Desde el 1 de mayo pocos han sido los pilotos aparecidos. Con The Enfield Haunting (UK) ocurre algo curioso, y es que parece un poco fuera de temporada. Pero como a mí todo lo que sea fantástico, aunque se trate de basado en hechos reales y poltergeist y cosas así me parece bien aquí estamos. La recreación es magnífica, las interpretaciones estupendas y lo único que realmente se puede lamentar es quizá lo más problemático de todo: Al intentar hacer una ‘recreación realista de los eventos’ aquello tiene bastante menos de lo que obras maestras como Ghostwatch pudieron ofrecer con unos mimbres similares. Y no han tenido la picardía suficiente de convertirlo en otro Amityville. Pero bueno, esto es solo el piloto, habrá que ver por dónde tiran.
No entiendo lo de
Grace and Frankie (USA), un buen puñado de grandes actores como son
Lily Tomlin,
Jane Fonda,
Martin Sheen y
Sam Waterston además de la teórica buena reputación que
Marta Kauffman – acompañada aquí de
Howard J. Morris– tiene como creadora y
showrunner. Pero el caso es que todo cae blando, sin mucho interés y poca más fuerza que la que le ponen
Sheen y
Waterston a la mezcla.
Tomlin y
Fonda se merecían algo mejor que esta comedia que más que a
Netflix parece pertenecer a
TV Land.
Por fortuna también aparecen buenas e inesperadas novedades. Bueno… inesperadas… Detrás de
No Offence (UK) está
Paul Abbott. Creador de unas pocas series que quizá os suenen como son
State of Play,
Shameless,
Touching Evil o
Hit & Miss. Lo que pasa es que la premisa sonaba a un
más-de-lo-mismo desde el otro lado de la calle. Un grupo de policías, mezcla de elementos cómicos y dramáticos, una trama de asesinatos de fondo y blablablabla. Pero resulta que funciona. Funciona la mezcla de comedia y drama. Casi más comedia que drama. Funciona la verosimilitud de los implicados y, desde luego, el magnífico reparto femenino con
Elaine Cassidy como, de momento, la protagonista detective
Dinah Kowalska, pero robándole la función su jefa en la pantalla, la tirando desmesurada
Vivienne Deering interpretada con tanta fuerza que parece que va a por un
Bafta por el método del tirón por
Joanna Scanlan, además de ellas dos las intervenciones de
Alexandra Roach y
Will Mellor, junto con una extensa cantidad de actores en papeles secundarios o casi de cameos –
Colin Salmon aparece un par de escenas como el Jefe de todos ellos y lo hace muy bien- dejan claro el buen ojo de
Abbott o su encargada de casting tanto para la elección de actores como para trabajar con ellos. De modo que lo que parecía una cosa más con ese intento de hacer humor más o menos grueso acaba siendo una agradable sorpresa. Menos mal.
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