No soy capaz de entender el interés de The Ex-Wife (UK), parece bastante obvio desde el principio por dónde van los tiros y, como mucho, podemos discutir los grados de responsabilidad. Se supone que esto viene de un libro, supongo que de aquella época en la que pensaron que la retrógrada Gone Girl era la nueva Las Diabólicas.
No sé quién pensó que
From Scratch (USA) era una buena idea, supongo que si hace falta la historia de una actriz que conoce a un cocinero en Italia, se lo lleva a USA (el pobre), y allí encima enferma (no sé qué más motivos necesitaban para volver a Italia, la verdad) y… bueno, el resto de cosas que os podéis imaginar porque las historias de Grandes Lloreras Amorosas no se hacen solas. Pero, en fin, para hacerlo así podían haber tirado de reposiciones, la verdad.
La mezcla de intensidad y desgana de
The House Across The Sreet (UK) hace que siga sin entender los designios de
Channel 5. Por un lado la parte de drama criminal de pueblecito pequeño con secretos tiene el habitual buen hacer inglés, la forma de darle un giro es con la manera en la que la protagonista quiere que esto sea su manera de encontrar un hueco en la comunidad. La manera en la que
no tener sentido tenga sentido, supongo. Pero fuera de eso muy pocos esfuerzos, ni entre los actores, ni en las líneas argumentales complementarias ni, desde luego, en la promoción. No es que la serie está mal tanto como que es rutinaria. Pero bueno, ojalá eso fuera lo peor que se pudiera decir de una serie esta semana.
¿Veis? Ni trailer le han hecho. Cero ganas de trabajar.Es curiosa esta
Gang Zielonej Rekawiczki (O) (PO) o
The Green Glove Gang o como leches haya decidido llamarla
Netflix. La idea es buena, las interpretaciones van más allá de lo necesario, hay un cierto aire a homenaje y está claro que estaba pensado… con principio y final. Y, sin embargo, han decidido hacerlo serie. Creo, sinceramente, que muchas de estas series que luego sueltan el ‘es como una película de X horas’ serían mejores como películas. O, en su defecto, como miniseries con una cantidad de episodios al gusto de la historia y no del servicio de
streaming. Porque, al final, tenemos el mismo arco cerrado pero estirado, y un claro falso final con
cliffhanger que sólo sirve para desmerecer el trabajo de la serie. Por supuesto estas consideraciones son porque me la he puesto entera pese a esos problemas. Si solo hablara del piloto -si solo hubieran puesto el piloto- hubiera dicho que era una propuesta interesante esta del grupo de ladronas de la tercera edad forzadas a esconderse y ayudando a un grupo de ancianos a redescubrir la vida mientras de fondo hay una extraña conspiración en marcha. O dos. Pero, claro, el asunto con los pilotos es que luego te ves más capítulos y cambia la opinión. Quién sabe, quizá haya una próxima temporada y logren sacudirse esta sensación de ser una película obligada a serializarse.
Los prejuicios. Los prejuicios nos llevan a saber de un proyecto y formarnos inmediatamente la imagen sobre lo que nos vamos a encontrar. Los prejuicios hacían que la miniserie
Notre Dame (O) (FR) de Netflix que parecía un drama sobre el incendio del edificio susodicho nos hiciera imaginar una gran producción de personajes centrados en la gente que estuvo trabajando en el incendio. Los prejuicios hacían creer que serían franceses haciendo un Grandes Relatos y teniendo sus cosas de franceses mientras intentaban inyectar épica y desesperación al asunto. Los prejuicios, en suma, nos ponían un marco mental para lo que íbamos a ver antes incluso de darle al play. Pero no es eso lo peor que tienen los prejuicios. Lo peor que tienen los prejuicios es cuando se cumplen. Cuando te pones a ver la (mini)serie y resulta que es una esforzada bombera cuya pareja murió en un incendio anterior y ahora lleva mala vida pero intenta recomponerse y se ve envuelta en las tareas de extinción del incendio. Y tiene todo aquello la sensación quizá no de un carnaval, pero sí, desde luego, de ir sobre unos railes precisos por alguien a quien le llegó el encargo y sabía exactamente lo que iba contar. Al menos ya sabes si la quieres ver o no, porque en tu cabeza ya la has visto.
Absolutamente encantadora esta
ONI: Kamigamiyama no Onari (O) (JP) que ha traído
Netflix. Es cierto que la animación a ratos es complicada, supongo que por decisión del director más que por rapidez o falta de medios, pero es deliberadamente poco fluida. Por otro lado, la historia es agradable aunque no vaya mucho más allá. Pero es tan bonito todo y tan agradable que probablemente lo que menos nos importe al espectador sea eso, y probablemente a los más jóvenes menos les importe aún.
