Cuando uno ve la nueva serie que Nickelodeon estrena se pregunta de donde salen. En el caso de 100 Things To Do Before High School (USA) -si os lo estáis pensando, no, Perder la virginidad antes del Baile de Promoción no entra en la lista- el origen es una película pensada para probar la serie. Además de una serie de adaptaciones previas cercanas a esos diarios que tanto funcionan entre los pequeños lectores. Así que para ellos.

Estas ideas de la NBC funcionan como siempre, así que el Aquarius (USA) a mayor gloria de David Duchovny y con los crímenes -primeros- de Charles Manson de gancho se ha estrenado cuando -a efectos publicitarios- ya nadie mira ni le interesa a la audiencia. Claro que si la audiencia hubiera estado mirando tampoco es probable que le hubiera interesado mucho. Intentar una reconstrucción histórica de unos crímenes podría haber sido interesante, pero la verdad es que todo parece más fatigado que fatigoso e incluso mejor sabido de lo que realmente conocemos. No hay mucho mérito en una serie como esta de la que lo mejor que se puede decir es que no ofende.

Vamos con un documental (casi docuseries, pero no tanto) que últimamente los tengo un poco olvidados. En Armada: 12 Days To Save England (UK) la BBC dedica unos episodios a tratar de esa amenaza española desde su atemorizante punto de vista , porque como tal es tratada. Así que al menos podemos encontrar algo diferente.

Me niego a hablar de The Briefcase (USA).

Y de un tratamiento del crimen al otro, Catching Milat (AU) es una mini en dos capítulos de uno de los capítulos negros de la historia de Australia, los backpacker murders que a principios de los noventa ocuparon a las autoridades del país. Y fuera de las -inevitables- licencias y los relieves en busca de unos héroes entre los investigadores por aquello de que el público empatice, es una obra no muy brillante pero al menos sólida y bien llevada. Más para los aficionados al True Crimen que al público general, eso también.

La primera vez que vi el piloto de Mr. Robot (USA) pensé que era un desastre, la segunda vez pensé que era una comedia -aunque involuntaria- y me reí mucho. Las partes técnicas son un desastre más cercano a CSI: Cyber que a Scorpion, -mi parte favorita es cuando el superhacker paranoico investiga una organización supersecreta buscando en Google– pero todo lo demás… todo lo demás es una especie de indigestión pretenciosa adolescente con un protagonista central, Rami Malek, que parece un alumno de la Escuela de Interpretación Danidelcantodelloco en versión emo sobreactuado, un intento de acercarnos -narración mental dudosa incluida a la El club de la lucha– metido en una especie de Matrix muy de baratillo, tanto que parece buscar el estilo de las series sobre ordenadores y programación – Sillicon Valley o la más reseñable Halt and catch fire– mientras lanza personajes sin parar y sin sentido en un batiburrillo argumental que trata de hacer un Ellos Contra Nosotros con un nivel de sutileza cero que incluye que la empresa maligna se llame… Evil Corporation. En serio. Con un logo cercano al de Enron no se vaya a perder alguien -asumiendo que tengan la edad para recordarlo, claro, que tanta referencia noventera lo mismo pilla a los espectadores del USA Network en pañales- justificaciones de personajes que exceden lo ridículo y, sobre todo, con Christian Slater. ¡Pero de quién tiene fotos este hombre! My Own Worst Enemy, The ForgottenBreaking In -que le tuvo ocupado lo suficiente en 2012 como para que se perdiera la siguiente ronda de series a cancelar-, Mind Games y ahora esta. En esta ocasión trata de aparecer en el espacio mcconaughey de murmurar incoherencias con mucha gravedad llenándolo todo de conspiración oscura porque alguien debe pensar que así se consiguen los premios. Como insensatez tiene un pase, aunque quizá deberían darlo todo por perdido y meterle risas enlatadas, por lo demás… por favor, que alguien vaya a rescatar a Carly Chaikin de este espanto.

El humor australiano sigue intentando ponerse en forma, en Open Slather (AU) lo hace con sketches -quizá demasiado largos- centrados en parodias de asuntos de la cultural pop. Necesita trabajo, que hay más de intentos fallidos y alargados que auténticos aciertos. Quizá si la duración del programa o de los sketches fueran más cortos mejorarían las cosas. Pero, en fin, esto es lo que han hecho, tendremos que esperar.

Estoy intentando entender como lo que SunTrap (UK) quería ser ha acabado siendo. Repasemos: A una isla imaginaria española -se graba en Gran Canaria pero pasan de lo oficial- llega un ex-investigador y periodista que, nos informa, está siendo perseguido, para hacerse con un hueco investigando distintos casos gracias a lo que, él dice, es una enorme capacidad para disfrazarse que ayudaría a llevar el tono semi-cómico de la cosa. Es decir: Murder in paradise + Fletch, el camaleón + Burn notice. Con Kayvan Novak en el papel central, un actor tendente a la histronía pero que sabe todo lo que hace falta para la comedia y Bradley Walsh, que lleva años en Ley y Orden: UK. El problema es que es espantoso, los guiones no funcionan nada, el misterio da igual, la comedia directamente no existe, la idea de los disfraces de Novak es poco menos que ponerle un gorro divertido y su idea de los chistes es poco menos que ir leyendo una actuación de Robin Williams con toda la rapidez perno ninguna interpretación o sentimiento.  No sé en qué estaba pensando la BBC pero… ¡sospecho que no durará mucho!

Tratando de seguir con el éxito de sus anteriores miniseries pseudohistóricas, Texas Rising (USA) es el último intento pseudohistórico del canal -pseudohistórico- History Channel. El intento de reunir un gran reparto y de darle bombo funciona a ratos porque… bueno… tampoco lo que ofrecen es mucho. Pero si os queréis entretener viendo cómo tratan de vender la historia de USA a los americanos o jugando a ¿Dónde he visto yo esta cara antes? imagino que mal tampoco estará.