¡Libros que Salen! Belloc Lowndes, «Londres Noir», Mendoza y más

Una semana extraordinariamente tranquila, en lugar de ir incrementando el número de novedades interesantes se han ido reducieno y ya veremos qué es lo que va quedando para este último mes antes de las Navidades. Que sean solo unos pocos no significa, por supuesto, que no sean interesantes. De modo que acabamos el mes con solo unas pocas propuestas… pero menudas son ellas:

¡Que entre la pila!

Londres Noir a partir del Newgate Calendar, ed. La Felguera

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El inicio de una forma de entender el crimen o de narrarlo, un repaso a los ajusticiados y sus historias que salía de la prisión de Newgate para ofrecer esa idea de que El crimen nunca paga y que, como de costumbre, servía sobre todo para excitar unas historias llenas de morbo, misterio y justicia a lo bruto.

El huésped de Marie Belloc Lowndes, ed. Menoscuarto 

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Seguimos con las muertes de la mano de este clásico del género criminal, una obra que tomaba como base la historia de Jack el Destripador para darle sus propios giros haciendo que sea una familia la que sospeche de la culpabilidad de su alquilado, unas sospechas que pueden estar acertadas, o que pueden ser solo un ejemplo de la suspicacia hacia los extraños, porque es sobre todo una forma de aprovechar los asesinatos para hablar sobre la sospecha.

El secreto de la modelo extraviada de Eduardo Mendoza, ed. Seix Barral

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Seguimos con asesinatos con el quinto caso del detective loco de Eduardo Mendoza, a estas alturas casi una parte en si de la obra del escritor que, incluso aunque no sea tan brillante como era en sus inicios, sigue teniendo tablas.

En la niebla de Richard Harding Davis, ed. Ardicia

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Seguimos con los asesinatos, que se ve que es un gran tema, porque aquí llega otro clásico, o al menos una obra que usa el crimen como parte de una animada forma de pasar la tarde en un exclusivo club de caballeros inglés. ¿Y a quién no le gustan estas pequeñas historias que precedieron en década y media a la creación del Detection Club?

Mar de nubes de Mari Jungstedt y Rubén Eliassen, ed. Maeva

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Mari Jungstedt se aleja de las narraciones nórdicas para ponerse con los asesinatos -sí, con ellos seguimos- en un entorno más cercano: Gran Canaria. Con la colonia extranjera que disfruta de la isla, las fuerzas del lugar y los diferentes motivos para acudir a la isla, en un intento de trasladar su estilo hasta aguas templadas.

Nueva York: Historia de dos ciudades de VV.AA., ed, Nórdica479084fcf55363783606243e434ecb86 Gran colección de relatos esta, con autores interesantes y quizá no tan conocidos. Quizá Zadie Smith sea la que más pero Junot Díaz, Teju Cole, Lydia DavisDave Eggers o Edmund White son también otros de los interesantes autores que se pueden encontrar en esta mezcla de miradas sobre una misma ciudad.

Sheila Levine está muerta y vive en Nueva York de Gail Parent, ed. Libros del Asteroide
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Una mirada complementaria podría ser esta, setentera, desinhibida y con mucho humor, la vida de una mujer que sufre su crisis de madurez en Nueva York mientras intenta decidir qué va a hacer y con quién va a quedar esa noche, al menos hasta que su vida esté lo suficientemente ordenada como para la decisión que ha decidido tomar.

Zorba el griego de Nikos Kazantzakis, ed. AcantiladoNACA261web

Suficientemente conocida aunque sea solo por la película, que es casi como decir que lo es de oídas, de modo que el rescate de este título -publicado en los noventa por Debate, por difícil que resulte de creer- sobre la vida sencilla y las reflexiones vitales y todo eso.

Espectros del Capitalismo de Arundhati Roy, ed. Capitán Swing

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Roy sigue con la no-ficción explicando el efecto en uno de esos países que se llaman emergentes del capitalismo, en el que a algunos le funcionan pero a otros -niños, sí, pero también agricultores- el cambio en sus estructuras tradicionales ha sido -o al menos a la autora le parece que puede demostrarlo- para mucho peor.

Inmunidad de Eula Biss, ed. Dioptrias

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Un libro que más que sobre las vacunas es sobre el miedo que se le tiene, intentado explicar de dónde viene y por qué no debería ser así. Un trabajo de divulgación de gran nivel que intenta explicar los motivos para vacunarse y como los científicos son solo una parte de los mismos.

