracias a haberse convertido en campeona. Pero, por supuesto, los obstáculos que el propio sistema pone están ahí para acabar o con ella o con su humanidad. Y es que frente al racismo sistémico, el capitalismo desenfrenado y el sistema penitenciario privado estadounidense, el autor opone la necesidad de reexaminar lo que consideramos que es la humanidad, la realidad y, por supuesto, la libertad.

El mejor error de Anna de Marian Keyes, ed. Plaza y Janés

Vuelve Marian Keyes y lo hace a la saga de las Hermanas Walsh. Que es algo que dijimos hace dos años y que ahora volvemos a decir cambiando a Rachel por Anna. Ha pasado suficiente tiempo desde su libro así que ahora la vemos de vuelta en Irlanda, ayudando a unos amigos y -supongo que poca sorpresa- reencontrándose con un antiguo amor de su juventud. Aparentemente no hay veterinarios en esta historia pero, por lo demás, ya sabéis lo que toca.

En el país de los espías (Serie Jackson Lamb 6) de Mick Herron, ed. Salamandra

Pues aquí estamos, en el sexto volumen ya de esta destartalada sección de espías ‘quemados’ que siempre parecen dispuestos a meterse en un nuevo lío, sobre todo si un mortal enemigo de su pasado logra liberarse. Aunque quizá no todos recuperen a la Casa de la Ciénaga.

La isla de los susurros de Frances Hardinge, ed. Bambú

Una isla en la que ver a los muertos puede acabar con tu muerte, un joven obligado a convertirse en barquero, un lord vengativo, dos magos malignos, y niebla en el mar. Una nueva novela de Frances Hardinge, apoyada por algunas ilustraciones de Emily Gravett que muestra la aventura tanto como el terror de esta particular historia.

Comer hasta la extinción de Dan Saladino, ed. Col and Col

Usando el ejemplo de algunos alimentos amenazados con la extinción y la importancia de las especies -vegetales o no- para la vida, no solo para la alimentación, a veces en el contraste -la miel en envases de plástico en supermercado frente a la que recolectan los hadza- sirve para explicar no solo ese peligro de la extinción en el contexto del alimento, también la necesidad de cuidar los alimentos de cercanía, la biodiversidad que podría evitar el rodillo de los grandes intereses económicos que homogeneizan para peor lo que comemos.

The Midnight Order de Mathieu Bablet, ed. Nuevo Nueve

Con varios cómics publicados en España, con ese estilo de la ciencia ficción francobelga que lo caracteriza y con Shangri-la como el probablemente más conocido de ellos, ahora nos encontramos con Bablet de nuevo en esta historia que mezcla la ciencia ficción y la brujería, en un mundo científico en el que las brujas son cazadas y amputadas, y en la que dos de los integrantes de esas patrullas se enfrentan a la moralidad de sus actos y a la cercanía de los objetivos.

Piña, te quiero de Johanna Witick, ed. Inuk

Tras la anterior aventura, Yo, la ardilla, ya conocemos el valle chiflado. Así que en este nuevo cómic infantil podemos centrarnos en las peculiares aventuras que viven allí, porque la llegada de una piña enorme ponen a la ardilla Ossi y su amigo Pío en una loca persecución por todo el valle, lleno de encuentros con sus estrafalarios habitantes.

Daniel y los enigmas de Marta Jarque y Daniel Jiménez, ed. Combel

En 2009 se publicó en Bambú Daniel quiere ser detective, con estos dos autores. En 2016 hubo una reedición. Y en 2024 llega un relanzamiento, aunque ahora se llama Daniel sigue las pistas. El mismo nombre mantuvo Daniel tiene un caso. El que es nuevo, eso sí, dentro de este relanzamiento, es Daniel y los enigmas. Lo cierto es que esta nueva edición, con mejor formato y más importancia para las estupendas ilustraciones -además de pasar de Bambú a Combel-. Así que tenemos de nuevo una pequeña y encantadora historia de un detective infantil -y su perro- con mucho humor e imaginación.

