Cuando Amazon anunció que sacaba cinco nuevos pilotos reconozco que lo último que esperaba, teniendo en cuenta las anteriores experiencias, era algo como esto: Cinco pilotos que van de la comedia al drama y que, en general, me han aburrido más que otra cosa. Eso sí, han logrado llenar un montón de bases que en las condiciones habituales -es decir, si estuviéramos hablando de su emisión en canales de cable USA, probablemente en los premium– supondría la creación instantánea de bandos a favor y en contra y de un debate sobre la elección y calidad de los mismo que está por ver que se logre con este modelo de votación que deja siempre con dudas de cómo y cuándo veremos más de las series elegidas. Pero no os entretengo más, que esta entradilla no deja de ser algo excepcional…

 Empecemos por The Cosmopolitans (USA), creada por Whit Stillman y siguiendo hasta casi la parodia su línea de trabajo habitual (más Metropolitan o Damsels in distress que Last days of disco, eso sí) que incluye: Jóvenes con dinero y una apariencia física superior a la media, mucha cháchara pseudofilosófica, la aparición de actores de la escena alternativa que esta vez encarna Chloë Sevigny y, en general, la sensación de estar viendo una parodia de las películas de arte y ensayo. Pero, claro, eliges contar la historia de un grupo de despreocupados americanos viviendo en Paris, todos ellos llenos de aire caliente que van soltando en forma de opiniones, y por mucho que digas que es una Comedia Dramática lo que da la sensación es de que vendes pomposidad embotellada. Pero, eh, lo mismo de aquí podría salir una parodia decente en el SNL.

Más problemática -por difícil que parezca- es Hand of Gods (USA) que logra no solo recordarnos poderosamente esas series de Hombre blanco enfadado, además las de Lucha de poder y El Ocaso del Titán. Es decir, que os va a recordar a Boss. Porque Ron Perlman interpreta aquí a un juez -corrupto, claro- cuya familia sufre una desgracia muy cercana y entonces él empieza a tener visiones religiosas y se cree elegido como Juez, Jurado, Ejecutor de esas órdenes divinas que pueden acabar con su carrera o vete a saber. Esto, que a priori suena un poco trillado pero no necesariamente mal, muy justiciero urbano ochentero -con lo que te imaginas qué es lo que le ha pasado dentro de su familia incluso antes de verlo, tan acostumbrado estamos a esta mierda de justificaciones de personajes- y con un poco de suerte el motivo perfecto para que Perlman se convierta en su propia versión del Juez Dredd. Pero no. Ni el director Marc Forster (Guerra mundial Z, Quantum of Solace, Monster’s Ball) ni, porsupuestísimo, el creador de la serie,  Ben Watkins, conocido únicamente hasta ahora por haber ido subiendo desde escritor hasta co-productor en Burn notice, tienen en ningún momento la idea de salirse de las lineas habituales del género. Total, que gracias a sus actores -además del principal está Dala Delany como su igualmente peligrosa mujer y un buen puñado de secundarios interesante como Garret Dillahunt o Andre Royo– aún tiene un pase este enésimo retrato de la pitopausia de los oscuros y poderosos. Pero un pase y poco más.

Parecía difícil lograr un piloto fantástico más ridículo que el de The After de Chris Carter, pero todo es ponerse. En Hysteria (USA) han logrado hasta colar lo de basado en hechos reales. Algo que cuando los hecho son que un montón de chicas han desarrollado tics o convulsiones de manera inexplicable y decides -bueno, la protagonista, Mena Suvari– que la culpa es de internet y las redes sociales… ahm… Pues imagina. Detrás del despropósito está Shaun Cassidy, del que esperaba sinceramente mucho más, ¡aunque solo sea porque fue co-creador de Invasión y American Gothic! Con todo, y probablemente por lo increíble que resultaban las ideas de la protagonista y la acción, por lo menos puedo decir que no me he aburrido con este, que ya es algo. Si solo hubiera sido algo mejor…

En Really (USA) el problema es otro. No sé si es que este Humor para Padres me pilla lejos y un día acabaré encontrándole la gracia a las series sobre grupos de amigos en buena posición que tienen parejas y son aburridos juntos pero entretenidos pero no pero los hijos pero la fidelidad pero pregunte por treintaytantos que aún lo estamos procesando… En fin. Si le añadimos que solo la pareja protagonista, compuesta por Jay Chandrasekhar -del grupo cómico Broken Lizard, los de Super Trooper o Club Dread; y, por cierto, creador de esta serie- y Sarah Chalke -a estas alturas aún Scrubs– logran algo cercano a la credibilidad, mientras que el otro nombre reconocible, Selma Blair ofrece una de sus peores actuaciones… Más le vale a Chandrasekhar buscar la manera de encontrar la forma de que esto funcione, aunque sea centrándose en su familia y poco más.

Terminemos con la que estoy convencido que va a dar(me) más dolores de cabeza: Red Oaks (USA) producida por Steven Soderbergh y creada por David Gordon GreenPineapple Express, Eastbound & Down– lo que aquí tratan es el despertar a la madurez de un adolescente en la américa de los años ochenta. ¿Cómo? Pues mediante su trabajo en un Exclusivo Club de Campo que le pone en contacto con los Ricos y Poderosos a la vez que hace que trabaje con un Grupo de Impresentables. En realidad los chicos solo quieren Divertirse, Fumar Hierba y Tener Sexo pero resulta que también hay Confrontaciones con la Dirección y con los Clientes Poderosos mientras  cortejan a Las Chicas. Cuando la acumulación de clichés no podía ser más insoportable aún añaden más. Ni siquiera los desnudos gratuitos -femeninos todos, tetas en su mayoría, por si no habías notado aún qué clase de serie es esta-  o el buen hacer del director de casting -que ha logrado reunir a un grupo de actores no muy conocidos empezando por el protagonista Craig RobertsSubmarine-, al que le roba el pastel Ennis Esmer -de The Listener, así que imaginad el nivel- más unos cuantos nombres conocidos, Jennifer Grey y el siempre eficaz Richard Kind como los padres de la criatura y, en un papelito como para que nos hagamos a la idea de lo que hay, Paul Reiser. Ah sí, es que el protagonista es también un Semi-Pro (algo así) de tenis. Así que hay una Competición Deportiva para Decidir el Futuro. Si los clichés no me matan lo hará el sexismo o la nostalgia, o el pretendido toque irónico que intenta hacer pasar lo anterior por, bueno… toque irónico. Así que poco bueno puedo decir de la serie. Y aún con esto y todo estoy convencidísimo de que es el tipo de serie que se convertiría en el centro de las polémicas sobre si es una joya a descubrir o una tomadura de pelo sobrevalorada precisamente por esa intencionalidad TAN evidente de ser El Caddyshack Pocho. Así que, con este como con el resto de pilotos, quizá queráis echadle vosotros un ojo y así formar vuestra propia opinión. Pero que no se diga que no os he avisado.