Tristeza de la Tierra de Eric Vuillard, Ed. Errata Naturae

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La historia de la historia de Buffalo Bill. Es decir, la historia de cómo Bill decidió que no iba a ser olvidado o bien decidió que aún podía sacarle más jugo a su leyenda, en cualquier caso eso supuso realizar giras circenses contando su historia y auto-interpretándose aunque eso significase ir también por el mundo con un grupo de indios de entre aquellos que sobrevivieron a las matanzas que el propio Bill propicio, cuando no ejecutó directamente. La historia, por tanto, de unas giras complicadas en las que la ficción eran parte de la propia realidad y en la que el dolor por lo vivido debía ser dejado de lado ante el temor más cercano a vivir en la miseria.

¡Gruñón! de Adam Stower, ed. Picarona

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De nuevo Stower nos cuenta historias de Oliver y del Trol,  esta vez a la búsqueda de la hermana de Oliver, Dolly, contando el encuentro de ambos amigos con Los Comilones. Otra gran historia.

 

Antes de terminar voy a aprovechar para hablar de otro libro de un amigo:

Spiderman: La historia jamás contada de Julián M. Clemente, ed. Panini

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Podría parecer que esta es la tercera vez que Julián publica el mismo libro, en realidad esta es una historia de Spider-Man dentro y fuera de las viñetas que bebe de las anteriores pero que también aplica las formas más recientes de hablar sobre el personaje, sobre sus etapas y autores, tejiendo una biografía en ambos niveles que dice mucho del cómic de superhéroes estadounidense.

Y hasta aquí hemos llegado esta semana. No es que para la próxima vea mucho más movimiento, al menos no en lo que a las novedades se refieren *cof*, pero seguro que algo cae. Mientras tanto podemos ponernos con las de esta semana mientras… ¡Nos leemos!


En una de las semanas más tranquilas del año -en lo que a pilotos se refiere- no me extraña mucho encontrarme con Cuffs (UK), un procedimental sencillote de ese tipo que algunos llaman sólidos, con sus diversas historias, toques de humor y variedad de problemas a tratar. Una serie tan de siempre que casi cuesta creer que uno esté viendo el primer capítulo , sobre todo por esa sensación de conocer ya todos. Aunque esta vez sean ingleses y no americanos, claro. Pero, en fin, siempre es buen forraje.

Que sorpresa -y qué agradable- ha sido Jekyll & Hyde (UK). Había oído que estaban preparando algo con el personaje pero teniendo en cuenta los precedentes –Do no harm, te estoy mirando a ti- me conformaba con que estuviera al nivel de cuando Moffat sabía escribir televisión. Los primeros minutos demostraban al menos una intencionalidad y un gasto bien aprovechado, la continuación dejaba claro que a partir del punto de partida habían decidido crear su propia versión de algunas ideas… modernas, digamos. El resultado me ha convencido y dejado con ganas de más. Esperemos que sepan manejarlo.

Por contra Wicked City (USA) es casi una representación de todo lo que está mal en la televisión o, al menos, en un cierto tipo de televisión. Trata de recuperar la idea de serie antológica, de aprovechar el género negro y, sobre todo, las historias de psicópatas en el que ha podido ser el peor de los años para su versión thriller policiaco y el mejor para el slasher, y lo hace todo mal. rematadamente mal. Ni las interpretaciones ni, desde luego, los personajes tienen mucha solución, no digamos ya el tratamiento que hacen de los mismos y el ambiente ideológico que parece transpirar toda la seria. El resultado parece salir de una mezcla de desgana y luchas con los ejecutivos. No sé lo que tenían intención de hacer pero sí que el resultado es un churro. Pero uno congelado precocinado que logre a la vez quemarase por fuera, quedarse helado por dentro y soltar abundante aceite rancio.


«Hay alguien ahí» (2009-2010)

Es curioso cómo funcionan las cosas en la televisión.

Cuando nació Cuatro a partir de una mutación extraña de Canal Plus parecían decididos a ir a por el público juvenil tal y como la FOX hiciera décadas antes en Estados Unidos. También La Sexta parecía dispuesta a hacerlo. Pero por medio se enredaron en la Segunda Guerra del Fútbol y la cosa acabó con ambos canales vendidos a otros dueños.

