Empezamos un año aunque podría haber empezado mejor porque Beyond (USA) es el tipo de idea floja que reúne una serie de tópicos disfrazando el desconocimiento de misterio para ver si así se crea artificialmente una sensación de suspense. Lamentablemente olvidan que en esos casos la única forma de que funcione la narración es hacerla tan excesiva que el locurón resultante justifique la capacidad de sorpresa. En lugar de esto tenemos la enésima serie más o menos juvenil con secretos y mentiras y duda de todos y blablabla. Así que esta puede que sea o no la primera serie que veas este año, pero lo que parece seguro es que será la primera que olvides.
Que es justo lo contrario que pasa con
Emerald City (USA), el guión parece pensado para escurrir
spaghetti y ni los personajes ni sus acciones parecen tener un sentido, utilidad o profundidad, pero es bonita de ver, muchas ideas que vienen del imaginario europeo -cuando no directamente de
Gaudí– que van no solo en la creación de estilos y fondos para los personajes, también en su manera de reconstruir el camino de baldosas amarillas, por ejemplo, o el uso del color con los personajes, y luego ya la idea de presentar algo que puede ser o no algo que se base en lo que ya conoces de la historia de manera que tengas que prestar atención -y puede ser duro porque no es especialmente interesante- de modo que al final da la sensación de creación divisiva que señala algo realmente creativo detrás. No creo que tenga paciencia para verme entera la temporada pero podría ser una buena fotonovela.
En cuanto a
The Halcyon (UK)… Supongo que querer ser tan fuerte
el nuevo Downton Abbey debería dar puntos de algo. A mí no me ha parecido gran cosa, la verdad. Mucha reconstrucción, mucho suspiro, pero poco sustento. Aunque lo mismo es porque a mí las series de periodo histórico me dan un poco lo mismo. En fin, por lo menos así sabéis que están muy a tope con esta en la
ITV.
Un nuevo ejemplo del paso de weberies a emisión en la cadena,
Jeff & Some Aliens (USA) es también un nuevo ejemplo del espanto de elecciones que Comedy Central lleva años haciendo. Hacia el humor por el lado lo más feista y grotesco posible con una serie de gags que se baan en que lo que se está haciendo es grotesco y no muy inteligente. El Humor Incómodo, como la Poesía de Verso Libre, se creó con un propósito, no para maquillar el rango de capacidades propias. Pero al menos no intentan engañar a nadie, supongo.
Hablar de
The Mick (USA) sin mencionar la otra serie protagonizada por
Kaitlin Olson y en la que los hermanos
Chernin -creadores de esta- han trabajado como guionistas tiene un punto de ridículo. Fundamentalmente porque esto es una mitad de
Uncle Buck -aunque su
remake fuera enterrado el año pasado- y la otra mitad muy obviamente
IASIP. Salvo que, claro, la
FOX no es ni la
FX ni la
FXX así que todo tiene que ser rebajado. Y ese es su problema, o al menos el nuestro como espectador, que todo está al borde de llegar a la locura de
IASIP pero quedándose siempre sin atreverse de modo que todo parece más real y, por tanto, peor. Los excesos en un mundo tan caricaturesco y pasado de vueltas como el de
IASIP son parte del juego, que en esto, que no deja de ser una comedia familiar y no van ni a acercarse a ellos -teniendo en cuenta al primer capítulo de la última temporada no creo que se acercaran ni a la puerta- es difícil que pudieran aceptarlo pero, a al vez, hace que las ruindades que sí que se permiten sea más ruines. En fin, ya veremos cómo avanza a partir de su exitoso -por colocación- primer capítulo.
Bueno, pues también hay programas infantiles de esos que hacen que te plantees si alguna vez intentarán introducir alguna novedad o marcar algún progreso. En el caso de
My Knight and I (O) (F) la parte de ilustración y animación parece avanzada, sobre todo comparada con la enésima rutina de niño con adre desastrosos/genial y amiga responsable. En fin.
Que suerte tenemos de que
One day at a time (USA) sea de
Netflix, así he podido ver más allá de su piloto. Un piloto agradable, no muy arriesgado y que tiene todo lo bueno y lo malo de
Norman Lear. Bueno, y también risas enlatadas, cuando parecía que nos habíamos librado de ellas. Pero al ir avanzando en episodios vemos no solo su persistencia, también la manera en la que se repiten, entrelazan y lanzan ideas, se recuperan temas y personajes y se va creando un tejido. Sí, tiene lo mejor de
Norman Lear pese a que aquí haya sido un productor más bien asesor, pero se centra en los personajes -no en vano está recuperando una serie antigua suya sobre una madre criando sola a dos hijas- y saca temas importantes de manera regular. Se tocan algunos asuntos habituales como la emigración o la religión y otras menos habituales como la salud mental, la herencia cultural o los veteranos. Todo ello rodeando a la gente de dosis de humor y un gran trabajo de los actores, especialmente la enorme
Rita Moreno. Y también está lo malo: Trata de confortar a todos, rehuye los momentos más tensos a favor de soluciones para poder volver a un punto de no-agresión, un
todo-el-mundo-es-bueno que se hace irreal y que, además da un aire de irrealidad a lo que los grandes temas acercan. Es una gran serie clásica familiar, sin duda, pero no intenta ni quiere ir más allá. Y esa forma de conceder a unos y a otros -excepto en el asunto Cubano, ahí se nota que Miami está MUY presente y no va a realizar concesiones ni de coña- significa que todos los personajes son tratados con respeto pero que a todos se les va a matizar en lo que tienen razón y lo que no sin preocuparse en cuestionar de dónde vienen esas ideas y decisiones -por resumir, está el clásico tropo de la Niña Progresista a la que a veces le toca cuestionar que el mundo no funciona como ella querría, pero nadie se pregunta por qué es así. Y al menos es tratada con mucho más respeto que casi cualquier otra serie- de modo que lo que aquí tenemos nos suena a ya visto o incluso a hecho con más sofisticación en, digamos,
Jane the Virgin. Pero lo importante es que haya más, y que sean capaces de hacerlo en una serie que con un estilo tan antiguo logra crear una sensación de que esto podría haberse hecho mucho antes. Así que preguntémonos por qué ha hecho falta llegar hasta aquí con
Netflix. Y, ya puestos, ¿cómo es que no es más conocido aún el nombre de
Norman Lear?
Creo que voy a dotar de significado a un nuevo verbo, porque es ver algo como
Ransom (USA) y pensar en lo necesario que es poder decir que la serie CBSea. Está muy claro que cuando decidieron CBSear pensaron que era lógico porque para eso estaban en la CBS y eso facilitaba sus CBSaciones, como tener a un señor inteligente, con dinero, profesional y muy blanco con un equipo variado que se enfrenta a amenazas vagas aunque con un origen no-normalizado (vamos, que o son de otra raza, o de otro país, o de otra religión o de varias si no todas las anteriores) que su equipo diverso ayuda a que no se note tanto. Ah, y hay alguna secuencia de acción venga al caso o no y una vaga sensación de que trabajan en una organización
vagamente gubernamental pero que no sigue las reglas de esas. Y puestos a CBSear lo que aquí nos ocupa son secuestros, que para algo estamos. Bueno, en realidad son negociaciones porque tenemos que tener un hueco para cada cosa.
Por algún momento en la
BBC pensaron que podían seguir dando coba a una suerte de
Bro-Humor en
sketches que han creado llamada
Revolting (USA) y a partir de ahí algunas cosas que no están mal del todo pero una intencionalidad y un subtexto poco menos que agradable. Sobre todo cuando se pasa a la parte de cámara oculta. Incluso para ser ingleses.
∞