El Club de los Robinson de Guillaume Delannoy, ed. Tramuntana

Una historia con un dibujo divertido siempre funciona mejor, y si se trata de algo que una las aventuras con el humor y te ofrece islas increíbles, una serie de extraños seres y multitud de detalles y sorpresas en cada puerto.

Igapó, ¿qué quieren los coatíes? de Pato Mena, ed. A Buen Paso

En otro estupendamente ilustrado álbum infantil de Pato Mena asistimos a los periplos de una madre coatí cuyas crías han desaparecido por la selva. Tendrá que recordar qué quería cada una, qué señales mandaban, para buscarlas y reunirlas. De nuevo un libro alegre y juguetón en el que la preocupación de la madre no se trata desde la angustia sino desde la necesidad de organización. Incluido, por supuesto, a hablar con otras madres.

Una gran historia de vaqueros de Delphine Perret, ed. Limonero

Un gran álbum ilustrado, casi un experimento narrativo. Porque lo que nos cuenta la historia es una de vaqueros… pero el ilustrador cree que eso no es tan interesante como… un mono. Y puestos a cambiar cosas, ¿por qué no puede ser el sheriff una avestruz? Así, entre un texto que dice unas cosas y unas imágenes que muestran otras distintas va transcurriendo con humor e imaginación una obra que logra ir más allá de lo meta.

Nos leemos.


Cuando Hallmark entra en una serie es, sin duda, para seguir con su peculiar manera de hacer… iba a decir dramas pero en realidad The Chicken Sisters (USA) está casi más cerca de la comedia. -¿Hay una joven exitosa cuya vida colapsa en la gran ciudad y debe volver al pueblo en el que nació? Podéis apostarlo- Y aunque esta historia de hermanas enfrentadas, restaurantes de pollo frito y telerealidad acaba convertido en una muy encomiable empresa en la que todo el mundo -fundamentalmente mujeres, por cierto- sigue con esos encontronazos que son más telenovelescos que reales, lo cierto es que el resultado es exactamente tan agradable como uno podría esperar. Especialmente si no te paras a pensar mucho en cómo es posible que esto incluya ya una suerte de Romeo y Julieta caducado de fecha que no solo no ha acercado más a las familias más sino que las ha alejado y que, dado que son dos hermanas las peleadas hace que esta cuarta generación -que es más protagonista que la anterior- tenga en el centro… ¿un triángulo amoroso con dos primastros casados? No tengo ni idea de cómo de ‘primos’ son, quizá deba hacerme un esquema familiar o algo. Aunque quizá por eso está el asunto tan ‘un pueblecito del sur’. Ah, puntos extra a la decisión de poner de Voz en Off a Margo Martindale. Así que… bueno… es una serie de Hallmark, no hay nada aquí que pueda conducir a error.

Puede que How to Die Alone (USA) sea la comedia más triste de este año. También es entrañable, empática, llena de personajes que parecen más o menos interesantes pero, sobre todo, que se nota que han buscado en sus intérpretes para que tengan un cierto interés. Un cierto impacto. Así que el resultado es sorprendentemente interesante. Lo único que no puedo decir que sea es divertido. Pero de los Emmys he aprendido que si la ‘comedia’ es buena no tiene por qué hacer gracia.

No puedo negar que ‘Como su propio nombre indica’ podría ser un buen resumen para Human Error (AU), pero lo cierto es que este policíaco ‘basado en hechos reales’ es un poco… en fin. Creo que el nivel general de Lifetime es superior a esto. Y más creíble, porque el encontrarse con un asesinato que parece sencillo y descubrir que detrás podría haber una red de corrupción policial e investigarlo en lugar de encubrirlo. Nah, no parece muy mucho nada.