En el caso de Cuatro fue al conglomerado Mediaset/TeleCinco que tantas tardes de… bueno… lo que sea ha dado a la televisión en España. De modo que lo que parecía iba a apostar por series y fantásticas estas acabaron yendo a TeleCinco con la suerte que ya conocemos. Pero antes de eso hubo tiempo de que el canal tuviera una serie fantástica propia. Si tenemos en cuenta que entre 2010 y 2013 las novedades de ficción de producción propia para el canal fueron poco menos que congeladas.

En el caso de esta serie, ¿Hay alguien ahí?,  con su loca duración de serie española moderna de 74 minutos casi lo de menos era lo que tenía de fantástico frente a cómo rellenar de tramas locas tanto tiempo. La excusa argumental de familia que se muda a una casa en la que pasan cosas, bien fuera por lo que quedara de resonancias del éxito de El Internado o porque la cadena había caído en que el género estaba poco explotado, resultaba novedosa. Las tramas complicadas de relaciones interpersonales con una urbanización de fondo parecían sacadas de Al salir de clase, eso también. Pero lo importante es que contaban con un investigador psíquico propio, el siempre agradecido y anguloso William Miller que hacía aquí las veces de Constantine de ocasión en subsección medium, y tenían claro que lo sobrenatural tenía que estar presenta aunque diera la sensación de que la historia se iba improvisando de cuando en cuando.

Por supuesto tuvo la habitual ronda de publicidad positiva antes de su lanzamiento y unos números razonables que favorecieron que lo que cada vez parecía más un drama familiar extremadamente complicado con algún fantasma de adorno pero más peligro entre los mortales que entre los espíritus tuviera una segunda temporada. Por supuesto eso supuso intentar enmarañarlo todo más, introducir personajes nuevos y  -también- resolver el cliffhanger en el que habían fiado que al gente les seguiría de una temporada a otra. Pero resulta que no, que la segunda no iba tan bien en audiencia y, además, la cadena decidió dedicarse a moverla por la parrilla a ver si acertaban o algo. El resultado fue, claro, o algo. Para la primavera de 2010 la suerte estaba comuniqueda y se pudo buscar un final… razonable, digamos, a la historia. Uno que podía haber sido revertido con la misma capacidad con la que se hicieron giros en la anterior. Salvo que esta vez sería todo más definitivo.

Lo que no significa que la cadena dejara de confiar en ellos. Los creadores del asunto, Daniel Cebrián, Joaquín Górriz Miguel Ángel Fernández, volverían a coincidir en otra serie ideada por los dos primeros: Ángel o Demonio, que tendría que haber sido para Cuatro pero que acabaría en TeleCinco.

De manera que Cuatro se encontró de nuevo sin series fantásticas. Bueno, sin series a secas y, además, sin series fantásticas. pero es que aquí la cosas parece que funcionan de esta manera. Y si no que le pregunten a La Sexta. El caso es que no volvería a haber una ficción de este tipo hasta este mismo año con Rabia, pero ya hablaremos de ello. De momento quedémonos con lo poco habitual que resultó para el canal esta serie y lo poco que supieron respetarla.

 


¡Libros que Salen! Boudinot, «Veronica Mars», de Pereda y más

Siguen saliendo libros, quizá no tanto y con autores menos conocidos, pero siguen saliendo. Las últimas semanas de mes siempre son más tranquilas así que podemos aprovechar para encontrarnos con lo que las pequeñas editoriales tienen para ofrecernos. Así que ya sabéis:

¡Que entre la pila!

Planos del otro mundo de Ryan Boudinot, ed. Pálido Fuego

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Otra extraña aproximación al fantástico lleno de referencias y referentes que acaban creando una suerte de macedonia cultural sobre las posibilidades de un futuro no tan lejano.

Molinos de viento en Brooklyn de Prudencio de Pereda, ed. Hoja de Lata

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Inexplicablemente inédito en España, estas memorias del escritor estadounidense de origen español -siempre con mucho interés por el país que sus padres dejaron atrás- son un repaso a lo que supuso crecer en Brooklyn a inicios del siglo XX y dentro de la comunidad de inmigrantes hispanos.