Una vez vistos los dos capítulos iniciales de
The Peripheral (USA) he procedido a verme el trailer para colocarlo aquí… y deberían darle un aumento a la persona que ha hecho el trailer, porque resulta mucho más interesante que lo que nos han enseñado ahora. Que es, básicamente, un genérico de cyberpunk. Bueno, de hecho un poco por debajo del genérico, que no se han atrevido a que los cambios y modificiaciones fueran visibles y si aparece alguien con marcas es como
‘ugh, qué asco‘ y no como
‘jueves otra vez’. De hecho, uno pensaría que están intentando montar más un
True Lies que un
Total Recall. Po’fueno, po’fale, po’m’alegro.
En cuanto a la brasileña
O Rei da TV (O) (BR) que trae
Star +, es un biopic de uno de los presentadores más conocidos de allá. Supongo que el equivalente de hacerlo de
Gayoso o de
Don Francisco. De hecho, uno de los motivos de su celebridad es que
El programa de Silvio Santos superó a
Sábado Gigante como el programa más duradero en televisión al llevar desde 2016 hasta… bueno, la actualidad. Con sus idas y venidas y con el COVID incidiendo de manera decisiva en que
Silvio Santos pasara el bastón a su hija. Pero sigue vivo, claro, y sigue siendo una celebridad brasileña, así que tampoco esperéis una visión abiertamente negativa o un revisionismo duro, probablemente -viendo este piloto- no se molesten ni en hablar de sus coqueteos con
Bolsonaro. En fin. Las series de televisión, que uno nunca tiene muy claro cómo se deciden.
Es ver
Shuroop (O)(CS), o como la ha llamado
Netflix para el mercado internacional
Under The Queen’s Umbrella, y acordarme de
Falcon Crest. Salvo que aquí tenemos intrigas de la corte y esa idea de hacer series de época en las que nunca sabes cuánto hay de fiesta de disfraces. Pero por suerte
Kim Hae-sook sabe que su
Angela Channing sea perfectamente clara y comprensible, la vemos manipular, soltar pullas y tratar de hacer lo que ella considera lo mejor para el país, poniendo el JoJo en Joseon, y sus acciones ayudan a comprender mejor al exceso de personajes que se nos muestran. Es cierto que en teoría la protagonista es
Kim Hye-soo, pero todos sabemos quienes se comen las series en estos casos. Y si los capítulos no duraran días ya ni os cuento.
Supongo que esta es la idea de los australianos de una historia de misterio a la inglesa, o algo, lo cierto es que llevan una racha con misterios en la costa y similares, pero al final
Significant Other (AU) es una serie que parece más ocupada por ser funcional que por llamar la atención. No hay nada malo que podamos decir, tampoco hay un entusiasmo por ella. Es buen forraje, pero forraje al final.
Ha sido terminar el piloto de
Somewhere Boy (UK) y echar un ojo a la reacción, porque no se me ocurre cómo podía haber pasado desapercibido. En efecto, las críticas han sido extraordinarias. Ciertamente hasta un entusiasmo que no comparto pero puedo comprender. Desde mi punto de vista -y probablemente porque yo soy yo- esta historia de un joven que vuelve a la sociedad y que se mueve entre parajes góticos y momentos de costumbrismo desarmante, tenía todo para ganarse al público. Incluyendo la interpretación de los actores, especialmente de los jóvenes entre los que destaca
Samuel Bottomley, y si bien creo que podría haber funcionado de otra manera -Quizá de una más corta- también supongo que la manera tan humana de contar algo en apariencia tan lejana es lo que, en el fondo, realmente gana a los espectadores. Y esta es una serie de enorme humanidad.
No entiendo la falta de trailer, pero lo cierto es que no le viene mal una cierta falta de información.Por ridículo que suene, hay otra patata superheróica que no es
Super Patata, pero es
Supertato (UK) -salió como tres años después de la española, por cierto- y que en lugar de cómic vino de los álbumes ilustrados para acaba en la
BBC, concretamente en
CBeebies. No hay mucho más que contar: Son historias agradables con toques de humor, aventuras y fantasía a las que ayuda mucho el diseño, para mí en especial el de los
Evil Pea. Y si sirve para promocionar las verduras… bueno, algo es algo, supongo.
Muy apropiado para este momento del año (blablabla
espooky season blablabla) llega la brasileña
Vale dos Esquecidos (O) (BR) con una propuesta que, a priori, no parece la más original pero que al menos procuran que den juego. Quizá haya un exceso de tramas que tampoco parece importar demasiado, pero supongo que es porque han pensado que mejor ponían todo en el piloto y a partir de ahí nos fuéramos haciendo las composiciones cada uno. No creo que puedan mantener el ritmo de este primero, que casi parece una pequeña película de ¿terror?, pero bueno, con suerte irán explicando cosas que dejan apuntadas o implicadas durante el mismo. Al final el forraje tiene estas cosas.
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