Supongo que Kangmaekang (O) (CS), o 강매강 o Seoul Busters o o…, pretendía ofrecer una comedia policíaca de un grupo de perdedores. Lo cierto es que el nivel del ‘humor’ podría ser de los años setenta, en el mejor de los casos. La lógica interna… en fin. Supongo que lo mejor que puedo decir de este tráiler es que supongo que irá a mejor porque a peor es difícil. Hasta el punto de que hay momentos en los que he llegado a pensar que era algún tipo de ‘reality‘ de improvisación y eso justificaba tanto la interpretación como el guión. En fin, supongo que a veces los proyectos salen así.

El inicio de LEGO Star Wars: Rebuild the Galaxy (USA) podría parecer que prometía ver con algo de humor meta -que es lo que suele pasar con las cosas de LEGO– la historia de Star Wars. En realidad no pasa del principio y luego pasamos a una especie de aventurilla más humorosa que humorística. Podría haber sido mejor. También peor. Pero supongo que es tan para su propio nicho que está claro que realmente nadie esperaba que los de fuera lo viéramos, o quisiéramos ver más. Vamos, yo desde luego que no.

Supongo que Milliardærøya (NO) tendrá su público. Puedo asegurar que yo no lo soy. Ni los tejemanejes empresariales, ni los de familias, ni nada de lo que cuentan me parece interesante, relevante, curioso, bien hecho, nuevo… Aceptable sí, es una serie que es la vida idea de lo hecho ‘de manera correcta’. Como de plástico. Supongo que es eso lo que le puede funcionar. Que el plástico es brillante y vistoso. Pero poco más.

Me temo que Pickle Storm (UK) es un genérico de serie infantil de niña con poderes, en la que los humanos -más o menos- tratan de ser la versión más caricaturesca posible y los seres mágicos parecen moñecos. Que lo son, pero ese es otro tema. Así que bueno, una joven que viene de otro mundo, uno con magia, y llega al nuestro y blablabla. Supongo que al público infantil le puede gustar. A algún público infantil. Quizá.

No tenía yo muy claro el cambio de premisa que iban a meter en este Return to Paradise (AU) que han montado en la ABC australiana con la ‘asistencia’ de la BBC. Ni cómo iban a justificar que fuera un spin-off de Death in Paradise. Ni hasta qué punto iban a mantener el formato, sobre todo teniendo en cuenta los cambios intentados con el primer spin-off Beyond Paradise. Eliminar casi cualquier rastro de diversidad, cambiar las dinámicas, y que ya no hubiera un asesinato sobre el que el capítulo se centraba. Salió regular tirando a mal aquello. Así que en esta han decidido tirar por la calle de en medio. Parece que volveremos a tener asesinatos, yay. Aunque la diversidad sigue sin ser su fuerte. Pero, al menos, esta vez la detective es una mujer, que parece mentira que tras tantos años -y cuatro detectives- en la original nunca pasara. La excusa es la siguiente, volviendo de Londres de ser DI una detective excepcional pero peculiar se encuentra de vuelta a su ‘bello pueblo turístico australiano’ del que salió huyendo. Lo de Londres les permite meter un pequeño -y tirando a lamentable- punto de unión con la serie original. En fin. Encuentran una manera de que haya una forma de explicar ‘lo nuevo’ y, a la vez, que todos los personajes tengan ya una cierta historia. Y, por supuesto, el motivo por el que vuelve a Australia tiene pinta de que se convertirá en un arco de fondo de esos que se solucionan al final de la temporada pero entonces el personaje decide quedarse. Pues bueno. No es la serie original, pero tampoco es el primer spin-off. Así que a ver si hay suerte y con algo de estabilización tenemos otro encantador ‘whodunit‘ semanal.