Verónica Mars: El concurso de los mil dólares de Rob Thomas y Jennifer Graham, ed. Nocturna

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La primera de las novelas ambientadas en el universo de Verónica Mars. Continuación a partir de su regreso como película pero buscando un público que vaya incluso más allá del fan fiel, algo especialmente conseguido en esta primera novela que lleva suficiente información como para que la descubran nuevos seguidores pero que será especialmente disfrutada por los de siempre. Otra cosa es que esos ya la tengamos en inglés, pero bienvenidas sean las traducciones.

La gran ilusión de Mika Waltari, ed. Gallo Nero

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Conocido sobre todo por sus novelas históricas como Sinuhé el egipcio o El etrusco, este escritor finlandés tuvo también otro tipo de obras como esta que nos ocupa en la que habla de lo que para él era un asunto contemporáneo, la existencia de una bohemia expatriada tras la primera guerra mundial y como esa alegría de los años veinte parecía condenada a un amargo final.

Carpas para la Wehrmacht de Ota Pavel, ed. Sajalín

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Aunque parezca un contrasentido estas cartas escritas desde un psiquiátrico en el que se le trataba por depresión muestran humor y fortaleza de la mano de un periodista que intentaba superar su condición desde la escritura. Una obra inesperada.

Sobre nada y otros escritos de Mark Strand, ed. Turner

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El humor de un poeta trasladado a sus artículos en prosa, siguiendo los mismos temas que le habían convertido en una lectura interesante y que ahora podía exponer -y recorrer- de una manera diferente.

El crimen de Orcival de Émile Gaboriau, ed. dÉpoca

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Uno de los primeros ejemplos de la escritura policíaca moderna (1866) y uno que es, además, interesante no solo por su carácter histórico sino también por la trama incluida en la obra y por la figura del Inspector Lecoq interesante figura continuadora de las fabulaciones de Vidocq y Dupin.

Mi maravillosa librería de Petra Hartlieb, ed. Periférica

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Las librerías como tema de novela parecen no terminar nunca, quizá porque hay una cierta endogamia entre compradores, lectores y libreros. En este caso, además, la historia real de cómo una mujer acabó casi por casualidad haciéndose cargo de una librería y transformándola en el camino.

Cuentos completos de Nikolái Gógol, ed. Nevsky Prospects

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Nevsky Prospect es una editorial por la que resulta complicado no sentir aprecio, sobre todo cuando se proponen – logran- cosas como esta edición de los cuentos completos de Gógol directamente desde el ruso. Sobre la obra en sí no creo que haga falta añadir mucho más.

Juguetes de Walter Benjamin, ed. Casimiro

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Cuando uno es moderno lo es hasta para textos como este en el que el análisis del juego y los juguetes utilizados sirven para explicar el estado y evolución de la persona -y la sociedad- en la que esto ocurre.

33 revoluciones por minuto de Dorian Lynskey, ed. MalPaso

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Un repaso a la historia de la canción protesta y a las protestas que las canciones animaron bien en el ánimo o bien en el empuje.

Este libro te quiere de PewDiePie, ed. MalPaso

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Efectivamente.

Pedro Melenas de Heinrich Hoffmann, ed. Impedimenta

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Nueva recuperación con imágenes de acompañamiento y la siempre bella edición de Impedimenta de este título en teoría pensado para los jóvenes del S XIX como manera de enseñarles maneras y modales pero, finalmente, ascendido a ejemplo del humor cruel que antes se consideraba la forma normal de transmitir conocimientos.

Operación Frankenstein de Fermín Solís, ed. Narval

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La historia de tres hermanos que deciden crear su propio Frankenstein podría ser muchas cosas pero en esta versión de Fermín Solís es una divertida historia de planes infantiles intentando reproducir lo visto en la ficción.

Asterix, ¡el pop up! de VV.AA., ed. Salvat

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Aprovechando que sacaban nuevo cómic en Salvat se han liado la manta a la cabeza y nos han traído también el pop-up correspondiente.

Y esto es todo por esta semana, a ver cómo se han ido moviendo las cosas para la próxima que quizá haya más que contar. Mientras tantos… ¡Nos leemos!


