En una de las semanas más tranquilas del año -en lo que a pilotos se refiere- no me extraña mucho encontrarme con Cuffs (UK), un procedimental sencillote de ese tipo que algunos llaman sólidos, con sus diversas historias, toques de humor y variedad de problemas a tratar. Una serie tan de siempre que casi cuesta creer que uno esté viendo el primer capítulo , sobre todo por esa sensación de conocer ya todos. Aunque esta vez sean ingleses y no americanos, claro. Pero, en fin, siempre es buen forraje.

Que sorpresa -y qué agradable- ha sido Jekyll & Hyde (UK). Había oído que estaban preparando algo con el personaje pero teniendo en cuenta los precedentes –Do no harm, te estoy mirando a ti- me conformaba con que estuviera al nivel de cuando Moffat sabía escribir televisión. Los primeros minutos demostraban al menos una intencionalidad y un gasto bien aprovechado, la continuación dejaba claro que a partir del punto de partida habían decidido crear su propia versión de algunas ideas… modernas, digamos. El resultado me ha convencido y dejado con ganas de más. Esperemos que sepan manejarlo.

Por contra Wicked City (USA) es casi una representación de todo lo que está mal en la televisión o, al menos, en un cierto tipo de televisión. Trata de recuperar la idea de serie antológica, de aprovechar el género negro y, sobre todo, las historias de psicópatas en el que ha podido ser el peor de los años para su versión thriller policiaco y el mejor para el slasher, y lo hace todo mal. rematadamente mal. Ni las interpretaciones ni, desde luego, los personajes tienen mucha solución, no digamos ya el tratamiento que hacen de los mismos y el ambiente ideológico que parece transpirar toda la seria. El resultado parece salir de una mezcla de desgana y luchas con los ejecutivos. No sé lo que tenían intención de hacer pero sí que el resultado es un churro. Pero uno congelado precocinado que logre a la vez quemarase por fuera, quedarse helado por dentro y soltar abundante aceite rancio.