Uno -yo- pensaría que en mitad de agosto, desde el día 8 hasta hoy 26, no habría mucho problema en retrasar un rato esto de los Pilotos Deathmatch. Así que cuando me he puesto a revisar los CUARENTA nuevos pilotos os podéis imaginar todo lo que me he encontrado, empezando por cosas como 4th and Loud (USA), un reality sobre los Kiss (bueno, en realidad Gene Simmons, Paul Stanley y el manager de la banda Doc McGhee) entrando en los negocios deportivos con la creación de un equipo de AFL, football americano en un estadio más pequeño y cubierto. Por supuesto no es tanto un drama deportivo como un, ¿pero por qué se creen capacitados para dirigir nada en absoluto? En fin, los realities desastrosos, así funcionan.

Aunque si ha habido un desastre en lo que a realities significa durante este mes eligiría 7 deadly sins (USA), lo nuevo de Morgan Spurlock que se centra en un pecado cada capítulo. Y lo ha logrado de la manera más ofensiva posible, desde la Gula, que va de gente que come cosas con grasa que a cualquier espectador de Man vs Food le parecerá cotidiano hasta la Lujuria en la que un jovencito mayor de edad sale con señoras que le doblan y un poco más la edad, algo que por lo visto es una cosa enfermiza porque él es joven y ellas mayores y les ha debido sorprender porque no han debido encontrar en ningún lado a mujeres jóvenes con hombres mayores. Y así todo. Un asco.

Pero venga, empecemos con las series con este Estreno Temprano, porque NBC ha colgado en internete A to Z (USA), una comedia romántica que parece difícil hacer más a la antigua. Y formuláica. Durante un año veremos los altos y bajos de una pareja en lo que parece la intersección nunca deseada entre HIMYM y las comedias románticas (llamado Rom Com si queréis, sois libres) de los años 2000. ¿Que por qué 2000? ¡Porque su idea de canción romántica es My heart will go on!

Puede que alguno lo haya olvidado pero, eh, este año es el centenario de la Primera Guerra Mundial, los cañones de agosto y todo eso así que aquí tenemos a la televisión para recordárnoslo en series como ANZAC Girls (AU) que reconstruye las vidas de las enfermeras de Gallipoli y el frente oriental a partir de los testimonos, diarios, etc…

En cuanto a Black Jesus (USA), ¿qué os puedo decir? Parece obvio que estamos ante la adaptación de la película sesentera del director social italiano Valerio Zurlini que… ¡¡¡PUES CLARO QUE NO!!! Es otra de esas tontadas del Adult Swim de Oh, somos supertransgresores, ooooh, esta vez con Aaron The Boondocks McGruder que no solo carece de cualquier tipo de crítica o mordacidad sino que casi parece un exploit de Dogma. Y todos sabemos que ese es el punto de una carrera cómica en la que más vale dedicarse a otra cosa. Sugerencia: No hacer Jersey Girl.

Hablando de humor adulto, Bojack Horseman (USA) es la apuesta de Netflix para meterse en la animación y lo hace con grandes actores para poner las voces: Will Arnett, Alison Brie, Amy Sedaris, Paul F. Tompkins y el también productor Aaron Paul. El resultado es… más que fallido. No completamente terrible, a veces hay algún buen gag o algún apunte interesante, pero… la sensación general de haber visto todo ya mil veces, de que el protagonista de Arnett -un actor que protagonizó una comedia televisiva hace años pero ahora se encuentra en horas bajas tras una serie de decisiones erróneas en su carrera- -el personaje, no Arnett– -ahm… ya sabéis- por mucho que sea un caballo antropomorfo no deja de ser una vez más su personaje de siempre. Y no solo él, Paul hace de un tirado, Brie de una chica inteligente que se queda en segundo plano, Sedaris de una mujer caprichosa y consentida y Tompkins… bueno… rellena el hueco. Una oportunidad perdida.

Por fallida que fuera la anterior esta Boomers (UK) logra serlo MÁS. Tiene mucho mérito, sobre todo porque la historia de un grupo de vejetes ingleses en una localidad para el retiro tiene algunos buenos actores clásicos, secundarios que merecían un momento de gloria y no… esto. Da igual que Alison Steadman logre salvar algunos momentos, la serie está más allá de la redención.

Vamos con un documental de esos que me gustan a mí: Come On Down! The Game Show Story (UK) que es, tal cual, un repaso por la historia -masomenos- de los concursos televisivos. Tiene que interesarte el tema, claro, pero bien.

Hay una tendencia ahora en Australia a sacar series y programas de humor, toda una corriente dentro de la cual podemos meter Die on your feet (AU), aparentemente adaptación de obra de teatro sobre cinco cómicos de stand-up dispuestos a participar en el Festival Internacional de Comedia de Melbourne. Capitaneados por Greg FleetAdam Hills logran un pequeño desastre articulado en el que siempre queda la duda de si les ha salido así o si era lo que buscaban. En caso de ser esto último hay que felicitarles por lograr montar un desastre tan aparente.

No ha habido forma de encontrarle vídeo, si tenéis uno avisad.