Es difícil juzgar The Fear (UK) sin hacerlo en sus distintas dimensiones. De hecho, antes tengo que explicar lo que es: ¡Un concurso! Pero no uno cualquiera, es un concurso de cortos de terror. Solo que la forma tanto de presentarlo como de realizarlo es… ¿posmoderno? Me resulta complicado definirlo incluso. Cada semana se van a presentar cuatro cortos de unos 4 minutos, que van a ser juzgados por el público. No el de la cadena, el de un cine en el que organizaron una sesión. La cosa es que ese público además de puntuar fue también sujeto de grabaciones. Así, sabemos quienes son esos espectadores y -además- vemos sus reacciones durante el pase de los cortos. De modo que la emisión en sí -para nosotros- aparece ‘puntuada’ por las reacciones del público. Y a eso le añadimos un ‘maestro de ceremonias’ que comenta las reacciones y las películas desde un decorado propio. La iniciativa de presentar nuevas voces del terror -más aún utilizando la BBC– me parece más que interesante pero no sé yo si el buscar ‘los sustos’ y esta mecánica de vídeos de reacciones es el precio a pagar o una muestra de nuestros tiempos. En fin, esto es lo que hay. Y yo seguiré viéndolo.

Recomendar Funny Girls (NZ) puede convertirse en algo complicado por aquello de que la gente logre acceder a ello. Por lo demás, es un buen programa de sketches que sabe mezclar la trama general -una idea meta con un par de cómicas y su agente intentando vender un programa de sketches protagonizado por mujeres- con las piezas cómicas, como «Career girls», logrando que ambas secciones se complementen incluso cuando eso incluye chistes sobre temas tan manidos como «Qué hacen las mujeres en el baño» que la acercan más al Kroll Show. Con eso y con todo, un buen inicio y un programa más a seguir.

Vamos con una llegada fuera de nuestros destinos habituales: Modus (O) (SU) es una serie sueca que adapta a la novelista noruega Anne Holt. Sí, un mundo loco este. En concreto esta miniserie adapta en ocho episodios el libro Noche cerrada en Bergen, la cuarta obra sobre las colaboraciones de la experta en perfiles Inger Johanne Vik y el comisario Yngvar Stubø. El resultado está bastante bien, cercano al estilo de la autora y sus complicados alambiques de sentimientos internos y tramas tan actuales que sospecho ha sido elegida por ellos. Si luego tienen intención de adaptar Castigo pueden contar conmigo.

Lamentablemente Sammy J And Randy In Ricketts Lane (AU) consigue ser lo suficiente rara metiendo a una marioneta cercana al estilo muppet al ser parte del dúo cómico al que se adapa esta serie, pero no tan divertida como para que merezca la pena intentar entender lo que entienden como divertido. o por qué debería serlo. Qué le vamos a hacer, no se puede ganar siempre.

En el caso de Truth Be Told (USA) no es que no se pueda ganar tanto como que ni se molestan en participar. No sé si recordáis People are talking, ese piloto del que pusieron un par de minutos y el público -no hablemos de la crítica- se dedicó a ponerlo a caldo. Pues es esto. Le cambiaron el nombre. No sé qué les hizo pensar que con cambiar el nombre serviría. Y es el espanto anticuado, sexista, ligeramente racista y fundamentalmente ofensivo que solo un ejecutivo norteamericano podría autorizar. ¡La NBC!


Apuntes diversos

01. Es difícil decidir de qué hablar en estas columnas quincenales de tema actual. Muchas veces las posibilidades son tantas que se acaban tirando -o retrasando- multitud de posibilidades. Y eso incluso ahora que mis colaboraciones semanales con Sabemos me dan una segunda oportunidad de hablar de televisión a lo largo de la semana.

02. No me voy a quejar tampoco. Esta semana he hablado del SNL en una versión -eso sí- más resumida de a que por aquí estuvo. Antes de eso tuve Breves Historias como la de las Series Inglesas, los Programas de Sketches, los de Terror o las Animaciones Occidentales y también  otros dedicados a divertirme contando la historia de los Muppets o hablando del Excéntrico Asesor y su Compañero Modelo. No me quejo, vaya.

03. Pero parece que nunca hay para hablar de todo. Por ejemplo, de la serie que comenzaron esta semana. De River se podría haber dicho alguna cosa más, igual que de su creadora. Más ahora que va a estrenar una película nueva, aunque me gusten más sus series.

