Un intento de aproximación a las series -y sus guionistas- en Reino Unido

Las particularidades de nuestros vecinos del norte hacen que igual que hablar de la industria americana sea relativamente sencillo tratar de explicar como funcionan las cosas con ellos esté condenado al fracaso desde su mismo inicio. Y no es como en España porque allí al menos tienen unas posibilidades de mercado más amplias aunque se opere siempre a niveles nacionales.

Quizá la mayor diferencia esté en la propiedad de las series, o en su producción si lo preferís, suele pertenecer al canal antes que a las productoras asociadas. Algo que trató de ser cambiado por el gobierno de Margaret Thatcher regulando a favor de las productoras independientes. La falta de canales hizo, sin embargo, que estas productoras trabajaran más como un punto intermedio entre las cadenas y los creadores. Y eso sin tener en cuenta que ante unas cadenas tan acostumbradas a producirse sus propias series la forma de abordar el problema solía basarse más en la cadena teniendo ideas concretas de qué buscaban o lo que necesitaban. -No es que los americanos no lo hagan, claro, pero siempre a un nivel mucho menor. – Que hay productoras independientes también, claro, pero que muchas de las grandes van directamente a lo que deciden que necesitan.

Durante años la cadena podía querer algo de misterio, algo de ciencia ficción, algo infantil, etc… establecer un hueco y determinar quién tendría que ocuparlo. Quizá recordéis esta forma de actuar de cuando contamos cómo se creó Doctor Who, y es que durante muchos años las cadenas se ocupaban de ir encargando lo que necesitaban.

Pero también siempre ha habido creadores con ideas. Precisamente por eso, y ante un modelo en el que las productoras importaban menos, se ha dado un cierto aire autoral a la ficción allí producida. Dado que el canal colocaría un productor era a ellos directamente a los que había que vendérselo. De esa manera se crearon toda una serie de mecanismos de venta y prueba de series.

En el primer caso, mediante un departamento para revisar las propuestas. Algo que según fue pasando el tiempo tomó dos rutas diferentes. Por un lado la gente con contactos solía ir directamente a personas de dentro para hacerles las sugerencias. Por el otro el común tenía que usar los cauces apropiados. Por suerte los tiempos van cambiando, e incluso mejorando, por eso la BBC se ha dedicado a montar proyectos como Writer’s Room, una web llena de lo que ahora llaman recursos y que en realidad es un poco de todo, desde consejos hasta convocatorias pasando por entrevistas, cursos y demás posibilidades. No solo eso, también en su web de Commissionning TV explican y dan algunas ideas y enlaces para enviar propuestas.

Hasta el punto de que ya solo con esa web parece que muchos consideran suficientemente realizada gran parte del trabajo. Por ejemplo, el Writers’s Guild pasa de parte de sus competencias para decirle a sus apuntantes que lo visiten.

Pero volvamos al concepto de autoría, porque por ahí llega el otro lado de muchas de esas diferencias. Es el autor el que tiene que vender su obra y el que tiene gran presencia en el contacto con la cadena. Muchas veces será su nombre lo que se use para la promoción y venta debido a lo cuál será más fácil vender la serie cuando se haya logrado un valor para ese nombre.

Lo que significa que no solo está el proceso «de carrera» que veíamos hace unas semanas con los estadounidenses, también facilita que la gente que se ha hecho un nombre como cómica, autora, escritora y demás labores creativas, logre encontrar un hueco para sus series. Y, a al vez, facilita un modelo de presentación de series que podríamos decir más cercano al de las Agencias de Empleo por internet. – Y si no me creéis echadle un ojo a Industrial Scripts o TV Writers Vault– Si es que para encontrar empleo necesitaras ir consiguiéndote un agente, claro.

De esta manera podemos encontrar desde webs que sugieren los lugares en los que buscar esos Recursos como decíamos antes del The Writers Room de la BBC o en con direcciones útiles en TV Writers Vault  podemos decir de esta de Raindance hasta otras iniciativas.

Danny Stack y Tony Jordan, escritores, directores y alguna cosa más, decidieron que había que ayudar a los jóvenes a empezar en el medio. No solo a través de un blog de ayuda y consejos como el que Stack llevaba con el título de Scriptwriting in the UK sino dando un paso más y creando un premio que permitiera  lanzar carreras. De ahí salió en 2007 el Red Planet Prize en colaboración con la productora Kudos. Con sus claroscuros ha servido para poner de relieve a muchos jóvenes autores.

Como decía, es en ese lograr entrar donde se puede encontrar más diferencias para la carrera de un guionista. No es lo único –podéis escuchar a James Whitehouse y Hannah George en el TvWritterPodcast explicando otras- pero para los guionistas ya significa algo diferente.

