¡Pilotos Deathmatch! «Interior Chinatown» y más

A veces creo que la interacción con las series podría mejorarse. Porque me pongo a ver Adorazione (O)(IT), que es la misma serie de siempre de adolescentes, sexo, fiestas y ‘un misterio’ -sob- y NECESITO alguna manera de distinguir a los personajes. Poder ponerles colores o un letrerito o algo. Y en las mujeres aún hay cierta variedad -mínima- pero de los chicos… parece la colección completa de los Ken, suponiendo que los Ken tuvieran tatuajes que no sirvieran para identificarlos. En fin, eso que una más.

No tengo muy claro si hay que suponer que los personajes de Amor da Minha Vida (O)(BR) -por cierto, el título en español es espoiler- son veinteañeros muy maltratados o treintañeros con problemas de una década anterior. Sea como sea esta especie de serie romántica un tanto extraña porque no parece ir contando nada sino pasar de unas relaciones a otras como si el amor mismo fuera el centro de la trama pero de una manera que sirve menos para articularla que para empeñarse en ella. Supongo que es su idea de hacer una serie romántica pero lo cierto es que no acaba de funcionar porque los personajes acaban pareciendo poco menos que excusas para que se encuentren y desencuentren entre ellos. Quizá en otro momento.

-Parece que aún hay lugares en los que las series de asesinatos con podcaster resisten, eso es lo que explica esta Crá (O)(IR). Muy poco creíble e innecesariamente enrevesada para lo que en tiempos se hubiera arreglado en hora y media. En un capítulo o dos. No espero yo gran cosa de la resolución de esto que parece que no tiene claro siquiera cuál es la su intención para el protagónico: ¿Quieren uno, a otra, coral, dúo? Una vez más: En fin.

No esperaba yo gran cosa de este Cruel Intentions (USA), salvo -quizá- que fuera mejor que la versión ‘musical noventero’. Pero lo cierto es que pese a ese punto de partida, pese a que la mayoría de protagonistas están más allá de lo verde y a que en realidad vuelve a ser otra serie de adolescentes de treinta años que están calientes y dan fiestas hay algo en ella que hace que destaque un poco. Principalmente el buen hacer de Sara Silva, la mayor sorpresa de la serie que depende demasiado de algunos secundarios ni siquiera sólidos como John Kim sino simplemente capaces como  Adam Arkin o Sean Patrick Thomas. Pero también el humor y las referencias noventeras, que lo convierten en algo a medio camino entre la serie Greek y una versión floja de No es otra estúpida película americana. Es difícil saber si veremos una de las escenas de muerte más estúpidas del audiovisual recreadas y, ciertamente, las tramas centrales parecen mucho menos interesantes que las que algunos secundarios pueden presentar, pero al menos hay cosas brillantes… que posiblemente vayan mejor en la siguiente serie que intenten.

Mi resumen de Dune: Prophecy (USA) es que Emily Watson es una gran actriz con una pésima toma de decisiones. De ahí que haya acabado en esta especie de Space Arrow of Thrones rodeada de actores que pasaban por allí, en ocasiones con capacidades, en otras… bueno… pasaban por allí. Así que esta larguísima y menos rocambolesca que enrevesada serie -o, al menos su piloto- con todo eso de los colores apagados, el sexo y la violencia -no sea que los adolescentes no piensen que es adulta- lo que he acabado es considerando si les estarán dando bien de comer y si no será La Franquicia el making of de la cosa esta.

Pocas cosas llevo peor que las series de acción aburridas, pero esta Helikopterrånet (O)(SU) tiene el número de escenas de acción que uno esperaría de… no sé… un vídeo de primera comunión. Y aproximadamente la misma cantidad de gente hablando en sitios en trajes más o menos ridículos. Voy a presuponer que es una de esas veces de contextualizar la obra antes de liarse con las hostias, como si esto fuera un libro, pero claramente el piloto necesitaba de algún tipo de gancho que ni está, ni se le espera, ni parece que a nadie le importe en exceso.

Es curioso las maneras en las que Interior Chinatown (USA) logra ser diferente al libro en el que se basa y, sin embargo, transmite bien la idea de la representación asiática -de hombres asiáticos en concreto, también debo decir- en la ficción televisiva. Todo ello llevado con humor aunque, me temo, requiera de bastante amor por la metanarrativa para gustar. Porque toda esta trama iniciada no explicita -al menos no en el piloto- que sea precisamente eso, pero deja claro al espectador perspicaz que precisamente eso es lo que estamos viendo. Pues bien, claro. Al menos para mí.