04. También de los regresos, claro. Tengo pendiente hablar de la Nueva Comedia Australiana ni sé los años. El inicio de la tercera temporada de Please Like Me podría haber sido la excusa perfecta. Aunque soospecho que estas cosas salen mejor cuando no tengo que aprovechar excusas. Y, además, la serie independiente  reune méritos como para tratar de explicar por qué es interesante.

05. En realidad esto podríamos unirlo con algunas otras series que parecen fuera de un interés mayoritario. Algunas, como Halt & Catch Fire, logran la renovación. Otras, como Review, se quedan esperando a que alguien tenga un rato para decidir sobre su futuro.

06. A ratos puede ser también lo contrario. El estreno de Truth be told -antes conocida como  People Are Talking– no deja más que dudar de la sensatez que pudiera tener estrenar algo así. No es la única vez, claro, aunque parezca que la línea sea centrarse en lo primero y olvidar lo segundo.

07. Quizá porque lo más llamativo es que a nadie le sorprenda en la NBC, como su jefe Robert Greenblatt parece muy cómodo apoyándose en dos programas y aprovechando para dar rienda suelta en el resto a sus extravagancias como el nuevo programa de NPH y otras creaciones en directo, musicales o ambas.Siempre con éxito relativo por no decir inexistente.

08. Es curioso cómo cuando se habla de la Edad de Oro de la televisión se obvie que ese crecimiento de series significa una mayor cantidad de fallos. Pero, claro, todos aquí sabemos que no existe ninguna Edad de Oro de la televisión.

09. Quizá por eso uno de los estrenos más interesantes, Scream Queens, se haya encontrado en el NYT con un crítica tan antiguo que no entiende nada. ¿Hasta qué punto puede ser eso real y dónde está la maldad del periódico para poner a alguien que muy claramente no va a entender nada. ¿Buscarán los clicks?

10. Porque ese parece ser el nuevo método loco de atraer publicidad. Bueno, eso si eres un medio. Si eres una cadena vale con sacar ideas locas como el Exorcism: Live! para este Halloween

11. Mientras, en España, y con -me temo- poca sorpresa se ha acabado ratificando que el Gobierno está haciendo cosas aún más raras con las concesiones. Como permitir una para el Real Madrid TV.

12. Sí, esto ayudará cuando termine de aparecer la tercera Guerra del fútbol. Pero casi, como ocurre con los últimos movimientos de los Lates, es preferible empezar a se asiente el polvo.

13. Lo que sí que ayuda es a explicar la situación actual, los intentos de ruptura del monopolio de Telefónica y cómo parece haber sentado peor a gente que debería estar defendiendo este tipo de trucos capitalistas.

14. Claro que también ha llegado el momento en que la retórica pirata y las quejas por no estar mostrándose lo que quieren ver, a veces incluso sin entrar en comparaciones sobre su idea anterior, convirtiéndolo en una auténtica locura de varios niveles.

15. Como decía, muchos temas -y más que hay, por supuesto- que darían para desarrollar una columna. Pero no ha sido la semana, o el fin de semana, adecuado. Quién sabe, quizá en unos meses. O quizá alguno de estos temas acabe apareciendo de nuevo en el futuro.


¡Libros que Salen! Percy, «Internet Safari», Atwood, DeLillo y más

Una semana ligeramente más tranquila esta, aunque gracias a eso podemos hablar de un par de novedades interesantes y, puestos en ello, dejarme un pequeño espacio para algo que se sale un poco de lo común. Y es que un querido amigo ha publicado libro y he pensado que no solo merece un espacio sino que iba a destacarlo un poco:

Internet Safari de Noel Ceballos, ed. Blackie Books

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Aproximación a los usos y costumbres de internete entre el 11S y la actualidad, separa y disecciona las diferentes formas y extensiones en loas que ha podido moverse la red mediante el análisis de los movimientos ocurridos en su interior. De manera que podemos acercarnos incluso a una arqueología internetera dada la cualidad de foto en movimiento de esos quince años en los que tanto ha cambiado y en los que parte del cambio se ha producido por su influjo en la sociedad. Precisamente de todo eso viene a hablarnos este libro. De internete, sí, pero de las personas que lo han causado, manipulado y sufrido sobre todo.

 

Dicho esto, podemos volver a nuestra programación habitual con unos cuantos autores bien conocidos, unos pocos libros interesantes y, en resumen, todo aquello que aparece cuando gritamos:

¡Que entre la pila!