Seguimos de festivales con Edinburgh Nights (UK) que no es sino un pequeño programa de repaso de las actuaciones del día o previstas con la gran Sue Perkins como presentadora. Para dar un repaso y mirar si algún cómico ha hecho algo destacable o si alguna actuación/grupo/etc te llama la atención porque, total, no vas a poder ir.

De este tampoco hay vídeo, así que lo mismo.
Así que El Canal del Tiempo estadounidense decide que va a encargar un par de realities y que haber que hay y se le ocure que por que no uno de supervivencia con gente real para ver cómo se defienden y, bueno, un nombre llamativo o así y, ¿por qué no? De donde acaba saliendo Fat guys in the woods (USA) Imaginad el resto.

Vaya, sí que había llegado lejos antes de tener que entrar en una de esas explicaciones… Y es que la BBC3, próximamente solo en vuestros ordenadores, ha decidido sacar el Comedy Feeds, una de esas experiencias tracatrá para elegir qué pilotos -de entre ¡NUEVE!- pasan a series y cuales no y llenarme de pilotos la caja de ver cosas. -Podéis echar un ojo también a las opiniones de los chicos de Basura & TV sobre los mismos– El primero de los cuales por aquí es Flat TV (UK), quizá la mejor y, desde luego, una de las más llamativas. Dos compañeros de piso viven adaptando su realidad a diferentes formatos televisivos, un poco como si estuvieran presentando una evolución de Sigue soñando. Necesita pulirse bastante porque fuera de esa parte original todo lo demás está más que gastado hasta niveles de vergüenza ajena. No sé si lograrán algo de esto pero, en fin, al menos han intentado algo ligeramente distinto.

¿Por qué? En principio mi idea era limitar el minicomentario sobre Forever (USA) a esas dos palabras pero quizá fuera injusto. Veamos, ¿recordáis la serie del Ebanista Inmortal? Ahm… se llamaba… Moonlight. Bueno, pues algo así: Un médico forense -en este caso-  que ayuda a la policía a resolver crímenes porque puede resolver todos los misterios menos el de su propia inmortalidad. Yep, inmortal. Pero en plan renacer. Y tiene un nuevo compañero que es una policía que no sabe su secreto, pero sí tiene un amigo que lo sabe y… ¡Oh, por favor! ¡Otra vez más de lo mismo! ¡¡¡¿POR QUÉ?!!!

Por su parte esta segunda participante en el Comedy Feeds, Fried (UK) no tiene nada en absoluto que la redima. Esperemos que este desastre mortal sea rápidamente olvidado.

Tengo un problema con Garfunkel & Oates (USA) y es que realmente quería que me gustaran. Que fuera una de esas series magníficas de verano que luego pudiera recomendar a todo el mundo. Conozco desde hace mucho tiempo a la pareja, conozco sus canciones, encajaban perfectamente en esa revisión de la LaverneYShirleyzación que estamos viviendo este año. Además, lo emiten en la IFC, un canal que ha demostrado saber hacer un hueco a las propuestas de humor más independientes. Sin embargo lo que ha llegado es… convencional. Lo que saca de los Conchords parece antiguo, lo que ofrece de sorority suena poco creíble, de manera que aunque las canciones sigue funcionando y hay algunos momentos buenos aquí y allá todo acaba pareciendo demasiado Vendamos nuestra serie al cable en lugar de un intento real de mostrar esta relación como podríamos encontrar en, pongamos, Broad city. En fin, al menos lo han intentado. Y, quién sabe, quizá con el rodaje vayan mejorándolo.

Otra de esas recreaciones a partir del material real, The Great War The Peoples Story (UK) es la versión de la ITV británica -diferente por tanto de las versiones no británicas y de la que ya presentó la BBC 2- para seguir con la Primera Guerra Mundial.

«El concurso basado en la App.» Ahí fue cuando debí haber salido huyendo. Pero me quedé y, efectivamente, IdioTest (USA) es el resultado de uno de esos programas de inteligencia para el móvil. Desde luego, no engañan.

Seguimos lentos pero seguros con los Comedy Feed con In Deep (UK) que no sé si será la que tiene más dinero pero sí la que mejor pinta logra tener. Parodia -o así- de las series policíacas, especialmente las de infiltrados, no es que sea algo diferente o revolucionario pero con el nivel de las otras ocho sí parece la que más pensada está.

Glen Morgan haciendo una serie para la BBC América basada en un libro de Michael Marshall Smith. Dejando de lado que a este autor a veces sospecho que solo yo lo leía en España y que quizá la gente no recuerde ya a Morgan y su legendaria colaboración con James Wong en Expediente X, lo que tenemos en esta Intruders (USA) es una serie de misterio con fondo -muy fondo- fantástico que incluye -claro- conspiraciones y secretos además de personajes de todo tipo y diferentes profundidades. El resultado de la misma es un híbrido anglo-estadounidense que deja con ganas de más, sobre todo por ver si la parte dominante acaba siendo la británica o la norteamericana. Cuenta, además, con un puñado de buenos actores, algunos que casi no aparecen en el piloto como Mira Sorvino y otros que tienen su oportunidad para lucirse, como el estupendo John Simm (Life on Mars) o los menos conocidos James Frain (A quien algunos recordamos como Chess en la simpar The Cape) y, robando escenas a lo grande, la pequeña -y sospecho que inglesa- Millie Brown. Quizá es porque conozco la historia, quizá porque las tablas se notan, el caso es que este pequeño ejemplo clásico que tiene muchos ecos de la de Carter ha logrado alegrarme un poco este final del verano. Os la recomiendo.

Por fuerza todo lo que se organiza en grupos tiene sus puntos altos y sus puntos bajos. En el caso de los Comedy Feed de la BBC este Jenny Bede: AAA (UK) es de los segundo. Muy de los segundos. Y no por falta de esfuerzo. Bede es una youtubers -como se diga- que ha tratado aquí de montar su propio programa paródico de tendencias/música con más ganas que acierto. El resultado final es un batiburrillo -incluyendo una de las peores imitaciones de alguien tan conocido como Miley Cyrus que haya viso jamás- de lo que parecen descartes de un programa de sketches musicales. Si tienes que decir a quien estás imitando es que a lo mejor tendrías que buscar otro enfoque. Si, además, estabas imitando a Nicki Minaj casi mejor búscate otro campo.