Una de esas series que parecen más interesantes en su making of que en lo que vemos en pantalla. Esta Three Women (USA) es un desastrito en el que se intentan contar historias ‘reales’ pero que tiene que comenzar diciendo que de una de esas historias ‘la otra parte’ asegura que es falso y que ‘uy, quién puede saberlo’. Con ese nivel imaginad el cachondeo ético que es la cosa esta. Por supuesto muy interesados en hablar de mujeres sin contar mucho de ellas. La verdad es que no me extraña todo el drama entre bastidores con Showtime preparando diez episodios y decidiendo no emitirlos, vendiéndoselos a Starz que a su vez se pasó un año hasta que decidió estrenarlos. Una vez estrenado puedo entenderlos. Excepto la parte de estrenarlo, claro.

En lo que empieza a convertirse en una tradición, tenemos una nueva serie espantosa. Se supone que Universal Basic Guys (USA) es de humor, pero también se supone que es animada. Ambas afirmaciones se encuentran en el límite de lo lexicográficamente aceptable. Que en el centro esté ‘mira a qué estupideces se dedica la gente cuando tiene una  Renta Básica Universal’ -sí, el nombre viene de ahí- es solo añadir sal a la herida. Siendo la herida lo absolutamente insufrible y retrógrada que es toda la serie.


¡Libros que Salen! Davis, «Cabeza de Serpiente», McManus y más

¡Que entre la pila!

Esa gente que no conocemos de Lydia Davis, ed. Eterna Cadencia

Muy rápido ha ido la publicación de este nuevo libro de relatos de Davis, que salió el año pasado en USA. Y yo que me alegro, porque Davis es una de esas grandes autoras estadounidenses, especialmente de relato. Lo que significa que es más que previsible que encontremos algo interesante, con humor y humanidad, para seguir con su obra.

Mentirosas y encantadoras de Karen M. McManus, ed. Alfaguara

¡Nuevo libro de McManus, viva y bravo! Y teniendo en cuenta que salió tan a finales de julio que era casi agosto está claro que se han dado prisa en publicarlo. Una ladrona que quiere reformarse, un embaucador poco de fiar, que además son ex-hermanastros. Y, por supuesto: Una fiesta, gente con dinero y un cadáver. Así que ahora están atrapados, marcados y sin poder confiar en nadie, especialmente en el otro.

Cabeza de serpiente de Patrick Radden Keefe, ed. Reservoir Books

Dentro de su mirada habitual al crimen esta vez Keefe nos habla de una criminal que buscaba parecer inofensiva, la Hermana Ping que desde su pequeña tienda de fideos de Chinatown dirigía un enorme imperio criminal. Keefer lo hace hablando de la manera de trabajar de Ping, de las investigaciones del FBI, de las vueltas que Hacienda daba, y en todo su contexto, desde los inmigrantes ilegales a los funcionarios corruptos. Una historia que busca mostrarnos lo que podría ser increíble si no nos resultara tan real. Y es que no puedes olvidarte… aunque sea Chinatown.

Una tienda en Chicken Hill de James McBride, ed. Tusquets

Una ciudad de Pensilvania en los años setenta hace un descubrimiento como poco extraño y muy probablemente escalofriante que no da para novela de terror o de misterio sino para recordar como cuarenta años antes en ese barrio de judíos inmigrantes y afroamericanos la gente intentaba sobrevivir mientras el Ku Klux Klan campaba a sus anchas, el racismo era tan abierto como en nuestros días e incluso mejor visto, y quienes se enfrentaban a esas injusticias sufrían las consecuencias. Así que podríamos decir que James McBride -al que Planeta ha sacado de las editoriales independientes para intentar darle lustre a Tusquets, que falta le hace- nos cuenta una historia de ese pasado que no podemos olvidar para explicarnos este presente que tantas veces se le parece.

Un detective en Virgina (Los mejores casos del Tío Abner) de Melville Davisson Post, ed. Siruela

Recuperación de un autor de principios del S XX que creó a uno de esos personajes de éxito en las décadas de los 10s y los 20s del siglo pasado, El Tío Abner, que además puede contarse como parte del misterio histórico al situar en la segunda mitad del S XIX sus misterios, aprovechando el poco tiempo de la nación y el que aún se estuviera montando un sistema policial. Pero sí, en las montañas de Virginia hay misterios, y para esto está Abner, con su aspecto rocoso y su barba canosa, acompañado por su joven sobrino Martin -el narrador- y el algo estirado Juez de Paz, Randolph. Historias de fondo clásico con un protagonista de gran capacidad deductiva y, sobre todo, de gran humanidad.