El cinéfilo de Walker Percy, ed. Alfabia

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Recuperación de la desaparecidísima novela de Percy sobre un chaval que ha regresado de la guerra y no tiene muchas más formas de relajarse que las películas y las mujeres. Eso no significa que no tenga algo cercano a una misión y que ese trabajo con relaciones familiares no signifique el inicio de una historia de redención y descubrimiento.

Nada se acaba de Margaret Atwood, ed. Lumen

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Novela inédita en español que debía estar perdida a la espera de que la editorial recordara tener los derechos. Esperemos que sea, sobre todo, la primera de una buena serie de traducción y rescates de la gran autora canadiense.

Vuelo estático de Jaan Kross, ed. Impedimenta

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Un joven con una memoria destacable y una inexplicable tendencia a cambiar de trabajo sirven al estonio Kross para trazar una historia que es un paralelismo con su propio país y sus múltiples invasores, hasta el punto de que podríamos hablar de una historia de inmigración sin necesidad de salir de las fronteras entre las que naciste.

– Fin de campo de Don DeLillo, ed. Seix Barral

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Quizá por ser de Fútbol Americano, pero da la sensación de que este es un DeLillo menor. Bien es cierto que es el que ha logrado que esté -por fin- toda su obra en español. (O casi toda, que Amazons -rechazada y todo- está inédita aún) De modo que lo uno por lo otro y no puedo decir realmente que me parezca un mal negocio, sobre todo si va a permitir conocer mejor a un autor como este.

Cuando éramos los mejores de Earvin «Magic» Johnson y Larry Bird, ed. Contra

Cuandoeramos_med-802x1024Recuerdo del momento histórico en el que los dos coautores eran los jugadores principales de la NBA. Por un lado, libro de memorias; por otro, la crónica de los encuentros y desencuentros de sus autores. Ante todo, una mirada interior a un deporte en uno de sus momentos de mayor popularidad.

– Donde los hombres alcanzan toda gloria de Jon Krakauer, ed. Capitán Swingkrakauer

Seguimos con el deporte porque Krakauer también ha querido elaborar el Fútbol Americano como tema parcial, en realidad aquí se habla de la guerra, de la propaganda y de los problemas cuando esa queda en entredicho. La historia de Pat Tillman acabaría significando todo ello y encarnando el tipo de costes que el 11S acabaría trayendo al pueblo americano.

 El último imperio de Serhii Plokhi, ed. Turnerimperio

En Turner saben que se pueden publicar ensayos como este, autoexplicado en su subtítulo, porque confiamos en ellos para entender lo que está sucediendo en momentos históricos como este de la descomposición de la URSS. Y nosotros que agradecemos la publicación y el voto de confianza.

Pureza de Jonathan Franzen, ed. SalamandraPureza_150x230

El ello. Y eso que no habéis visto la faja.

La vida sexual de las gemelas siamesas de Irvine Welsh, ed. AnagramaLa_vida_sexual_de_las_gemelas_siamesas_CobOK.indd

No puedo decir que me interese gran cosa el autor, pero al menos aquí lo tenéis.

Suave caricia de William Boyd, ed. Alfaguara

AL12160Otro que es quizá no tan conocido como yo creo pero sin duda interesante. La historia de Europa narrada por la cámara de Amory Clay y sus peripecias vitales, parecen un buen punto de partida para que Boyd encuentre una manera de articularla a su alrededor.

Macbeth de William Shakespeare con ilustraciones de Raúl Arias, ed. Reino de Cordelialibro_big_170

El clásico de Shakes con estas poderosas ilustraciones de Arias en un bonito volumen. Estupendo para regalos.

Mejor que vivir de Miguel Noguera, ed. Blackie BooksMejor que vivir_3D_web Noguera sigue publicando sus ideas.

Construyo robots de Owen Davey, ed. Larousse

OL00132001Curioso libro en el que la posibilidad de construir un robot es sin duda tentadora pero no tan interesante como contemplar las ilustraciones que Davey prepara para acercarse a los brutos mecánicos.

Frota que te frota de Phillis Gershator con ilustraciones de David Walker, ed. Corimbo2

Cuento para el baño y sobre él con unas estupendas ilustraciones de David Walker que harán más llevadero el ritual higiénico a los chavalines.