Con Josh (UK) tenemos a otro miembro del Comedy Feed que entra en la categoría intermedia de no estar mal, ni bien, ni poder distinguirse demasiado de los demás. Rutinario.

Es curioso lo de The Knick (USA), o al menos mi reacción para con ella, porque pese a tener un poco de todo lo necesario -una notable dirección de Steven Soderbergh, una magnífica recreación de época, mucha ambición y pocos reparos- no acabo de ver que funcione. Quizá porque el reparto está correcto en el mejor de los casos, con un Clive Owen más reluctante que otra cosa.o porque la historia no acaba de ser interesante, posiblemente porque está más interesada regodeándose en su superioridad técnica y sus escenas de gore médico que decidiendo seguir con sus personajes. La misma falta de capacidad de cambio e inteligencia de sus carteles de anuncio lastra una serie que parecía llamada a más. Nos queda el consuelo de la música de acompañamiento que Cliff Martínez ha realizado en su estilo original logrando realzar las escenas y romper por un momento con toda la ambientación.

Robert Littell es posiblemente más conocido como autor de The Company -que tuvo su correspondiente y muy recomendable serie-, pero no es la única obra de espías que  escribió, ni mucho menos. Precisamente de otra de ellas,Legends (USA), ha empezado la emisión durante este mes. Con Sean Bean de protagonista, nada menos. Y si bien queda una cosa más bien tirando a rutinaria debido, sospecho, a que es como al canal TNT le gustan sus series. Al menos ese punto de partida y su actor principal elevan un algo el producto final.

Sí, aún quedaban más programas del Comedy Feed y con OtherwOrld (UK) volvemos a los de sketches aunque esta vez usen marionetas junto con humanos y traten de ofrecer algo diferente… ehm… bueno… eso… que lo intentan. Hay chistes solo medianamente ofensivos y hay muñecos y cantan y casi no odias a toda la gente todo el rato y… Casi mejor que lo vuelvan a intentar.

Más Primera Guerra Mundial con Our World War (UK), sí, OUR, que para algo son ingleses estos tipos, a ver si os creéis que van a ponerse a mirara los demás. La parte buena es que el resultado es inesperadamente -para mí- interesante. Partiendo de lo que ya hicieran en Our War -que iba de Afganistán-, y con Band of brothers como segunda referencia, sigue al 4º Batallón de Fusileros Reales -que no sé si estoy traduciendo bien- durante el inicio del conflicto. Y tiene hasta un Episodio Interactivo.

No, aún no hemos terminado con las de Comedy Feeds, y tampoco es que haya mejorado demasiado el asunto porque en Parent’s Night (BBC3) en el que Kayvan Novak trata de ser transgresor, complejo y divertido. Fallando en cada uno de los adjetivos. En fin.

Una cosa que hay que tener clara con esta Partners (USA) es que no es la comedia lamentable del mismo título de hace un par de años. Es una NUEVA comedia lamentable.. El resumen vendría a ser que Martin Lawrence y Kelsey Grammer han debido de divorciarse a la vez, o contraído una deuda con la Mafia o algo que les haya hecho necesitar dinero rápido.

Telefilme de la BBC sobre el viaje de Dylan Thomas a Nueva York. Os lo digo antes que el título – A Poet In New York (UK) – para evitar malentendidos. Y, bueno… Pues eso, que si queréis saber más del poeta bien. Si no poco os va a interesar.

Con Red Band Society (USA) la FOX adapta Pulseras Rojas añadiéndole una enfermera negra al asunto. A mí no me ha emocionado pero, claro, yo no soy Spielberg. Para fanes de los niños muy enfermos.

¿Echábais de medio los Comedy Feed? Ya, ya imagino. Bueno, el siguiente en la lista es Rude boys (UK) que básicamente es la típica serie de chavalines al margen -más outsiders que perdedores, bajo mi punto de vista-  solo que en un ambiente más racial y pobre. Evitando -menos mal- centrarlo precisamente en esto. Pero bueno, que a mí no. Lo mismo a los que le vayan series como Inbetweeners y similaribus…

¿Cómo hablar de Selfie (USA) sin limitarme a esas críticas despiadadas que parecen más ocupadas en demostrar lo capaz de despreciar que es el que abre la boca que algo sobre lo comentado? Veamos: Como ser es un desastre. La primera mitad es MUY MALA, la primera mitad de esa primera mitad es INFAME. A partir de ahí se va diluyendo en algo que no es ofensivo ya pero que permanece como algo trillando, flojo, innecesario. No ya por ser la peor adaptación de My fair lady que he visto en años o porque la actriz principal tiene menos registros que un pisapapeles, es que además nada de lo expuesto parece tener ninguna conexión con ese mundo real del que pretenden hablar. Hay un intento continuo de hacer gracia en fondo y tonos que rara vez logra algo, mientras los actores que pueden hacer algo -comenzando por su protagonista, el aparentemente gafe John Cho, que merece aprender a elegir mejor sus papeles- son incapaces de levantar el muerto. Y sí, esta es la versión constructiva.

Entender lo que la cadena -bueno, casi más página de streaming- quiere hacer con Sequestered (USA) supera mi entendimiento. Tienen la primera temporada pero han sacado solo los primeros seis capítulos. Y no le dan publicidad. Ni parece que quieran destacar que es la nueva serie de Summer Glau, pero tampoco voy a juzgarles por ello. En cualquier caso, lo que tenemos aquí es una mezcla del melodrama procesal -en su versión largo recorrido- que tiraría de referente en Doce hombre sin piedad si no fuera porque la idea de caso misterioso lo acercaría más a un Murder One. Uno en la que la trama B fuera una loca conspiranoia de los poderes fácticos. Vamos, un revoltijo. Que no acaba de funcionar pero, quién sabe, podría haber salido bien.

