¡Pilotos Deathmatch!

Empiezo a sospechar que la estrategia de Netflix de repartir las adaptaciones de Harlan Coben por distintos países no es un asunto solo de ingeniería financiera para repartir el gasto del pastizal entre diferentes sedes. También lo hacen para diferenciarlas por el idioma. Porque esta Atrapados (O)(AR) tiene un piloto con un inicio tan vago y carente de sentido, claridad o tensión que podría haber sido la de la polaca de hace un par de semanas. Salvo porque aquella tenía una vieja foto como centro y aquí es una ¿periodista? que intenta descubrir a un depredador sexual… o algo así. Quizá en Netflix deberían de considerar la posibilidad de que sus pilotos fueran pilotos en logar de lo que sea esto.

Esto tiene pinta de ser un proyecto de algún grupo de cómicos, no sé si de los de internete, de los de en directo o de los de televisión. Pero esta serie de policías polis llamados Bausjen (O)(NO) no da mucho más que exactamente lo que uno esperaría: Masculinidades tóxicas, gente desnortada, incapacidad para hacer algo de utilidad… En fin, para esto no hace falta ver una serie.

A veces parece que solo los ingleses tienen la capacidad de crear pequeñas series ‘realistas’ sobre jóvenes que parecen de verdad. Incluso cuando le dan un tema al asunto. En el caso de Dreamers (UK) tenemos a un grupo de bailarines. Pero más como en ‘gente que se junta en un centro social’ que como en ‘escuela de danza hiper-competitiva’. Más Degrassi Dance. Así que aunque seguimos con que si los regionales y los nacionales y esas cosas -a mucha distancia, por suerte- sí que se nota tanto la importancia del baile, como la del grupo, como -por supuesto- de las vidas propias y las relaciones dentro del mismo. No es que sea excepcional o revolucionario, pero a veces una de estas pequeñas series agradables, que parecen querer sólo mostrar la vida más o menos factible de una parte de la juventud, son capaces de mostrar el mérito que ello supone.

Parece que a esta no le toca trailer. Supongo que será para que la gente no piense que se puede hacer televisión así.
*suspiro* Hay mil maneras en la que Mid-Century Modern (USA) podría haber salido bien. Ninguna de las cuales está incluida en la propia serie. Y es una pena porque el reparto podría haber aprovechado… algo. De hecho, tener a Nathan Lane y usarlo tan mal debería de estar penado. Y querer ser una versión de The Golden Girls y no llegar ni a Hot in Cleveland, también. Pero es que todo está mal porque no se han molestado en pensar en lo que funcionaba en aquella, o en empezar en una situación ya a medias. Lo único bueno es que es algo más diverso. El inicio, en un velatorio, está peor que mal llevado. Matt Bomer tiene pinta de que no sabe bien qué hacer con su personaje, Nathan Lee Graham parece estar en automático y reciclando, y no hablemos ya de la diferencia de edad que hay entre los tres protagonistas que demuestra que no tienen claro ni cómo hacer que funcione lo de la edad. Y es que podrían haber mirado cómo se montó Las Chicas de Oro, con cuatro actrices muy cercanas en edad (dos de 1922, una de 1923 y la más joven de 1934) , cuatro roles flexibles pero definidos y una excusa argumental para que compartieran casa que facilitaba y justificaba todo lo demás. Aquí tenemos un reparto que va de 1956, 1968, 1977 más 1937, que luego pasa lo que pasa y se sorprenden, con unos roles que no acaban ni de estar tan claros ni tan definidos, ni bien interpretados. Mira que en el piloto de Las Chicas de Oro había muchos cambios que hacer -que se hicieron, por cierto, incluyendo la eliminación de un persona- pero todo funcionaba mucho mejor. Quizá porque parecía más real. En lugar de… lo que sea esto.

No esperaba yo que una serie francesa sobre una rabina -¿rabina en prácticas?- en su primer destino, su ateo y psicoanalista padre, la gente que le cuenta sus problemas y la vida misma, con un tono de comedia que puede pasar a lo melodramático si la ocasión lo precisa, fuera de lo mejor de la semana, pero aquí estamos. Con Le Sens des Choses (O)(FR), una serie muy humana en la que el mayor reproche que se le puede hacer es el haber decidido dejar fuera el genocidio en Gaza por completo. Pero, fuera de eso, y pese a su ‘francesitud’ ocasional, resulta encantadora y entrañable, es fácil entender a ese personaje principal que no tiene claro cómo puede ayudar a los demás, o qué decir ante los conflictos y problemas que se le exponen, tanto como son comprensibles estos asuntos. Eso es lo que necesita una buena serie de televisión.