«Esto tiene que ser un Webtoon» empieza a ser una formo de descubrir cuando… bueno… cuando una serie como Jigeum Geosin Jeonhwaneun (O)(CS),  o 지금 거신 전화는 o When the Phone Rings o Cuando el teléfono suena o… , aparece. Porque, claro, resulta que esta es la historia de una mujer que lleva ni sé el tiempo en un matrimonio de conveniencia sin que su marido le haga caso alguno porque es un importante político -o algo- hasta el punto de que ella casi ha perdido el habla, aunque como trabaja de traductora a lenguaje de signos no es tan problemático hasta el día que un secuestrador se hace con ella para amenazar a su marido y él responde que la mate si quiere. A partir de ahí algún giro más pero, fundamentalmente, esta ridícula premisa que se articula sobre la relación matrimonial y -voy a suponer- la manera en la que llegarán a enamorarse o algo. Porque si esto está yendo a algún lado -a algún otro lado al menos- no seré yo el que lo vea. Quiero decir, teniendo en cuenta que lo que cuentan en una hora y pico podrían haber hecho en veinte minutos. Que, sinceramente, es un punto a favor de leerse el webcómic en lugar de verse la serie.

Me preguntaba por qué este Landman (USA) parecía la idea de Dallas que tendría alguien que solo hubiera visto Yellowstone. Y es que resulta que es de Taylor Sheridan, lo que explica por qué tanto Macho McMacho soltando charletas interminables mientras esperamos a ver si pasan cosas. Que hayan logrado algunos actores sólo puede llevar a que esto acabe como otra de esas series que duran cinco temporadas sin que logre dejarla ni cuando zapeo.

Voy a preconsiderar que The Listeners (UK) quiere ser un drama de personajes antes que algo de misterio. Sobre todo porque el misterio parece importarle poco y ser solo una excusa para presentar la alienación del personaje principal. Quizá una metáfora sobre la depresión o algo así. Quiero decir, a mí me ha parecido un piloto deprimente, en el que más allá de la pretenciosidad y las ganas de que la actriz principal se lleve un premio no hay nada. Pero, quién sabe, la serie insufrible de uno -yo- puede ser el clásico de culto de otro -que no soy yo-.

Ojalá A Man on the Inside (USA) me hubiera gustado más. Es agradable, tiene actores a los que estoy acostumbrado, no es una serie necesariamente mala. Es solo… rutinaria, como si alguien hubiera encargado un piloto a partir del éxito de otra y sin que les importara demasiado si el resultado se iba a emitir de una u otra manera. Sospecho que Netflix ha sido parte del problema aquí, porque organizada de otra manera y en otro sitio -quizá en las networks, quizá en Disney+– esto se hubiera pensado de manera distinta y preparado para ofrecer un poco más de… no sé… ¿de trabajo? ¿de evolución? En fin, una lástima pero, al menos, es una serie que resulta agradable y, además, existe.

Pues resulta que el otro día andaba yo pensando en el espanto aquel de Shit My Dad Says, perdón, $h*! My Dad Says y en cómo pudo suceder algo así… y ahora me encuentro con Only Child (UK). Una serie de un tipo que tiene que soportar a su padre después de algo que ya ni me acuerdo ni me importa. El padre es insufrible pero el hijo encuentra motivos para encontrar amor en él, o algo. Aquí ya pasamos al: *suspiro*

Sé que es algo que queda raro decir de una serie infantil, pero viendo Press Start! (USA) lo único que podía pensar era que el libro… el libro es mejor. No sé exactamente quién ha pensado que había que pasar con la apisonadora de convertir el estilo en ‘más de lo mismo’. Y es una pena, porque el libro original es mucho más interesante, algo que -en ocasiones- aún brilla aquí y allá en esta serie. En fin, a ver si la próxima.

No tengo muy claro si la idea de este Tokyo Override (O)(JP) era mostrar las posibilidades de la animación a Netflix, si es una serie que se han encontrado, si es algún tipo de adaptación de un videojuego o qué. Pero bueno, la historia es un poco lo de siempre con futurismos y cosas… pero al menos algo intentan con la animación. No es que sea rompedora pero al menos no es el desastre habitual de Netflix. Ah, y hay motos. Quizá es eso lo que intentan vender. Yo qué sé.

¿Por qué esta serie no tiene ni trailer cuando lo mejor que tiene es la animación? Casi que prefiero no saberlo.


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