¡Una comedia británica que no es del Comedy Feed! Se llama Siblings (UK) y es un espanto. Así que ya veis, a veces es mejor hacer lo de los pilotos para no tener que pagar más capítulos. Ah, sí, la cosa esta… Pues dos hermanos que son un desastre y hacen cosas así como muy transgresoras pero que en realidad It’s always sunny in Philadelphia hicieron antes con más mala leche y más gracia, vamos que en lugar de ser humor negro casi parecen sketches tuberos de fraternidad.

Lo que más me ha alucinado de The Singles Project (USA) no es el programa en sí, que no deja de ser la clásica tontería de gente que sale en citas con gente. Es el concepto de realidad instantánea que maneja. Sí, hay un programa grabado, pero es durante esa misma semana. Y no solo eso, además vamos siguiendo durante esa semana a los protagonistas de este reality en diferentes redes sociales. En Bravo han sabido montárselo bien y su web va moviendo el contenido en tuiter, facebook e instagram que les van facilitando y lanzando pequeños ganchos -¿me pongo el traje azúl o el gris? ¿con quién salgo ahora? ¿me pongo sombrero? does anyone still wear a hat?– para que continúen mientras van mostrando eso que, al final de la semana, será un nuevo programa. En calidad e interés real el programa no tiene nada pero que me aspen si no resulta interesante este uso de la tecnología -¡si hasta tienen abierta una línea para que te autopostules como ligoteo para estos solteros!- en la televisión.

Ah, un programa de cocina, menos mal. Aunque, claro Sweets Made Simple (UK) no es exactamente el clásico programa de recetas sino un repaso y viaje por los dulces más o menos tradicionales, que en Reino Unido significa mucho azúcar, mucha mantequilla y cierta sensación de no poder hacerte unos análisis en condiciones después de ver el capítulo de turno.

Y aquí otro programa de cocina que, este sí, está más que visto. En Top Chef Duels (USA) cogen a dos concursantes y les ponen a enfrentarse. Y más vale que te interesen los dos, o al menos uno de los concursantes que regresan, porque no hay mucho más -no digamos mejor- que contar del programa.

¡Programas de famosos demostrando sus talentos para cualquier estupidez! Hoy presentamos: Tumble (UK), concurso en el que les ponen a hacer ejercicios gimnásticos. Yo que sé, querrán ver si a fuerza de repasar competiciones encuentran algo que funcione.

Tranquilos que Utopia (AU) no es la versión australiana de la serie inglesa, es una serie difernte, dentro del humor emergente australiano. Un nuevo intento de Rob Stitch de reverdecer viejos éxitos. No funciona mal, aunque hay un cierto sentimiento de que están yendo por carriles que ya conocen. Veremos con un poco de rodaje si logran ir a más, porque las posibilidades de esta sátira gubernamental son altas.

¡El último piloto de los Comedy Feeds! ¡Yuuhu! Se trata de Vodka Diaries (UK) y es de los que están en la parte alta. Rachel Hirons ofrece una de esas comedias cercanas y realistas que, para mi sorpresa, logra parecer real en muchos momentos. Está claro que aún es un proyecto algo verde y que sus referencias –Dunham sobre todo- requerirían o de más pasta para acercarse o de más trabajo para alejarse pero, en fin, ¡es un principio!

La idea detrás de Walter (UK) no era mala. Tampoco muy original, pero a estas alturas empiezo a sospechar que no tiene solución. Un policía algo desastrosos con una compañera igual de desastre. Con unos chistes de vergüenza ajena y un ritmo a trompicones, nada acaba de funcionar, incluida la trama policíaca. Pero le ponen muchas ganas todos los actores, Adrian Dunbar en el protagonista y Alexandra Roach como su subordinada sobre todo. Eso es lo que logra que no se hunda este capítulo especial de presentación pero más le vale buscar un guionista nuevo si pretenden lograr que salga una serie de esto.

Termino -¡por fin!- con un concurso nuevo que acaba de comenzar en el SyFy, se llama Wizard Wars (USA) y es una competición de ilusionistas, primero en grupos de dos y luego los vencedores contra los Magos Residentes del programa, todo ello bajo la supervisión de unos jueces entre los que brillan Penn & Teller. Además, se revelan algunos trucos, se hacen más misteriosos otros y, aunque vendría mejor una explicación mejor de los criterios de votación y, sobre todo, mejorar la organización de forma que los tiempos muertos y cierta sensación de que se favorece a los Residentes se pierda. Por lo demás, sospecho que a los aficionados a la magia les interesará. Y salen Penn y Teller. ¡YUM!


Auto-Tropos: El Sloan

Que Dick van Dyke merece un monumento es algo que he dicho ya unas cuantas veces. Su colaboración con Carl Reiner -otro monumento- en esa influyente maravilla que fue The Dick Van Dyke Show, su trabajo cinematográfico o sus colaboraciones, generalmente en el campo de la comedia o el musical cuando no ambas, hablan de una carrera de casi setenta años de duración. Sí, este año a sus casi 90, ha vuelto a aparecer por televisión. Sin duda un cómico que recuerda siempre el buen humor y la energía sin fin. Pero hoy vamos a hablar de una zona un poco menos habitual -pero quizá más conocida- de su carrera: La policíaca.

Y es que, más allá de los telefilmes policíacos que de 2006 a 2008 realizó bajo el título genérico de Murder 101, Dick van Dyke es conocido por el papel principal en lo que comenzó como una aparición para comprobar el interés en un spin-off dentro de la serie Jack y El Gordo en 1991, luego unos pocos telefilmes centrados en su personaje entre 1992 y ’93, año en el que finalmente se decidieron a darle serie propia los señores de la CBS -el rango de edad, ya se sabe- para que durante 178 capítulos que permitieron a la serie llegar hasta 2001 el bueno de van Dyke fuera resolviendo casos. O quizá debería decir que su alter ego, el Dr. Mark Sloan.

