En una mano, en la otra mano… Algo así puedo decir de Beyond Paradise (UK) que tiene entre lo bueno a Kris Marshall y un estilo de Cozy Crime sencillo y agradable, y en la contra que está luchando con el hecho de ser un spin-off de Death in Paradise, uno de los mejores ejemplos de esto. Y pierde. No porque lo otro lleve años en antena sino porque lo que se han montado aquí es un genérico de serie a la que le falta tres de los ingredientes principales: – Una narrativa más whodunit de ‘estos son los sospechosos’ y menos procedimental, – Un interés mayor por la trama principal que por las subtramas, – Gente de color. Estamos ante una de las series más blancas (y blandas) que he visto en la televisión inglesa en años. Y si quieren ir por ahí más les vale también buscar algún giro interesante, porque aquí se lo han olvidado. Es una lástima porque precisamente la televisión inglesa hace este tipo de serie de manera regular y aquí queda por debajo de Shakespeare & Hathaway, Agatha Raisin, McDonald & Dodds, Queens of Mistery, Midsomer Murders, Hamish Macbeth, Pie in the sky… ahm… de demasiadas series con ese punto de pueblo pequeño y un poco de humor. Podría ser peor, sin duda, y Marshall hace -de nuevo- un gran trabajo, pero más le vale que se pongan las pilas porque este es el tipo de serie que desaparecería sepultado en el catálogo de Acorn o BritBox.
Un batiburrillo con
School of Rock,
Rebelde Way.
High School Musical o
Glee en su centro, pero incluso peor, este
El club de los graves (O) (CO) retrasó dos meses su estreno. Y pocos han sido. No quiero saber cómo estaba esto hace dos meses. En fin, lo de siempre, gente que quiere vivir de la música y lo llevan dentro, malos de cartón piedra, decisiones completamente ridículas sobre grupos musicales… todo eso no tiene demasiado sentido fuera de una serie de
Disney y que aquí intenta contar con el tirón que
Carlos Baute se supone que tiene. El problema es que
Baute no es
Jack Black. Y la serie es… pues lo que es, un amasijo.
No sé qué esperaba realmente de
The Company You Keep (USA), pero sé que no esperaba esta especie de historia que se supone que va de timadores e investigadores pero está hecho como con descartes. No ya porque
Milo Ventimiglia haga el peor papel de su carrera -que lo es, parece un recién graduado de la
Escuela Joey Tribbiani de Interpretación-o porque todos los papeles parecen interpretados por la tercera opción -en el mejor de los casos-, es que logran hacerlo todo tan aburrido, recrearse en exceso en chorradas en la parte romántica, hacer de cualquier manera la parte de timos, no hacer nada con las investigaciones, mostrarnos un… en fin… lo que sea que sea la prestamista. Resulta ridículo de por si, resulta mucho más ridículo si conoces la serie coreana original y ves cómo han intentado hacer una cosa muy distinta, más cercana a Ladrón de Guante Blanco. Excepto por la calidad del reparto, los guiones, las interpretaciones… En general todo es un error. Empezando por ver esta serie.
Lo mejor que puedo decir de
The Consultant (USA) es que está claro que
Christoph Waltz se lo pasa en grande. Lamentablemente también es casi lo único bueno. Porque este personaje, que no llega ni a fáustico aunque si a diabólico, parece estar en una serie muy distinta a la de los demás. El rutinario pseudo-thriller empresarial-tecnológico -por decir algo- que parece hecho por un vago imitador de
Michael Crichton. Bueno, también parece que imita a más gente, claro, porque si por lo menos fuera una imitación de
Crichton podría llegar a estar bien. Que en realidad lo que adapta sea un libro de
Bentley Little tampoco debería de sorprenderme… excepto porque se supone que
Little escribe terror y de eso… en fin… Pero bueno, quedémonos con lo bien que se lo ha pasado
Waltz, como Nicholson en sus más despendolados tiempos. En serio, interpreta a un personaje llamado
Regus Patoff.
