Empieza la Semana Grande de las series americanas. Y, sin embargo, ya nada tiene que ver con lo que era. Casi diría que por suerte, pero en realidad es más porque de alguna manera tendría que beneficiar los cambios al espectador.
La falta de espectadores y el mayor riesgo es lo que está detrás de que se incremente el número de remakes y adaptaciones (aprovecho para señalar que es incremento, que esto ha pasado toda la vida en televisión) pero también lo que está favoreciendo que las cadenas no eliminen series de su parrilla a las primeras de cambio, a cambio de que estrenan menos y con mayor prudencia.
Esa limitación en las novedades y esa prudencia es lo que ha cambiado la antigua semana en la que parecía que se concentraba todo y se sucedían las novedades con hasta cinco series nuevas por día en el estado actual del asunto con un máximo de tres y días en los que directamente no hay novedad, solo regreso de series conocidas. -Algo que entra también en ese miedo a fallar, el ‘malos números conocidos que serie que podría ser éxito’ que les paraliza tras unos años en los que lo siguiente que se prueba funciona incluso peor que lo cancelado. Quizá porque ya han visto que si no funciona lo quitarán de en medio.- Algo que no explica por qué luego en verano algunas series pedidas acaban estrenándose deprisa para poder quemarlas. Y, sin embargo, con todo lo que se está discutiendo del Peak TV no dejamos de escuchar que hay más series que nunca.
Algo completamente cierto. Solo que no en las grandes networks que son las que montan estos follones de estrenos de temporada, sino en las de cable y cable básico, muchas de las cuales están comenzando a atreverse a crear sus propias producciones como en tiempo intentaron ofrecer contenido exclusivo propio no solo comprándolo sino con programas, incluso realities, independientes. El asunto es que esas series son también competencia. The Walking Dead o Pretty Little Liars pueden conseguir más audiencia general o específica que lo que se emite en las generalistas, una tendencia que ha ido desarrollándose en los últimos años y que ha servido para la popularidad de obras como Juego de Tronos o Sons of Anarchy, que ya no son minoritarias por estar fuera del circuito general.
De modo que ante ese aumento y tras pruebas como las que hizo la FOX hace dos años adelantando su semana de estrenos con muy buenos resultados. Este mismo año la NBC ha decidido hacer lo propio con el Best Time Ever de Neil Patrick Harris estrenando el previsible desastre de audiencia una semana antes aprovechando que no habría rivales. (Y logrando unos números solo aceptables que ya veremos en qué quedan esta segunda semana). De modo que la decisión más habitual, además de ir concentrando más programas interesantes en el primer trimestre del año, durante la temporada de invierno, ha sido empezar a separar las novedades. Usar programas establecidos para intentar proteger las novedadades y realizar menos estrenos cada vez para que la promoción se pueda centrar en unos pocos programas. Incluso sin unirlo a la filtración de pilotos, otro método tradicional del que no siempre puede culparse a la cadena/productora.
Así que lo que tenemos en su lugar es una serie de novedades más limitada -y empezando el lunes en lugar del domingo, pero eso es cosa de los Emmys de este año– y más esparcida. A los 9 estrenos de esta semana de lunes a sábado (3+3+1+2+0+0) -de los cuales ya se habían filtrado 3 pilotos- siguen 5 entre el domingo y el sábado siguiente (2+0+2+1+0+1+0) y ninguna en absoluto la semana siguiente. Como vemos, muy lejos de cuando alrededor de una veintena se estrenaba en una semana. Y, sin embargo, los calendarios nos enseñan que poco a poco van estrenándose el más series -como decíamos, incluso un número igual o superior si contamos las que no son de networks-. Goteando por los meses, tratando de comprender los cambios a los que se enfrenta la televisión y actuando en consecuencia. Quizá estas semanas del regreso sean menos de novedades y más de ‘retornos’ que de esas sí que caen cerca de treinta.
La evolución del medio, una vez más vista en acción.