La cinta Duncan de Todd Keisling, ed. La Bibloteca de Carfax

Una cinta de vídeo maldita siempre es una cinta de vídeo maldita… pero es que en esta aparece un congresista estadounidense que se le aparecerá en sueños a un grupo de adolescentes que deciden ver la cinta. Así que habrá que ver cómo conduce la historia este autor que llega con ella a España.

Aunque ya supiera el final de C.L. Polk, ed. Duermevela

Una de esas obras con un misterio que intenta recuperar el noir de los años cuarenta. Si en los años cuarenta hubiera habido magia. Con una detective Y adivina, al que una atractiva clienta -ah, sí, también hay un componente sáfico en el texto, claro- contrata para atrapar a El Vampiro de la Ciudad Blanca. Aunque si algo sabemos del hardboiled es que las cosas nunca son lo que parecen.

Final de capítulo (Cozy Mystery) de Elizabeth Penney, ed. Alma
Misterio en Egipto (Cozy Mystery) de Elizabeth Petters, ed. Alma
Blanca Navidad y café negro (Cozy Mystery) de Cleo Coyle, ed. Alma

Continúan los lanzamientos de la colección de Cozy Mystery de Alma, esta vez con dos novedades y un regreso. Así que vamos primero con las novedades. Toca otra vez librerías con The Cambridge Bookshop Series, una serie en la que dos mujeres (madre e hija) viajan a Cambridge a hacerse cargo de la librería de una familiar. Un negocio en precario equilibrio que habrá que relanzar… aunque algún cadáver parezca interponerse. El otro es menos una novedad que un regreso, pero una sin duda bienvenida. Porque tras tantos años volvemos a tener con nosotros los misterios egipcios de Amelia Peabody, la serie que Barbara Mertz escribió con el pseudónimo Elizabeth Petters y que se convirtió en todo un éxito la anterior vez que se publicó en España, hasta su desaparición hace una década o así. ¡Bienvenida sea de vuelta! Y, por último, tenemos una nueva obra de The Coffeehouse Mysteries, el tercero que publican en España (y el octavo de la serie original, editoriales españolas y su forma de publicar) y que esta vez toca en ambientación navideña. Con un Papá Noel muerto y todo. Así que ya sabéis lo que hay.

La conciencia contada por un sapiens a un neandertal de Juan Luis Arsuaga y Juan José Millas, ed. Alfaguara

Pues aquí seguimos, creo que esta es ya la… ¿tercera? entrega del asunto. Esta vez centrándose en la conciencia, el ser, el cerebro o lo que queramos llamar.

Rojo sangre. Prensa de sucesos en España. Antología ilustrada y espeluznante. edición a cargo de Servando Rocha, ed. La Felguera

El nuevo libro ilustrado de La Felguera es una selección y repaso por las revistas de crímenes, las españolas y no las mexicanas -de momento- comenzando con Los Sucesos en 1866, pasando por El Caso y todos sus émulos, con los casos pero también las reflexiones sobre esta manera de mostrar los crímenes reales, con investigadores sagaces -periodistas o investigadores judiciales de diverso pelo- y también, casi sobre todo, con festines de sangre en distintos estilos y cierta propensión a la casquería. Pero, sobre todo, ilustrados. Muy ilustrados.

Marvel Cómics: La historia jamás contada de Sean Howe, ed. Es Pop

A veces uno dice que un libro merece una mejor edición. Por ejemplo, si lo editan en el Grupo Planeta. Así que ver que una pequeña pero tan cuidadosa como dedicada editorial como es Es Pop va a recuperar un libro como este que Panini publicó hace una década para demostrarnos lo que una edición en condiciones puede hacer por un libro.