No sé qué follón se traen en Apple -es decir, más allá de las carretadas de dinero que pierden para la empresa- con las series, pero después de la forma de gestionar Mythic Quest -no soy capaz de entender cómo han podido tardar tanto para sacar una temporada que parece tan poco trabajada- pero el darle un spin-off, cambiarle el nombre, eliminar la mitad de los episodios y acabar sacando este Side Quest (USA) que en su piloto parece un capítulo más, no especialmente interesante y con cosas que hemos visto hasta el aburrimiento en la serie principal. Ni siquiera al margen de la serie madre es muy interesante porque, sencillamente, no se nos explica demasiado. Así que nada tiene mucho sentido o interés. Si esta serie era algún tipo de prueba me temo que no la han pasado.

Sensaciones cruzadas con The Studio (USA) porque tiene cosas meritorias pero, sobre todo, tiene otras difíciles de explicar, o de entender. Parece una serie creada para un grupo de menos de mil personas que estén lo suficientemente dentro del inside basketball del cine USA que sepan distinguir quién es una persona real haciendo un cameo y quién es un personaje. Y, a la vez, demuestra la cantidad de amiguetes que sale en esto pero que chocan a la vez con el asunto. Porque poner a Nicholas Stoller en el centro del primer capítulo puede llevar a pensar que es un nombre inventado. No lo es. Dirigió a Rogen en Neighbors y es parte de su grupito de amiguetes. Pero, a la vez, su último estreno en cines se la pegó grandemente –Bros, 22 M$, no llegó a recaudar 12) y de ahí se ha ido a dirigir a streaming. No es precisamente a alguien a quien pondrías en una película de 200 M$. Pero no solo eso, también sacan a Scorsese y hacen varios ¿chistes? sobre darle 200 M$ para hacer una película y el tipo de desnortados que harían algo así. Que como meta-chiste con Apple haciendo exactamente eso puede tener su gracia, pero lo cierto es que su película de 200 M$ no llegó a recaudar 70 M$, con lo cual la afirmación del jefe de que hundiría el estudio… ¡es cierta! Y no puede ser que Los Malos tengan razón. Pero ese es parte del problema, lo que cuenta de Creatividad vs. Finanzas lo ha hecho mucho mejor Mythic Quest, y lo ha hecho porque empiezan con un ‘producto exitoso’. Aquí empiezan con diez hostias en taquillas seguidas. Eso es lo que explica el cambio en la dirección… y el problema es que, de nuevo, el inside baseball de tener a Catherine O’Hara -el reparto y los cameos son magníficos, sí, se nota que está lo de los amiguetes a tope- haciendo una versión poco disimulada de la Amy Pascal de Sony nos recuerda que aquella se fue por el escándalo de los correos filtrados. Que hubiera sido un inicio mucho más divertido y, por supuesto, dejaría la empresa central en otra posición. Pero el problema está ahí. Da igual que luego te lleves a Kathryn Hahn a ser maravillosa unos minutos. O que haya destellos aquí y allá. Las intenciones son buenas y para esa limitada cantidad de gente que ‘está en el ajo’ algunas de las referencias tienen gracia. Pero se lo tendrían que haber pensado un poco más. Vamos, cosas como la falta de diversidad -¿hay algún personaje afroamericano con línea en todo el piloto?- casi entran en lo flagrante del Señor Blanco Hetero.. Aunque, al menos, han logrado que Apple produzca su propia versión de La Reina del Pop. Ya veremos con lo que están perdiendo en la productora si logran reunir como para que tenga más temporadas.

He tenido que ir a mirar si This City Is Ours (UK) era algún tipo de reposición. Pero parece que no, que es solo otra de esas series de Organización Criminal de la BBC que tiene un mínimo de melodrama para… no sé bien para qué. La verdad es que no llega a telenovela y la parte criminal no es tampoco muy interesante así que vamos a dejarlo en que es algo que existe. Porque puede que yo no sea su público, que no lo soy, pero… incluso ahí es demasiado genérica.


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