¿Qué puedo decir de Agent Elvis (USA)? No, mejor, qué puedo decir BUENO de Agent Elvis. Porque, por poder, podría decir que quieren hacer un Archer pero tienen menos de todo (talento, gracia, animadores) excepto nombre famosos. Producía Priscilla Prestley -y el piloto está dedicado a la memoria de su hija Lisa Marie-, que ha demostrado que lo que le tocara soportar en esos seis años de matrimonio ha sido sabiamente invertido. Y para el reparto de voces tenemos también muchos nombres propios conocidos. No conocidos como actores de voz, o como cómicos, pero conocidos. Y eso es exactamente lo que nos lleva hasta aquí. Aventurillas facilonas que podrían haber sido carne de Adult Swim o Comedy Central en otro momento, y que aquí han caído dentro del saco de cosas que se le venden a Netflix para que hagan una temporada.
Resulta agradable este
Angel Flight: Kokusai Reikyu Sokanshi (O) (JP) que ha costado un poco conseguir -las estrategias globales de estreno de
Prime son una cosa que jamás entenderé- y que voy a asumir sin mirarlo antes que adapta un manga o similar. Porque estas ideas de hacer una serie sobre una agencia especializada en la repatriación de cadáveres, los problemas para lograrlo, las historias alrededor tanto de las personas fallecidas, sus familias y amigos, pero también las trabajadoras de la agencia y etc, con grandes dosis de dramatismo -porque claro- pero también con algún punto de… quizá no exactamente humor pero sí ligereza, hacen de esta serie un muy agradable ejercicio de drama, casi como uno de esos ochenteros y noventeros pensados más para reconfortar que para chocar o poner en armas. Salvo que aquí no nos están intentando -al menos en el piloto- vender una religión. No todo iba a ser malo esta semana.
Soy el primer sorprendido de que exista esta
Class of ’07 (AU) australiana teniendo en cuenta que en cuestión de un mes se estrenará
Class of ’09, pero qué sabré yo de series y títulos. Lo cierto es que no tengo claro tampoco qué pretendían con usa premisa -un maremoto (algo así) deja aisladas a las mujeres que se habían reunido para un reencuentro con la gente de su instituto-que es lo suficientemente excesiva como para que no quede claro cómo van a aguantarla. Y que no sorprende demasiado que el resultado sea irregular. Y el asunto es que tampoco parecían tenerlo pensado, porque hay algo de sitcom detrás de las diferentes cosas que van haciendo, aunque nunca lleguen a soltarse el pelo, y si bien esto permite que algunas actrices brillen -especialmente
Caitlin Stasey, con el muy agradecido papel de mala pécora reconvertida en
dictatriz aún peor, pero también
Steph Tidell como una antigua estudiante becada que se ha pasado a crypto-queen- y la cosa es que, sin embargo, se nota que tienen dinero. Aunque no esté claro para qué. Supongo que su idea es que una vez establecido este marco de su piloto vaya creciendo poco a poco pero, la verdad, más allá de descubrir a varias buenas actrices cómicas no parece tener mucho recorrido. Desde luego no como para seguir viéndola.
No me extraña que estrenaran con lo que parecía cierta prisa
Der Schwarm, porque aquí tenemos
Extrapolations (USA) otra de esas cosas de ficción especulativa sobre el cambio climático y blablablabla. Con un uso de los colores que haría avergonzarse a
Crash, una idea de ‘internacional’ que es tal y como se puede imaginar y, por supuesto, una mirada al futuro que es, en el mejor de los casos, poco ambiciosa por no decir poco original. No es que estemos ante una serie que ha querido morder más de lo que puede tragar, es que no tiene dientes y le han metido los restos de la nevera untados en mayonesa como si fuera ensaladilla. Carente de cualquier tipo de sutileza, con problemas de interés tanto por el guión como por la propia duración, las escenas tienden a saltar de aquí allí logrando ser a la vez no muy largas y, sin embargo, tremendamente pesadas. Es posible que haya alguna buena idea en algún lado, pero ni destaca ni justifica esto. La semana pasada (¿o la anterior? Qué más da) decía que
Der Schwarm /
El Quinto Día era como uno de esos
Grandes Relatos, y esto parece la versión incluso más excesiva y opulenta, pero a la vez más vacía y aburrida, de aquello. Si
Apple quería luchar contra el cambio climático podría haber dedicado todo el dinero que se ha gastado a otras cosas. Como repensar sus propios problemas. Porque lo mejor que se puede decir de esta serie es que ha dado de comer a gente.
