¡Pilotos Deathmatch!

A veces los pilotos parece que más que presentarnos a una historia y unos personajes tienen la misión de rellenar tiempo. De dar vueltas sobre si mismas y esperar que lo consideremos alguna forma de suspense. Una decisión que rara vez funciona y que en esta Akyeon (O)(CS), o 악연 o Karma o…, desde luego que no lo hace. Aunque les reconozco que es difícil de decidir qué es lo más farragoso de todo. ¿Las distintas tramas que se supone que se entrelazarán? ¿Las intenciones de los personajes y sus presentaciones? ¿Los momentos en los que deciden ir a por imágenes de violencia sin que parezca haber conexión con lo de antes o después? Al final es un ejemplo de cómo no montar algo para que interese un mínimo. De hecho lo único que me ha sorprendido es ver que está basado en un webcómic. Hubiera pensado que lo habría dejado más organizado. Pero en fin.

No seré yo el que discuta con lo de que hay series sobre cualquier tema, pero lo cierto es que Anpan (O)(JP), o あんぱん o…, habla sobre la historia de amor y sacrificio de Komatsu Nobu, la sufrida esposa que en todo momento apoyó los deseos de su marido, Yanase Takashi, de dedicarse al manga. Takashi acabaría creando el personaje de Anpanman, que se convertiría en todo un éxito. Lo curioso es cómo al final lo que tenemos es una historia bastante habitual en la que lo que hemos contado es, precisamente, lo más notable. El resto es una obra discretamente de época, una de aquellas ideas. En fin.

Tenía… no diría que altas expectativas pero sí al menos la esperanza de que este The Bondsman (USA) nos trajera algo de cachondeo y terror, que fuera algo cercano a Ash vs. The Evil Dead. No lo es. Lo mejor que se puede decir de ella es que hay un poco de intención de Supernatural. De la que se queda a mucha distancia. Pero peor aún es que se parezca a Reaper, aquella especie de sitcom de acción de cuando la anterior estaba funcionando estupendamente. Solo que de aquellas series han pasado 20 años. Y hemos tenido reformulaciones por medio -por ejemplo Grimm o Sleepy Hollow-. Quiero decir, no es como si estuvieran haciendo algo precisamente original. Y ya sabéis cómo va esto: Si no vas a hacer algo original más vale que al menos lo hagas bien. No es el caso. Reutilizar un chiste de Beetlejuice -la original- ni siquiera está entre sus mayores problemas. El mayor problema es que es aburrida, reiterativa, con un Kevin Bacon que parece menos preocupado por actuar que en They/Them. Que ya es decir. Parece mentira que sea The Following su mejor trabajo televisivo reciente. Otro en fin.

Decisiones fueron tomadas. No lo de hacer Devil May Cry (O)(JP), una adaptación de un videojuego etc, sino lo de que parezca hecha a finales de los noventa. Intenta meter una trama por el sencillo método del infodump constante, salpicarlo -menos mal- de algo de humor e invocar a otros – supongo que Vash de Trigun y Alucard de Hellsing son los más obvios por el traje rojo y lo demás, quizá es algo de los videojuegos originales (mi conocimiento en ellos y en los animes es más limitado, así que es posible que me pierda otras cosas) – y el resultado es, precisamente, derivativo. Más de lo mismo. No ofende -o no mucho- pero tampoco es que aporte, carne con patatas, rancho para todos.

Si en los ’90s me hubieran preguntado por Dying for Sex (USA) hubiera dicho que era una parodia. Ese tipo de series-dentro-de-la-serie en la que alguno de los personajes trabajaba. Unas risas a cuenta de los ‘dramas de prestigio’ y Sexo en Nueva York, a la vez. Con una mujer a la que detectan no ya un cáncer sino que está en Fase IV y cómo ella decide que va a realizar toda la experimentación sexual que no ha tenido antes. Todo ello con una forma de actuar que en los ’00s ya estaba anticuada. Supongo que habrá gente que haya pasado por situaciones similares y encuentre algo más con lo que empatizar, desde luego no se parece a mi experiencia ni logra que piense en más que lo caricaturesco que es el trazo grueso con el que se pinta al marido, lo insoportable que es la mejor amiga -una Jenny Slate inaguantable-, o lo pasiva que se muestra Michelle Williams en todo momento, que más que la actriz principal parece estar participando en uno de esos vídeos de reacciones en el papel de «la que casi ni se mueve». En fin, ya sé que esto está basado -en teoría- en un hecho real que luego se convirtió en un podcast y dios libre a la gente de Hollywood de no convertir un podcast en una serie. Pero ojalá no haber tenido que desperdiciar mi tiempo en esto.

