El Musical: Urinetown

Tras tantos meses empezaba a pensar que no iba a poder recuperar esta sección, pero aquí estamos de nuevo. Con una obra que llevaba colgada ni sé el tiempo. Probablemente lo mismo que la ha convertido en un éxito de culto haya favorecido que se haya quedado, precisamente, en ese «culto». Una trama de componentes escatológicos, rupturas de la cuarta pared, humor retorcido y un ambiente general malsano y duro, una tragicomedia con todas las letras cuyos referentes más directos deberían ser -al menos para mí- las obras de Bertolt Bretch. -Aunque él probablemente hubiera cambiado algunas posibles interpretaciones-

Y todo ello en 2001, con una fecha de estreno previsto del 13 de septiembre. Que tuvo que ser cambiada al 20 y que, aún así, no tuvo una recepción popular. Porque claro. Una lástima porque el reparto era estupendo, Hunter Foster podía haber salido de la sombra de su hermana (O no, que no es sencillo) y Nancy Opel está estupenda, aunque mi favorito sea Jeff McCarthy como el agente Lockstock trasunto del coro griego que acompaña la historia. La trama central es que en un pueblo el suministro de agua está en mínimos y eso lo aprovecha una corporación para hacerse con el control de los urinarios. Gente que quiere mear libre, grandes números tragicómicos como Snuff that girl o Don’t be the bunny.

Pero no os retraso más, lo mejor es que la veáis así que aquí os la dejo, una obra menos conocida pero no por ello menos apreciable.