Quiero creer que este
Gotham Knights (USA) es el equivalente de una adaptación, algo así como antes teníamos las famosas
novelizaciones de películas. Solo que aquí lo que se hace es
televisionzar el videojuego que van a sacar (¿han sacado?) del mismo nombre. Con libertades adaptativas claro. Que, además, tienen que tener en cuenta las particularidades del universo cinematográfico, de los cómics y de todo. Vamos, que es un revoltijo desganado que parte de una premisa en el mejor de los casos increíble y que no parece tener muy claro siquiera en qué punto se encuentra. Es cierto que estos últimos años los intentos de sacar algo de dinero del bat-universo ha visto todo tipo de obras que van de
Pennyworth a
Batwheels pasando por
Gotham o
Batwoman, y que ya en tiempos tuvimos series como
Aves de Presa. Pero si a alguien le pudo parecer flojo
Titans que sepa que esto es incluso más flojo por la pura situación de no saber ni lo que quieren, ni cómo contarlo, ni dónde leches están. ¿Es esto
La corte de los búhos o
Dark Knight? ¿Importan las vivencias escolares o el vigilantismo? ¿Algún personaje se parece a su contrapartida de los cómics? Preguntas que no tienen respuestas en una serie que nace cancelada y raro es que a mitad del episodio no desenchufaran por pura inanidad.
A veces parece que la idea de
‘humor familiar’ es internacional, porque esta
Happy Family *Conditions Apply (O) (IN) podría anunciarse tranquilamente como
‘la comedia del año en La India’, y abochornar a sus habitantes tanto como las comedias familiares de más éxito hacen con los españoles. Dentro de eso es… exactamente lo que uno se espera. Un artefacto que parece diseñado para justificar la abolición de la familia tradicional con sus distintas edades, distintos niveles de matrimonio, distintas personalidades, y todos sufriéndose unos a otros
‘pero en el fondo se quieren’. Pues menos mal.
Supongo que este
Swarm (USA) -del que reconozco haber visto dos capítulos porque con el piloto no me quedaba claro, y no sabía si era yo o era ello (era ello)- se venderá como terror o algo. También supongo que esta idea de venderlo como ‘basado en hecho reales’ pero ‘no representa a nadie real’ es algo a lo que tendremos que ir acostumbrando porque ya es la segunda en un mes. En fin. El resultado en sí… es un tanto desigual. De nuevo, si no viniera con la idea de que es ‘basado en hecho reales’ posiblemente me lo creería más. Si no estuviera muy ocupado en vender un ‘
edgismo‘ de sexo, violencia y explotación emocional, para luego no atreverse del todo -es decir, se dedica a cosas como sacar penes, pero si los penes no están flácidos entonces los pixela, Supongo que es rompedora y tal, pero solo la puntita- y es una lástima porque hay cosas dentro que podrían ser interesantes. A veces con demasiada ambigüedad, no deja claro si está criticando a todo el fenómeno de fans de megaestrellas de la música o si está criticando a esas estrellas por cómo lo gestionan (comenzando por los precios de las entradas, pero también su instrumentalización en redes sociales, por ejemplo) como si fueran igualmente criticables la gente manipulada y la manipuladora. Por supuesto las partes de extrañeza ni las veo ni las encuentro. Pero supongo que es parte del problema, que a veces las series se quedan a medio cocer.
Bueno, pues la serie de organización criminal de esta semana nos la trae
Sky con
A Town Called Malice (UK) -luego hablo del nombre- que busca ser una mezcla de esas series de organización criminal que estamos acostumbrados -por no decir aburridos- de ver, solo que esta vez es en los ochenta. Mucho ochenterismo, muchas canciones, mucho montaje rápido. ¿Y el nombre? Ah, sí. Es que esa ciudad llamada
Malice en realidad es Málaga. Porque está en la Costa del Sol. Ingleses, sus cosas. Dentro de la serie y fuera de estos montajes y movimientos tampoco hay mucho que destacar excepto las apariciones esporádicas de
Martha Plimpton como -muy poco creíble, todo sea dicho- matriarca criminal. Supongo que si te gustan los ochentas o las series de organización criminal -aquí con una mezcla un poco de todo: final del imperio, principio del imperio, negocios extranjeros, violencia- lo mismo la encuentras interesante. Yo no, claro. Suficientes series de organización criminal, y suficientes ochentas, muchas gracias.
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