Bailar lento de Rainbow Rowell, ed. Suma de Letras

Dos jóvenes, una amistad juvenil, un romance, una ruptura, dos vida separadas que se van mustiando y que, años más tarde, vuelven a coincidir en ese pueblo de origen. Esto, que con una ejecutiva y un veterinario en Navidad nos darían un tipo de obra muy distinto, sirve para explorar ese primer amor, los reencuentros y el paso del tiempo. Ella está divorciada y trabaja en el teatro… pero no donde había soñado. Él se alistó en la Marina. Y ahora hay una boda, de un amigo de instituto. Y si conocéis a Rainbow Rowell ya sabéis lo que toca.

La caminante de la niebla de Stephane Fert, ed. Nuevo Nueve

Ya nos hemos encontrado antes con las obras de Fert, con ese estilo tan característico que él tiene, y en este caso estamos ante lo que parece el principio de una obra en la que la Niebla, que se lleva todo, también deja algo atrás. Una niña peculiar cuidada por unas ancianas. Para que cuando regrese la Niebla todas estén preparadas.

Pepito Carapizza de Rafael Salmerón con ilustraciones de Núria Aparicio, ed. Anaya


El título parece que nos va a hablar de una cosa, pero es otra… que podría ser metáfora de la misma. Y es que Pepito tiene miedo de ir a un colegio nuevo porque… ¡tiene cara de pizza! Pero no como Freddy, no. Pepito tiene LITERALMENTE una pizza por cara. Y, claro, teme la reacción de sus compañeros. ¿Puede ser ponerse una máscara para que sus compañeros no sospechen la solución? Un libro para primeros lectores con una historia humorística y una enseñanza metafórica debajo de la divertida historia literal.

No hay nada más rápido que un guepardo de Tom Nicoll y Ross Collins, ed. Base

Un divertido álbum ilustrado con unos dibujos llenos de expresividad y humor en el que vemos una peculiar carrera llena de disparatados participantes que quieren superar al guepardo por todo tipo de imaginativos medios, por delirantes que sean. Una carrera descabellada que ofrecerá a sus jóvenes lectores una oportunidad de divertirse y reír.

Nos leemos.


Debemos de estar en la semana de Collin Morgan, porque aparece no solo en The Boy That Never Was (O) (IR), también en una de las siguientes series de la que hablaremos. En ambas ocasiones en papeles similares aunque contrapuestos. Aquí es un padre seguro de haber visto en las calles de Dublín al hijo que en teoría murió años atrás en un terremoto fuera del país. Si la premisa puede parecer propia de una de esas películas de después de comer luego la consistencia empeora, no solo porque el desarrollo sea ridículo -ya lo era antes de llegar allí- sino porque esta decisión del ‘padre ejemplar’ cuya búsqueda está afectando a su matrimonio no parece tener en cuenta que los giros van a afectar la percepción del todo. Así que si alguien está claramente guardando una maleta llena de secretos nos va a interesar menos que aquello continúa. No digamos ya la estupidez general de la premisa. Pero bueno, se ve que estábamos en la semana del relleno.

Aquí estamos de nuevo, con Call Me Bae (O) (IN) que es una versión de la ‘pobre niña rica’ que lo pierde todo y tiene que empezar a trabajar por su cuenta y blablabla. Lo de siempre, vaya. Hecho con un cierto de gracia, bien es cierto, pero poco más. Supongo que entra dentro de ese tipo de comedias, más o menos románticas, con su propio público. Para mí esto sirve para tenerlo un poco de fondo pero estoy seguro de que habrá quien lo aprecie.

