Diría que era cuestión de tiempo que MAX, al menos MAX Brasil, intentara meter el dedo en las telenovelas diarias. Al gin y al cabo lo van intentando desde distintos sitios, supongo que alguno acabará funcionando. Pero lo cierto es que Beleza Fatal (O)(BR) es más interesante por todo lo que ocurrió por fuera que por la serie en si. Hasta el punto de que el proyecto llegó a cancelarse un par de veces. Pero aquí estamos, con él estrenado tras muchas -muchas- vueltas en las que el equipo creativo, los actores o el título ha ido cambiando. Y, al final, el resultado es un poco lo esperable. Una mujer joven dispuesta a vengarse de los ‘pecados del pasado’ de un par de familias ricas, poderosos y blablabla, historias en las que se han metido las redes sociales de por medio porque los influencers son los nuevos famosos, o algo. Pero que con los últimos años suena a más que visto. Y es una pena porque quizá si la hubieran sacado cuando tocaba no hubiera quedado tan… derivativa. Pero, vamos, con eso y todo es una novela sólida con sus personajes excesivos de moralidad gris, sus motivaciones y una pila de decisiones ridículas. Así que podría haber sido mejor, pero también peor. Quedémonos con eso.

Esta Blindspår (O)(SU), adaptación del libro de Anne Holt publicado originalmente -incluso en España- como 1222, no deja de ser el octavo libro de la serie de Hanne Wilhelmsen -que hasta donde yo sé lleva ya una docena, o trece si contamos también el cruce con la serie de Inger Johanne Vik, aunque en España vayan a publicar ahora el décimo- así que hay mucho anterior con lo que lidiar y una posibilidad a futuros de continuar la serie. Quizá esa decisión de comenzar por el octavo sea lo que cause su problema con los flashbacks. No solo que existan, también que parezcan estar contando otra historia. Porque es lo que está pasando, son fragmentos de un libro distinto. Pero bueno, que se puede comprender que decidieran empezar por este porque, al fin y al cabo, ofrece una premisa un poco más distinta. Hanne Wilhelmsen, que lleva un par de libros en silla de ruedas, está viajando en tren. Al menos hasta que una avalancha lo hace descarrilar, mucho. Los pasajeros tienen que buscar refugio en un hotel aislado mientras fuera sigue la tormenta de nieve y, por supuesto, pronto nos encontraremos con un cadáver. La serie es capaz de manejarlo con competencia aunque… iba a decir que sin brillantez, pero es que tampoco lo intentan. Están para presentar un murder mystery, un thriller incluso, clásico y con eso les vale. Así que si eso es lo que busca supongo que podrá valerte también.

Mi mayor problema con Kibic (O)(PO) es que hubiera jurado verla antes. De hecho, me he ido a ver si era una adaptación. Total, si Netflix lleva ya un par de Machos Alfa lo mismo aquí estaban adaptado… yo qué sé. ¿Barrabrava? Pero parece que no, que aseguran que es suya. Así que esta historia de un adolescente arrastrado por su padre a la vida hooligan, la violencia y blablabla que podría haber sido una lectura recomendada de instituto -quizá esa sea la idea- acaba resultando tan genérica que, bueno, tampoco merece mucho más tiempo.

La sorpresa agradable de la semana llega con Optics (AU), una serie sobre una empresa de PRs que quizá no sea tan divertida como una comedia se supone que debería de ser pero que es plácida. Una sensación de tranquilidad contenida entre el caos en el que se encuentran metidos en todo el tiempo, personajes caricaturescos pero que logran seguir adelante y unas tramas que casi se pueden ver venir pero que son tratadas con cierto humor y humanidad. Es difícil explicar cómo logra funcionar algo que no debería, más aún cuando en realidad ‘funcionar’ tampoco es exactamente la palabra. Simplemente logran una serie que se puede ver con agrado, lo que bien pensando puede ser muchas cosas pero no algo simple. Así que mis felicitaciones a Jenna Owen y Vic Zerbst (el dúo cómic australiano Freudian Nip) que son las protagonistas y responsables de lograrlo.

