Empezamos mal, este Black Ops (UK) es la clásica historia de inútiles en las fuerzas del orden en su variedad infiltrados. Bueno, infiltrados de aquella manera. El problema es que no parece que tengan ninguna intención de… nada. Ni ellos lo hacen por interés propio, ni lo hacen porque acaben estando en el lugar erróneo en el momento incorrecto. Lo hacen porque el guión dice que lo hacen. Así que ni esto es interesante, ni ellos son divertidos -la idea de rutina cómica es que ponen caras y gritan, poco más- y aunque al menos Gbemisola Ikumelo tiene algo de carisma no es el suficiente como para salvar estos guiones.

Adaptar un libro parece buena idea hasta que decides que en realidad no querías adaptarlo, o esa parece, al menos, la experiencia de City on Fire (USA), que decide coger un libro ambientado en los ’70s y llevarlo a 2003. No me preguntéis por qué, porque tampoco parece muy interesado en explorar el cambio de época, si acaso en no tener que gastarse dinero en recrear e investigar la antigua. Estos últimos recortes -que se notan mucho, por cierto- de Apple son solo la mitad de la preocupación que comienzo a tener por la que, tras unos inicios complicados, fue convirtiéndose en todo un referente de series hechas bien. Porque cada vez se nota más el descuido con el que se están tratando, la falta de interés, las decisiones para ahorrar dinero que acaban impactando en la recepción de la serie y, en general, el paso de obras que tenían un algo más, un cuidado e interés como el de aquellas cadenas del cable de los noventa, a ese mismo genérico de streamflix que tiene que sacar novedades todas las semanas quiera o no. Porque eso es lo que tenemos, una serie genérica con un personaje femenino central que parece actuar por puro capricho para unir unas historias que van cada una a lo suyo y que, en realidad, tampoco nos interesan demasiado porque unos personajes desagradables, egocéntricos y narcisistas sin mayores cualidades redentoras no es difícil de encontrar en televisión. Mal van.

Una vez más, una serie sobre abarcar y apretar. No como centro de la misma, sino como ejemplo. Porque esta Class of ’09 (USA) intenta ser varias cosas a la vez y logra que, en cada ocasión, parezca que en ese momento preferiría ser la otra. Da igual que esté intentando ser Quantico, que haga guiños a Minority Report o que parezca decidir que lo mejor es This is Us. Lo que está claro es que no intenta ser ella misma. Y eso pesa, porque por muy bien que lo haga Brian Tyree Henry -que es mucho, por cierto- o por muchas caras raras que ponga Kate Mara -que son una enorme colección de ellas- o por mucho que pasemos intentando descubrir quién es el personaje porque han decidido hacer un reparto con tres líneas temporales y actores que se parecen -y reconozco que no esperaba no ser capaz de distinguir a Brian J. Smith de Jake McDorman en cuanto no se ve el bigote del segundo, pero aquí estamos- con, además, demasiado interés en meter sorpresas y secretos y blablabla como para establecer un punto de partida interesante o un grupo de personajes o de fondo en CUALQUIERA de esas tres líneas temporales. Incluso sin contar con los vergonzosos momentos de ciencia ficción que parecen metidos por alguien que pretendía parodiar la serie en lugar de mejorarla. Al final la suma de tantas cosas distintas no crea una mejor y más grande, sino que resta. Un desastre.

-A veces sospecho que lo que la Animación Adulta (sic) necesita es un programa de skteches, volver al TV Funhouse del SNL o algo incluso más suelto, algo que permita que si solo tienes el punto de partida y luego no sabes desarrollar las ideas para ser divertidas no te encuentres atrapado por esa trampa que tú mismo te has creado. Este Mulligan (USA) de Netflix es el ejemplo perfecto. Un punto de partida que podría dar para un sketch, quizá incluso para varios, pero que difícilmente puede aguantar una serie entera. Difícilmente podría haberlo hecho en 1993, no digamos en 2023. De hecho, a ratos parece que hubiera preferido ser una de aquellas rarezas para jóvenes con un punto extraño de los noventas – un Freakazoid!, un Toxic Crusader, un The Mask– que  su equivalente adulto – un Duckman, un The Critic, incluso la una década posterior Drawn Together– y, desde luego está lejos de Rick & Morty o, incluso, las obras dentro de la misma plataforma como Inside Job. Aunque quizá a esta última sea a la que más podría intentar parecerse. Para mal, porque es bastante más flojo. En fin, yo qué sé.