En lugar de ser sobre un sheriff de un pequeño pueblecito en el que suceden extraños asesinatos este Dead and Burried (UK) va de una mujer que descubre que el asesino de su hermano –Collin Morgan de nuevo, sí- salió de la cárcel y reconstruyó su vida, y no está dispuesta a permitirlo. Así que una y otro se supone que se van a contraponer sin que haya mucho motivo ni sentido. Mostrándonos desde su inicio que esto va a acabar con violencia, fuego y sangre. Para luego contraponer ambas vidas, aunque está todo tan subrayado que es difícil saber si realmente se puede sacar algo de aquí. ¿Que la venganza es mala? ¿Que un acto del pasado no deja de tener repercusiones en el presente? ¿Que el sistema judicial inglés falla a las víctimas? Se pueden sacar todas las lecturas que uno quiera porque su aproximación es tirando a pueril. No es que sea una mala serie tanto como que es una que no tiene gran cosa que decir, mucho menos una forma de hacerlo que no parezca impostada, teatral en el peor sentido de la palabra, y hablando todo el rato de sentimientos sin que parezcan capaces de mostrarlos. No hay mucho misterio o suspense, quizá porque su idea de esto es casi tan discutible como el del humor. En fin. Podría parecer que después de décadas de Lifetime cualquiera sabría cómo hacer que esto funcionara, pero para todo hay que valer.

¿Puede ser English Teacher (USA) la peor serie que FX ha estrenado en su historia? Bueno, estuvo Starved, claro, y Son of the Beach, Saint George, y Unsupervised y Chozen, claro. Pero puede entrar a la pelea por el título sin demasiado problema. Supongo que alguien pensó que había que hacer una respuesta a Abbott Elementary, pero lo cierto es que les ha salido una versión rancia y sin gracia de Bad Education. La mitad de los chistes son sobre que las cosas ya no son como antes y la otra mitad también, pero con ellos siempre en el centro. Ni siquiera puedo decir que sea un desperdicio de talento porque lo cierto es que ninguno de los actores demuestre demasiado, y solo Enrico Colantoni se merecería estar en un sitio mejor. Pero mientras esté cobrando no creo que haya mucha queja. En fin, si alguna vez alguien de FX supo entender qué es lo que hace que It’s Always Sunny in Philadelphia funcione está claro que no está ya en la empresa.

Desde The Americans que no veía unos pelucones tan atroces como estos de Fight Night: The Million Dollar Heist (USA). Que no es lo peor de la serie, pero sí lo más destacable. Porque puede tener un reparto con mucha gente conocida, que si no tienen mucho que hacer con ello y decides que sean todos ‘las vibes’ pues… hay un límite en la paciencia y el caso que el espectador pueda llegar a tener, la verdad. Porque ni el intento de recuperar la ‘blaxploitation’ ni los trucos de cámara y tono evitan ver que esto es una pachanguita de amigos que se supone que deberían de estar contando algo, y que quizá piensen que lo estén haciendo, pero que ni es ‘de época’, ni es ‘de golpe’, ni, desde luego, es un drama social mínimamente interesante. En fin.

Sabemos que es la temporada de vuelta al cole porque siempre hay alguna serie donde una serie de pequeños vuelven al cole. Este año toca Kindergarten: The Musical (USA), una creación broadway-ish para preescolares. A ratos da la sensación de que es algún tipo extraño de parodia de GLEE! pero aquí todas las canciones son originales. La decisión de pasar en algunos momentos a una animación 2D en lugar del espantoso 3D habitual parece también algo medido por un equipo de marketing pero no explicado al resto. Así que… bueno… espero que al menos a su público le interese.

De alguna manera que no tengáis muy claro que acabo de entender en Netflix han decidido apostar por las series Filipinas, que siempre bien, pero parece que ha sido en concreto con las que son más telenovelescas. En el caso de Lavender Fields (O) (FI) podrían ponerla directamente por las tardes después del telediario, porque tenemos a una mujer que trabaja en lo que voy a llamar vivero pero que probablemente tenga un nombre más adecuado, que se encuentra a un hombre herido y le cuida. En ambos casos podéis un añadir un ‘pero poco’ detrás. Total, que pasamos a ver cómo se desarrolla su historia de amor, hasta que él desaparece. Y luego descubrimos el motivo y a más personajes igual de ridículos en tramas igual de inconsistentes y que incluyen negocios turbios, jóvenes caprichosas y situaciones que borden el ridículo. Pobres que no parecen tan pobres y ricos de cartón piedra. Total, que como forraje a lo mejor vale si a alguien le apetece tener algo de fondo mientras sestea, pero poco más.