Volvemos de nuevo a ese concepto de autoría en las series. Algo que los estadounidenses tratan de una manera distinta. Allí tienen a autores que  saben adaptarse a su panorama televisivo para mostrar su obra. Aquí suele ser la obra la que se desenvuelve creando su propio formato. Sí, las necesidades de la televisión también son tenidas en cuenta, pero en UK son más flexibles. Si la duración estándar de una serie son seis capítulos pero la historia requiere que sean 8 ó 10 no suele haber problemas. Si en lugar de 6 son 3 tampoco. Si duran 60 minutos, o 90, o son historias de dos partes en tres capítulos para llenar los seis o dos de tres… Creo que se me entiende. Por supuesto muchas de estos formatos locos hay que ir ganándoselos con el tiempo, pero si hay un lugar en el que puedes vender una serie cuya primera temporada tenga 6 capítulos, la segunda 3 y la tercera 8 ese es UK.

Lo que no significa que se de la luz verde con facilidad. Si algo tienen en Reino Unido son formas de probar los pilotos ante el público. Frente a las pruebas americanas con Grupos de Control los ingleses preparan sus propias pruebas que tienen algo de esos programas antológicos de los que hablábamos la semana pasada. A saber: La BBC tuvo la Comedy Playhouse (1961-1975), en ITV pusieron su ITV Playhouse (1967-1983), luego Comedy First (1995) y Comedy Premieres (1997), Channel 4 tuvo los Comedy Lab (1998-2011) -teóricamente para nuevos talentos- y los Comedy Showcase ( teóricamente para talento menos desconocidos- (2007-2012) que, auqneu irregulares en sus apariciones, pasaron a ser los E4 Funnies (2012-)… Y eso solo hablando de Comedias. En Drama también lo ha habido, por ejemplo en Sky hicieron primero Love Matters y el año pasado el magnífico Drama Matters.

Esto significa, entre otras cosas, que desde que se emiten hasta que se aprueban y se estrena la serie pueden pasar dos años con facilidad. Pero es que esa es otra característica de UK. Como se hacen muchas series la forma de renovarlas y estrenarlas va dejando huecos. Salvo que esté muy claro y decidan hacerlo anual estamos hablando de un país en el que se pueden pasar un par de años rodando la segunda o tercera temporada de una serie. O cuadrando las agendas de los actores que no tienen problemas en protagonizar dos a la vez -Por poner un ejemplo, entre 2010 y 2012 Russell Tovey compatibilizó la serie fantástica Being Human con la comedia Him & Her y le dio tiempo de salir, además, de invitado en unas pocas series- suponiendo que no se hayan ido a Estados Unidos… En fin, un caos.

O no. Si en lugar de verlo con ojos de telespectador voraz que está pensando que más les vale decir qué pasa con la segunda temporada de Dead Boss lo vemos con los del lector de libros que sabe que en algún momento saldrá -o no- una obra nueva de un autor que nos gusta. Aunque no cuándo, ni qué será, ni sobre qué irá.

Sobre todo porque los propios autores tampoco tienen muchas más pistas sobre el destino de las series, y como aquí no hay urgencia alguna -al fin y al cabo no deja de haber novedades que ofrecer como seguro habéis notado- pues mejor si a alguien se le ocurre rescatarlo o si parece que puede ser buen momento para recuperar, digamos, Jonathan Creek o Red Dwarf. Y eso sin entrar a contar con los capítulos especiales sueltos que se encargan para Navidad, Halloween, Año Nuevo, San Valentín o lo que se les pase por la cabeza a los señores de los canales.

Así pasa lo que pasa y, pongamos otro ejemplo, Reece Shearsmith y Steve Pemberton se pueden encontrar con que Psychoville tiene una primera temporada en 2009, un especial Halloween en 2010, una segunda temporada en 2011 y en 2013 la BBC les dice en lo que ellos creían que era la reunión para poner en marcha la tercera temporada que mejor una serie nueva para 2014 y que ya veremos en el futuro.

De ahí también que en el título de esta entrada haya dicho que es Un intento de aproximación. Porque en realidad las cancelaciones no están tan cerradas como puede parecer, los años pasan entre temporadas y uno nunca tiene muy claro cuántos episodios habrá ni qué formato tendrán. -Si alguien sabe algo de la tercera temporada de Nighty Night QUE LO DIGA- Y lo más loco de todo: Es algo de agradecer. Al menos por mi parte.

Porque prefiero que se haga una temporada más corta, o más larga, y que estén disponibles el mayor número de actores disponibles -y si por mí hubiera sido Matt Berry no hubiera sustituido a Chris Morris en IT Crowd, pero ese es otro tema- o puedes encontrarte con que tras una o dos temporadas las agendas no cuadran y la serie se cancela de manera elíptica.

Todo eso en las que pueden seguir, claro, que también hay culebrones interminables con décadas a sus espaldas y un gran número de miniseries y casitelefilmes de diverso pelaje que van poblando la pantalla. Desde las -muy numerosas- adaptaciones literarias o históricas o obras creadas desde el principio sin intención de durar más que un número concreto de capítulos.

Los ingleses son así. Y precisamente este caos controlado es uno de los fuertes de su television. Da igual que desde fuera uno no pueda dejar de pensar que no puede funcionar.

Pero lo hace.