Resulta agradable esta The Muppets Mayhem (USA), aunque esté lejos de The Muppet Show o de las mejores películas al menos está más acertado que los intentos anteriores de Disney de hacer algo con los personajes. Sigue lejos de funcionar, y algunos de los problemas están en que en realidad no tienen tanto que contar de los personajes que han elegido como protagonistas y de la necesidad de estar todo el rato sacando cameos de famosos, pero quitando eso es una obra agradable, blandita y con algún golpe de humor entretenido en el que los Muppets tiran del carro mientras los personajes humanos parecen más unidimensionales que los muñecos. A ver si la próxima les sale mejor, pero al menos esta se deja ver.

Es posible que North Shore (AU) no sea original, ni interesante, pero tampoco está bien actuada. De hecho, el problema principal es John Bradley. Y cuando el problema principal es el que se supone que es el protagonista sabes que hay poco que hacer. Da igual lo mucho que Joanne Froggatt intente compensarlo. Igual que toda esta idea de hacer un Crimen en el Paraiso con Australia. Toda la trama es tan vaga que resulta complicado creer incluso esa cooperación, no digamos ya esa necesidad de meter a un investigador por parte de los ingleses. Sobre todo porque al personaje principal no le puede dar más lo mismo todo. No parece que tenga ningún interés en resolver el crimen o en interferir con los australianos, solo pone cara de ‘oh, oh, oh, esto no está bien, no debería estar aquí’ -en el mejor de los casos, en el peor podría ser de ‘me he hecho cacota’– sin acabar de establecer ni qué está haciendo ni cómo lo está haciendo. No opta ni por ser un detective cómico -un Colombo, un Marleau, un Vera, uno de los mil de Crimen en el Paraíso– ni, desde luego, uno de los trágicos. En una serie tan vaga como esta podrían haber ido por cualquiera de los dos caminos y establecido luego el tono. Un poco como cuando uno ve Asesinato en… y se encuentra con que según los protagonistas la pareja policial a cargo tira más hacia el drama o hacia una cierta ligereza cómica. Pero aquí no, aquí Bradley se pasa todo el capítulo; mientras se tiene que ir a Australia a investigar la muerte de la hija de un ministro, en teoría cooperando con las autoridades australianas; poniendo cara de que preferiría estar en cualquier otro lado. Y, sinceramente, pasados los primeros cinco minutos puedo decir que yo también.

Curiosa, casi impresionante, pero siempre con algo que acaba volviendo para atrás, así es esta Saas, Bahu Aur Flamingo (O) (IN) a mayor gloria de Dimple Kapadia colaborando de nuevo con Homi Adajania, y Kapadia devuelve estando magnífica en todo momento. Una obra que va dando tumbos entre el imperio criminal y las tramas familiares pasando por la acción y un cierto descontrol. Una familia criminal fundamentalmente femenina -de ahí el título que es algo así como Suegra, Nuera y Flamenco– prepara una droga -el flamenco, claro- a la vez que se debate entre los férreos dictados de la matriarca –Kapadia, claro- y el hacer piña o luchar entre ellas. Luego ya tenemos el resto del reparto femenino, algo de reparto masculino… Pero, sobre todo, mucha violencia, algo de sexo y, claro, drogas. La duración de los capítulos, como esa necesidad de meter distintos tonos o historias a la vez, le restan el interés que podría haber tenido. Lo que las interpretaciones, el vestuario y maquillaje o las magníficas imágenes que ofrece el director, parecían prometer. Podría ser mejor, también podría ser peor, pero sobre todo es un festival de Kapadia.

La decisión de hacer una historia postapocalíptica tendrá sus defensores y detractores, dedicarle los primeros tres minutos del piloto al InfoDump es un poco demasiado. También es cierto que el resultado de Taekbaegisa (O) (CS) o Black Knight está más cerca de la madmaxplotaition de los años ochenta, pero con las calidades de una película de The Asylum para después de comer. Supongo que estará basado en alguna cosa, dado que la duración no llega a los 50 minutos y solo aparecen seis capítulos, pero lo cierto es que me da un poco lo mismo. Ni yo soy el público de este tipo de obras ni me parece que la manera de presentarla en este piloto, con tanto rodaje en lo que parecen almacenes y tantos exteriores que parecen el aparcamiento de los almacenes, como si estuviéramos aún en la primera temporada de Arrow, sea algo que vaya a hacer por cambiar mi opinión.