Diría que no sé qué pretendía Disney con LEGO Pixar: BrickToons (USA), pero lo cierto es que parece más maniobra publicitaria que algún tipo de serie. Porque estos cortos dentro de la continuidad de las películas bien conocidas, pero creados para imitar las formas de los juguetes de Lego parecen más la promoción de alguna serie de juguetes que historias que tengan o quieran contar realmente. Pues bueno, pues vale, pues me alegro.

Parece que estamos en el año de las continuaciones innecesarias de telenovelas. Hace no tanto teníamos las de Betty la fea y Pedro el Escamoso y esta vez toca la de Floricienta que, eso sí, han decidido llamar Margarita (O) (AR). No tiene mucha gracia, y los actores juveniles son… son. Además de que la adaptación a la actualidad… en fin. Pero, supongo, al menos tenemos a Malala diciendo de nuevo Calla, Estúpida. Por buscar algo bueno, claro. Supongo que no soy su público, pero como no tengo claro para quién es esto, porque no parece que vaya a por los fans de antaño pero pesa demasiado el pasado como para ir a por los jóvenes… Pues ni idea.

Es curioso cómo va esto. The Perfect Couple (USA) podría ser perfectamente un genérico de serie de ITV o Channel 4, pero se han tomado decisiones de casting -ya que no de guión, o quizá también pero no están muy a la vista en este genérico de piloto- que son las que las elevan o hunden hasta acabar convirtiéndola en… lo mismo. Una serie genérica con caras conocidas, como una de esas malas adaptaciones de Agatha Christie en las que se meten a más caras famosas que caras adecuadas. Y, a partir de ahí, podemos ir dividiendo: Donna Lynne Champlin es lo mejor que le ha pasado a esta serie, y su investigadora es magnífica. Isabelle Adjani se lo está pasando claramente en grande. Ishaan Khatter es una muy bienvenida sorpresa tanto por su llegada desde La India como por su capacidad de mantenerse en esos papeles que hacía allí. Pero, por contra… Liev Schreiber está tan mal que pasé buena parte del capítulo pensando que era Dave Bautista sin demasiado interés por estar allí. Dakota Fanning se pasa el rato agarrada a una barriga más falsa que el pelo de Adjani. Billy Howle y Jack Reynor hacen unas subinterpretaciones que si estuvieran en EastEnders significaría su marcha de la serie. Pero la que peor está es Nicole Kidman. Mira que el papel parece sencillo y agradecido. Hemos visto a mi actrices usar uno de estos papeles de Matriarcas Afiladas pero Dolidas para elevarse. En su lugar ella se mueve entre mínimos y desidias, con la gestualidad de una estatua de mármol y la empatía de un estropajo. Lo único que puede ser celebrado de su interpretación es en cuanto a lo que significa de Abajo el trabajo. Así que el resultado es un genérico que resulta más fascinante por el extraño batiburrillo en el reparto que por alguna cualidad que pudiera tener en realidad. Qué os puedo decir… quizá para alguna siesta o alguna plancha os sirva.

Os voy a contar algo, pero me tenéis que creer. Resulta que existe un servicio de streaming llamado Warhammer+. Creo que es la segunda o tercera vez que sale por aquí. Y cada vez me sorprendo. En fin. Aquí están The Tithes (USA)Una antología en CGI que en realidad parecen cinemáticas de un juego que nunca llegó a publicarse, pero que quién sabe. Lo mismo a los fanses les interesa. Los no fanses supongo que miramos con cierto excepticismo la idea de lo que en tiempo hubiera venido en un CD de regalo con la revista de turno.