El asunto no tendría mayor trascendencia de no ser por la manera habitual de atrapar al malo que desarrolló el buen doctor. Ni siquiera era algo realmente novedoso, nada más lejos de su intención, y es que era tan conocido que en Remington Steele lo habían parodiado. Pero eso no impedía a Sloan usarlo capítulo sí, capítulo también. De modo que, al final, este viejo truco para probar la culpabilidad más allá de toda duda acabó siendo conocido en mi casa como Hacer un Sloan. O, más breve, El Sloan.

La cosa va así: Nuestro detective aficionado acaba de darse cuenta razonamiento mediante de quién es el asesino. Pero resulta que no hay ninguna prueba que pueda utilizar para inculparlo. A no ser que… De modo que delante de cuantos más sospechosos mejor, a ser posible todos ellos, expresa claramente que acaba de caer en cuál es la forma concreta de descubrir la identidad secreta del canalla. Que, para ello, no hay más que ir a la habitación X y allí buscar Y que demostrará sin duda alguna quién es el pérfido criminal. Pero que hoy ya le viene mal y que si eso irá la día siguiente porque, total, ¿qué prisa puede haber? De modo que la cámara recorre a los sospechosos, a nuestros detective y pasa a otra cosa. Concretamente, a la famosa habitación, con las luces apagadas -para que quede claro que es por la noche o que está todo vacío- en la que, de improviso, entra una figura desconocida que se pone a buscar el famoso objeto culpabilizador. Hasta que nuestro detective aficionado enciende las luces tras salir de detrás de una puerta, cortina, sofá o lo que toque, normalmente irá acompañado de algún miembro de La Ley y quizá de sus ayudantes, lo importante es que se encaré con el criminal, cuyo nombre dirá, permitiendo que la cámara se fije por primera vez en el culpable de todo. Ahí ya puede tomar la decisión de ir por el Me dí cuenta de que eras tú o, si ha mostrado alguna afinidad durante el capítulo, optar por Esperaba de verdad equivocarme y que no fueras tú. En realidad te va a tocar comerte un montaje con miniflashbacks demostrando que el razonamiento funciona y esas cosas. El malo dice algo, el bueno responde y podemos pasar a la escena final del capítulo. El Sloan ha vuelto a salvar el día.

Como veis, uno de los trucos más viejos de la bolsa de trucos, habitual de los guionistas que han decidido no complicarse mucho la vida y, por lo tanto, un fijo en las series policíacas tipo Misterio de la Semana que han sido, son y serán.

Así que ya lo sabéis, la próxima vez que lo veáis utilizar podéis aprovecharos para recordar al bueno de van Dyke. No todo va a ser malo con este tropo.

 

 

 


Auto-Tropos: Ahorro Telefónico

Uno de los trucos más antiguos de los productores baratos, algo que a estas alturas aún se sigue usando. El Ahorro Telefónico es ese momento en que para hacer avanzar la trama se usa un teléfono para hacer llegar información al espectador. En lugar de organizar una escena o buscar una manera más elaborada de facilitar esa información habrá un intercambio. Que generalmente se organizará de una de estas maneras:

– El Teléfono como Pared.

Posiblemente el más viejo y, a la vez, el más ridículo de todos. Un autor tiene que comunicar al público cierta información, de manera que uno de sus personajes descolgará el teléfono y empezará a relatar información teóricamente a su interlocutor pero en realidad a los espectadores. Solo ligeramente mejor que decirla en voz alto sin motivo alguno.

«Williams, ¿está usted ahí? Sepa que lo asesinatos han vuelto a empezar en el Hospital Johnson, de nuevo en luna llena como las tres veces anteriores. Y, además, parece que el joven de los Aberddyne ha estado por aquí husmeando, no ha debido de olvidar la muerte de su novia o que el Abogado Leeds esté ahora al cargo de las posesiones de la familia. Sí, Williams, es un caso complicado.»

El Personaje como Pared.

Hay una variedad incluso más ridícula, por difícil que sea de creer -Y que sí tiene Tropo en TVTropes, pero vamos a incluirlo igual para tenerlo todo juntito-. Aquella en la que el personaje que está realizando la llamada comienza a repetir en alto lo que le están contando, ejerciendo de algo así como de Pared Hablante. Pocas cosas más ridículas se pueden ver en una obra.

«Sí, dígame, Williams. ¿Qué? ¿Que la tía de la bella señorita Lerry ha sido encontrada amordazada en la cocina? ¿Y que han revuelto todos sus papeles? ¿Cómo que parece que alguien ha robado una foto? ¿El sospechosos iba envuelto en una capa negra y por eso la criada no le ha visto cuando ha escapado? Demonios, Williams, este caso se complica por momentos.»

– Me acaban de comunicar.

La manera más sencilla de ahorrar tiempo y hacer avanzar la trama es, directamente, colocar la llamada en elíptico. Generalmente aparecerá un personaje colgando el teléfono -ahora con los móviles muchos los estarán colgando A LA VEZ que comienzan a hablar- para comunicar a otros personajes que acaba de recibir una información que pasa a relatarles. Un recurso sencillo y cotidiano que puede pasar incluso desapercibido.

*clic* «Señores, malas noticias, Williams me acaba de comunicar que el criminal fugado del psiquiátrico al que detuvimos estuvo ayer asaltando una licorería a la hora de los hechos. Tenemos que seguir buscando a nuestro culpable.»

La Llamada de Resolver Agendas.

Hay una versión especialmente divertida de este no-lo-llamaré-Tropo que es cuando dos personajes tienen que tener una conversación en la que ambos deben participar pero por lo que sea no van a molestarse en cuadrar las agendas, quizá uno de ellos sea solo un secundario o un invitado al que hay que aprovechar en un corto espacio de tiempo. El resultado puede acaba siendo con cierta facilidad que esa conversación la tengan por teléfono, bien con pantalla partida bien turnándose.

«¿Williams, alguna novedad?»

«Parece que el Doctor Johnson ha comprado una gran cantidad de material, en el banco nos han confirmado que tiene problemas.»