Reg. US Pat Off. En serio. Ojalá el guión no fuera papel mojado, porque se merece algo mejor.
En un nuevo ejemplo de actor intentando salvar una serie, sin conseguirlo -claro-, está vez es
Amanda Abbington la que intenta que
Desperate Measures (UK) no sea el desastre que es. Teniendo en cuenta que el problema principal es que desde el inicio de la historia a los distintos giros no hay nada que suene plausible -es decir, quizá alguno de los problemas sueltos podría haber funcionado, todo a la vez parece cachondeo- el esfuerzo es notable pero el resultado final no merece la pena.
Lo malo de
Liaison (USA) no es que no sepa lo que quiere ser, es que además no le importa. Probablemente porque alguien pensó que podría ir cambiando temas, tonos y fondos. Y es cierto que es algo que podría suceder… Pero no en esta serie. Aquí las partes de acción parecen desganadas, las partes de espionaje rutinarias y las partes románticas… no me hagáis hablar de las partes románticas. Hasta el punto de que podría ser una fabulación de alguien como el protagonista de
Paul T. Goldman. O, más probablemente, de su protagonista, un
Vincent Cassel horroroso, absolutamente insoportable en cada una de esas facetas, encantadísimo de haberse conocido hasta niveles que hacen que el
Vin Diesel de
F&F parezca un humilde jugador de equipo.
Apple TV no suele cagarla, pero está claro que cuando lo hacen es a lo grande.
Si pensabais que con una mala serie musical adolescente íbamos a tener suficiente esta semana lamento comunicaros que también se ha estrenado
Melody (O)(AR) que incluye a una familia en contra de la decisión de la carrera musical, una especie de conexión mística, una madre desaparecida y, en fin, la decisión de cantar en el metro. Ninguna de las cuales es especialmente interesante, novedosa o pega con las otras. Así que podemos tomar esto como un intento de
Warner Música para lanzar a una -¿o dos?- cantantes. Con la sutileza de un zambombazo, y un sentido musical similar.
Este espanto de
Der Schwarm (O) (AL) (Cop. con AU/BE/IT/SU/FR/JP) o
The Swarm parece que ha salido de adaptar un librote gordote pero, en realidad, recuerda a aquella época de los noventa en los que había una sección de
Grandes Relatos que eran tecno-thrillers ecologistas bastante aburridos pero en los que un montón de países ponían a alguna persona y así podías señalar al tuyo. O preguntarte cómo había llegado allí. El problema, entonces y ahora, es que más vale tener algo más que ese reparto de
‘some stars’ internacionales y la posibilidad de rodar sus paisajes -acuáticos en este caso- porque si no solo logras un muy aburrido vistazo por el mundo. En el lado positivo: Es ideal para echarse la siesta la tarde de un fin de semana.
Usar
Basado en hechos reales sirve para casi cualquier cosa. Por ejemplo, en
Tríada (O) (MX) sirve para fingir que el punto de partida no era el de
Orphan Black sino el de documental
Three Identical Strangers. Por supuesto hace unos pequeños cambios al asunto original como, por ejemplo, cosas en las que pueda parecerse más a la primera que a la segunda aunque, por suerte supongo que para todos los implicados incluyendo su público espectador, el punto de partida sigue pareciendo el del segundo caso. Y sobre este esqueleto prestado lo que tenemos es… bueno… Lo que tenemos. Un
thriller -por llamarlo de alguna manera- de relleno con misterios que en realidad no son tan misteriosos. En fin.
No entiendo la necesidad que
RTD tenía de rodar esta mediocre
You & Me (UK), que podría ser tranquilamente un drama de
Hallmark de sobremesa sobre superar las dificultades de la vida, no entiendo qué les hacía pensar que una narrativa con ganchos como si esto fuera
This Is Us era buena idea y, desde luego, no entiendo qué necesidad había en intentar meter esto como un comienzo de comedia romántica (mediocre) que se transforma en un drama romántico-familia (igual de mediocre). No entiendo ninguna de las decisiones. Pero aquí estamos.