Una de las mayores distancias que se puede imaginar es la que hay entre una sinopsis y su realidad. Así podemos decir que Paradise (USA) es la historia del jefe de seguridad de un Presidente USA después de que se cometa un asesinato en su teóricamente bien protegida residencia. Lamentablemente que algo sea cierto no significa que sea exactamente la verdad. Nos pasamos el piloto conociendo a gente y pasando laaaargos momentos con este jefe de seguridad, con su historia, con sus circunstancias… que haya un asesinato por medio casi parece más un estorbo que el centro. Posiblemente por eso cuando llega la ‘sorpresa’ del final del primer capítulo lo que acaba es siendo el punto de ruptura. Para mí, desde luego. Lo último que me interesa es seguir por ahí teniendo en cuenta a lo que han hecho durante todo el piloto. Estoy seguro de que habrá gente a la que será lo que se la venda. Pero estoy muy aburrido de determinados clichés manidos y este último lo están usando en exceso estos últimos años -miedo me da preguntarme si es por pura imitación o por ver la gente qué opina-. Pero, vamos, que cualquier interés de la sinopsis desaparece en cuanto llevas veinte minutos de piloto y te das cuenta de que no es una introducción, es cómo va a ser el resto.

La verdad es que cuando uno piensa en que vayan a hacer una ficción oscura de espías como en Przesmyk (O)(PL) siempre espera que sea de manera figurada… ¡No literal! Prácticamente en penumbra nos muestra la consabida historia de espías yendo de aquí para allá con sus problemas y blablabla. La actriz principal hace lo que puede pero tampoco es mucho. Y al final es un relleno más por mucho que lo que propone -centrarse en la época anterior a la invasión de Ucrania y localizar la historia en esa zona que une Polonia con Lituania y está flanqueada por Bielorrusia y Rusia. Pero me temo que ni eso, ni la trama de ‘quería dejar atrás este trabajo’, ni nada de lo demás acaba de tirar mucho más, En parte por esa manía de que todo esté a oscuras y sea muy serio y muy dramático. Ni siquiera la escena en exteriores casi al final logra rescatar las posibilidades del piloto.

Bastante curiosa esta propuesta vietnamita que no tengo nada claro cómo se les ocurrió, porque Tiệm Ăn Của Quỷ (O)(VI), o Devil’s Diner o El restaurante del Diablo, parece querer imitar a los indonesios y su terror pero, a la vez, hace toda una mezcla de referencias que va de aquella Nightmare Cafe que co-creó Wes Craven en el que Robert Englund era el ‘dueño’. Excepto… Porque lo que aquella tenía de historia sobre redención o cambio esta lo tiene sobre condenación. Y está claro que el reparto del café es más reducido y con su propia historia corta. Más en línea con ese terror del que hablábamos antes. La idea de que sean siete episodios y cada uno de ellos esté centrado en un pecado capital a partir de un artefacto místico de aspecto nativo -con lo que no tiene mucho sentido que el centro moral sea algo tan cristiano como los siete pecados capitales- con una persona que acaba en el restaurante y a partir de ahí es ‘tentada’ y que sigue, en fin, una narración sobre rieles que supongo que a los aficionados al género no nos desagradará del todo pese a ser muy claramente rancho. Porque entre las evidentes limitaciones presupuestarias y cierta sensación de que cada vez que se van a ‘dejar llevar’ hay que reconducirse… pues bueno. Supongo que como esfuerzo es interesante porque, además, no solemos ver muchas obras vietnamitas por lo de las series. Pero hay mucho hueco para la mejora. En fin.

Puf. Es difícil saber por dónde empezar con Your Friendly Neighborhood Spider-Man (USA) pero creo que podría marcar una época porque logra ir más allá de ser una mala serie para ser algo mediocre y enfrentada a sí misma. Probablemente la mejor forma de definirla es ‘bienqueda’, una cualidad de intentar agradar a todo el mundo que acaba desagradando a todos. Quiere ser una cosa y su contraria, quiere tener una animación moderna como las del spider-versos, pero recordar a la de los años sesenta, así que al final la animación tiene unos diseños modernos y clásicos y un aspecto de ‘cut-scene’. Quiere mostrar diversidad pero sin mostrar lo que eso significa, quiere ser lo de siempre pero algo completamente distinto, quiere parecerse al MCU pero sin dejar de parecerse a los cómics originales, quiere hacer referencias pero que no sean referencias. Y logra no tomar una decisión buena EN NADA. Es muy notable, de verdad. Porque la forma de cambiar el origen, la forma de gestionar esos secundarios, esa Tía May que cualquier día va a ser de la misma edad que el héroe, lo del Tío Ben, ese… todo. En fin, otra oportunidad perdida, pero bueno en tres años cerrará y llegará la siguiente. A ver si funciona mejor.

A veces las cadenas generalistas intentan juntas un revoltijo de cosas a ver si alguna funciona. Por ejemplo con Watson (USA) tenemos el gancho de Holmes y algunas referencias mal digeridas y medio regurgitadas, un obvio interés en imitar algo cercano a House y los modos y estilos habituales del drama médico. Lo hacen de manera que todo queda a medio cocer, con varias de sus partes en lucha interna y, en general, logrando un batiburrillo de escaso interés.