«Espero que hayan revisado bien todos esos datos, necesito saber cuanto antes hasta dónde se extiende el asunto.»

«Nuestro equipo está investigando y parece que pronto podremos decirle de dónde sale el dinero.»

«En cuanto sepa cualquier cosa llámeme, ¡sin dudar!».

El Método Livingstone

Aprovecho para realizar una mención de honor en este último tropo para Joe Livingstone (Godfrey Ho) que no tuvo reparos en usar llamadas telefónicas para conectar entre sí el metraje de las pelis que compraba o algún inserto de material nuevo rodado. Y de ahí cosas como la magnífica Trilogía Vampírica de Robo Vampire, El diablo de la dinamita y Contraespionaje en la selva. Para que luego digan que no se puede crear algo nuevo desde algo existente aplicando los tropos.

«Williams, deprisa, mande refuerzos, parece que ya lo tenemos.»

«¡¡¡Un malvado monstruo gigante ha salido de las alcantarillas!!! ¡¡¡Va a devorarnos a todos!!! ¡Sin duda es el producto de los impíos experimentos del [Doctor Johnson]!»

«Creo que esta vez le atraparemos, pero necesitamos toda su ayuda.»

«Hemos mandado a todos los chicos a combatirlos, que Dios se apiade de su alma.»

«En cuanto puedan que vengan. Mientras tanto nosotros iremos dándole caza. ¡Esta misma noche acabarán nuestros problemas!.»


Auto-Tropos: La Puta Elíptica

Quizá lo más alejado a un tropo -en si- que pasará por aquí este verano y, a la vez, un sencillo entretenimiento que permite calificar el tipo de conversaciones que se tienen en algunas series. Y es que muchas veces los personajes se odian entre ellos, o, al menos, se caen discretamente mal. No tanto como para ser descorteses con las frases, puede que ni en el estilo de habla pero desde luego sí que hay algo en el contexto que pesa más allá del tono o la intencionalidad aparente.

De moco que lo que puede parecer un mero intercambio en una conversación normal incluye un vacío elíptico al final de la frase. Uno que se puede rellenar con casi cualquier exabrupto que tenga más la intención de insultar que la realidad del insulto en sí. Podría haber elegido Mamón, Lerda o tantas otras cosas, pero la sonoridad de Puta me ganó y de ahí a probarlo con éxito solo había un paso.

Y ese paso fue Smallville. Cierto es que las series de adolescentes enfadados o los culebrones con malos malísimos dejan aún más claro todo el asunto pero, ¿no es eso en el fondo Smallville? Pues por eso. Pongamos que Lex acude al bar de Lana -que es suyo pero historias- a preguntar por Clark. Un diálogo típico sería:

– Vaya, Lana, pensé que estaba aquí Clark.

– Pues me temo que no.

– ¿Y no le has visto?

– Pensaba que estaba contigo.

– Yo pensaba lo mismo.

Y ahora podéis repetirlo añadiendo detrás de cada una el elíptico {PUTA}.

Ahora es cuestión de ir probándolo. No digo en la vida diaria, en otras obras. Es sorprendente el número de ellas en las que vale, hasta el punto de que se puede casi definir el tipo de relación, o al menos de conversación, que se dan cuando hablamos de soltar una Puta Elíptica.


Auto-Tropos: La silla de ruedas dobla los puntos

Durante este mes de agosto tendremos -como es costumbre en esta columna- una versión especial y más relajada -bueno- de la misma. En esta caso no va a ser una ruptura total como de costumbre sino una forma de entrar todavía más en el tema de los tropos. Porque junto a los de uso universal, o más o menos reconocidos, todos tenemos aquellas pautas percibidas que no necesariamente han sido aún asumidas por los demás.

Así que este mes será un buen momento para ajustar cuentas con esos Tropos Caseros. Empezando desde ya.

Cuando veo una serie o película que tiene un componente suficiente de suspense o terror con él -algo que pasa bastante a menudo, sea todo dicho- y en los que hay una mano aún-misteriosa tras los sucesos no puedo evitarlo. Hago mi propio reparto de puntos y probabilidades, muchos de los cuales se basan en tropos. Miradas aviesas, mención a orfandad, lo de aquello que le pasó a su hermano y muchos más momentos van logrando que los personajes sumen puntos. Pero si algo hace, sin duda, que crezcan sus personalidades es que alguno de ellos vaya en silla de ruedas. Porque La silla de ruedas dobla los puntos. Da igual que sea el Profesor Xavier, Stephen Hawkings o Locke, cuando colocan a un personaje en esa situación los Tropos dictan que se use para demostrar que pese a todo sigue siendo capaz, que no quiere nuestra conmiseración pero, sobre todo, que tiene una gran inteligencia. Algo que muchas veces usará para el mal, con o sin trucos en su silla -no todo el mundo puede ser el Doctor Loveless-.

Pero, al margen de toda esta parafernalia clásica, lo que quieren es demostrarnos que No, de ninguna manera, no puede andar. Lo que significa que, por supuesto, en cuanto todo el resto de personajes estén a sus cosas y ellos se hayan quedado a solas se levantarán frotándose las manos porque, ¡chan!, durante todo este tiempo ¡podían andar! Y esa es la gran revelación que acabará de demostrarnos su maldad. ¡Hacerse pasar por un impedido físico! ¡¿Cómo se atreve a tamaña fechoría?!

Motivo por  el cuál La silla de ruedas dobla los puntos. Así que ya sabéis, nunca os quedéis atrapados en una mansión aislada con Roosevelt, no parece de fiar


Empecemos con algo poco original: The Divide (USA) es una serie para WEtv pensada originalmente para la AMC -que aparece como desarrolladora- y que se dedica a seguir un caso legal. Hace poco más de una década un hombre fue condenado a muerte por un caso de asesinato, ahora una idealista luchadora de una fundación en busca de la verdad y la justicia y tralalá que cree en su inocencia se enfrenta con un fiscal apasionado aunque más proclive a las áreas grises con el que tuvo un pasado común. Y eso. Que si sí, que si no, giros sobre el caso presente pero pasado. En fin, poco más.