– He llegado tarde porque… de Davide Cali con ilustraciones de Benjamin Chaud, ed. NubeOchodeberes

Tras el éxito de sus excusas para no haber hecho los deberes ahora tocan las de haberse retrasado. Otro álbum ilustrado, con humor e imaginación, que se puede -además- regalar con segundas para señalar un cierto comportamiento. Muy completo.

Un poco de todo una semana más. Más tranquila tras varias de imparable producción. Quiza la primera de unas cuantas que nos verán ir reduciendo el número de novedades semanales. Aunque eso no tiene por qué impedirnos despedirnos con un ¡Nos leemos!


Primera sorpresa de la semana: Crazy Ex-Girlfriend (USA) logra superar sus dos grandes problemas, un título tan espantoso que parece de una serie de la ABC y un punto de partida incluso peor. Una muchacha estresada y con problemas mentales decide abandonarlo todo detrás de un ex-novio por el que se ha obsesionado. El resultado podría acabar dando ganas de asesinar a los guionistas pero logran superar una idea tan estúpida gracias a números musicales, humor loco, sutileza cero y asumir verbalizando lo tóxico de su planteamiento. No creo que dure mucho en antena pero si logra mantener el nivel puede ser una de las series del año.

Segunda sorpresa: The Ex-PM (AU), una comedia australiana sobre un antiguo primer ministro que incluso en situación irregular logra ofrecer una mezcla de sátira política con, sobre todo, las humoradas de Leslie Nielsen. Más Al senador, ni caso que Spin City, pero mejor de lo que esperaba sin duda.

No todo podía ser bueno. The Last Kingdom (USA) es robusta pero poco original, a ratos tirando a aburrida. Quizá por ser la aproximación inglesa a Juego de Tronos o, sobre todo, Vikingos. Pero sobre todo porque más que histórico parece una excusa para las batallitas. En fin, a alguien que le ballan estas cosas  le gustará más que a mí, supongo.

En cuanto a Middle Of The Night Show (USA), logra ser una versión diferente de los lates. Y lo logran mediante un giro realmente difícil de creer. Esperan a que un famoso se haya metido en la cama y, entonces, la gente del programa entra en tromba en su habitación y le obliga a presentar el programa. Juegos, entrevistas, actuaciones, todo en el hotel o por las calles de la ciudad con Murph, Brian Murphy de College Humor, como co-presentador y jefe de marionetistas de esta peculiar idea. Yo sigo sin verlo claro, pero imagino que a la MTv debe parecerle estupendo.

Tercera sorpresa de la semana: Netflix ha recuperado una serie infantil clásica y no ha hecho un espanto.  -Casi la sorpresa más sorprendente de todas-. Me refiero al nuevo The Mr Peabody and Sherman Show (USA) con Chris Parnell poniendo la voz al perro sabihondo. No es que sea ninguna maravilla, ni mucho menos, pero al menos demuestra una intención de hacer algo original en animación y temática, convirtiendo las viejas aventuras en una suerte de Late Night para niños a lso que les guste la historia, que no logra ser tan divertida como la película en 3D. Pero no la han cagado, y eso no deja de sorprenderme.

En cuanto a River (UK), estamos ante la nueva serie de Abi Morgan (The Hour para televisión y unas cuantas películas británicas) con Stellan Skarsgård en el papel protagonista de lo que podría ser otro ejemplo de British Noir al uso de no ser porque Morgan incluye algunos giros interesantes como el personaje de la también enorme Nicola Walker o la forma de introducir un peculiar sentido del humor en la relación entre ellos, la aparición de Adeel Akhtar en otro de sus sorprendentes papeles y, en fin, la manera en la que va desarrollándose la serie y sus sorpresas -quizá menos interesadas en la trama y más en los personajes, pero en fin- hasta el punto de que logra que lo que podía haber sido una historia más de policías tenga un estilo propio. El de Abi Morgan. Y eso no es ninguna sorpresa.

Terminamos en Canadá con The Romeo Section (CA), una de espías tirando a tranquilos, con mucha maquinación y -en mi opinión- más personajes que tramas para ellos. Quizá porque esto era más una presentación que una pieza de movimiento, el piloto deja la sensación de que algo pasa o se prepara, pero ni llega a desatarse ni podemos decidir qué es o hacia dónde se mueve. No está mal, desde luego, pero dejaba margen para que hubiera sido algo mucho mejor.