Volanderas

De entre las cosas que más me cuesta entender está la falta de curiosidad. Ese extraño convencimiento de que estamos bien con lo que sabemos o, peor aún, que no hay manera de que supiéramos más. No me refiero a la memorización, claro. No es algo que vea interesante salvo para un concurso, un examen o algún otro asunto en el que importe más el premio que la utilidad. Y es que los que llevéis ya lo suficiente soportándome habréis tenido que leerme ya alguna de esas Verdades Universales como «Nada gusta a todos, pero todo gusta a alguien», «El problema del impacto es que solo se puede medir a posterioridad» o la relevante para este caso «Es imposible conocerlo todo».

La producción -escritura, edición, publicación… Lo que queráis- de libros en inmensa incluso centrándonos solo en lo que se publica en español en España, seguir el rastro de los pilotos solo en inglés es de por sí una tarea de locos, y si parecía sencillo estar al día de las tiras cómicas ahora llegaron los webcómics. No es una queja, antes al contrario, a mayor variedad mayor posibilidades de encontrar algo que sea diferente o algo que nos llame directamente. El problema es llegar hasta ello. De nuevo cosas que me habéis leído mil veces: es una pena no conocer mejor lo que se publica en otros países, lo que se filma en distintos idiomas, no conocer lo que están haciendo no solo en el otro lado del mundo, muchas veces tampoco los vecinos más cercanos -¿habeis leído recientemente algún buen artículo sobre las mejores series portuguesas de la actualidad?- y, a veces, en el cuarto de al lado -¡la producción de las cadenas regionales y locales, ese desconocido!- que podría ayudarnos a conocernos mejor y a modificar lo que ya hacemos. Pero no solo eso, los estudios culturales y su impacto al hablar del pop han favorecido desde la aparición de los Fan Studies a que haya multitud de lecturas de distintos temas y fenómenos desde múltiples posiciones que en ocasiones -nah, es broma, en realidad ahí debería poner «habitualmente»- chocarán creando debate. Y eso por no pensar en que si es difícil mantener el ritmo con lo que ocurre en el momento la cantidad de material ya producido es completamente loco. Y todos esos creadores y participantes, muchos no debidamente recordados y festejados. ¡Algunos ni siquiera en vida!

En fin, que me he pasado un año sin tiempo para nada. Convencido de que algo tenía que haber porque la cantidad de temas sobre los que se me ocurría algo era enorme. Pero no tenía un momento o una posibilidad de expresión. Lo más cercano era tuiter. Así que imagínate 

De ahí surge la idea para estas Volanderas. Yo me tendré que conformar con ellas, vosotros también. No habrá de momento regreso de LaColumna en subversión quincenal temática -qué le vamos a hacer- ni tampoco en la de actualidad alternada con la primera los lunes.

Pero voy a intentar mantener esto. Cuando tenga un rato, algo que contar y batería intentaré aprovechar para hacer un texto breve -mi idea de breve, al menos- aunque sea nada más para que quede constancia. Supongo que hablaré de lo que más me interesa, así que habrá mucha TV, muchos libros, algo de ensayo, quizá cómics, puede que incluso música… ¿Quién sabe? Con mi batiburrillo de intereses no puedo asegurar nada. Llevo casi un año para sacar aquí la Trilogía de Las Guerras de la Crítica, imaginad saber de qué voy a querer hablar mañana.

De momento lo importante es que aquí están las Volanderas. Veremos ahora lo que planean.


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