¡Pilotos Deathmatch!

Este Hell Motel (USA) es lo que pasa cuando tú ibas a hacer la sexta temporada de Slasher, te dicen que no, que si tienes otra cosa para hacer, y presentas el TOTALMENTE DIFERENTE guión para Hell Motel. Y cuela. O, al menos, en Shudder decidieron fingir que colaba -porque se esconden poco tanto en los modos y maneras de firmar como en los actores recurrentes de la serie- para sacar como seri nueva lo que parece claro que era la siguiente de la antología. Que, al fin y al cabo, no deja de funcionar de una manera similar a las anteriores. Reunir en un espacio más o menos amplio -un pueblo en la primera y la quinta, un campamento en la segunda, un mega-apartamento en la tercera, una mansión en una isla en la cuarta- a un grupo de personajes… y empezar a matarlos. Para lo bueno y para lo malo, sabemos que buscarán muertes impactantes y que son despiadados,, qué le vamos a hacer, lo ‘edgy’ es parte del precio a pagar; en el lado bueno, han ido buscando maneras de darle vueltas al asunto, algo que aquí se demuestra en la gestión de lo que podríamos llamar la distancia temporal: Un par de mujeres reabren un motel de carretera convertido en una especie de ‘resort’ de vacaciones con una particular idea detrás: Cerró por ser escenario de unos sangrientos crímenes. Para su reapertura, 30 años más tarde, cuentan con un variado grupo de personajes: una actriz (la protagonista de las películas adaptándolo, para su salto a la fama y la infamia), un académico (que estudia el efecto de los true-crimes en la mente), un podcaster (que sobrevivió a una masacre), una mujer (que se acuesta con asesinos), un artista (que hace obras badas en escenas del crimen famosas) y, por supuesto, un practicante (de lo espiritual y lo oculto)… A estos seis hay que sumar a las dos dueñas del hotel, al cocinero y a dos ‘invitados inesperados’. ¿Cómo es que hemos terminado con 11 personas en lugar de las tradicionales 10 ó 13? A saber. Pero bueno, la premisa es interesante y se nota cierta voluntad de tirar p’alante con algunos cambios. Dudo que con la duración actual de las series sea posible que no se estanque en algún momento, pero al menos es algo. Aunque no deje de ser otra temporada de Slasher más… con una nueva máscara.

De entre los numerosos problemas que tiene Murder Most Puzzling (UK) uno no es realmente suyo: Llegar no-tan-poco después que Ludwig. Es inevitable hacer comparaciones. Y es más inevitable aún que pierda en las mismas. No porque Ludwig no tenga su espacio para la mejora, sino por lo fácil que hacía parecer muchas cosas que no lo son. No es, claro, el único problema. Hay una suerte de desconexión entre el personaje principal y todo lo demás, como si alguien hubiera pensado que soltar a un personaje de un cozy crime en medio de algo más oscuro, serio, no sórdido tampoco pero digamos que el contraste es mayor. Lo es también porque no logran hacer creíble ni que la lleven a la investigación ni que se quede en ella. Y porque con las cosas del personaje que usan -un misterio propio, oscuro- no acaban ni de interesar ni de hacer que pueda tirar de todo el asunto. Más aún cuando el misterio en sí tampoco da mucho más de sí. No porque sea necesariamente malo, sino porque da la sensación de que se olvidan a ratos de él. Y la trama romántica que meten logra que las de Hallmark parezcan un prodigio de manejo de los tiempos. La sensación general que deja es que estaba a medio desarrollar cuando alguien decidió acelerar las cosas. Sea por el éxito de Ludwig, sea porque Channel 5 -esa empresa- quería una nueva serie de Murder Mysteries, sea por lo que sea. Ojalá logren ponerlo a punto -parece que la primera temporada serán tres casos en telefilmes de hora y media- pero me temo que para eso tendrá que haber una segunda temporada, a la que ya veremos si llega.

Podríamos decir que lo bueno y lo malo de Outrageous (UK) van de la mano con su decisión central: Hacer una serie sobre las hermanas Mitford. Eso significa que vamos a asistir de cerca a una serie de acontecimientos más o menos históricos, muchos relacionados con el fascismo, también que hay muchos personajes -eran seis hermanas y un hermano, de partida- y que varias de sus peripecias van más allá de lo increíble. Dentro de eso, lo que tenemos es una serie de época razonablemente competente en presentarlas y en distinguirlas. En retratar un momento y una época. Y en mostrarnos muchos de los caminos que se van a recorrer. Es difícil saber si -a futuros- se tomarán libertades con unos caminos tan documentados como los de este grupo particular de hermanas. Así que… supongo que todo depende de lo que te gusten las series ‘de época’ y lo que te interesen ellas.

Es una lástima que detrás de esta serie, The Waterfront (USA), esté Kevin Williamson. Porque no hay absolutamente nada de él en este piloto. Más aún, el genérico de Organización Criminal y Drama de Ricos es tan previsible, plano y aburrido que es difícil pensar que hay algún tipo de persona detrás, mucho menos alguien que ha demostrado tener tanta capacidad en el pasado. Pero esta es una serie genérica e intercambiable, uno de esos estrenos que Netflix sirve a casi dos o tres por semana, y que es difícil incluso distinguir en la memoria en cuanto han pasado quince días. Lo más intrigante que tiene es saber si tirarán por el lado de la Organización Criminal o por la del Drama de Ricos. Desde luego está claro que lo primero será lo que alimente lo segundo, al revés no parece tan fácil porque para eso los personajes tendrían que ser entes que hicieran cosas. Y no parece el caso, en absoluto. Espero que este genérico signifique que Williamson esté dedicándose a algún otro proyecto en el que pueda ser más ‘él’. Porque incluso su flojísimo remake como serie de Time After Time tenía más personalidad que esto. Empiezo a sospechar que Netflix ha decidido que su futuro es dedicarse al la creación en cadena de ruido blanco para cuando la gente está haciendo cosas pero quiere tener la tele encendida. Porque sus estrenos recientes no tienen mucha más explicación.

A veces parece que vivimos en un ‘todo el rato lo mismo’ perpetuo, pero lo cierto es que este We Were Liars (USA) no nos da ni eso. Reconozco haber leído el libro en que se basa hace una década, cuando salió en mitad de un movimiento de thriller juvenil que nos dejó buenos libros y buenas autoras. Este no era uno de ellos. Aburrido, previsible y convencido de su propia inteligencia, difícil de soportar como novela romántica, imposible de tomar en serio como misterio. Si tuviera que definir al libro diría que era una mala película de Hallmark que trata de presentarse como una de Lifetime. El problema es que la adaptación a serie no solo no mejor sino que incluso empeora todo esto. Muy claramente el misterio central no le interesa a nadie, que estén repitiendo machaconamente «We Were Liars» -a veces casi como si fuera una parodia- tampoco ayuda, y que todo lo que hagan sea insistir en el romance adolescente y en el drama de ricos insoportables de los adultos… parece más una adaptación hecha en una reunión de ejecutivos que una obra real. Lo peor es que parece que a nadie le interesara lo suficiente la serie como para decidir un tono o un rumbo, no digamos ya para buscar una manera de hacer funcionar como mezcla de cosas. Así que no importa mucho que ‘sean mentirosos’, pero es insoportable que ‘sean insulsos’.

 


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