He de decir que esta Happiness (NZ) ha logrado sorprenderme. No por la parte de comedia, me temo. Sino por… Os cuento: Se trata de la historia de un joven que vuelve desde Broadway a su pueblecito de Nueva Zelanda. En el pueblecito su madre está obsesionada con que eche una mano en la obra del grupo teatral amateur. Por supuesto él tiene cosas más importantes que hacer como tramitar su permiso para estar en Estados Unidos (¿no es curioso cómo el contexto sociopolítico puede convertir una premisa rutinaria en ciencia ficción?) pero la clásica serie de inesperadas situaciones hará que se vaya encontrando liado por ellos. Como veis, más de lo mismo. ¿Qué es lo que me ha sorprendido entonces? ¡La obra-dentro-de-la-obra! El musical original sobre Troya que están preparando y que funciona (al menos en este piloto) mucho mejor que Bombshell en SMASH -así que quizá acabe también en Broadway- y que es probablemente lo que me haga volver a ver si el resto de capítulos logran mantener el nivel. Total, el resto es previsible pero no muy lamentable. Así que al menos hay algún motivo para volver aquí.

Una agradable sorpresa esa Ihonboheom (O)(SC), o 이혼보험 o The Divorce Insurance o Seguro de Divorcio o…, que tras la apariencia de la clásica serie romántica de humor surcoreana nos trae también un poco de reflexión sobre las leyes y las relaciones y todo lo que pueda estirar hacia un cierto tipo de absurdo empresarial. Es cierto que habrá que ver hacia dónde evoluciona para ver cómo siguen las posibilidades de la serie, no vaya a ser este piloto solo una puesta en marcha. Pero, desde luego, logra algo que no suele ser habitual: Que no se note tanto la enorme cantidad de tiempo dedicada a su episodio y que los personajes logren ser irreales pero humanos a la vez. Algo de agradecer.

Es sorprendente la cantidad de veces que «¿Pero quién ha escrito esta cosa?» se responde en televisión con Liane Moriarty. En este caso el último… lo que sea esto… es The Last Anniversary (AU) que sigue con su idea de que todo puede ser un misterio si lo deseas suficientemente fuerte y todos los personajes se comportante de la manera más insufrible y estúpida posible. A ser posible ambas a la vez. El punto de partida es una chorrada, la evolución haría que cualquier guionista de telenovela competente les escribiera pensando que necesitan gente, y el manejo de personajes y líneas temporales parecen pensadas para hacer soportables las adaptaciones de Harlan Coben. Es difícil pensar en algo bueno que decir y, sobre todo, no merece la pena hacerlo.

Parece que tras el interés de hace un par de años aún hay más series que se pueden sacar de los cangaços, en este caso Maria e o Cangaço (O)(BR) que es, claro, una especie de movimiento pseudobiográfico de Maria Gomes de Oliveira, conocida también como Maria de Déa o Maria Bonita y, por supuesto, como la pareja de Lampião. Precisamente es a su etapa como parte fundamental del grupo de bandidos, buscando de nuevo mostrar esa violencia y suciedad pero sin acaba de decidir que prefiere ser una obra de acción o de personajes o que. Tampoco puedo decir que me sorprenda en exceso, claro. Pero supongo que por lo menos esta vez tenemos la suerte de que el centro esté en ella y no en él, que también iba tocando. Otra cosa es que no tenga muy claro de quién sería el público de esto. Pero supongo que acabará llegando.

No sé en qué estaba pensando Guy Ritchie cuando creó MobLand (USA) pero me alegra que haya podido vender dos veces la misma serie aunque esta segunda sea claramente peor que The Gentlemen. No tanto -pero no tampoco- por los actores envueltos que se mueven entre los que están ahí para cobrar el cheque, los que están para pasárselo bien y Pierce Brosnan que no sé si es todas o ninguna de las anteriores. Quizá lo haga para justificar sus pintas. Descubrir que el ¿pero esto de dónde sale? era en realidad una serie que iba a ser precuela de Ray Donovan pero alguien pensó que mejor no… Claramente no me sorprende. Pero me sirve para reafirmarme en que ni ellos mismos sabían qué pretendían lograr con esto. O si esperan que algo más que los grandes nombres asociados a ella -traídos parece que más por eso que por otra cosa, como demuestra que Paddy Considine interprete al hijo de Brosnan y tenga el aspecto de ser su padre. Total, que un revoltijo con un público más que difuso (¿quizá los fanses de los actores? ¿del director? ¿de los gangsters?) y unos logros casi inexistentes fuera del mercado de la elaboración de rancho.

El problema de crear las cosas por comités ‘basado en datos’ y no por tener una idea es que luego acabas con cosas como este Pulse (USA), que es más Anatomía de Netflix que otra cosa aunque intenten meterle algo de Urgencias a ver si así se da brío. Que ni por esas, claro, porque cuando te montar un pinta y colorea que se basa en una decisión espantosa (darle una vuelta al inicio de Gray y comenzar con una denuncia. Algo que está tan mal llevado en el piloto que no veo cómo podría salir bien) seguida de otra decisión igual de mala (tratar de ser tan diversa como Grey pero sin ser demasiado diversa. En un movimiento de nadar y guardar la ropa que sólo ayuda a que la serie se ahogue) y montada con piezas robadas. Así que logra el máximo honor de un Original Netflix: No ofende y te la puedes poner de fondo mientras haces casi cualquier otra actividad porque ni hay que prestarle atención ni van a obligarte a estar atento. En fin, si a alguien le apetece un más-de-lo-mismo de médicos que sirva también de fondo de pantalla está de suerte.


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