Una decisión, sin duda, esta 1000 Babies (O)(IN) que parece funcionar más como miniserie que como serie. Probablemente porque la historia que cuenta -sobre una señora que se dedicaba a cambiar niños en la maternidad donde trabajaba, da la sensación que usando la excusa de la neurodivergencia para justificar semejante punto de partida y así no tener que abordar los motivos reales que hemos visto para esto- en realidad no saben bien cómo gestionarlo. Porque todo este capítulo parece servir menos como piloto que como rampa de lanzamiento en la que establecer el seguimiento a estos casos no desde el drama familiar sino desde una especie de ¿thriller? ¿terror? a partir del propio hijo (es decir, «hijo») de la misma. Y todo eso, además, con varios momentos de farsa -ya sabéis, ni las series indias ni las surcoreanas están tan lejos de las españolas- haciendo un particular batiburrillo.

Una cosa sorprendente de Tyler Perry es que sea capaz de hacer este Beauty in Black (USA) y que no se note ni en las posibilidades ni en la actuación que es una producción estadounidense. Hay momentos de auténtica vergüenza ajena que en producciones de Netflix para Sudáfrica, Emiratos Árabes o Nigeria no llegan a producirse pese a que sospecho que tendrán menos dinero. Pero, por lo demás, es una telenovela que no desmerece -ni desencaja – en aquellas que hemos visto, una mezcla de crimen, miseria y blablabla. Lo de siempre, pero peor hecho y con peor trasfondo. La marca de Tyler Perry.

No sé quién pensó en hacer este Before (USA) que, por un lado, es una historia que suena a mil veces vista -hasta el punto de que por un momento pensé que iban a montarse un Sexto Sentido en dirección contraria- y que, además, luego se dedica a dar vueltas sobre lo mismo. Una y otra y otra vez. Así que acaba siendo tan Genérico Apple TV que lo raro es que no tengan a más estrellas por medio.

En lo que tiene pinta que es menos una idea de Prime que algo que les han alojado, esta Dino Dex (USA) es el tipo de serie divulgativa infantil que antes se veía en Nickelodeon o CBBC, por ejemplo, y en la que los monotemas -en este caso los dinosaurios- sirven para pequeños momentos de humor tontorrón y algunas decisiones artísticas cuestionables. Aquí siguiendo a un joven que quiere reimaginar la forma en la que se representan los T-Rex junto con su amiga que ama las rocas. Yo qué sé, supongo que a los amantes de los dinosaurios les hará gracia. O algo.

Coger una película de Delphine de Vigan para convertirla en un thriller más o menos tradicional, ese es el resumen de Les enfants sont rois (O) (FR) basado en el -como de costumbre- perturbador libro en el que la desaparición de una influencer infantil despertaba todo tipo de dudas y reflexiones sobre el modelo actual de trabajo infantil y el consumo parasocial y que aquí se limita al típico telefilm francés de misterio. Quizá un poco más estirado, quizá con alguna decisión extraña para el tema, pero no mucho más ni muy diferente. En fin.

No sé lo que tendría que haber esperado de Like a Dragon: Yakuza (O) (JP), sobre todo porque no he jugado a los juegos originales a los que, la verdad, no he prestado nunca mucha atención. Daba por hecho que tendría algo de Organización Criminal -que lo tiene, y que diría que es lo que más tiene, una nueva serie de organización criminal, justo lo que no teníamos. En fin.- pero también acción… y esto no se llega a cumplir. Sí a prometer, pero no a cumplir. Así que si alguien se está esperando una serie con un componente más… digamos de pegahostias… que sepa que esta vez no toca. Así que mi gozo en un pozo, a ver si la próxima vez hay suerte y es al revés.

Supongo que este Plum (AU) entra como giro en el melodrama deportivo, fundamentalmente porque en realidad estaría más cerca de un melodrama familiar en el que da la casualidad de que lo deportivo es fundamental. Porque por mucho que el protagonista ya no esté ‘en ejercicio’ está claro que tanto por legado como por importancia podemos ver y entender varias de las decisiones que se toman en función de ello. Así que, y pese a todo, resulta interesante ver cómo hacen esta impacto concreto en una historia general. Que ya es algo.

No tengo muy claro ni en qué lugar ni en qué año existe este Poppa’s House (USA) que intenta que los Damon Wayans (padre e hijo) lleven a sus hombros lo que no deja de ser una sitcom de los setenta que a ratos parece que querría ser Frasier. Y me temo que no. No solo porque los chistes de ‘odio a mi ex-mujer’ no son mucho mejores que los de ‘odio a mi mujer’, también porque no parece que estén dispuestos a que los secundarios tengan gran cosa que hacer. Así que supongo que el interés dependerá de la tolerancia.

Voy a dar por hecho que esta Territory (AU) quiere que la comparen con un Yellowstone australiano. Lo cierto es que parece más un lavado de cara para Dallas en el que se les ha olvidado que precisamente ese estar al 11 es lo que más gracia tenía. Así que lo que tenemos es una serie de actores con una media en el aceptable -lo que significa, claro, que en general lo hacen bien sin más pero tenemos a poco menos que un par de muebles del IKEA, y también una magnífica actuación de Anna Torv-, con un guión tirando a predecible en el que en cuanto te descuidas les falta sacar un texto en pantalla subrayado y, en general, una historia sin demasiado interés. Más aún cuando te plantean un ‘misterio central’ que es dado de lado por cualquiera de los personajes hasta un punto que haría enrojecer a los guionistas de Sueños de Libertad. Que no, vaya, que no.

Supongo que este The Unreal (O) (IR) está tan claramente dirigido a los espectadores infantiles que no se ha dado cuenta de que podría haber llegado también al adulto, sobre todo porque es una historia que parece de casa encantada pero que uno diría que está intentando hacer el creepypasta sin las referencias. No tengo claro para quién queda esto entonces, ni si no será una de esas veces que queda demasiado grande para los pequeños, demasiado pequeño para los grandes. Pero bueno, supongo que al menos se les puede agradecer la intención.