Probablemente si no estuviéramos en una de las semanas más tranquilas del año en lo que a novedades televisivas se refiere hubiera olvidado una vez más hablar de Girl Meets world (USA), secuela directa de esa Yo y el Mundo (Boy Meets World) que pasó con éxito los noventa en la ABC. Ahora es una serie del Disney Channel. Por dentro y por fuera. Pero sobre todo por dentro. Los ocasionales destellos de brillantez de la serie están perdidos hasta el punto de que los intentos de metareferencialidad fallan por completo. Por no mencionar los problemas del cast, que podríamos reducir a que han ido a buscarlos en los puntos habituales del Disney Channel en vez de en las granjas para niños actores. No necesariamente de UK. De modo que a la vez que intenta capturar algo del espíritu original -que tampoco es que fuera especialmente brillante- nos ofrece una revisión que parece pensada para poder comparar las series de antes con las de ahora.

Seguimos con series infantiles por culpa de Henry Danger (USA), creación que -como con Mighty Med– vuelve a poner un gran punto de partida -un chaval de 13 años se convierte en el sidekick del héroe más famoso de la ciudad- a los pies de las convenciones más vulgares de la sitcom infantil americana. En este primer capítulo, además, vemos como no solo los secundarios parecen sacados del kit de casitas para hacer la serie de televisión cuadriculada -los padres, los amigos, la hermana- sino que la motivación del personaje y lo que le lleva a convertirse en sidekick es, simplemente, que esa es la premisa de la serie. De manera que otra tontorrona comedia más de superhéroes junto al horror antes mentado y a The Thundermans… A ver si a fuerza de darles luz verde les acaba saliendo alguna que merezca la pena.

Cuando tus propios productores dicen que están haciendo una serie a medio camino entre Lost y Mad Men lo mejor que puedes hacer es echarte a temblar. Si lo dicen después del estreno casi mejor olvídate. En el caso de Manhattan (USA) tenían que defenderse de alguna manera de las quejas por la falta de rigor histórico en un proyecto que, en principio, se suponía que iba a servir para contar la historia de la construcción de la bomba atómica. En general se nota que están demasiado ocupados contando su idea de lo que pasó como para que tonterías como la realidad se interpongan, no digamos ya realizar una reconstrucción real en lugar de rellenar huecos como el de las científicas que intervinieron con una token lady o el de científicos preeminentes metidos en el asunto con el siempre reconocible Dr. Oppenheimer. Se une a todo ello una cierta incapacidad del cast para descubrir hasta qué punto tiene que ser serios con esos guiones que hacen que en ocasiones parezca una comedia dramática. En fin, un batiburrillo al que su producción y pretendida profundidad sin duda conseguirá atención entre los teóricos espectadores de series avanzadas. Que la disfruten. Yo me quedo esperando a que hagan una basada en El proyecto Manhattan.

Tenía ganas de ver qué hacía Ronald D. Moore con el Outlander (USA) de Diana Gabaldon, la exitosa serie romántica/aventurera/fantástica sobre highlanders y viajes en el tiempo que iba a adaptar para Starz. Y me parece que solo con el piloto poco voy a poder contar porque cuenta lahistoria de un modo tan lento que casi ni vemos esa parte del viaje al pasado de la protagonista que es el momento fundamental y definitorio de la serie. Reconozco que las historias nunca me han interesado gran cosa por parecerme excesivamente alargadas y muy centradas en el conflicto amoroso, no sé por qué confiaba en que Moore supiera darle un aire más movido. De momento esperaré a ver también un segundo capítulo para confirmar mis temores, pero sospecho que -como los libros- esta no es serie para mí.

Terminamos con una rareza en forma de concurso de larga duración. Si el año pasado la ABC trataba de sacar adelante la idea de un Murder Mystery este año se ha ido a LARPear. Porque pueden intentar vendernos la moto como les de la gana pero lo que nos han presentado con The Quest (USA), lo que ellos definen como un cruce de The Amazing Race y Lord of the Rings y yo llamaría más bien una versión con parte de la estructura de Supervivientes adaptada dentro de La noche de los castillos. Olvidad a Van Damme, Kurt Russell o Stephen Cannell, este The Quest está más cerca de buscar una manera de aprovechar todos esos decorados que han construido para Once Upon a Time y la experiencia que les dan décadas de parques temáticos. En resumen: Hicieron un casting en el que buscaban capacidad para realizar pruebas atléticas y mentales (veremos) además de unos conocimientos e intereses por las creaciones del fantástico, de esa manera reunieron a un grupo variopinto -que incluye desde profesores a entrenadores personales pasando por administrativos y, sobre todo, Shondo Blades, luchador de celda de la MMA- les reunieron en una habitación y allí les hicieron un viaje secreto para ir adaptándolos al nuevo mundo en el que iban a vivir durante semanas, un ejemplo claro de la ambientación conocida como Medievalinventa’o en la que, llegarán a un mundo fantástico, lleno de seres extraños. Una vez ahí tenemos a los PNJs preparando el LARPeo, contando historias, dando misiones pero, sobre todo, poniendo dos pruebas. Una general para todos -individual o colectiva- y otra eliminatoria. Como en todos los concursos eliminatorios de toda la vida. El problema viene, para mí, de esa idea tan americana de que tengan que ser los propios jugadores los que elijan al eliminado en vez de hacerlo los jueces, permitiendo así la posibilidad de quitarse de en medio a uno de los contendientes fuertes que haya tenido una mala semana o de hacer que la personalidad y alianzas pesen más que las capacidades demostradas. Total, que el resultado general es un pequeño desastre que valdría para venderlo como fin de semana para irse con los amigos al campo a hacer el cabras -total, es ya casi una despedida de soltero- pero que como programa de televisión poco tiene que ofrecer. Aunque, en fin, al menos han optado por La noche de los castillos y no por El secreto del talismán. Vosotros veréis.